Hokum: aprendiendo armonía e improvisación a través del Folk.

  • Guitarrista: OK, este tema está en Do, es el típico I-IV-V7, hacemos una vuelta I-IV-I-V7-I, luego Jesús haces un solo, improvisa algo molón ahí, después otra vuelta, estribillo, otro solo, esta vez de armónica, otra vuelta con el banjo, y terminamos en séptima.
  • Yo: Vaaaaale (ay dios mío, quiero una partitura).

Los que hemos aprendido a tocar el violín fuera de los Conservatorios, con profesores particulares o en escuelas de barrio, no solemos tener una formación musical teórica más allá de poder leer partituras fielmente y tocar de memoria algunas escalas y arpegios. Cuando empecé a probar tocar el violín en compañía de gente, en grupos de música no clásica, me di cuenta de que mi forma de afrontar la interpretación no tenía nada que ver con la de los guitarristas, bajistas u otros músicos de la banda. Y tuve que cambiar totalmente mi planteamiento a la hora de tocar.

Por suerte, de niño practiqué un poco la guitarra y recordaba algunas nociones que me permitían entender algo de la progresión de acordes y las estructuras de las canciones. Miraba de reojo al guitarrista qué posiciones de las manos adoptaba para ver en qué acorde estábamos.

Aun así, desde entonces siempre que puedo estudio los mecanismos de la armonía, cómo se forman las escalas, los acordes, las diferentes funciones tonales, los modos… tenía muchos conceptos confusos. Con paciencia, dedicándole un poco de tiempo de vez en cuando a algunas lecturas, practicando despacio con mi instrumento y conversando con otros músicos, he ido aclarando conceptos. En especial, tocar en grupo me ha hecho madurar mucho como músico.

Por eso me parece tan valioso el libro que os presento hoy aquí: “Hokum: Theroy and Scales for Fiddle Tunes and Fiddle Improvisation”, un libro que parte de la música fiddle (música folk, se entiende) para enseñarnos, progresivamente y mediante ejercicios prácticos, los conceptos básicos de la música modal: nos enseñarán, poco a poco y con una curva de aprendizaje muy bien medida:

  • Las escalas principales (mayor, menor, pentatónica, escala dominante, blues…).
  • Cómo se forman los acordes simples, sus intervalos.
  • Las funciones tonales I, IV y V de los acordes, y sobre todo la piedra angular de la armonía en la música occidental: el movimiento armónico de los acordes  V-> I.
  • Los acordes de séptima, cómo se forman, y cuando usarlos.
  • Los acordes alterados: extendidos, disminuuidos, aumentdos, como se forman y cuándo usarlos.
  • Las principales escalas y modos alternativos (dórica, frigia, mixolidia…)

Todo esto además lo plantea de un modo eminentemente práctico, que es en mi opinión la única manera de que interiorizar los conceptos no solo de un modo racional sino intuitivamente; sólo se enseñan las tonalidades y progresiones más comunes en la música popular. No encuentras más de cuatro sostenidos en ningún ejercicio, casi todos basados en temas conocidos de la tradición folk y celta. Es un libro con el que puedes aprender teoría colocándolo en el atril y con el violín al hombro. Aunque hay algunas parrafadas largas, la mayor parte de lo que aprenderemos será con ejercicios sencillos con los que progresivamente iremos adentrándonos en conceptos que, hasta entonces, nos parecían incomprensibles. Si eres de los que, cuando ves encima del pentagrama algo como G#7b9 y te quedas como pensando para qué leches es eso, este libro te va a ayudar a resolver tus dudas sin todo ese esfuerzo ingrato que esperas.

Eso sí, es imprescindible leer bien el idioma inglés.

Aquí podéis adquirir on-line el libro:

 

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Hokum: Theory and Scales for Fiddle Tunes and Fiddle Improvisation
Composed by Leon Grizzard. Squareback saddle-stitched, Theory & Harmony. Fiddle Tunes. Book. Published by Mel Bay Publications, Inc (MB.98057).

Pero voy a dejar que sea el propio autor, Leon Grizzard, quien describa el objetivo de su obra:


He escrito este libro por tres motivos principales:

  1. Enseñar teoría musical y escalas aplicadas a canciones fiddle de las tradiciones americana y celta.
  2. Enseñar a improvisar con el violín.
  3. Mostrar materiales adicionales que ayuden a los violinistas en otros estilos populares.

Este no es un libro de licks, ni de transcripciones de los grandes solos de temas fiddle, para que los estudies y los emules. Este libro te enseñará la estructura teórica de las canciones para fiddle, o de los solos de fiddle; las escalas y arpegios que los fiddlers usan hoy en día, aunque ellos no lo sepan. Si actualmente ya improvisas o tocas variaciones de temas conocidos, ya estás usando esas escalas y arpegios, sólo espero que el libro te ayude a entender ese lenguaje, que de algún modo ya dominas gracias a tu oído, y ayudarte a entender cómo funcionan y porqué.


