Fecha de publicación: 3 de Mayo de 2016
Fecha límite para enviar solicitudes: 23 de Mayo de 2016
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Fecha de publicación: 3 de Mayo de 2016
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Fecha de publicación: 13 de Mayo de 2016
Fecha límite para enviar la solicitud: 23 de Mayo de 2016 hasta las 14:00
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La vida de un músico con un instrumento monódico como el violín es solitaria. En las largas y austeras horas de práctica con el príncipe de los instrumentos tenemos una sensación de vacío, una carencia de apoyo que intentamos paliar de muchas maneras. Tocar dobles cuerdas es un esfuerzo loable pero limitado; a menudo nos consolamos con acompañamientos pregrabados que no saben seguir nuestro maravilloso ritmo interior, nuestros bonitos rubatos y sentidos rallentando…
Total, que al final no nos queda más remedio que juntarnos con otros músicos como pianistas, guitarristas, otros instrumentistas de cuerda ¡incluso violas! ¡pero estos seres inferiores jamás estarán a nuestro nivel!
Quizás podríamos buscar otros violinistas, ellos saben lo que necesitamos para brillar, y sin embargo… ¿quién querría ser el subordinado de otro igual que él?
Así que la técnica de la que voy a hablar aquí nos viene como anillo al dedo: nosotros mismos nos vamos a multiplicar acompañándonos a nuestro gusto, mediante el violín o con cualquier otro sistema generador de sonido que se nos ocurra.
El Live Looping o “loopeo” (en español podríamos traducirlo como “pergeñando bucles”) es una técnica que se está haciendo poco a poco muy popular entre músicos autosuficientes, que pueden afrontar y desarrollar en solitario y en vivo actuaciones, composiciones o improvisaciones valiéndose sólo de sus propios medios. Es por tanto muy útil para todo tipo de músicos pero especialmente enriquecedor para instrumentistas monódicos, músicos electrónicos o cantantes.
El uso de esta técnica por artistas mainstream como Ed Sheeran ha dado a conocer el Live Looping a públicos masivos:
El live looping (creación de bucles al vuelo) es la grabación y reproducción de muestras de audio en tiempo real, usando tanto hardware (cintas o hardware dedicado) o software. Este es un proceso con numerosas posibilidades sonoras, abierto a texturas instrumentales, improvisaciones y técnicas compositivas“
Hace poco tuve la suerte de asistir a un taller sobre esta técnica impartido por Simón García, y os voy a contar un poco mis sensaciones allí.
Una vez tenemos todos los bártulos conectados podemos empezar a jugar.
Este artículo sólo es una breve introducción para que os hagáis una idea de lo que se puede hacer, pero es curioso la cantidad de opciones que hay con solo dos pedales. Tenéis que tener en cuenta que podemos ir grabando una pista sobre otra hasta que nos cansemos, con la limitación de que deben tener la misma duración.:
Además, dispone de diversos ritmos pregrabados y efectos de sonido.
Las posibilidades son infinitas. Hay una tendencia a comenzar creando bucles rítmicos, ya sea haciendo beatbox con la boca sobre el micrófono (sobre esto también recibimos unas estupendas explicaciones de Simón), percutiendo en diversas partes del violín con los dedos, con golpes de arco como chops o golpes detachés, martelés, etc. Pero también se pueden crear pistas de sonidos no rítmicos, con toda clase de ruidos (ruido blanco, chirridos, etc.). Fue muy sugerente una demostración en la que Simón creó pistas de sonido relacionadas con el mar: olas, gaviotas, viento, que superpuestas crearon un fondo ambiental perfecto para la melodía de Titanic que dibujó después.
En el taller tuve la suerte (suerte para mí, mala suerte para los que tuvieron que escucharlo) de probar personalmente los pedales bajo la paciente dirección de Simón, que atendía con resignación a mis caóticos pisotones a la pedalera.
Perpetré unos ritmos de supuesto rock aporreando un pobre arco de fibra de carbono contra el mástil, y una vez creado el bucle traté de improvisar encima algún chirrido distorsionado que sonara metalero, aunque creo que el único efecto que produje fue el de preocupación en Simón.
La verdad es que tocar el violín es algo que ya de por sí exige de un buen porcentaje de neuronas trabajando a destajo. Como violinista estamos habituados a olvidarnos de los pies, así que, cuando te ves tocando y teniendo que pulsar pedales con precisión, de repente uno debe desdoblarse en en múltiples tareas con diferentes partes del cuerpo y se produce una especie de colapso de información en la que los miembros acaban desorientados. Al poco rato yo ya no sabía a qué pedal tenía que darle, qué quería hacer, así que para disimular pisaba al tuntún, con el consiguiente caos.
Desafortunadamente el tiempo pasa volando en estos cursos, y cuando nos quisimos dar cuenta ya no se podía seguir loopeando. Es una verdadera lástima, pero enfín, salí de allí con unas cuantas ideas y deberes para realizar, a saber:
La técnica del Live Looping es una herramienta increíble para quienes buscan dos cosas: la actuación en vivo en solitario y/o la composición. Es muy difícil para un violinista componer si no domina otros instrumentos en los que se puedan desarrollar acordes, ritmos, etc; ahora sin embargo podemos multiplicarnos en tiempo real para desarrollar profundidad armónica y rítmica con la que definir nuestros temas. Requiere entrenamiento, trabajo y esfuerzo mental, pero, sobre todo si te interesa el mundo de la composición, esta es una opción que te abrirá a un mundo de posibilidades.
Y además esto es un camino que puede enriquecerse y complicarse muchísimo, y si no lo creéis mirad la instalación de aparatos que se ha montado Casey Driesen:
Publicada: 16 de Mayo de 2016
Fecha límite de envío de solicitudes: 25 de Mayo de 2016
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Publicada: 16 de Mayo de 2016
Fecha límite de envío de solicitudes: 25 de Mayo de 2016
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