Halloween: El top 10 del terror musical

Esta semana, aprovechando que es Halloween, hemos decidido recopilar las piezas que más miedo dan de la “música clásica”. ¿Se os ocurre alguna más?

  1. Una noche en el monte pelado, de Mussorgsky. Esta pieza está inspirada en el cuento popular “La noche de San Juan en el Monte Pelado”. Este cuento narra cómo un campesino presencia un aquelarre de brujas la noche de San Juan. El propio Mussorgsky escribió algunas frases en la partitura original, para que se interprete como debe ser, ¡inspirando auténtico terror! Al menos, como muchas obras de este tipo, tiene final feliz y el amanecer llega para dispersar a los espíritus malignos.
    • Rumores subterráneos de voces sobrenaturales
    • Aparición de los espíritus de las tinieblas y de Chernabog
    • Glorificación de Chernabog y misa negra
    • Sábado de brujas
    • A lo lejos suena la campana de una iglesia del pueblo, dispersando a los espíritus de las tinieblas
    • Amanecer
  2. Baba-Yaga, una pieza perteneciente a los Cuadros de una Exposición, también de Mussorgsky. Baba-Yaga es un personaje del folclore ruso, algo así como un “hombre del saco” a lo bestia. Fijaos en la descripción:Baba Yagá es vieja, huesuda y arrugada, con la nariz azul y los dientes de acero y posee una pierna normal y una de hueso. Estas dos piernas representan al mundo de los vivos y el mundo de los muertos en los cuales ella deambula. Baba Yagá es un ser perverso y cruel, come niños. Baba Yagá vuela montada en un almirez (a veces una olla) y rema el aire con una escoba plateada. Vive en una choza que se levanta sobre dos enormes patas de gallina que le sirven para desplazarse por toda Rusia. La valla de su choza está adornada con cráneos, en cuyo interior coloca velas.
  3. Danza infernal, perteneciente a El Pájaro de Fuego, de Stravinsky. No salimos de Rusia, pues esta danza infernal está compuesta para el personaje folclórico ruso Koschei. Se trata de un ser que rapta a las mujeres jóvenes. Aunque no se suele describir con claridad cómo es su apariencia, está relacionado con la maldad y los demonios.
  4. La isla de los muertos, de Rachmaninov. Esta obra está inspirada en el cuadro que lleva el mismo nombre, en elq ue se representa la escena de Caronte, el barquero de la mitología griega que conducía a las almas al Hades.
  5. El fantasma, que forma parte de Hamlet, de Shostakovich. El título lo dice todo de está música inspirada en la obra de Shakespeare. Corto pero muy intenso y terrorífico es este movimiento de El fantasma.
  6. Danza macabra, de Saint-Saëns. Esta obra describe cómo la Muerte toca el violín, despertando a los esqueletos y los espíritus para que bailen.También tiene final feliz, cuando amanece, los muertos vuelven a sus tumbas. Esta obra está inspirada en las danzas macabras medievales, en las que la Muerte danza con todos por igual, ricos y pobres.
  7. Cuarteto para el fin de los tiempos, de Messiaen. El mismo autor escribió que había basado su obra en el texto bíblico del Apocalipsis:“Vi un ángel lleno de fuerza descendiendo del cielo revestido de una nube y con un arco iris sobre la cabeza. Su rostro era como el sol, sus piernas como columnas de fuego. Posó su pie derecho sobre el mar, su pie izquierdo sobre la tierra y, de pie sobre el mar y la tierra, elevó la mano hacia el Cielo y juró por quien vive por los siglos de los siglos, diciendo: ya no habrá tiempo, pero el día de la trompeta del séptimo ángel, el misterio de Dios se consumará.”
  8. Danza de los caballeros, dentro de Romeo y Julieta, de Prokofiev. ¿Quién no ha escuchado alguna vez esta pieza ambientando terror en la tv o el cine? Este movimiento retrata una danza-lucha entre Montescos y Capuletos.
  9. 5ª sinfonía de Mahler. En esta sinfonía el tema de la muerte y el destino son los protagonistas. Especialmente en el primer y segundo movimiento, podemos oír un cortejo fúnebre y el tema de la muerte de manera recurrente.
  10. Marcha fúnebre, Chopin. Tal como indica su nombre, es una marcha escrita para acompañar la muerte. La sección central de la marcha es algo alegre, pero se trata de un recuerdo por la persona fallecida.

Y aquí tenéis nuestro vídeo con fragmentos de todas estas piezas. ¡Ya tenéis banda sonora para vuestra fiesta de Halloween! ¡A disfrutar!

