El pasado sábado 9 de Marzo de 2013, tuvo lugar en el Conservatorio Profesional de Danza de Valencia las jornadas organizadas por Danza-T con el lema:
Encuentros con el Sector. Competitividad y Sostenibilidad
En este blog ya anunciamos la realización de esta jornada de reflexión y debate, que si bien está enfocada desde el sector de la danza, es de igual importancia para la música.
La jornada estaba organizada desde Danza-T, plataforma que aúna a un número creciente de asociaciones profesionales del sector de la danza a nivel estatal (entre las que se encuentra APDCV, que coordina la organización de este evento en Valencia). La Misión, Visión y Valores de esta organización son:
Misión
Nuestra MISIÓN es la promoción, representación y defensa de los derechos sociales, e intereses económicos, profesionales y culturales de los trabajores de la danza, para garantizar su plena inclusión social.
Visión
Ser un centro de referencia, consulta y asistencia para el movimiento asociativo de los y las profesionales de la danza
Ser la voz de los y las profesionales de la danza a nivel nacional e internacional.
Valores
- La integración
- La cooperación
- Movilización
- Activismo
Y en cuanto a sus objetivos y estrategias podemos encontrar:
Con esta carta de presentación de Danza-T, es imposible obviar la importancia de un acto en el que una de las ponencias trata directamente sobre el tema de la Transición Profesional, el reconocimiento Académico y la Empleabilidad en Danza. Temática igual de importante en el ámbito de la música, como ya hemos comentado en numerosas ocasiones en este blog. (Empleabilidad, Reconocimiento Académico). En esta entrada voy a comentar principalmente esta ponencia que estuvo a cargo de César Casares y Miguel Tornero, presidentes de APCM y APDCV.
Transición Profesional, Reconocimiento Académico y Empleabilidad en la Danza
La transición profesional en el bailarín es una exigencia biológica. La vida útil de un intérprete escénico suele tener una limitación de edad que obliga al bailarín a buscar otra salida profesional, relacionada con la danza (o no). Bajo esta premisa se entiende la importancia de que haya un reconocimiento académico de los estudios que favorezcan esta posterior transición y empleabilidad en otros ámbitos.
En ese momento la vida de un bailarín, “pasa de que todo gire alrededor de la danza a que pueda provocarse un vacío que da vértigo: tu vida se resetea”. Y no sólo hablando del final de la vida escénica, sino de los inicios: “cuando los compañeros del instituto aun no saben si van a coger ciencias o letras, los bailarines ya tienen clara su profesión”. Y “a una edad que otras profesiones están empezando a despegar, el bailarín para y debe comenzar de nuevo otra cosa”. La entrada en la profesión, como puede verse, se hace a edades muy tempranas, y el abandono de la misma también.
Una profesión que no se preocupa del bienestar de los que la hacen posible es un sector condenado a precariedad y la transición profesional “en España se hace a pulso, mientras que en Europa tienen programas de apoyo”. Estos programas de apoyo que existen en otros países de nuestro entorno ayudan a este bailarín en este proceso largo principalmente en tres aspectos:
- Encontrar una nueva carrera.
- Financiar los gastos de la carrera.
- Afianzar unos ingresos posteriores.
Entonces llega el momento de preguntarse:
- y aparte de bailar, un bailarín ¿qué sabe hacer?
Con lo que aparecen las competencias transversales (tan manidas en Bolonia y el entorno Europeo, que se han ido destilando a los sectores educativos de cada país) que podrían aplicarse igualmente a bailarines y músicos:
- Ambición
- Perfeccionismo
- Costumbre de trabajar po proyectos
- Disciplina
- Autoexigencia
- Creatividad
- Fuerte sentido de la responsabilidad
- Perseverancia
- Resistencia al Stress
- Espíritu de equipo
- Inteligencia
Cuando se crearon los ballets nacionales, el ministerio la única tipología de contratos que tenía era la de funcionario para toda la vida, así que a los primeros bailarines se les dio un contrato de funcionario. Hoy en día son “los reciclados” y siguen cobrando del ballet nacional, pero ahora trabajan en otros ámbitos. Sin embargo en el ministerio a “los reciclados” no los quieren soltar porque son de los más eficientes en sus nuevos desempeños que tiene la administración.
A continuación se habló de los diferentes programas de transición profesional de algunos países europeos, que ahora no describiremos en este artículo, pero que citaremos algunas de sus características:
- Asesoramiento profesional
- Coaching
- Evaluación del grado educativo a fin de obtener un título oficial o equivalente (mediante evaluación de competencias)
- Gestión de fondos de Formación para el Empleo
- Financiación de la formación
- Seguimiento administrativo
- Permisos para la formación
- Ayuda en la comprensión del funcionamiento del sector
- Proporción de herramientas para autogestión de la carrera
- Becas de estudios
- Subsidios de substitencia que compensan las pérdidas de ingreso durante el período de transición
- etc…
Sin embargo en España no existe nada de todo esto. El sector “es precario y poco desarrollado. Económicamente no podemos hablar de industria, sino de artesanía”. Aunque viendo el lado positivo:
tenemos mucho potencial de crecimiento
El ámbito administrativo dónde, tanto en danzo como en música, se tiene mayor capacidad de acción para mejorar esta situación es en la definición del perfil profesional de música y bailarines en el Catálogo Nacional de Cualificaciones.
Para saber sobre el Catálogo Nacional de Cualificaciones.
Es muy importante entender que el INCUAL (Instituto Nacional de Cualificaciones) no es proactivo, es decir; atiende a lo que la sociedad demanda, y son las distintas ramas profesionales las que contactan al INCUAL solicitando la inclusión de determinados perfiles profesionales existentes y ya el instituto se pone a trabajar en la definición detallada de competencias de estos perfiles, contando con el asesoramiento de los profesionales del sector que solicitan esta inclusión.
