Como ya se acercan las vacaciones, he creado unos juegos para que disfrutéis mientras mejoráis en el reconocimiento de notas musicales (un entrenamiento auditivo divertido que vendrá fenomenal para los dictados melódicos). Uno es de temática espacial y el otro es navideño (inspirado en una idea de una de mis alumnas, Sandra Novais). En los dos juegos hay que reconocer unas notas por su sonido y escribir su nombre con cifrado americano, por lo que es necesario el teclado del ordenador o el teclado externo de la tablet (no os preocupéis si no conocéis las letras del cifrado americano: os las indica el propio juego). Podéis jugar tantas veces como queráis y mejorar vuestra puntuación, pues el orden de las notas irá cambiando. El ámbito es algo mayor de una octava. ¡Mucha suerte! He ideado y programado estos juegos con Scratch. Pueden compartirse libremente mientras no se haga un uso comercial y se me mencione como autora (Adriana Cristina García, del blog Aula Musical de Adriana). Mañana subiré otros juegos similares que han realizado mis alumnos de Pedagogía del Conservatorio Superior de Música de A Coruña (os anticipo que les han quedado chulísimos). Espero que los disfrutéis. Empezad haciendo clic en la flecha verde. (Si no carga, podéis ver el primer juego pinchando aquí y el segundo pinchando aquí)
Aquí tenéis el nuevo juego que he diseñado con Scratch. Cada uno de los personajes representa un sonido de la escala de Do Mayor. Pinchando en ellos, podréis construir vuestras propias melodías. Es hora de soltar vuestra creatividad. Empezad haciendo clic en la flecha verde. Que lo disfrutéis. (Si no carga, podéis ver el juego pinchando aquí)
Hoy, 8 de marzo, quiero reivindicar la figura de la gran pedagoga musical Sarah Ann Glover (1785-1867), cuya influencia transformó por completo la educación musical hasta nuestros días. ¿La conocéis? Seguro que sí conocéis muchas de sus aportaciones, como el sistema del Do Móvil, adoptado en multitud de países como Inglaterra, Estados Unidos o Hungría. ¿Y conocéis a Zoltán Kodály o a John Curwen? Si leéis hasta el final, veréis cuánto le deben estos célebres pedagogos a Glover.
Sarah Ann Glover dirigía el coro de la iglesia y era maestra en las escuelas dominicales de la localidad de Norwich, Inglaterra (donde su padre era sacerdote). Probó distintas metodologías musicales y consiguió que sus pupilos de coro causasen admiración, por lo que era requerida para enseñar música a directoras de coros de otras congregaciones.
Adaptó el modelo de las sílabas musicales inventadas por Guido d'Arezzo (en origen Ut-re-mi-fa-sol-la y siglos más tarde do-re-mi-fa-sol-la-si) a un sistema de solfeo relativo en el que el Do se convertía en la tónica (la primera nota) de cualquier tonalidad mayor y el La en la tónica de cualquier tonalidad menor. Por tanto, las sílabas Do-Re-Mi-Fa-Sol-La-Si representarían grados de la escala. Recordemos que en Inglaterra y otros muchos países las notas musicales se nombran con letras: A=la, B=si, C=do, D=re, E=mi, F=fa, G=sol (es lo que conocemos como cifrado americano: en España se hace muy difícil emplear el método del Do móvil al emplear las sílabas do-re-mi-fa-sol-la-si para alturas absolutas, aunque hay algunos intentos muy creativos como el de Katherine Raymond en oidomusical.com).
Sarah Glover anotaba las iniciales de estas sílabas d-r-m-f-s-l-t, decidiendo cambiar el Si por Ti para evitar la coincidencia de la S. ¿Verdad que si habéis escuchado en versión original el Do-re-mi de Sonrisas y Lágrimas notáis que cantan Ti en lugar de Si? Pues ese Ti fue un invento de Sarah Glover, al igual que el hecho de emplear esas sílabas para la escala mayor, en cualquier tonalidad (da igual que sea la escala de Sol (G) Mayor, que la de Mi bemol (Eb) Mayor o Fa sostenido (F#) Mayor: en los países que emplean el Do móvil, todas las escalas mayores se cantan con esas sílabas).
Sarah Glover decidió publicar su método de enseñanza musical en un libro que llamó Scheme to Render Psalmody Congregational (Esquema para la representación de la salmodia congregacional) libro que vio la luz en 1835, pero... no puso su nombre en él. Lo publicó como libro anónimo, como ocurrió con tantas obras escritas por mujeres, que temían no ser tomadas en serio si se descubría su autoría (recordemos la célebre frase de Virginia Woolf, que creía que muchos poemas anónimos habían sido escritos por mujeres). Su Esquema... incluye un manual para el profesor y dos libros para los alumnos con repertorio de cánones y salmos en notación sol-fa, secuenciados por dificultad.