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Vídeo en YouTube – Concurso Online, recopilación de las menciones especiales

Aquí os dejamos un nuevo vídeo, en el que recopilamos fragmentos de los cinco vídeos que recibieron una mención especial del jurado:

  • Georgina Sánchez, con una composición propia, Después de un beso
  • Daniel Acosta, con Tres Apuntes de Leo Brouwer
  • Francisco E. Camacho, con Melody por Gluck/Sgambati
  • Iria Folgado, con  Cuarteto para oboe y cuerdas en fa mayor, K. 370. W.A. Mozart
  • Héctor M. Marín con Gran Preludio Op. 175 de Raffaele Calace

 

 

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¿Qué tiene una orquesta joven que no tiene una profesional?

Escuchar las grandes sinfonías y conciertos de mano de una buena orquesta, profesional, con años de experiencia y que forme, en definitiva, un buen conjunto, es un placer para cualquier músico entendido. Estas orquestas profesionales están formadas por músicos con una técnica impecable, que conocen el repertorio, y que incluso no es la primera ni la segunda vez que lo tocan.

Cuando has tocado siempre en orquestas jóvenes y por primera vez participas en una profesional la primera impresión es: “¡Madre mía, pero si esto ya suena!” En las orquestas jóvenes hay que trabajarlo todo, hacer muchos seccionales, aprender mucho antes de tocar las piezas y apuntarlo ¡todo! (por alguna razón nos cuesta retener los detalles que el director trabaja cada día y repertirlos al día siguiente). En la profesional esto no pasa, todo el trabajo se hace mucho más rápido, los músicos no necesitan tantas explicaciones, saben seguir al director, tiene una idea de las articulaciones que deben tocar, los fraseos y, la mayoría de las veces, se conocen el repertorio. Todas estas cosas son las que vienen con la experiencia de tocar en orquesta y que, por consiguiente, las orquestas jóvenes nunca tendrán.

Todos sabemos las funciones formativas que cumple una orquesta joven. Pero hoy nos preguntamos, ¿qué aporta al público su interpretación, si técnicamente una profesional siempre sonará mejor?

Por un lado, la visión de la obra. Igual que ocurre cuando uno es niño y se acerca a las cosas por primera vez y las percibe de una forma que jamás se repetirá; así funciona una orquesta joven. Los músicos jóvenes, aunque conozcan por medio de grabaciones y demás la música, se acercan por primera vez a la obra sinfónica. Y de ello se desprende una visión nueva, sin ideas preconcebidas (relativamente hablando), sin tempos ni fraseos metidos en la cabeza. Una idea a la que el director puede dar forma y así presentar una versión fresca de la obra. Hablando desde mi propia experiencia, recientemente he tocado la 5ª Sinfonía de Beethoven. A estas alturas, ya la había tocado unas tres o cuatro veces, y aún así seguro que la mayoría de mis compañeros, más experimentados, la habían tocado muchas veces más. Cuando la leímos en el primer ensayo, la propuesta musical salió más de los músicos que del director, y es una propuesta que suele costar cambiar. Si el director se acomoda, puede dejar que la orquesta siga su curso y se interpretará una sinfonía-estándar, una sinfonía correcta, pero que carecerá de la frescura que aporta la orquesta joven.

Por otro lado, el modo de tocar. Los músicos profesionales cuentan con la seguridad que da la experiencia. Tocan con cierta tranquilidad, que a veces incluso puede desembocar en comodidad. Un músico joven no se siente 100% cómodo en la orquesta, porque para él es algo relativamente nuevo. Sin embargo, para suplir la seguridad que da la experiencia cuenta con el descaro propio de la edad. Y para evitar los posibles fallos derivados de la falta de práctica, pone en su interpretación todos los sentidos. Podría decirse que pone más pasión (que no quiere decir que los músicos más formados no la tengan). Sin embargo, es una pasión diferente, también relacionada con el descubrimiento de tocar por primera vez en orquesta y con las nuevas sensaciones que ello conlleva.

Las orquestas jóvenes, los músicos jóvenes, tienen mucho que decir con su música, aunque no den todas las notas que ponga en la partitura, o su técnica esté lejos de la corrección. Si en la orquesta se ha trabajado bien, un concierto de músicos jóvenes puede gustarnos tanto o más que uno profesional.

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¿Cómo estudiar pasajes orquestales?