Y otra idea fundamental que no se puede dejar de lado es que no se puede hablar de movilidad europea si no hay una homologación de titulaciones. El EEES (Espacio Europeo de Educación Superior) se encarga de esta homologación de titulaciones universitarias y superiores, pero para los niveles inmediatamente inferiores a los universitarios/superiores tenemos a este instituto como principal organismo español que garantiza esa homologación.
La no inclusión en el catálogo significa el no reconocimiento europeo de profesiones, y por ende de estudios que supuestamente vincularían a las titulaciones recogidas en él, como son los estudios profesionales de Música y Danza.
Y la importancia de estar en este catálogo no reside únicamente en la homologación de titulaciones que permita esa movilidad europea sino en muchos otros aspectos, que son a los que nos solemos referir cuando hablamos en genérico de que somos enseñanzas y profesiones marginales y marginadas, tanto para la sociedad como para el sistema educativo:
- Pasarelas entre estudios
- Acceso a programas de transición profesional
- Organización de cursos adaptados a nuestras necesidades (INEM)
- Acceso a mayor tipología de becas.
- Reconocimiento de competencias
- Europass
- etc…
Y a este respecto, desde la danza ya han avanzado mucho trabajo respecto a los músicos, con la presentación de tres propuestas de cualificaciones:
- Técnicas de la danza y el movimiento para la animación y la dinamización Artística
- Asistencia en actividades de animación y dinamización artística a través de la danza y el movimiento
- Técnicas de la danza y el movimiento para la actuación, la iniciación a la expresión y la dinamización Artística.
Perdiendo los miedos
Y después de toda la explicación sobre el trabajo desarrollado desde Danza-T en la presentación de estos perfiles profesionales ante el INCUAL, se desgranaron y desmintieron los miedos que a veces suele generar esta idea. Por que principalmente se piensa que esto es “fp-izar” las Enseñanzas Artísticas.
En los preámbulos de las leyes de enseñanzas artísticas se suele hablar mucho de la excelencia artística, pero los preámbulos de legislaciones de artes plásticas hablan de esto añadido a una salida al mercado.
En Artes plásticas (enseñanzas artísticas) tienen técnicos medios y técnicos superiores, y por eso no dejan de considerarse menos artistas. Y las enseñanzas deportivas que ni siquiera están reguladas por la FP tienen titulaciones de este tipo. Por lo que no debe resultar inconcebible lograr una equivalencia y una homologación de las enseñanzas profesionales de música y danza en titulaciones de FP. Que por otra parte, y como ya se ha dicho arriba, es el único lenguaje que entiende Europa cuando hablamos de titulaciones no superiores.
¿Entran en conflicto las cualificaciones y la equivalencia a técnico superior de los titulados profesionales con la Educación Artística Superiores?
NO
El INCUAL y el Catálogo Nacional de Cualificaciones únicamente se ocupa de cualificaciones profesionales hasta el grado 3 (Técnico Superior). La Educación Superior equivale al Título de Grado y está incluida en el grado 4 del CNC.
Y en el MECES (el Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior), los “Técnicos Superiores en Artes Escénicas” estarían encuadrados en el grado 1, mientras que la Educación Artística Superior se encontraría encuadrada en el grado 2 (Títulos de Grado).
Esta iniciativa no cuestiona el desarrollo de las Enseñanzas Artísticas Superiores, que ocupan un rango académico superior dentro del marco europeo y español.
Intervención de Manuel Tomás, Director General de CulturArts
La Jornada tuvo el honor de contar con la presencia de Manuel Tomás, que hizo un pequeña intervención durante el evento. Después de dar la enhorabuena a la organización por esta iniciativa del sector, hizo referencia al Simposio sobre Música y Empleabilidad que se realizó durante su etapa en la adminsitración educativa valenciana. Y recordó a los asistentes que desde CulturArts también se van a preocupar por esta conexión entre la educación y el mundo de la empleabilidad.
Hasta la fecha los Conservatorios han sido estructuras educativas que han formado a un alumno para la interpretación del repertorio Europeo Occidental compuesto entre 1700 y 1930, y con este perfil tan específico las posibilidades de empleabilidad son muy reducidas. Luego, o seguimos insistiendo en ello creyendo que la sociedad nos seguirá o quizá será más inteligente si intentamos escuchar a la sociedad y vamos gestionando mejor los perfiles profesionales adecuados.
Manuel Tomás hizo referencia a una investigación australiana en la que se concluye que los Conservatorios Superiores suelen ser invernaderos dónde el alumno sobrevive dentro por que cuando sale fuera se muere debido a que no tiene las competencias adecuadas para sobrevivir. Tenemos que pensar seriamente sobre si las competencias que estamos enseñando en nuestros centros educativos artísticos son las más adecuadas.
Cuando se habla de educación y empleabilidad parece que se quiera mercantilizar, pero la primera preocupación actual de la sociedad española es el desempleo y la situación económica. Y la primera preocupación de los padres es que sus hijos tengan trabajo. Que se debata desde el sector el tema de la empleabilidad es una urgencia y una necesidad.
Como segunda reflexión, después de abordar la temática educativa y su relación con la empleabilidad, el Director General de CulturArts comentó la difícil situación por la que atraviesan las industrias culturales.
Las industrias artísticas y culturales van a tener dificultades para mantenerse si solo pensamos en subsistir de los público. Debemos crear un continuo diálogo entre lo público y lo privado para ver como podemos potenciar el sector. Y no tener una actitud pasiva de a ver que puede hacer la gente por mi; sino, recordando la frase” kennedyana” , que puedo hacer yo por el sector.