Si eres un llorica nunca conseguirás nada

Esther y yo empezamos a formarnos como vocal coaches en el año 2011.

Tuvimos que hacer malabares para mantener nuestros respectivos trabajos para poder vivir mientras nos formábamos.

Nuestra formación incluía viajar por Europa y USA para acudir a eventos de formación presencial, lo cuál supuso un problema.

O bien teníamos que pedir días libres en nuestros trabajos (días que luego teníamos que recuperar) o empleábamos días de vacaciones, para poder asistir.

Generamos más de un mal rollo, pero es lo que había que hacer.

La verdad es que fue durillo…

Yo por aquel entonces vivía en Valencia por cuestiones de trabajo (soy de Barcelona).

Cuando teníamos que viajar en avión, tenía que coger 3 horas de tren hasta Barcelona, de ahí ir al aeropuerto también en tren (o en taxi si iba muy justo de tiempo), y coger el avión (esperando horas si hacía falta).

Recuerdo que en el viaje que hicimos a Irlanda, una vez desembarcamos allí, aún nos quedaban 3 horas más de autobús yendo por pueblos dejados de la mano de Dios.

Llegamos tarde (creo que sobre las 18h hora local), la formación había empezado hacía horas y aún quedaban unas cuantas más.

Creo que ese día viajé unas 9 horas, y nada más llegar teníamos que prestar la máxima atención a todo lo que nos enseñaban (en inglés, lo cual consumía más zumo cerebral).

Y lo disfruté como un cabrón.

A ver, estaba reventado y hecho polvo, pero era lo que quería hacer.

También fue un gran esfuerzo económico, porque con el sueldo que tenía apenas me llegaba para todo.

Esther también tuvo lo suyo, pero eso que te lo cuente ella otro día.

Recuerdo otra historia en el tren de Roma, volviendo ya al aeropuerto, con un tío que tenía unas pintas muy chungas y olía a pegamento que daba miedo.

No me tuve que liar a hostias porque Dios no lo quiso, pero estaba seguro de que aquel tío buscaba pelea de la buena (y si me conoces, sabrás que no soy ningún Hércules 😂).

¡Pero aún no he acabado! Porque al mismo tiempo me estaba sacando la licencia en Programación Neurolingüística en Barcelona.

Durante unos 3 meses no tuve ni un día de descanso. De lunes a viernes trabajaba, el viernes por la tarde me iba a Barcelona, el sábado y el domingo tenía 9 o 10 horas de formación (con una hora para comer), y el domingo a las 20h cogía el tren de vuelta a Valencia.

HO-RRI-BLE. Pero oye, lo superé y me saqué la licencia.

Lo hice para saber comunicar mejor y empatizar con mis futuros alumnos. Creo que es algo muy importante en un docente.

Espera espera, porque hay más: la parte económica.

No me acuerdo cuánto dinero nos costaba cada viaje de formación, pero me parece recordar que rondaba los 1.000€, entre el viaje, la estancia, la formación en sí, etc.

Pues eso era lo barato.

¿Sabes cuánto me costaba una sesión de una hora con Seth Riggs? 300$.

300 pavazos, chatos y chatas.

Había otros profesores con los que también tenía que estudiar, y gracias al cielo eran más baratos: 150$/hora.

Un chollo… ¿verdad?

No me quejé ni una puñetera vez. Era lo que tenía que hacer si quería recibir la mejor formación, como cantante y como vocal coach.

Pagar ese dinero por mi formación supuso privarme de muchísimas cosas que quería.

¿Te da penita? Que no te de. Lo hice gustoso, y lo sigo haciendo, porque sigo formándome.

Si crees que te cuento esta historia para lloriquear y para quejarme de lo que tuve que pasar, te equivocas.

Lo hago porque sé de primera mano que hay que hacer esfuerzos y sacrificios si quieres conseguir las cosas.

Hazte responsable de lo que quieres conseguir, y no hagas responsables a los demás si no lo consigues.

¿Tienes que dedicar mucho tiempo de práctica para cantar mejor? Sí. ¿No lo quieres hacer? No cantarás bien.

¿Tienes que dejar de ir a cenar a restaurantes para poder pagar tu formación (de lo que sea)? Pues aprendes nuevas recetas y cocinas en casa.

Podría mentirte y decirte que es fácil y no te llevará más que un par de semanas, pero no quiero insultarte haciéndolo.

Para los que estén dispuestos a hacer lo que tienen que hacer:

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Si eres de los demás, de los que no quieren hacer el trabajo, ni se te ocurra suscribirte.

Lo digo en serio.

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La de tonterías que hice sólo porque me lo dijeron

Hay una frase de Jean Cocteau (poeta, novelista, dramaturgo y cineasta francés) que me gustaría que tengas en mente para todo lo que te voy a explicar:

No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría.

Una gran frase…

Yo siempre he cantado desde pequeña. Nunca estudié canto.

De hecho, les pedí a mis padres que me apuntaran a clases de canto, y no quisieron.

Así que nada, yo seguía cantando a medida que me hacía mayor.

Me ponía con mi ordenador a grabarme cantando canciones que me gustaban, y más o menos sonaba bien.

No sabía cómo mejorar nada de lo que hacía, pero bueno, yo estaba contenta porque estaba bien.

