El cantante colombiano Juan Pablo Palma: ‘amar tu profesión’

¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música? 
Ver a mi abuelo ejecutando el clarinete, con su hermosas melodías de porros y fandangos, ritmos que enriquecen el bello repertorio de las tierras sabaneras en las costas Colombianas.


¿En qué momento decidiste que querías ser cantante?
Desde pequeño me empecé a enamorar de este arte, así que la decisión se fue dando con el tiempo, mientras me iba involucrando cada día más con mi instrumento, “la guitarra”, y después de un tiempo me di cuenta que no quería dedicarme a otra cosa que no fuera la música.


¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
He sido influenciado por muchos artistas, familiares músicos, amigos músicos, artistas reconocidos y no tan conocidos, he tenido la fortuna de conocer diferentes propuestas, enamorarme de ellas, y aprenderles mucho.


¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
Bueno me gusta explorar diferente géneros musicales, pero me siento muy a gusto componiendo y tocando dentro de mis shows, ritmos como la salsa, el boleros, reggae, rock, y pop.


Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional.

Cuando ingresé por primera vez a una orquesta musical, hice parte del coro, y también tenía a cargo dos temas del repertorio como solista, en esa agrupación aprendí mucho, conocí excelentes músicos, y también me enfrente por primera vez a escenarios importantes, donde empiezas a conocer las ansiedades que se manejan antes de los shows, y aprendes a manejar los miedos escénicos. 


¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes? ¿Qué crees que debería cambiar?
Estamos en tiempos de cambios importantes, y hay cosas que me emocionan mucho, por ejemplo que ya podemos trabajar de forma independiente sin depender de las grandes compañías, pero también es cierto que necesitamos más apoyo para seguir elaborando nuestros trabajos artísticos, hacer consciente a la gente del común y al estado, de que nuestros trabajos deben ser valorados para poder seguir trabajando y realizando arte de manera tranquila.


¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Esta es una carrera muy hermosa, pero los resultados no se dan inmediatamente, así que hay que ser muy constantes, estudiar con disciplina, aprender, explorar nuevas técnicas, y amar tu profesión.


MÁS INFO:

YA LLOVIENDO ESTÁ 3º y 4º de FERIA

¡ Hola! Somos los alumn@s de 3º y 4º del colegio de Feria. 
Esta canción es del curso de tercero y nos la hemos aprendido a la vez que aprendíamos las notas SI-LA-SOL en la flauta. Llevamos muy poquito tocando la flauta, pero esperamos que os guste.
Como los de 4º (que solo son cuatro) se la sabían del curso pasado



VÍDEO QUE NOS HA AYUDADO A APRENDERLA:
  

PARTITURA:

Apps para aprender a cantar: Voloco

Hoy os hablaré de una aplicación muy interesante, un tipo de autotune en tiempo real, llamado Voloco. Es decir, aunque cantes desafinado, oirás las notas con la frecuencia matemática precisa y exacta por los altavoces de tu auricular. 

Es divertida ya que te permite explorar tu voz partiendo de un tono cómodo y es capaz de configurar las melodías que vayas improvisando en la escala predeterminada que escojas, de modo que si haces, por ejemplo, un glissando y eliges la escala de blues, sólo interpretará las notas de esta escala.

Puedes seleccionar entre escalas: mayores, menores, pentatónica Mayor, pentatónica menor, menor armónica, hexátona (tono completo, se entiende la escala de "tonos enteros") y la cromática, partiendo desde la nota que quieras de las doce posibles (C es do, etcétera).

La versión gratuita ofrece un paquete de inicio con los siguientes menús: afinación natural, natural, súper vocoder, gran coro, sin efectos. El gran coro armoniza tu voz, es decir, podrás escuchar perfectamente afinada con terceras, quintas, etcétera tu propio timbre a la par que vas cantando. Es de lo más interesante de esta aplicación.

Sólo funciona con auriculares. 


ADIOS A LEONARD COHEN


El pasado 7 de noviembre falleció Leonard Cohen, poeta, novelista y cantautor canadiense. «Uno de los cantantes y compositores más fascinantes y enigmáticos de finales de los 60».


Pertenece a la galería de músicos del Salón de la Fama del Rock and Roll de los Estados Unidos y en el Salón de la Fama Musical de Canadá. 

Recibió la Orden de Canadá, la Orden Nacional de Quebec y en 2011 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Cohen creó canciones inolvidables durante 50 años de carrera musical.



