Qué hacer si tu hijo quiere aprender música

Son muchos los padres que se deciden por introducir a sus hijos en el mundo de la música. Ya sea porque les parece una buena opción para complementar su educación, porque tienen tradición musical en la familia o porque su hijo se lo sugiere. Sin embargo, muchos se ven perdidos a la hora de elegir dónde y cómo puede su hijo estudiar música. He aquí algunas claves.

La edad ideal

Tradicionalmente, se considera la edad más idónea para aprender música los 7 u 8 años. Es una edad ideal, en la que el niño aprende de manera muy rápida y asombrosa y está más receptivo al aprendizaje musical en concreto.

Sin embargo, es posible iniciarse en la música desde los 3 años de edad. Depende de muchas variables, pero sobre todo del niño. A edades muy tempranas es difícil conseguir que los niños se centren en una cosa sino es mediante juegos. De hecho, muchos niños tienen problemas al entrar en preescolar porque son incapaces de mantenerse quietos o callados durante un buen rato. Es normal, ¡son niños! Por otro lado, empezar demasiado pronto les puede frustrar, ya que pueden encontrarse con que les cuesta aprender, o con que es demasiado para ellos.

La edad más tardía para empezar se sitúa en los 10 años. Se ha demostrado que los niños desarrollan ciertas capacidades en algunas fases de la infancia mucho mejor que cuando estas fases pasan. Estos períodos se llaman ventanas de oportunidad: momentos en que las neuronas son más activas y facilitan ciertos aprendizajes. La ventana de oportunidad para la música está abierta entre los 3 y los 10 años. Sin embargo, esto no quiere decir que no se pueda aprender más tarde. Sólo que es la etapa más idónea.

Dónde puede aprender

Hay dos tipos de centros oficiales donde se puede aprender a tocar un instrumento: por un lado están los Conservatorios Profesionales y por otro, las Escuelas Oficiales de Música.

Por su parte, los Conservatorios Profesionales ofrecen dos grados: El grado elemental, que son los cuatro primeros años, y el grado medio, que son seis años más. Para pasar de un grado a otro hay que hacer una pruebas de acceso. Además, el Conservatorio Profesional está orientado a la carrera musical, por lo que te prepara para acceder al Conservatorio Superior para cursar los cuatro años que corresponderían a un estudio universitario. Por último, los Conservatorios permiten obtener una titulación oficial.

Por otro lado, tenemos las Escuelas de Música. Estos centros son más flexibles y se adaptan más al alumno. También ofrecen la posibilidad de, una vez iniciado en la música a través de la Escuela, el alumno pase al Conservatorio. Son centros ideales para aquellos niños que no necesariamente buscan la titulación musical. Así pueden comprobar si la música les gusta, si les llama la atención y después, si se deciden a profesionalizarse.

Además de los centros oficiales, existen también centros privados o profesores particulares. De esta forma no puedes garantizarte un título, pero sí un aprendizaje personalizado guiado por un profesional.

Qué beneficios tendrá

Muchos estudios han comprobado que estudiar música tiene  múltiples beneficios para los niños. Sus capacidades neurológicas aumentan gracias al aprendizaje musical. Es una actividad muy completa, que combina capacidades motrices e intelectuales. ¡Hasta se ha demostrado que los niños que aprenden a tocar un instrumento son mejores en matemáticas! Desde mi propia experiencia, aprender música me ha abierto la mente, me ha hecho más activa en los estudios, más organizada y responsable, más centrada y más sensible.

Estudiar música son todo ventajas para un niño:

  • Aumenta su atuoestima
  • Mejora sus capacidades motoras e intelectuales
  • Mejora su capacidad lingüística
  • Potencia la memoria
  • Aumenta su coordinación y su capacidad de expresión corporal
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Repetir y repetir, ¿sí o no?

Sin duda, a pesar de los avances pedagógicos, la repetición sigue formando parte de la práctica del instrumento. La tradición de la técnica dicta que, cuanto mas repitas un pasaje, mejor te saldrá. Sin embargo, ¿es esto correcto? ¿es la repetición una buena técnica de estudio?

La actividad musical es una actividad compleja, que implica tanto facultades motoras como mentales. Estudiar música y tocar un instrumento conllevan un aprendizaje continuo y diario con el fin de mejorar. Y para aprender, es necesario repetir. Sin embargo, en la repetición no vale todo.

Repetir sí, pero no de cualquier manera.

A la hora de estudiar cualquier materia, desde historia hasta matemáticas, la repetición también juega un papel importante. Sin embargo, la repetición en si misma- por ejemplo, leer un texto una y otra vez,- solo estimula nuestra memoria a corto plazo. Es cuando entran en juego la lectura comprensiva o el procesamiento de la información que se consigue fijar el aprendizaje en nuestra memoria a largo plazo.

