EN LA COLINA DEL TROLL


En el municipio de Bergen y a unos minutos de la ciudad del mismo nombre se encuentra la casa museo de Edvard Grieg (1843-1907), un pequeño y delicioso universo en torno a la figura del compositor construido en un lugar de cuento. 
Hoy  visitamos Troldhaugen.


Los acordes iniciales de su Concierto para piano en La menor suenan anunciando la parada en el tren ligero que nos conduce desde Bergen hasta Hop.  Allí, en lo alto de una colina sobre el lago Nordas se encuentra Troldhaugen, la  casa en la que vivieron Edvard Grieg y su esposa  Nina Hagerup.

Troldhaugen significa "colina del Troll" y a ella se llega subiendo una pequeña carretera  jalonada por  árboles inmensos  (en Noruega todo es inmenso). Tras un agradable paseo llegamos al amplio recinto que alberga hoy todo un complejo constituido por  la villa, el museo, la cabaña y el auditorio (Troldsalen).  Es impresionante y conmovedora la devoción que muestran  los noruegos por su compositor más universal. 

La casa - en la imagen superior - fue su residencia en Noruega especialmente durante los veranos (Grieg alcanzó una gran fama durante su vida, pasaba largas temporadas viajando y ofreciendo conciertos por Europa,  además  su posición le permitía "emigrar" al sur en el invierno en busca de temperaturas menos severas). Construida en 1885, se conserva prácticamente  como era entonces, con los muebles, los objetos, los recuerdos personales,  los retratos diversos y el gran piano en el salón donde se  siguen celebrando veladas musicales. Una joven guía  va explicando mil anécdotas e historias de la vida del compositor y de su esposa (música también), de su relación con el dramaturgo Henrik  Ibsen, con el compositor Rikard Nordraak o con la otra gran figura del romanticismo musical noruego e impulsor del nacionalismo, el famoso violinista Ole Bull.

Foto: Diariohispaniola.com
Más abajo, en la ladera que termina junto al lago,  encontramos la pequeña cabaña que Grieg mandó construir también: un refugio en el que poder aislarse y dedicarse por entero a la composición lejos de cualquier posible distracción mundana. En su interior pueden verse su otro piano, alguna butaca y el escritorio bajo una ventana abierta a la espléndida naturaleza circundante; el sueño de cualquier artista.





















Junto a la villa también se encuentra Troldsalen, el moderno y elegante auditorio construido sobre la  inspiradora  vista que tanto debió gustar al compositor e inaugurado en 1985, cien años después de la construcción de la casa; en él se celebran conciertos diarios durante el verano y es la sede del  prestigioso Concurso internacional de piano Edvard Grieg
Asistir a uno de esos conciertos resulta una  experiencia inolvidable.


Otro edificio moderno acoge el museo en el que pueden verse sus partituras manuscritas, sus instrumentos musicales o sus objetos favoritos. Por último, en una  pared de la montaña,  frente al lago, se encuentra la tumba de ambos: Edvard y  Nina.


Edvard Grieg legó sus notas manuscritas, artículos, cartas y libros a la Biblioteca Pública de Bergen; poniendo  todo este material a disposición del público facilitó el conocimiento y el estudio de su vida, de su carácter, de su estilo y de su obra.
Su música, profundamente arraigada en las melodías y ritmos folclóricos de su tierra, se convirtió en un símbolo del orgullo cultural noruegoFue un auténtico  maestro de la melodía, sus temas líricos y evocadores sedujeron a los más destacados compositores del momento que lo admiraron y respetaron profundamente. Cultivó con especial mimo  y extraordinaria destreza la pequeña forma. En en amplísimo catálogo de estas piezas encontramos  sentimientos,  intimidad, arraigo y amor patrio, es decir,  romanticismo y nacionalismo.

Para hacernos una idea de la belleza, el carácter y la grandeza de su obra valgan los tres ejemplos que a continuación dejaré: como podrá comprobarse si se escucha atentamente, Edvard Grieg es mucho más que Peer Gynt.

En primer lugar el Concierto para piano en la menor, Op.16 cuyos famosísimos acordes citábamos al comienzo y que es célebre por su belleza lírica y su intensidad dramática. 
El icónico tema de apertura se reconoce al instante y la interpretación, también.

  

Ahora,  la profunda melancolía de La última primavera (Piezas líricas Op. 47) .  


Y nos despedimos con una de sus numerosas Danzas Noruegas para piano, la segunda de su opus 35. Una delicia.






