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Las estructura periódica se centra en las características de una unidad formal con significado musical completo denominada periodo. En la música tonal el periodo suele con una finalizar con una cadencia que genera un efecto de conclusión que sirve de articulación formal.
La función estructural del periodo puede variar dependiendo del contexto formal:
- En una pieza con variaciones, el tema se concibe como un periodo que se repite con modificaciones en cada una de las variaciones.
- También son periodos el estribillo y las diversas estrofas de un rondó.
-En la forma sonata el tema A o Primer grupo suele estar formado por una o dos periodos y el tema B, o segundo grupo, muchas veces contiene hasta tres periodos.
-Muchas obras románticas como los Preludios de Chopin o el Álbum de la juventud de Schumann están formadas la unión de varios periodos independientes.
Las estructura periódica, en la música tonal, está sometida a una organización jerárquica en el cual todos los parámetros musicales se coordinan formando varios niveles estructurales. Así pues, los periodos se dividen en frases, las frases en semifrases y éstas a su vez en motivos, incisos, diseños, etc. En un nivel de organización superior, los periodos también se agrupan para formar unidades estructurales mayores (subsecciones, secciones, movimientos, etc. ). Si ordenamos todos los niveles de mayor a menor surge la siguiente sucesión:
Obra-Movimiento-Sección-(Subsección)-Periodo, Frase, Semifrase, Motivo …
A muchos casos se suprime uno o más niveles. Por ejemplo: el motivo coincide con la semifrase, la sección se puede dividir en periodos, etc.
Los periodos puede ser:
-binarios o ternarios si tiene dos o tres frases.
- abiertos o cerrados si la cadencia final es conclusiva o suspensiva.
- paralelos o contrastantes sin la segunda frase es una repetición variada de la primera frase o representa un destacado contraste.
- simétricos o asimétricos dependiendo del número de compases de cada frase.
El periodo binario paralelo está formado por dos frases (Antecedente y Consecuente) que conforman una relación de equilibrio típicos de la música de la segunda mitad del siglo XVIII.
Ejemplo:
Los periodos simétricos de 8 o 16 compases son los más frecuentes (cuadratura), con frases de 4 o 8 y semifrases de 2 o 4:
Cuadratura:
Periodo de 8 c. Frases de 4+4 c. Semifrases de 2+2 c.
Periodo de 16.c Frases de 8+8 c. Semifrases de 4+4 c.
En el periodo binario paralelo las dos frases suelen tener ritmos similares pero sus diseños melódicos son complementarios. Por ejemplo: un ascenso melódico en el antecedente puede tener como respuesta un descenso melódico en el consecuente, el reposo en la armonía de dominante en el antecedente (semicadencia) se complementa con el reposo final en la tónica en el consecuente (cadencia), etc.
En conclusión, antecedente y consecuente tiene funciones complementarias:
ANTECEDENTE CONSECUENTE
Pregunta Respuesta
Abrir Cerrar
Final suspensivo Final conclusivo
Función estática y de propuesta Función dinámica y de respuesta.
El consecuente representa mucho más que una respuesta y suele ser una intensificación de las ideas expuestas en el antecedente, retomando toda la tensión acumulada y llevándola un punto culminante tras el cual se cierra todo el periodo. El consecuente alberga más cambios armónicos, de textura, dinámicos y una mayor densidad sonora.
El siguiente ejemplo de Beethoven presenta un periodo de 16 compases ampliado a 18. A parte de los ajustes armónicos, la segunda frase es una repetición de la primera con dos variantes: la melodía aparece parcialmente doblada a la octava y el acompañamiento se repite en registro más grave. El segmento final de dos compases tiene función de ampliación interna (aplaza el final del periodo con la repetición variada de la fórmula cadencial).
El tercer movimiento de la Sonata para piano nº 5 de Beethoven se inicia con un periodo de 8 compases paralelo y sus estructura armónica presenta la simetría I-V/V-I
En el primer movimiento de la sonata para piano nº 1 Beethoven inicia el tema principal con un periodo de 8 compases abierto que concluye en semicadencia. La segunda frase representa una intensificación de la armonía y melodía del antecedente que provoca un fraccionamiento temático del motivo inicial.
El tema principal del segundo movimiento de la Sonata Kv 332 de Mozart es otro periodo abierto y toma forma de periodo modulante concluyendo con una cadencia en la tonalidad de la dominante.
