Danzas populares y filatelia (2ª parte)

LA MUÑEIRA

 
La Muñeira, con procedencia etimológica del gallego muiño o molino, es el baile más característico de Galicia. De origen incierto, algunos autores vinculan este baile con antiguas danzas prerromanas, mientras que otros lo hacen con las fiestas que se celebraban en los molinos mientras esperaban para recoger la harina. El baile adopta distintos pasos según las comarcas y se inicia con la formación de filas de hombres y mujeres, frente a frente, que bailan sueltos formando un conjunto. El hombre interpreta con movimientos enérgicos e impetuosos los puntos, giros y piruetas con los brazos en alto, y la mujer lo hace con movimientos pausados y tímidos y con los brazos más bajos. Consta como mínimo de dos partes: el punto, de gran variedad dependiendo de la destreza de cada bailador y la volta, o rueda que hacen los danzantes y en la que van cambiando de posición. Se acompaña con música de gaitas, bombo y panderetas. Entre la diversidad de muñeiras caben citar las tocadas, las cantadas, las acordadas, las no acordadas y la más popular: la muñeira do espantallo, inspirada en un espantapájaros.

EL FANDANGO

Conocido desde finales del siglo XVIII, El Fandango es considerado como uno de los bailes más populares y de mayor arraigo en la geografía española. Es muy común en toda Andalucía, donde adoptó aires aflamencados, extendiéndose a otros puntos de la península. Málaga, con sus verdiales, y Huelva, con características especiales, son las provincias donde goza de mayor popularidad. Con ciertas variaciones se baila en Baleares, Levante, País Vasco, Murcia, siendo muy conocidos el de Jumilla y Yecla, y en Castilla, donde se imponen los fandangos charros de Salamanca. También en las Islas Filipinas conservan este baile popular desde la época colonial.
Del fandango derivan las malagueñas, las rondeñas, las granadinas, los verdiales y las murcianas, entre otras danzas, que se acompañan generalmente con música de guitarra, castañuelas o palillos y, en algunas ocasiones, por el violín. Los pasos pueden ser interpretados por una o varias parejas provistas de castañuelas que siguen el compás de la música con suaves ondulaciones. La mujer se distingue en sus movimientos por la suavidad y flexibilidad, a la vez que marca con precisión el compás con el taconeo en el suelo.




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