La idea de lo que debe sonar.

Muchos estudiantes o intérpretes ya profesionales tienden a acostumbrarse a las faltas: asimilan como correcto algo que no lo es solo porque lo suelen repetir asiduamente. Faltas de precisión rítmica, sonido sucio, falta de calma en la interpretación… etc. Para repetir un pasaje y conseguir mejorarlo siempre se tiene que tener en mente el resultado musical que se busca.

Para practicar mediante la repetición es esencial que exista continuamente una comparación entre lo que es y lo que debe ser. Así conseguimos una práctica activa, hacemos participar a nuestro cerebro en el aprendizaje y optimizamos el tiempo de estudio.

La variedad es la clave.

La técnica de la repetición tiene una gran desventaja, y es que cuando repetimos algo diez o veinte veces seguidas, tendemos a perder el interés en lo que hacemos, a pensar en otras cosas y, por consiguiente, a perder un tiempo de estudio muy valioso. Si el cerebro se aburre, no aprende. ¿Como podemos conseguir mantener la concentración realizando aburridas repeticiones?

Las doctoras Christine Carter y Jessica Grahn se han asociado para estudiar estrategias eficaces de práctica musical. Su estudio evidencia que la práctica variada fomentan un aprendizaje mas rápido y eficaz. Si aplicamos esto a la técnica de la repetición, podemos pensar en una repetición variada: utilizar distintas articulaciones, ritmos, subdivisiones… Hacer que cada repetición sea algo distinto y nos obligue a mantener el cerebro alerta. Según la propia Dr. Carter, “el intercalado requiere un mayor esfuerzo, y esto aumenta la actividad mental, lo cual conduce a una mayor retención, la verdadera meta de la práctica“.

De esta forma, también se puede conseguir una mayor concentración sobre el estudio y una disminución considerable de las faltas. Manteniendo el cerebro mas activo, siempre con la idea de lo que debe sonar, y repitiendo de manera variada, conseguiremos mayor atención y actividad mental y, por tanto, un aprendizaje mas rápido y organizado.

Libro recomendado: Ejercitacion mental para musicos

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Tv y cine para músicos

Más allá de la imprecisa Amadeus y de otras películas sobre vida y obra de compositores famosos, hay mucho material audiovisual que a todo músico le encantará conocer. Cuando estés aburrido en casa y no tengas ganas de ver GH en la televisión, búscate estas opciones que te ofrecemos, interesantes, divertidas ¡y muy musicales! Si sabes de alguna más, ¡compártelo con nosotros en los comentarios!

  • Mozart in the jungle: mozart-in-the-jungleEsta serie ha sido todo un descubrimiento. Se trata de una auténtica parodia del mundo de los músicos de orquesta: sindicatos, directores, audiciones, financiación… A demás del interés que de por sí tiene por los temas que trata, la serie engancha desde el principio, te hace reír y tener ganas de ver otro y otro episodio. Tenéis en este post una crítica que hicimos de su primera temporada, y os avisamos de que ya podéis ver la segunda.

 

  • This is Opera: Ethis-is-operaste programa de La 2 es sencillamente brillante. Ameno, divertido, educativo, sencillo, para todos los públicos. Es la manera perfecta de acercarse a la ópera, a veces también una desconocida para los propios músicos. Este programa-documental combina un estilo moderno de comunicarse con el público, una estética que te introduce en cada ópera, increíble desde el punto de vista de guión, de imagen… Atrapa desde el primer momento. Y qué decir de Ramón Gener, conecta con el espectador y transmite toda su energía y amor por la ópera. Personalmente, el detalle que más me gusta es el de sacar el piano siempre al aire libre, una metáfora perfecta de que la música tiene que salir para acercarse a la gente. El programa está siendo todo un éxito, y aunque ha concluido su primera temporada, puedes verlo en RTVE a la carta.