No voy a hablar de cine, aunque reconozco que este artículo viene motivado por un vídeo que me llegó ayer a través de las redes sociales y me hizo caer en la cuenta que el asunto de los efectos sonoros a través del instrumento siempre me ha interesado. Tanto como para haberle dedicado el trabajo de fin de carrera al tema. El vídeo en cuestión era este:
En clave de humor, el protagonista del video nos enseña como con algo tan sencillo como un patito de goma podemos crear efectos muy impactantes. La imaginación de cada uno es el arma más poderosa a la hora de inventar estos juegos que pueden añadir mucho interés a nuestras interpretaciones, sobretodo cuando tenemos muchas opciones de añadir una fuerte carga escénica a la actuación. De hecho, desde hace varias décadas y cada vez más, los compositores incluyen sonidos y efectos que van más allá de las notas.
Los efectos básicos
Muchos de estos efectos surgen en el mismo momento en que cogemos el instrumento por primera vez y vienen propiciados por la propia curiosidad humana. ¿Quien no ha probado alguna vez?:
- Soplar a través del instrumento sin emitir notas, creando un efecto de viento.
- Tocar la boquilla sola.
- Hablar o emitir sonidos a través del instrumento como si fuese un megáfono.
- Retirar una o varias bombas de afinación y combinar -o no- ambos timbres.
- Tocar con las válvulas a medio recorrido.
Otros efectos habituales
Confesemos: todos lo hemos hecho. Además de estos “clásicos básicos” hay otros efectos que no son tan evidentes pero sí aparecen con frecuencia en multitud de composiciones. El ejemplo más claro son los multifónicos que se consiguen combinando el sonido propio del instrumento y la voz. Otros efectos que se usan con frecuencia en la composición contemporánea:
- Bending: que consiste en variar la afinación de una nota, ascendente o descendentemente.
- Frullatto: se consigue pronunciando la letra /r/ al mismo tiempo que emitimos la nota, y provoca una vibración similar a un picado extremadamente rápido.
- Glissando: si, vale, si hablamos de este efecto nos viene un trombón a a cabeza, pero no por no tener vara no podemos hacerlo. Para facilitar su ejecución se pueden mover rápidamente las válvulas o dejarlas a medio recorrido.
Tuba preparada
¿Os suenan las obras para piano preparado popularizadas por John Cage? ¿Por qué no hacer lo mismo con nuestro instrumento? De hecho, el video que sirve de introducción a este artículo muestra una preparación y extraer las bombas otra. Las posibilidades de preparar nuestro instrumento son infinitas:
- Añadiendo elementos similares al silbato del patito de goma, como matasuegras o trompetillas.
- Nos podemos poner en plan más pro y utilizar boquillas de saxofón, clarinete, contrafagot, fagot u oboe. ¡Los sonidos emitidos son muy, muy extraños!
- Con una bolsa de plástico o un parche de instrumento de percusión adecuadamente colocado sobre la campana conseguiremos un kazoo.
- Verter agua en una de las tuberías también puede crear un efecto muy sorprendente.
Y si en lugar de preparar el instrumento utilizamos elementos externos:
- Colocando un barreño con agua, introducir y sacar la campana.
- Enfocando la campana hacia un ventilador en marcha.
- Podemos unir varios instrumentos y conectarlos con mangueras a las distintas válvulas del instrumento base.
Toc, toc
Los percusionistas lo saben: cualquier cosa, percutida con gracia, se convierte en un instrumento de percusión. Así:
- Con la palma de la mano sobre la boquilla conseguimos un efecto similar a un bombo.
- Si en lugar de la palma de la mano usamos una lámina de plástico rígido sobre la boquilla convertimos nuestro instrumento en algo similar a una darbuka.
- El vacío que resulta de extraer repentinamente una bomba provoca un pop.
- Y al extraer lentamente la bomba provocamos un sonido de aspiración.
- Podemos percutir distintas partes del instrumento, como el borde de la campana, la propia campana, el cuerpo…. Con el dedo desnudo o con objetos como anillos, dedales, etc…. O directamente con baquetas de diversas caracterírticas.
- Podemos raspar el borde de la campana como si de una copa de cristal se tratase. Distintos materiales (cerámica, metal, pizarra, cristal…) producirán distintos sonidos. Este efecto requiere bastante tiempo de entrenamiento para aprender a producir el sonido.
Esta es una muestra de la variedad de efectos que se pueden conseguir de nuestro instrumento sin recurrir a la tecnología, algo que por otro lado nos abre las posibilidades hacia un universo paralelo de combinaciones. Por supuesto, todos estos efectos son aplicables a cualquier instrumento de viento-metal, y animo a quienes habéis llegado hasta aquí a experimentar con ellos y buscar vuesro propio lenguaje interpretativo.
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Efectos especiales (sin hacer una lista concreta), publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.