Para saber más:



Edvard Grieg,  intimismo noruego (interactivo monográfico). RTVE

Entradas relacionadas:




DE VIAJES Y PERSONAJES


Algunas veces los viajes resultan experiencias decisivas, iniciáticas podríamos decir,  bien por el descubrimiento   de nuevos lugares y personas -  incluso de quienes nos acompañan - , bien por las vivencias de nuevas situaciones, bien por el sentimiento  de satisfacción  de  ilusiones hasta entonces incumplidas y quizás también por el reconocimiento de uno mismo.  
Cualquiera de esas razones podría constituirse en tema de creación para un artista o incluso en tema para una entrada bloguera como esta. Pero ninguna de ellas será la que  mueva al protagonista de nuestra historia de hoy a recorrer  mundo.
Hoy hablamos de Ibsen, de Grieg y de Peer Gynt.

En 1876 el famoso escritor noruego Henrik Ibsen (gloria nacional de la literatura noruega) estrenó en Oslo una obra teatral titulada Peer Gynt en la que se cuentan las peripecias de un joven así llamado que emprende un largo viaje.

"¡Quiero ser rey, emperador!...Déjame tiempo,  verás  a lo que llego." 

El ambicioso Peer Gynt saldrá de su tierra en busca de  grandeza y reconocimiento; la necesidad de  admiración y el deseo de sentirse importante serán el motor que lo impulse a viajar a otros lugares; ese egotismo al que tan acertadamente alude José Ángel de Benito en su programa Música y significado.
Ibsen encargó la música incidental para la representación a su compatriota Edvard GriegEstamos pues ante otra maravillosa  colaboración entre dos grandes figuras de la literatura y de la música.

Grieg,  máximo representante del nacionalismo musical noruego, creó para la ocasión la que después se convertiría en su obra más famosa. Aunque esta incluye gran  variedad de números instrumentales y vocales, fueron  las dos suites orquestales que el propio compositor publicó con posterioridad - habida cuenta del gran éxito obtenido - las que se hicieron extraordinariamente populares; en ellas reunió ocho de las veintitrés piezas que  conformaban la obra original. 
          


El compositor Edvard Grieg
. Eilif Peterssen. 1891
.
          Suite n°1  (op.46)

               La mañana
               Muerte de Ase
               Danza de Anitra
              En la cueva del rey de la montaña 

          Suite n°2  (op.55)

               Lamento de Ingrid 
               Danza árabe 
               El regreso de Peer Gynt
               Canción de Solveig

   (Pueden escucharse en este enlace).

En Peer Gynt podemos encontrar todo aquello que caracteriza e identifica al romanticismo: lo exótico y lejano (recordemos el gran  auge de los viajes en aquella época), la utilización de escalas y melodías tradicionales y folklóricas, sonoridades orientales, una brillante orquestación y un rico colorido instrumental.
Para hacerse una idea de la obra original nada mejor que ver  esta preciosidad de vídeo de la orquesta sinfónica Ciudad de Zaragoza; es una joya.


Y nos despedimos, de momento, con esta litografía que hiciera  Edvard Munch (otro gran genio noruego)  para una representación de la obra en Francia en 1896. 


Continuará....























LULLY, ATYS Y UN PASACALLE

Aunque con frecuencia se lo recuerda por  su personalidad poderosa, sus intrigas y su quizás absurda muerte, fueron su  inteligencia y su contribución al desarrollo de la música vocal escénica  las que lo convirtieron en la figura más importante y trascendente del barroco francés. 

J.B. Lully por Paul Mignard
Jean Baptiste Lully (Florencia 1632 - París 1687) fue el creador de la  tragédie lyrique (la ópera francesa).

Nacionalizado francés, compositor de cámara y "superintendente de la música" llegó a  controlar toda la actividad musical de la corte;  su producción abarcó el  gran ballet o ballet de cour (la danza era la reina de las artes escénicas en la Francia de Luis XIV),  la comedia ballet  y el drama  musical

Supo crear un estilo impactante y atractivo en el que combinaba a la perfección el espíritu y el sentido de los libretos  con la magnificencia y el boato, muy en armonía con el esplendor de la corte. Adaptó el recitativo a la acentuación y al ritmo  de la lengua francesa  anotando exhaustivamente cada detalle en la partitura, sin dejar nada a la voluntad o la destreza de los cantantes y fue artífice también  de un considerable aumento de la orquesta llegando  a utilizar hasta más de cincuenta violines en algunas ocasiones.

Sus obras escénicas representan el equilibrio, la sobriedad y  el racionalismo* y siempre muestran el máximo respeto por las reglas de unidad de tiempo, lugar y acción propias del teatro de su tiempo. En ellas encontramos danzas  de ritmos  marcados,  marchas solemnes y majestuosas, grandes coros  y momentos de glorificación y adulación a la corona y a la nación (suelen comenzar con un preludio o prólogo de presentación dirigido expresamente al rey). 