 

  • El Concierto:Esta película francesa del 2009 cuenta la historia de Andreï Filipov, 4132director en tiempos de la orquesta del Bolchoï. Filipov fue destituido al negarse a despedir a los músicos judíos que había en ella. Treinta años después, sigue trabajando en el Bolchoï, pero como limpiador. Un día, por casualidad, descubre un fax que invita al Bolchoï a París, lo roba y decide rescatar a su vieja orquesta para suplantar a la nueva en el esperado concierto. La cinta es divertidísima, con situaciones muy dispares y personajes magnéticos: los músicos retirados, muy empobrecidos y con ganas de salir de Rusia a toda costa, un director obsesionado con un concierto, una orquesta indisciplinada, sin instrumentos ni visados ni dinero… en contraste con un teatro parisino serio y profesional. Totalmente recomendable. Puedes encontrarla en Blue-Ray pinchando aquí: El Concierto [Blu-ray]

 

  • El Último Concierto: Película del 2012,critica-el-ultimo-concierto-de-yaron-zilberman-drama-humano-sostenido-por-el-trabajo-de-un-gran-cuarteto-actoral1 narra la historia de un cuarteto neoyorquino de fama mundial que ve peligrar su carrera cuando el violonchelista de la formación comienza a evidenciar síntomas de Párkinson. Una emotiva historia, en la que podremos vivir de primera mano las consecuencias de una enfermedad para un músico. La cinta es muy dramática, pero bella. Os encantará. Puedes comprarla pinchando aquí: El Último Concierto [Blu-ray]

 

  • El Cuarteto:el-cuarteto-cartel1 También de 2012, la cinta nos sitúa en una residencia de ancianos muy especial: en ella residen músicos ya retirados, sobre todo viejas glorias de la ópera. Una comedia con algo de drama en la que veremos cómo estos músicos lidian con sus viejos fantasmas: rencillas entre divos y divas, enfermedades como el Alzheimer… Entretenida, divertida y tierna. La puedes encontrar en este enlace: El Cuarteto [DVD]
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La crisis de audiencia en la música clásica

El contenido de este post forma parte de un proyecto de investigación que yo misma estoy llevando a cabo como parte de el Máster de Investigación que curso y no está permitida su copia ni total ni parcial. 

Estamos ante una crisis de audiencia anunciada

El mundo de la música clásica se encuentra inmerso en una crisis de audiencia. No lo digo yo, así lo anuncian varios investigadores de los últimos años. El musicólogo Robert Freeman habla de la disminución del apetito del público por las actuaciones y las perspectivas cada vez más limitadas de empleo.

También habla sobre la crisis de la música clásica Bonita M. Kolb. Esta investigadora señala que la música clásica está en un grave proceso de crisis de audiencia. Además de la crisis discográfica, los problemas de audiencia en los conciertos en directo son cada vez más importantes. La media de edad de los asistentes se ha incrementado en la última década. Además de esto, el porcentaje de público con edades entre los 18 y los 34 años que acude a conciertos de clásica ha disminuido en casi un 22%.

En el artículo Juventud y Música Clásica de la revista Scherzo, Joan-Albert Serra nos habla del envejecimiento del público.  Señala cómo la edad media de los asistentes a conciertos de clásica es cada vez mayor, y no existe una incorporación de nueva audiencia. 

¿Por qué?

La cultura que los músicos y las orquestas producen actualmente está desconectada y alejada de la sociedad de hoy en día. Kolb señala como causa principal de este distanciamiento del público joven los “rituales” o protocolos de los conciertos de música clásica que provocan falta de emoción y una escucha pasiva. Según su estudio, los jóvenes encuestados encuentran la música clásica “propia de intelectuales de clase alta”. Es necesario “atraer, acoger y comunicarse con el público”. Existe la necesidad de romper con la barrera entre el high art y la cultura popular.

Como posible causa, Serra (revista Scherzo) señala la precariedad en la educación musical de las nuevas generaciones. Sin embargo, responsabiliza a los profesionales sinfónicos de la falta de compromiso por atraer a nuevas audiencias, remarcándolo con esta frase: ¿A quién hay que educar de otra manera, al público o a los músicos y programadores?”

Posibles soluciones a la crisis de la música clásica

La mayoría de los investigadores centrados en el problema de audiencia actual hacen hincapié en la necesidad de transformar el formato de concierto. Es el caso de Joan-Albert Serra, que remarca la necesidad de cambio en los programadores de conciertos de música clásica. Aunque ensalza la labor de las orquestas con los conciertos pedagógicos para niños, cada vez más comunes, señala que esta medida no es suficiente. El problema es que los conciertos habituales continúan teniendo el mismo formato y funcionamiento. La clave está en la interacción entre el público y la orquesta. Existe una necesidad de cambiar los espacios en los que se realizan los conciertos y los rígidos protocolos. Como segundo foco para el cambio, Serra también señala a los Conservatorios, en los que deja la responsabilidad de potenciar la creatividad y conectar la fase formativa con la profesional. 

