¿Sol o viento?

El sol y el viento discutían para ver quién era el más fuerte
El viento decía: ¿Ves aquel anciano envuelto en una capa?.
Te apuesto a que le haré quitar la capa más rápido que tú.
Se ocultó el sol tras una nube y comenzó a soplar el viento,
cada vez con más fuerza, hasta ser casi un ciclón,
pero cuanto más soplaba
tanto más se envolvía el hombre en la capa.
Por fin el viento se calmó y se declaró vencido.
Y entonces salió el sol
y sonrió benignamente sobre el anciano.
No pasó mucho tiempo hasta que el anciano,
acalorado por la tibieza del sol, se quitó la capa.
El sol demostró entonces al viento que la suavidad
y el amor de los abrazos son más poderosos
que la furia y la fuerza.

Esopo (600 AC).

Desde el Spectrum hasta Monkey Island: vuelvo a ser Guybrush Threepwood


Estaba leyendo en mi Google Reader la web del Observatorio Tecnológico del Ministerio de Educación  y me he encontrado una agradable sorpresa: ahí estaban los juegos a los que dediqué tantas horas y con los que tanto me reí. Monkey Island e Indiana Jones.

"Abandonware", se llama el artículo. Simpático nombre.

Realmente ya no era yo un niño cuando dedicaba parte de mi tiempo a estos juegos. En la adolescencia jugaba yo a cosas aún más entrañables, como Fred o Abu Simbel y cosas así. Tenía que conectar el cassette al Spectrum 48K, darle al play y esperar a que se cargase durante un tiempo interminable mientras me quedaba embobado mirando al televisor (aquellos ordenadores no tenían monitor, para el que no lo sepa) perdiendo la mirada en esas líneas rojas y azules que sonaban algo así como "prrrriiiiiiiiiiii...... pri, prriii, priii, prii, priii..... prrrriiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... pri...prrriiii...prriiiiii........."

El caso es que los juegos algo más modernos (ya para un PC con su monitor, no recuerdo si el 386 de mi hermano o un Pentium II que tenía yo), especialmente Monkey Island, me hacían reír lo que no han conseguido los más modernos, con todo su maravilloso entorno gráfico.

Aquellos juegos me recuerdan a aquéllas películas en blanco y negro que te mantenían en vilo gracias a un maravilloso guión. La verdad es que no sé quién enseña su trabajo a los guionistas de las películas actuales, porque descansan lo indecible en el director de fotografía, el responsable de efectos especiales, el atractivo de la estrella de turno, etc.

En fin, que me ha entrado la morriña, así que me voy a instalar el emulador de turno (SCUMMVM) y a descargar el Monkey Island desde ellosnuncaloharian.com (otro nombre que provoca una sonrisa). Lo he decidido. Voy a dejar de trabajar tanto por las noches y a dedicarme un poco de tiempo. Voy a volver a convertirme en Guybrush Threepwood ¡toma ya!




Desde el Spectrum hasta Monkey Island: vuelvo a ser Guybrush Threepwood


Estaba leyendo en mi Google Reader la web del Observatorio Tecnológico del Ministerio de Educación  y me he encontrado una agradable sorpresa: ahí estaban los juegos a los que dediqué tantas horas y con los que tanto me reí. Monkey Island e Indiana Jones.

"Abandonware", se llama el artículo. Simpático nombre.

Realmente ya no era yo un niño cuando dedicaba parte de mi tiempo a estos juegos. En la adolescencia jugaba yo a cosas aún más entrañables, como Fred o Abu Simbel y cosas así. Tenía que conectar el cassette al Spectrum 48K, darle al play y esperar a que se cargase durante un tiempo interminable mientras me quedaba embobado mirando al televisor (aquellos ordenadores no tenían monitor, para el que no lo sepa) perdiendo la mirada en esas líneas rojas y azules que sonaban algo así como "prrrriiiiiiiiiiii...... pri, prriii, priii, prii, priii..... prrrriiiiiiiiiiiiiiiiiiiii... pri...prrriiii...prriiiiii........."

El caso es que los juegos algo más modernos (ya para un PC con su monitor, no recuerdo si el 386 de mi hermano o un Pentium II que tenía yo), especialmente Monkey Island, me hacían reír lo que no han conseguido los más modernos, con todo su maravilloso entorno gráfico.

Aquellos juegos me recuerdan a aquéllas películas en blanco y negro que te mantenían en vilo gracias a un maravilloso guión. La verdad es que no sé quién enseña su trabajo a los guionistas de las películas actuales, porque descansan lo indecible en el director de fotografía, el responsable de efectos especiales, el atractivo de la estrella de turno, etc.

En fin, que me ha entrado la morriña, así que me voy a instalar el emulador de turno (SCUMMVM) y a descargar el Monkey Island desde ellosnuncaloharian.com (otro nombre que provoca una sonrisa). Lo he decidido. Voy a dejar de trabajar tanto por las noches y a dedicarme un poco de tiempo. Voy a volver a convertirme en Guybrush Threepwood ¡toma ya!




Canon de Pachelbel

Hola de nuevo.
Desde jovencita ha habido una pieza musical barroca que me ha encantado y me ha acompañado en momentos muy distintos de mi vida.

Siempre os digo que la música expresa, y cada persona siente con ella. No todos tenemos los mismos gustos ni sentimientos ante una situación o ante una música.

Quería poderos presentar dicha melodía sin la imposición de una clase en el colegio, y con este vídeo creo que es posile. Os presenta la música, visualizando a sus intérpretes y la línea melódica de la pieza.

Espero que os guste o al menos os aporte algún sentimiento que os haga crecer como personas y pequeños músicos.

Cambio de nombre

Hola a todos y todas,
quiero comunicaros que vuestra seño cambia de nombre. Todos sabéis que cuando creé este blog, el curso pasado, quise ponerme un nombre más divertido y bonito que el mío propio para firmar mis trabajos. Pues bien, el nombre elegido fue Musicalia. Ahora quiero deciros que he decidido cambiar de nombre por el de biznaga.moreno.
Todo ésto viene ocasionado por algo que yo siempre intento enseñaros que son los riesgos de internet. Resulta que hay otra persona que actualmente ha comenzado a utilizar el nombre de Musicalia en su blog. Cuando me han informado de ello he querido evitar que se nos pueda confundir tanto por el bien de una como de otra. Por ello vuestra seño cambia de nombre. Espero que no sea muy incómodo para vosotros.

Besos de vuestra seño de música.