Hijo de un sastre y una enfermera, de origen judío, nació en Montreal (Canadá) en 1934. A los nueve años perdió a su padre y tuvo que llevar el peso de ser el primogénito que debía velar por su madre y su hermana. Cohen encontró en la escritura su refugio emocional para superar la situación familiar.



A los 16 años tuvo el primer encuentro con la poesía de Federico García Lorca, su principal influencia. La soledad de la poesía de Lorca lo marcó, se identificaba plenamente con él y halló en sus versos su propia voz. Apartir de ese momento comienza una fructífera conexión con España y el mundo del flamenco.


Durante sus años de estudiante de Literatura en McGill, su relación con el mundo literario se enriqueció al conocer la obras de los grandes escritores como T. S. Eliot, Dostoievski, James Joyce, Dylan Thomas, Allen Ginsberg, Rimbaud, Mann, Ezra Pound, Goethe, Schiller y toda la gran fuente de la creación literaria occidental.

Fue alumno de dos importantes poetas canadienses: Louis Dudek e Irvin Layton quien influyó especialmente en su desarrollo como escritor. En 1954 publicó sus primeros poemas en la revista literaria de la universidad y ganó un importante concurso de poesía. Su talento fue reconocido y lo compararon incluso con James Joyce.





Sus primeros poemas tratan de la búsqueda del amor, del sentimiento religioso y del miedo y se recogen en su primera publicación Comparemos mitologías,que vieron la luz en 1956. En ese mismo año recibió un importante galardón a su trabajo. En Montreal y Toronto se empezó a hablar de la gran promesa de la poesía canadiense. Ese año también decidió mudarse a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de Columbia.


Nueva York le abrió una nueva frontera y allí pudo ser testigo de grandes cambios culturales y sociales que le hicieron madurar. Se encontró con los poetas beat y se quedó fascinado con la música de Woody Guthrie, Hank Williams y Johnny Cash.




Emprendió viajes por varios lugares del mundo donde fue testigo de hechos históricos importantes. Fue a Cuba a apoyar a Fidel, a Inglaterra y a Israel. Pero el que más marcó su vida fue el viaje a Grecia, a la isla de Hidra, donde conoció a Marianne, la gran musa que le inspiró una de sus canciones más hermosas, So Long Marianne.




En 1966 volvió a Nueva York en el auge de la psicodelia y el movimiento hippie. La ciudad se había dejado seducir por el diseñador y polifacético Andy Warhol y la Factoría, la ciudad de los Velvet Underground, Nico y Judy Collins, clave en su carrera como cantautor y a quien cedió una de sus primeras canciones, Suzanne, hecho que le abrió las puertas de la dicográfica Columbia. John Hammond, el mismo que reclutó a Dylan, se quedó encantado por la poesía y las melodías de Cohen. 


En un lapso de diez años, había publicado seis libros, cuatro de ellos de poesía y dos novelas biográficas, siendo la más relevante El juego favorito (1963), un compendio de vivencias de la niñez hasta sus viajes.


Ahora sus sueños de llegar a ser un cantautor como Bob Dylan, a quien admiraba profundamente, se estaban cumpliendo. Su album Songs of Leonard apareció en diciembre de 1967 y dio cuenta de una sensibilidad única para plasmar ideas o pensamientos que iban desde el amor, el desamor, la religión, la guerra, el nazismo, la muerte y sus preocupaciones espirituales.

Con el tiempo se convirtió en un clásico gracias a canciones como Suzanne, Sisters of Mercy, So Long, Marianne y The Stranger Song, todas caracterizadas por un timbre de voz grave, místico e inconfundible.



En 1977 lanzó su álbum Death of a Ladies’ Man,que él mismo consideró como menos logrado pero que realmente contiene grandes canciones como True Love Leaves No Traces, Paper Thin Hotel y su manifiesto emocional Death of a Ladies’ Man, la muerte del mujeriego.


Tras una pausa de cinco años, volvió en 1984 con el disco Various Positions. Cuando Cohen se lo llevó a CBS, su discográfica, fue rechazado tajantemente por Walter Yentnikoffv, quien le dijo: “Leonard, sabemos que usted es grande, pero no sabemos si el disco es bueno”. El empresario se equivocaba, pues en ese álbum, además de Hallelujah, su canción más conocida y más veces versionada, se encuentran Take This Waltz y Dance Me to the End of Love, la canción que exaltó la belleza de la música a pesar del horror del Holocausto. 


