Tu voz nace en tu mente

Llevo 3 años estudiando contigo, y al acabar una sesión nunca he sentido ninguna molestia en la voz. He estudiado con profesores muy buenos durante 12 años, y siempre terminaba con la voz cansada.

Esto me lo dijo Laura el pasado miércoles, y me hizo pensar en la de cosas que damos por hechas.

Que si las notas agudas tienen que costar esfuerzo, que si tengo que coger más aire para que no se me acabe, …

Que si después de una sesión es normal acabar con la garganta “trabajada”.

Pero va más allá de todo esto. Estoy hablando de cómo utilizas tu voz.

Literalmente.

Hablo de cada pensamiento que tienes para accionar la maquinaria que es tu voz.

Algo tiene que pasar por tu cabeza cuando cantas una nota grave, y algo distinto cuando cantas una nota aguda.

Eso también se puede cambiar. Eso se debe cambiar.

Tu voz nace en tu mente. Por eso es tan difícil aprender a controlarla de una forma diferente de la que ya conoces.

Es normal obsesionarse con que “este músculo hace esto” o “este hace esto otro”, e igual de normal es olvidarse de que el inicio de todo es ese primer pensamiento.

El interruptor de la máquina.

Si no cuestionas tu forma de cantar una nota grave, por ejemplo, no la vas a cambiar nunca.

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