Gracias a Google Books, podéis echarle un vistazo al libro antes de comprarlo:

Aproximación a canciones con la Escala Mayor.

En general, trataremos los sonidos del modo mayor: las tres notas básicas de los acordes mayores; la escala pentatónica mayor y la escala mayor. Veremos cómo esas tres expresiones del “sonido mayor” se encuentran mayoritariamente en las canciones fiddle. Haremos ejercicios que te permitirán tocar diversos arpegios y escalas de memoria y combinando unos con otros.

Para improvisar, el planteamiento es cambiar de escala cuando se cambia de acorde (Apunte mío: no estoy de acuerdo con este planteamiento: aunque en rigor no es incorrecto, significaría no sólo cambiar de escala, sino de modo, dependiendo de la función tonal del acorde, lo que es confuso, y en realidad él luego en los ejercicios no lo desarrolla así).  Al tocar sobre el acorde de C (Do), tú tocas alguna especie de escala de Do; cuando tocas sobre un acorde de F (Fa), tocas una especie de escala de Fa; y cuando tocas sobre un acorde G7 (Sol séptima), tocas una escala de Sol dominante. Esto no es tan complicando de aprender como parece al principio. Un puñado de arpegios y escalas cubrirá la mayoría de los temas populares en las tonalidades más importantes: D, G, A y C.

Además de este acercamiento a los acordes, improvisarás simplemente tocando melódicamente en la tonalidad en la que te encuentras (por ejemplo, al tocar el tema Liberty en D, puedes meterle mano con la escala D mayor, en todos sus cambios de acorde). Pero aun teniendo en cuenta esto, es importante tocar las notas adecuadas de la escala D mayor. Por ejemplo, si tocas sobre un acorde de D en la tonalidad de D, e intentas tocar usando solamente las notas G, C#, B y E, no sonará tan armonioso como si tocaras las notas del acorde de D: D, F# y A, sobre todo en tu frase. Tiene sentido. A menudo, te hablaré de tocar acordes basados en la escala, cambiando de escala con cada cambio de acorde, y aun estarás tocando todas las notas de la tonalidad en la que está la canción; el punto está en la selección de notas.

Por supuesto, los cambios de acorde en los temas fiddle no están grabados en piedra; hay variaciones, y mucha ambigüedad sobre cuál es el mejor o más correcto acorde.  En cualquier caso, con las canciones en tonalidad mayor, la armonía básica es sugerida claramente por la música, incluso aunque la progresión de acordes pudiera ser abrillantada. Terminarás dominando a fondo los acordes de la música fiddle, y estarás en posición de elegir inteligentemente las mejores opciones sobre cambios de acordes y qué escalas usar.

Un modesto ensayo

Algo bonito de la música fiddle es su antigüedad. Mientras investigaba (léase: metía la pata), encontré algunas cosas que no conseguía encajar en ninguna parte y habrían complicado el texto demasiado. Lo que sigue no es una lección, sino un resumen de lo que creo que he descubierto y puede proporcionarte experiencia cuando leas sobre este tema en cualquier otro sitio.

¿Hay una base natural en las escalas y la armonía?

Yo creo que la respuesta es sí, con algunas dudas sobre cuán lejos esto te puede llevar. Existe una relación absolutamente natural entre una nota y la nota una quinta superior a ella. Es un reconocimiento casi universal en la música que indica claramente que los humanos tenemos cierta predisposición a preferir la quinta justa. Es agradable a nuestros oídos y constituye el intervalo armónico más estable después de la octava. Al oído humano le resulta comparativamente más fácil lidiar con las vibraciones producidas por intervalos con relaciones sencillas entre sí, como las de 1:2 de una octava, o la relación 2:3 de una quinta justa. Además, la quinta justa es el segundo armónico, tras la octava. Para aquellos de vosotros que no tenéis conocimientos sobre esto: cuando una cuerda o columna de aire vibra lo suficientemente deprisa como para oírlo como una nota, la vibración no sólo se produce con la frecuencia a la que vibra la nota fundamental, sino también a otras frecuencias, llamadas armónicos. Podemos oír entre seis y ocho de estos armónicos, y su intensidad relativa es la que proporciona a cada instrumento su timbre característico; es decir, que un violín suene como un violín y una flauta suene como una flauta. La cuarta justa es la inversión de la quinta justa, y también se la ha considerado como un intervalo especial, aunque no sea un intervalo tan estable. Y todo esto ha sido probado en experimentos de laboratorio.