Entre las ventajas que veía a su método de sol-fa, podemos destacar que no era necesario cantar los textos sagrados hasta que las melodías estuvieran bien aprendidas, se evitaban las complejidades del sistema de armaduras y se veía más claramente la relación entre notas del mismo nombre en diferentes octavas (algo que no se aprecia tan bien en el pentagrama). No obstante, no pretendía sustituir la escritura tradicional en pentagrama sino facilitar el aprendizaje musical.
Con este sistema, se obvian las alteraciones propias (las armaduras) pero no las accidentales: para ellas, inventó distintas terminaciones. Doy-roy-moy-foy-soy-loy-toy eran los 7 grados alterados ascendentemente y dow-row-mow-fow-sow-low-tow alterados descendentemente (con excepciones: bah y ne indicaban el VI y VII grado de la escala menor melódica). El mayor problema venía con las modulaciones, que implicaban complejos cambios vocálicos en las sílabas de sol-fa, aunque apenas había cambios de tonalidad en el repertorio que afrontaban sus coros.
El ritmo se indicaba mediante un sistema de líneas y puntos que separaban pulsos y compases. El símbolo + indicaba un silencio de un pulso. Los cambios de octava se indicaban con tildes. Así se evitaba el empleo del pentagrama y de las figuras musicales.
Glover pedía a sus estudiantes que entonasen distintas notas que iba señalando en un gráfico vertical que llamó Escalera de Norwich (Norwich Ladder) y que podéis ver en la siguiente imagen, sostenido por la propia Sarah Glover.
En 1841, John Curwen recibe el encargo de examinar los distintos métodos de enseñanza musical que se empleaban en Inglaterra, para determinar cuál era el mejor. Tiempo atrás, Curwen había tomado a su cargo una clase de canto, sin mucho éxito, y al ver que fracasaba pidió ayuda a familiares y amigos. Uno de ellos (que trabajaba en Norwich), le envió una copia del libro de Glover. Al principio Curwen no le hizo mucho caso, pero al recibir el encargo de 1841 desempolvó el libro y, tras compararlo con muchos otros, le pareció claramente superior. Curwen, que entonces no era un gran lector de partituras, se maravillaba de que tras unas pocas semanas había conseguido leer y entonar correctamente nuevas melodías gracias a este método.
Se le había encomendado encontrar el mejor método de enseñanza musical, pero Curwen no se limitó a recomendar el libro de Glover, sino que lo adaptó y republicó. No le pidió permiso a Sarah Glover pero sí tuvo la "gentileza" de felicitarla e informarla de su "mejora" y próxima publicación del método que bautizó como el "Método Tonic Sol-Fa de Curwen", en octubre de 1841.
Además, Curwen adaptó la Escalera de Norwich y la renombró como Curwen's Modulator, herramienta que se vendió a escuelas de música durante todo un siglo. Vean y comparen.
Peggy Bennet, en su artículo "Sarah Glover: a forgotten pioneer in music education", muestra una reveladora carta escrita en 1879 por un asistente de Glover y dirigida al editor del periódico Norwich Mercury. Traduzco aquí un fragmento:
En su número del miércoles 23, hay una carta firmada como Tonic Sol-Fa en la que el escritor dice que la señorita Glover era parte consentidora en el cambio hecho en su sistema por el señor Curwen. Puedo negar esto con total confianza. Nunca se le pidió su consentimiento. [...] Recuerdo al señor Curwen viniendo de Londres y siendo presentado a la señorita G., y cómo ella le dio la bienvenida a su casa y lo llevó a la escuela en Black Boy Yard, St. George's y le enseñó su sistema, bajo la promesa [...] de seguir conectados. Recuerdo que tras su regreso a Londres, ella esperó durante semanas hasta que tuvo noticias. Pero una tarde me llamó para trabajar y cuando ya me iba me dijo: "¡Oh! Al fin he sabido algo del señor Curwen". Yo estaba encantado de oír eso y le dije: ¿Puedo preguntar qué cuenta de la introducción del método en Londres? Como respuesta, ella puso en mis manos un gran sobre, que contenía una escalera musical, un facsímil del de la señorita Glover con esta diferencia: donde ella tenía letras mayúsculas, él puso minúsculas, donde ella tenía minúsculas él puso cursiva y donde ella tenía cursiva él puso caracteres Old English. También había un pequeño libro de cantos escolares en notación de letras con las mismas alteraciones. Cuando vi el contenido del sobre, me quedé atónito y la miré a ella. La señorita Cristiana, que era más impulsiva que su hermana, sugirió, usando un epíteto, que debería ser procesado. [...] Entonces la señora Glover dijo: "Oh, hermana, hermana; contén tu lengua y recuerda que debemos perdonar a nuestros enemigos y rezar por aquellos que, a pesar de todo, nos utilizan". Volviéndose a mi, dijo: "Debo decir que estoy muy dolida por este abuso de confianza, pero con la ayuda de Dios me recuperaré de este dolor".