                           HALLELUJAH  ENLAZA                             




Cuatro años más tarde, Cohen regresó con el álbum I’m Your Man, el más exitoso en términos comerciales y que le dio un importante grado de visibilidad a finales de los años 80.




En los 90, su legado fue ampliamente reconocido a través de tributos y homenajes liderados por Bono y Nick Cave. Llevar una vida austera y humilde le permitió ver con otra perspectiva la década. Su álbum The Future de 1992, único editado en ese periodo, es una especie de canto profético ante la desbordada violencia racial que se vivía en Los Ángeles con la canción Anthem como referente.



Tras una intensa gira, el agotamiento le llevó a tomar la decisión de dedicarse a su familia, a la pintura y a la poesía y a resolver asuntos emocionales. En esta etapa llegó a recluirse durante cinco años en el monasterio de Mount Baldy, donde se ordenó como monje budista.



Esta época de recogimiento acaba con la entrada del nuevo milenio debido a un terrible desfalco financiero que le causó su representante, Kelly Lynch, quien le robó varios millones de dólares, además de hacerle perder los derechos de sus canciones. En el 2005, con 71 años, Cohen se enfrentó a la bancarrota empeñó su casa, recuperó algo de dinero y decidió trabajar nuevamente para cubrir ese hueco financiero.



Realizó numerosas giras por Canadá y Europa entre 2007 y 2009. Editó un álbum en vivo memorable, Live In London, y decidió darle continuidad a su carrera mientras la salud se lo permitiera. Y así fue, pues nos regaló otros tres álbumes en estudio.




Hace un par de semanas había presentado su nuevo disco, You Want It Darker, justo al otro día que se anunció el Nobel de Literatura para Dylan. Es un gran disco en el que explora las preocupaciones de un hombre adulto ante la inminente llegada de la muerte. Dijo que estaba preparado para el final, pero también acudió a la ironía para sustentar tal afirmación. “Solo estoy dejando la casa en orden”.



FUENTE: JACOBO CELNIK





ADIOS A LEONARD COHEN


El pasado 7 de noviembre falleció Leonard Cohen, poeta, novelista y cantautor canadiense. «Uno de los cantantes y compositores más fascinantes y enigmáticos de finales de los 60».


Pertenece a la galería de músicos del Salón de la Fama del Rock and Roll de los Estados Unidos y en el Salón de la Fama Musical de Canadá. 

Recibió la Orden de Canadá, la Orden Nacional de Quebec y en 2011 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Cohen creó canciones inolvidables durante 50 años de carrera musical.



Hijo de un sastre y una enfermera, de origen judío, nació en Montreal (Canadá), en 1934. A los nueve años perdió a su padre y tuvo que llevar el peso de ser un primogénito que debía velar por su madre y su hermana. Cohen encontró en la escritura su refugio emocional para superar la situación familiar.



A los 16 años tuvo el primer encuentro con la poesía de Federico García Lorca, su principal influencia. La soledad de la poesía de Lorca lo marcó, se identificaba plenamente con él y halló en sus versos su propia voz. Apartir de ese momento comienza una fructífera conexión con España y el mundo del flamenco.


Durante sus años de estudiante de Literatura en McGill, su relación con el mundo literario se enriqueció al conocer la obras de los grandes escritores como T. S. Eliot, Dostoievski, James Joyce, Dylan Thomas, Allen Ginsberg, Rimbaud, Mann, Ezra Pound, Goethe, Schiller y toda la gran fuente de la creación literaria occidental.

Fue alumno de dos importantes poetas canadienses: Louis Dudek e Irvin Layton quien influyó especialmente en su desarrollo como escritor. En 1954 publicó sus primeros poemas en la revista literaria de la universidad y ganó un importante concurso de poesía. Su talento fue reconocido y lo compararon incluso con James Joyce.



Sus primeros poemas tratan de la búsqueda del amor, del sentimiento religioso y del miedo y se recogen en su primera publicación Comparemos mitologías,que vieron la luz en 1956. En ese mismo año recibió un importante galardón a su trabajo. En Montreal y Toronto se empezó a hablar de la gran promesa de la poesía canadiense. Ese año también decidió mudarse a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de Columbia.


Nueva York le abrió una nueva frontera y allí pudo ser testigo de grandes cambios culturales y sociales que le hicieron madurar. Se encontró con los poetas beat y se quedó fascinado con la música de Woody Guthrie, Hank Williams y Johnny Cash.




