Quiero agradecer y compartir esta reflexión de Raúl Ávila Gómez, profesor de Lengua y Literatura de Secundaria, que acabo de leer en el blog Experiencias musicales y otras... de Antonio Torralba.
Leedla, por favor.
LA IGNORANCIA DE LOS MAESTROS
La noticia es que un alto porcentaje de opositores de Primaria de Madrid no sabe cosas que en teoría debe saber un niño de 12 años.
Y sólo con teclear en Google “el 86% de los maestros” compruebas que la mancha de descrédito (otra más) ya se ha extendido, que el vertido ya ha hecho su efecto y no ha tardado en contaminar la red con su olor a política podrida.
Y lees el titular de un periódico supuestamente serio que dice “Maestros suspensos en Primaria” y piensas en el lamentable papel del medio que propaga un eslogan sin reparar en el evidente propósito ideológico que lo sustenta.
Y ves de qué manera tan burda se establece en las noticias de la 1 (de nuevo la voz de su amo) la conexión entre el problema y la solución, la asociación sesgada entre la falta de conocimientos de los maestros (o aspirantes, qué más da) y los cambios en el sistema de acceso previstos por el gobierno de la Comunidad de Madrid, esa administración a la que todos los ciudadanos decentes deberíamos estar agradecidos por su firme defensa de los servicios públicos.
Y te inquieta que el personal de una consejería regional se dedique a difundir las contestaciones erróneas de unas pruebas de selección (no sé cuanta gente escudriñando exámenes de 2011 en busca de disparates que acrecienten la insidia y la hagan más impactante y/o chistosa, elaborando minuciosas estadísticas en pro de la enseñanza de calidad).
Y te cabreas y dices que ya está bien, que hace unos meses tuviste que aguantar a los levantadores de la patria con lo de las dos horas más de clase a la semana y ahora esto.
Y tiras del hilo en Internet y te cabreas más y dedicas tus mejores deseos del día a esos decididos impulsores de conciertos educativos, la consejera de la foto y el sucesor de Esperanza Aguirre —al que Dios guarde (bajo llave) muchos años—.
Y tiras del hilo en Internet y te cabreas más y dedicas tus mejores deseos del día a esos decididos impulsores de conciertos educativos, la consejera de la foto y el sucesor de Esperanza Aguirre —al que Dios guarde (bajo llave) muchos años—.
Y vuelve a última hora el calentón y te sientes solo y escribes un artículo para el periódico como el que mete un mensaje dentro de una botella.
Y luego se te pasa y piensas que no, que no podrán con nosotros. Y te pones a preparar la clase de mañana.
Raúl Ávila Gómez (Profesor)
Verdaderamente, corren malos tiempos para tantas cosas...