Algunas de estas cuestiones y características pueden  apreciarse  en los siguientes vídeos que  corresponden  a la que fuera favorita del rey y una de sus más  famosas óperas: Atys.  Su libreto, obra de Philippe Quinault, se basa en la historia de Atys, el personaje mitológico del que una vez más  nos habla Ovidio y que acaba convertido en árbol. (Recordemos el gusto por los temas mitológicos e históricos de la "ópera seria")

Atys y Sangaride se aman (pese a que ella está prometida a otro y él ha hecho voto de celibato). Cuando la diosa Cibeles, enamorada de Atys, lo descubre, se venga cegándolo. En su enajenación Atys mata por error a su amada y al darse cuenta de lo ocurrido intenta suicidarse; Cibeles entonces, arrepentida,  lo transforma en pino. Un argumento tan peregrino y absurdo  como puede parecernos el desafortunado percance que desencadenó  la muerte de nuestro compositor: un golpe de mala suerte,  un error de cálculo. Puede verse el dramático momento al comienzo de la película La pasión del rey incluida al final y en la que podemos disfrutar de una  preciosista recreación de la época, de la corte  y de la relación entre Lully y el rey. 

Vayamos con los vídeos:

Entrada y danza de los Céfiros. Templo de Cibeles. Acto II

 

El sueño. Acto III

Final 

   

Y como no todo va a ser cantar nos despedimos con una pieza instrumental,  un  precioso pasacalle o Passacaglia, (sucesión de variaciones sobre un bajo ostinato) perteneciente a  Armida, otra de sus óperas. 

Disfrute el paciente y melómano lector  de esta otra versión  que nos gusta especialmente: 

Passacaglia de Armida

*Compostura y  formalidad definen aquella corriente de estética musical  que tan bien representa nuestro compositor y que se oponía a la expansión de los afectos y las emociones propias de la ópera italiana  (en la que primaba la música y el virtuosismo de los cantantes sobre el texto  en detrimento, por lo tanto, de la acción dramática).

_______________________________________________________________________________________

  • Para saber más: 
Lully: Atys.  programa "Gran repertorio" de  Helena Horta y Daniel Quirós RTVE
Introducción a Atys  de Rafael Fernández de Larrinoa
  • Entradas relacionadas: 

SÉ QUE ME MUERO Y LES DEUX BAPTISTE


Sé que me muero,
me muero de amor
y solicito el dolor.
Aún muriendo de querer
de tan buen ayre adolezco
que es más de lo que padezco
lo que quiero  padecer.
Y no pudiendo exceder
a mi deseo el rigor
se que me muero,
me muero de amor
y solicito el dolor.
Lisonxéame la suerte
con piedad tan advertida,
que me assegura la vida
en el riesgo de la muerte.
Vivir de su golpe fuerte
es de mi salud primor.
Sé que me muero...

La literatura, el arte, la mitología o la historia están repletas de amores imposibles e incluso mortales. Pareciera que el tema, en principio tan dramático, fuera a inundar este espacio nuestro de melancolía o de tristeza, pero comprobará el visitante si sigue leyendo que no va a ser exactamente así por más que el título pueda sugerirlo.

Hoy viajamos al barroco francés; a la Francia de Luis XIV.

Sé que me muero, me muero de amor... Así comienza esta canción que forma parte de la famosa comedia titulada El burgues gentilhombre  y que fue fruto de una espléndida y poco conocida colaboración entre dos grandes figuras del barroco: Juan Bautista Lully y Juan Bautista Poquelin  (Molière). El primero, compositor nacido en Florencia y el segundo, dramaturgo nacido en París. Compartieron curiosamente el mismo nombre de pila además del trabajo en la corte de Luis XIV.


"Les deux Baptiste" trabajaron en la corte del rey sol - de cuya devoción por la música ya tenemos alguna idea-. Durante más de una década Lully, nacionalizado francés, se encargó de poner música a las comedias de Molière y juntos fueron artífices de la llamada comedia-ballet, género mixto en el que la música se inserta en el desarrollo de la acción en forma de cantos, coros y, sobre todo, de danzas. Ejemplos de ello fueron El matrimonio forzadoEl amor médico, George Dandin, El señor de Pourceugnac y, por supuesto, El burgués gentilhombre

La obra, estrenada en 1670,  cuenta la historia de un  rico burgués - Monsieur Jourdain -  que no escatima  medios en su afán por parecerse a los nobles; ello lo  conducirá a las más ridículas situaciones. Se trata pues de una sátira social de carácter cómico y amable. En el último de sus cinco actos  el protagonista recibe a varios  grupos de músicos, franceses,  italianos y españoles que amenizarán la velada. Es ahí donde encontramos la canción que nos ocupa; y decimos "canción" porque no se trata de un aria al estilo barroco como podría pensarse; mas bien se aproxima a la forma del villancico que tan de moda estuvo en España desde el siglo XV.