Sarah Glover nunca quiso un enfrentamiento con Curwen. Se sabe que se encontraron cordialmente en varias ocasiones: él visitó su escuela y Glover y su hermana fueron invitadas a Londres para una presentación del Tonic Sol-Fa. También se puso una piedra en memoria de Sarah Glover en la inauguración del Tonic Sol-fa College. Pero tras las primeras publicaciones de Curwen, Glover publicó en 1845 La historia del Norwich sol-fa, y en 1848 reeditó su libro anterior con un nuevo nombre, Manual del sistema Norwich sol-fa. Entiendo que estas publicaciones eran una manera indirecta de reivindicar su invención del método sol-fa.
Los libros editados por Curwen tuvieron un gran éxito y fueron adoptados en toda Inglaterra. Una de las aportaciones originales de Curwen fueron los signos de fononimia que aún hoy utilizamos en muchas clases de música.
El gran pedagogo húngaro Zoltán Kodály, visitó Inglaterra y conoció el método Tonic Sol-Fa, adaptando muchos de sus fundamentos. Gracias a Kodály, se extendió por todo el mundo.
Pero el nombre de Sarah Ann Glover quedó en el olvido hasta que fue rescatado por Bernarr Rainbow para su libro The land without music, de 1967.
¿Cuántas historias como esta desconocemos? Gracias, Sarah Ann Glover, por toda tu dedicación a la enseñanza musical.
Adriana Cristina García
aulamusicaldeadriana.blogspot.com
Bibliografía
Bennet, P. D.: "Sarah Glover: a forgotten pioneer in music education" en Journal of Research in Music Education, vol. 22, núm. 1, 1984, pp. 49-65.
Rainbow, B.: “Curwen's Visit to Norwich” en The Musical Times, vol. 121, núm. 1646, 1980, pp. 233–236.
Rainbow, B.: The land without music: musical education in England 1800-1860 and its continental antecedents, Novello, Londres, 1967.
La décima sorpresa del X aniversario del blog se ha hecho esperar un poquito pero creo que merecerá la pena.
Mis alumnos de didáctica del lenguaje musical en el Conservatorio Superior de Música de A Coruña me han pedido que les enseñe a hacer vídeos didácticos como los de mi canal de YouTube, así que hemos dedicado un par de clases a eso y ya podéis ver cinco vídeos que han realizado para el trabajo del dictado musical en un nivel muy sencillo.
Desde aquí les felicito y les doy las gracias por animarse a compartirlos en el blog.
Como a una de estas alumnas le gusta especialmente la Navidad, he decidido incluir estos y otros vídeos didácticos de lenguaje musical en un tradicional calendario de adviento: cada día entre el 1 y el 24 de diciembre podréis abrir una nueva ventana con un vídeo de niveles básicos de lenguaje musical. ¿Os animáis a practicar así el lenguaje musical hasta que llegue Navidad? ¡Que lo disfrutéis! También puedes ver el calendario en una ventana nueva haciendo clic aquí.
Cuando empecé a publicar las sorpresas del aniversario del blog no podía ni imaginarme que una de esas sorpresas sería también para mi.
Es una noticia alegre aunque lleva una parte muy triste: la despedida del Conservatorio de Gijón, donde he tenido unos alumnos maravillosos a lo largo de estos años, y unos compañeros estupendos.
No me marcharía si no fuera por una oportunidad imposible de rechazar, como es esta: he conseguido una plaza de catedrática de música y artes escénicas, en la especialidad de pedagogía. Me he incorporado al Conservatorio Superior de Música de La Coruña para formar a los futuros profesores de lenguaje musical (estudios superiores de pedagogía general y del lenguaje musical). Una gran responsabilidad que afronto con muchísima ilusión.
A mis queridos alumnos (ya exalumnos) de lenguaje musical del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón, en el aula virtual que aún estará activa el próximo mes, tenéis un mensaje de despedida especial para vosotros. A los alumnos de danza: gracias por un curso maravilloso de rítmica Dalcroze; siempre os recordaré con mucho cariño. Más que una despedida es un "hasta pronto". Si en algún momento puedo ir a veros a alguna actuación, tened por seguro que lo haré. Además, seguiré estando disponible para lo que necesitéis a través del correo electrónico, el blog y las redes sociales del Aula Musical de Adriana.
Sé que os alegraréis por mi. Gracias por lo bien que me habéis tratado en este tiempo y lo mucho que os habéis esforzado en mi asignatura. Os dejo unos vídeos que espero que os traigan bonitos recuerdos. Un abrazo enorme.
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