Kolb también tiene clara la necesidad de desarrollar una audiencia joven mediante un cambio en los formatos de los conciertos. El mundo está cambiando su forma de comunicarse, todo es más accesible y cercano, y la cultura debe seguir este mismo camino. Las orquestas (y en general las instituciones culturales) no tienen conciencia de que deben desarrollar un plan de marketing y aprender a manejarse como un negocio que se dirige al gran público. Históricamente existe una brecha entre el arte con mayúsculas y la cultura popular, que las propias orquestas han propiciado.  La música clásica ha estratificado a su público según su estatus social, lo cual provoca grandes distancias entre el artista y el público del siglo XXI. La cultura debe tomar conciencia de que es un entretenimiento, romper las barreras y buscar las estrategias necesarias de marketing para llegar a nuevos targets. El problema de los conciertos de música clásica es que no están ideados para los jóvenes. Los conciertos de música en directo a los que ellos acostumbran a ir están pensados para emocionar y conectar, y ese es el camino que las orquestas deben tomar.

Los datos

Según datos de la encuesta de hábitos y prácticas culturales en España 2014-2015, cada año el 43,5% de la población acude a espectáculos culturales en directo. Los espectáculos preferidos son el teatro (23,2%), el circo (7,7%), la danza (7%) y muy alejadas la ópera (2,6%) y la zarzuela (1,8%).

Con respecto a los conciertos, hay una clara diferencia entre los de música actual (24,5%) y los de música clásica (8,6%). Las tasas de asistencia son superiores en las personas de 45 a 74 años.

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Libros de interés:

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Lo que los músicos “de Conservatorio” podemos aprender de otros profesionales

Los músicos que estudiamos en el Conservatorio -músicos clásicos-, somos muy diferentes a el resto de profesionales autodidactas o con formación alternativa. Probablemente la causa esté precisamente en el tipo de formación recibida.

Alguna que otra vez he tenido la oportunidad de trabajar con músicos que se dedican a esto de manera profesional pero que no han sido formados en conservatorios. Y tengo que decir que me he sentido bastante inútil. Ellos me dicen “ojalá supiera yo leer una partitura como tú lo haces” y yo pienso “ojalá fuera yo capaz de tocar sin una partitura delante”. Y no me malinterpretéis, no es que sea totalmente incapaz, pero desde luego que me falta soltura y seguridad. ¡De repente me siento como si no supiera tocar mi instrumento!

No creo que sea la única a la que le pasa. En el Conservatorio nos enseñan de una forma en la que la improvisación y la creatividad están en un segundo décimo plano. Sabemos interpretar cosas infinitamente complejas desde el punto de vista técnico, pero si nos quitan el papel de delante… la cosa cambia. Se nos enseña a ser intérpretes, pero no músicos. Algunos con más iniciativa se buscan las vueltas para tocar en grupos de estilos distintos que les exigen ese grado de soltura a la hora de improvisar. Y desde mi punto de vista, la diferencia entre el típico músico de Conservatorio y el que abre su mente más allá de las aulas se nota.

Creo que esta manera de aprender nos perjudica gravemente. Para empezar, me parece que es una de las principales causas del miedo escénico, mucho más común entre músicos clásicos. Nos ponemos frente a la música como el que se pone frente a una carrera de obstáculos, buscando la perfección y olvidando las emociones. Envidio la seguridad y la conexión con su instrumento que veo en los músicos “no formados”.

El cambio en la formación es necesario, necesitamos equilibrar la música con la técnica. Hay una frase atribuida a Beethoven que describe muy bien esta situación:

Tocar una nota equivocada, es insignificante… Tocar sin pasión, es inexcusable…

Sin embargo, el camino formativo se dirige hacia la perfección técnica y no hacia la belleza o el disfrute. Al fin y al cabo, estamos aprendiendo a tocar música. La música es un arte, que debe decir algo a los demás, conmover y provocar sensaciones. Seamos músicos con todo lo que ello conlleva.

Además de ser una posible causa de la ansiedad escénica, la formación en conservatorios a menudo provoca rechazo en el alumno hacia la práctica. Nunca veo a un músico de otro ámbito “tocar por obligación”. Cuando practica, lo hace porque le gusta pasar las horas tocando música, disfrutando y mejorando. Pero muchos estudiantes de música clásica se ven ahogados por la programación curricular, por fechas de exámenes, notas… Lo cual deriva en cierta desidia a la hora de estudiar, concibiendo la práctica del instrumento como una imposición.

Otro punto a favor de los músicos fuera del Conservatorio: escuchan mucha música, de muchos estilos. Es algo que también echo en falta en nuestra formación reglada. Más contacto con diferentes estilos, dentro y fuera de la clásica, que hagan despertar los sentidos creativos del alumno.

En resumen, la enseñanza artística musical debe evolucionar, aprender de otros ámbitos y trabajar para formar a músicos completos.

 

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