Emprendió viajes por varios lugares del mundo donde fue testigo de hechos históricoa importantes. Fue a Cuba a apoyar a Fidel, a Inglaterra y a Israel. Pero el que más marcó su vida fue a Grecia, a la isla de Hidra, donde conoció a Marianne, la gran musa que le inspiró una de sus canciones más hermosas, So Long Marianne.



En 1966 volvió a Nueva York en el auge de la psicodelia y el movimiento hippie. La ciudad se había dejado seducir por el diseñador y polifacético Andy Warhol y la Factoría, la ciudad de los Velvet Underground, Nico y Judy Collins, clave en su carrera como cantautor y a quien cedió una de sus primeras canciones, Suzanne, hecho que le abrió las puertas de la dicográfica Columbia. John Hammond, el mismo que reclutó a Dylan, se quedó encantado por la poesía y las melodías de Cohen. 

En un lapso de diez años, había publicado seis libros, cuatro de ellos de poesía y dos novelas biográficas, siendo la más relevante El juego favorito (1963), un compendio de vivencias de la niñez hasta sus viajes.


Ahora sus sueños de llegar a ser un cantautor como Bob Dylan, a quien admiraba profundamente, se estaban cumpliendo. Su album Songs of Leonard apareció en diciembre de 1967 y dio cuenta de una sensibilidad única para plasmar ideas o pensamientos que iban desde el amor, el desamor, la religión, la guerra, el nazismo, la muerte y sus preocupaciones espirituales.

Con el tiempo se convirtió en un clásico gracias a canciones como Suzanne, Sisters of Mercy, So Long, Marianne y The Stranger Song, todas caracterizadas por un timbre de voz grave, místico e inconfundible.



En 1977 lanzó su ábum Death of a Ladies’ Man,que el mismo consideró como menos logrado pero que realmente contiene grandes canciones como True Love Leaves No Traces, Paper Thin Hotel y su manifiesto emocional Death of a Ladies’ Man, la muerte del mujeriego.


Tras una pausa de cinco años, volvió en 1984 con el disco Various Positions. Cuando Cohen se lo llevó a CBS, su discográfica, fue rechazado tajantemente por Walter Yentnikoffv, quien le dijo: “Leonard, sabemos que usted es grande, pero no sabemos si el disco es bueno”. El empresario se equivocaba, pues en ese álbum, además de Hallelujah, su canción más conocida y más veces versionada, se encuentran Take This Waltz y Dance Me to the End of Love, la canción que exaltó la belleza de la música a pesar del horror del Holocausto. 


                           HALLELUJAH  ENLAZA                             


Cuatro años más tarde, Cohen regresó con el álbum I’m Your Man, el más exitoso en términos comerciales y que le dio un importante grado de visibilidad a finales de los años 80.



En los 90, su legado fue ampliamente reconocido a través de tributos y homenajes liderados por Bono y Nick Cave. Llevar una vida austera y humilde le permitió ver con otra perspectiva la década. Su álbum The Future de 1992, único editado en ese periodo, es una especie de canto profético ante la desbordada violencia racial que se vivía en Los Ángeles con la canción Anthem como referente.



Tras una intensa gira, el agotamiento le llevó a tomar la decisión dedicarse de lleno a su familia, a la pintura y a la poesía y a resolver asuntos emocionales. En esta etapa llegó a recluirse durante cinco años en el monasterio de Mount Baldy, donde se ordenó como monje budista.



Esta época de recogimiento acaba con la entrada del nuevo milenio debido a un terrible desfalco financiero que le causó su representante, Kelly Lynch, quien le robó varios millones de dólares, además hacerle perder los derechos de sus canciones. En el 2005, con 71 años, Cohen se enfrentó a la bancarrota empeñó su casa, recuperó algo de dinero y decidió trabajar nuevamente para cubrir ese hueco financiero.



Realizó numerosas giras por Canadá y Europa entre 2007 y 2009. Editó un álbum en vivo memorable, Live In London, y decidió darle continuidad a su carrera mientras la salud se lo permitiera. Y así fue, pues nos regaló otros tres álbumes en estudio.




Hace un par de semanas había presentado su nuevo disco, You Want It Darker, justo al otro día que se anunció el Nobel de Literatura para Dylan. Es un gran disco en el que explora las preocupaciones de un hombre adulto ante la inminente llegada de la muerte. Dijo que estaba preparado para el final, pero también acudió a la ironía para sustentar tal afirmación. “Solo estoy dejando la casa en orden”.



FUENTE: JACOBO CELNIK