Los pasajes orquestales son esenciales para audicionar en cualquier orquesta. De hecho, su correcta interpretación puede ser más determinante incluso que la interpretación del concierto u obra obligada. Suelen formar parte de las últimas rondas en las audiciones. Sin embargo, aunque no vayamos a ganar la audición en concreto, siempre es bueno que los llevemos preparados y que nos vayamos familiarizando con los más demandados por las orquestas desde que nos iniciamos en esto de audicionar.

Por norma general, las orquestas suelen pedir los pasajes orquestales de la edición Probespiel. Es un estándar que se está manteniendo en las principales orquestas y que nos puede facilitar mucho el trabajo.

Si no nos estamos preparando para ninguna audición en concreto, podemos buscar los pasajes que las principales orquestas suelen pedir para sus audiciones y comenzar a trabajarlos. También podemos seleccionar los pasajes menos solicitados y practicar la lectura a primera vista.

¿Qué pasos debemos seguir?

  1. Ver vídeos y escuchar el pasaje que vamos a estudiar: Es fundamental, esencial y súper importante y es el primer paso que debemos dar. Es el camino más fácil para conocer qué papel tiene nuestro instrumento en este pasaje concreto, cómo lo tocan otros profesionales, el tempo, la articulación, el fraseo… Podemos conocer todo de un golpe. Y si tenemos acceso a vídeo, mucho mejor que sólo escuchar el audio. Podremos observar los movimientos de otros músicos, las partes del arco, las respiraciones… etc. Es una forma de despejar dudas antes de empezar. Es muy importante ver varias versiones diferentes, todos sabemos que la interpretación de la música puede ser muy variada y depende de la orquesta, el director y el año en que se interpreta. Visionando varias versiones podemos tomar los puntos coincidentes entre unos y otros para nuestra propia interpretación.
  2. Identificar obra y autor: De esta forma te harás una primera idea de las articulaciones que debes usar, el fraseo, el vibrato y demás características de tu interpretación. Podrás completar la información que ya has adquirido escuchando previamente el pasaje.
  3. Identifica tonalidad, compás y tempo: Para determinar el tempo, no te fijes sólo en la indicación metronómica de la edición que utilices, fíjate en los tempos que utilizan los maestros que has escuchado previamente. Identifica también si hay ritardandos y accelerandos y pon especial atención en cualquier cambio de tempo. Cuando lo toques ante el tribunal, debe notarse claramente que interpretas estas fluctuaciones de tempo sin ser exagerado.
  4. Sé estricto con las indicaciones en cuanto a matices: Todos los crescendo, diminuendo, forte, piano… Todos los matices debes ser claramente reconocibles. Debes hacer todas las diferencias posibles, sacar cada matiz y cada acento y poner toda tu técnica y conocimientos para hacerlo de la forma más correcta posible. Sé muy detallista, diferencia entre piano y pianísimo, entre acentos y esforzandos… Todo ese tipo de cuestiones tienen que estar claras.
  5. Haz música, pero sin pasarte: Es bueno que interpretes y pongas de tu parte en el pasaje, pero para ello no debes salirte nunca del estilo ni de las indicaciones de la partitura: no pongas acentos donde no los hay, cuidado con ritardandos improvisados o crescendos y diminuendos que no aparecen en la partitura.
  6. Las articulaciones son la clave: Especialmente para las cuerdas, la correcta articulación se valora mucho. Implica que conoces el estilo del pasaje y saca a relucir tus capacidades técnicas. Por ejemplo, si estamos tocando un pasaje stacatto, sería un error garrafal alargar la última nota de la frase. Hay que prestar atención a esos detalles.

La clave es ser estricto e incluso un poco frío. Lo que intentamos demostrar tocando los pasajes orquestales es que somos músicos de orquesta, no solistas. Por tanto, el exceso de creatividad, especialmente saliéndose del estilo de cada pasaje, nos puede costar una valoración positiva del jurado. Se trata de encontrar el equilibrio, demostrar sensibilidad musical y a la vez experiencia orquestal y precisión en nuestra interpretación.

No debemos tocar tal y como lo hacemos dentro de la orquesta, ni tampoco como lo hacemos cuando damos un concierto. El volumen y la transparencia de nuestro sonido también serán claves a la hora de interpretar los pasajes orquestales.

Esperamos que estos consejos os sirvan, ¡y podáis aportar alguno más!

 

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Vídeo: Tercer premio en nuestro concurso – Inauguramos canal de YouTube!

Ya tenéis aquí el vídeo del tercer finalista. ¡Seguro que os encantará!

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