Lo mejor y más curioso de la cuestión es que, aunque el texto de la obra de Molière está  escrito en francés, la parte  correspondiente  a los personajes italianos está escrita en italiano y  la de los españoles lo está  en castellano;  esto es  algo muy poco  habitual  y nos permite,  afortunadamente, entenderlo y disfrutarlo  sin necesidad de traducciones. 

Tampoco deja de sorprender el contraste entre el devenir jocoso de la comedia y este pequeñísimo ejemplo de profundo dramatismo español tan dulce, lírico y sentido. Sin embargo poco durará la tristeza; a continuación los compañeros del cantor le harán una réplica en toda regla rebatiendo sus pesares y llamando a la alegría en un tono festivo y danzable, eso sí,  muy "español" musicalmente también.

  

Ay, qué locura
Con tanto rigor
Quexarse de amor
Del niño bonito
Que todo es dulçura
Ay, qué locura,
Ay, qué locura.
El dolor solicita
El que al dolor se da
Y nadie de amor muere
Sino quien no save amar.
Dulce muerte es el amor
Con correspondencia ygual,
Y si esta gozamos oy,
¿Por qué la quieres turbar?
Alégrese Enamorado
Y tome mi parecer
Que en esto de querer
Todo es allar el vado.
Vaya, vaya de fiestas,
Vaya de vayle,
Alegría, alegría, alegría,
Questo de dolor es fantasía.

Pero volvamos a nuestra canción. 

La belleza  melódica  y el dulce dramatismo de esta pequeña pieza han hecho  que se interprete y se grabe  independientemente de la obra teatral en más de una  ocasión. Ese el caso de la versión que incluimos para cerrar y que debemos a los magníficos  Raquel Andueza y  La Galanía.  

 

Para quien pueda interesar dejamos la partitura y el texto completo de la obra:

Partitura de la canción

El burgués gentilhombre

Continuará...

ROSANNA SCALFI




Corre al lume                        Corre a la luz
bench’arda le piume              aunque le ardan las alas
la farfalla                               la polilla 
che adora la face.                  que adora la llama.
E quest’alma                         Y esta alma
sol spera la calma                 solo espera la calma
al perir                                  al morir
nel’ardor che le piace.          en el ardor que le place.


Aria "Corre a la luz" perteneciente a la cantata nº 4  Solcare il mar tranquillo de Rosanna Scalfi

Un año más aprovechamos la celebración del 8 de marzo para presentar aquí a otra de esas estupendas  compositoras olvidadas: la veneciana Rosanna Scalfi, más conocida quizás como Rosanna Scalfi Marcello. 

Existen dudas tanto sobre su fecha de nacimiento - que sitúan en 1704 o 1705 -  como sobre su fecha de  defunción (posterior a 1742). 
La escasa información que encontramos sobre ella  cuenta que aún  siendo una niña el famoso y noble  compositor  Benedetto Marcello la escuchó cantar y decidió tomarla como alumna. La relación  al parecer  fue fructífera en todos los aspectos y en 1728 contrajeron matrimonio secretamente debido a la diferencia de clase social habida entre ambos. Al enviudar en 1739 fue repudiada por la familia Marcello  perdiendo su derecho a la herencia y con ello la estabilidad económica,  lo que la habría obligado a trabajar de nuevo como cantante. 
Como en tantos otros casos que  hemos visto ya, sus manuscritos, hoy afortunadamente verificados y  catalogados,   fueron atribuidos a su esposo Benedetto Marcello durante más de dos siglos. 
Autora de la música y de los textos, se le conocen Doce cantatas para alto y bajo continuo en las que puede apreciarse su maestría en el tratamiento  de la voz y de la tonalidad. Todas ellas tratan sobre el amor en sus diferentes aspectos y están compuestas al estilo del gran napolitano Alessandro Scarlatti; cada una de ellas consta de dos arias precedidas de sendos recitativos. 

Se pueden escuchar todas AQUÍ; espero que las disfruten; son preciosas.

Feliz día de la Mujer
Seguimos en la lucha


Para saber más:

    Rosanna Scalfi Marcello 

    Naxos.com