Estuve cantando con algunas bandas y esas cosas, e inevitablemente fui teniendo contacto con otros cantantes.

Recuerdo estar con mi banda en un concurso de bandas. La presentadora del concurso resultó ser cantante también.

Me habló de que ella se hacía con unos sprays con mentol o eucalipto, no me acuerdo, que iban muy bien para la voz.

Inmediatamente pensé “Tengo que hacerme con uno. Es lo que hacen los cantantes.”. Y ese pensamiento se reafirmaba cada vez que alguien me hablaba de los sprays de própolis o mil historias más.

Iba hablando con otros cantantes, y todos me decían que había que trabajar la respiración para cantar mejor. ¡Y yo quería mejorar!

Pero no sabía cómo trabajar eso, así que hice otra de las cosas que muchos otros cantantes hacían: ir a clases de canto.

“Es lo que hacen los cantantes”, pensé.

A esas alturas ya vi que lo de los sprays no me hacía cantar mejor, por cierto.

Total, empecé las clases con mucha ilusión, y encima hacía ejercicios de respiración. ¡Genial!

¿El problema? No estaba mejorando.

Un día le dije a mi profesor que lo que yo quería era tener más potencia, así que me dijo que para eso había que proyectar la voz, llevar la voz de pecho a las notas agudas.

“¡Aaaah! ¡Bien, bien! Yo quiero hacer eso. ¡Es lo que hacen los cantantes!”

Un año después dejé las clases. Estaba exactamente en el mismo punto en el que empecé.

Pasaron algunos años y encontré a un profesor de canto de renombre, al que los grandes cantantes acudían, y encima fui por recomendación.

“Eso sí que tiene que ser lo que hacen los cantantes, así que para allá que voy.”.

Empecé a notar cambios en mi voz. Cambios que yo creía que eran buenos, y además estaba consiguiendo lo que yo quería: más potencia.

Pero no era consciente de que lo estaba consiguiendo a costa de poner mi voz en riesgo.

Para no hacer la historia muy larga, resultó que no me estaba enseñando a utilizar la voz de la forma correcta.

¿Te acuerdas de la primera frase que te he dicho? No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría.

Cada una de esas veces me dejé llevar por la mayoría, y erré en mi decisión.

Un año y medio después, empecé a estudiar con un vocal coach muy famoso a nivel mundial, y desde entonces ha sido y es mi mentor.

Cuando recibes la formación correcta, lo sabes.

Todo el mundo decía que ese vocal coach era uno de los mejores a nivel mundial… así que esta vez la opinión de la mayoría sí era la verdad.

¿Conclusión? No te creas a pies juntillas todos los inputs que recibas y no ignores a tu voz interna. No siempre tendrás razón, pero al menos tendrás un pensamiento crítico.

¿La opinión de la mayoría es la verdad? Buena pregunta…

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Tu talento me importa bien poco

El otro día vi un episodio del documental Cuadernos de entrenador en Netflix. Concretamente el episodio de Patrick Mouratoglou.

Me encantó.

Este tío, Patrick, fue el coach de Serena Williams durante muchos años, y la llevó a lo más alto.

En el documental explica cosas muy interesantes sobre su trabajo, y también cuenta experiencias vividas que le enseñaron ciertas cosas sobre su profesión.

Me vi reflejado muchas veces en lo que decía. De hecho, estaba flipando porque el mundo del coach de tenistas y de vocal coach se parece más de lo que nunca había imaginado.

Al final, todos somos personas, ¿no?

Tengo que hablarte de dos cosas de las que pensé: de esto tengo que escribir un correo.

El talento puede ser un lastre

Había un momento en el que Patrick explicaba una situación que veía con varios tenistas de gran talento: cuando empezaban a perder, se dejaban ganar.

Básicamente se rendían. Enseñaban unas imágenes de esas situaciones, y realmente era alucinante.

Tenistas de gran nivel literalmente pasando de intentarlo.

Me quedé flipando, pero inmediatamente vi las similitudes con situaciones que yo he vivido con cantantes de gran talento.

En cuanto algo no les salía o aparecía el temido gallo, se bloqueaban y empezaban a hacerlo peor y peor.

La teoría de Patrick es que esos tenistas pensaban inconscientemente (parafraseo): si me dejo ganar, quiere decir que he perdido porque yo he querido, no porque no tenga talento.

Es decir, miedo a que ese talento no sea real o no sea suficiente.

Lo que yo he vivido es muy parecido: cuanto más profesional es el cantante, más miedo le da a equivocarse y se bloquea, ni lo intenta.

Así no volverá a fallar y “no pondrá en peligro” o “se cuestionará” su talento.

Obviamente no todos son así, pero sí la gran mayoría.

Y… oh, sorpresa… los que mejoran son los que siguen hacia adelante a pesar de los errores. Nada nuevo…

Tus límites te los pones tú

Patrick también hablaba de las barreras mentales, y dijo una cosa que hizo con Serena Williams que me hizo muchísima gracia.

Estaba compitiendo en no sé qué torneo (no soy fan del tenis) y le estaba yendo FATAL, concretamente con las bolas cerca de la red.

De nuevo, enseñaban imágenes, y en cuanto su contrincante le lanzaba una bola a la red, la tía directamente pasaba de mover el culo y se dejaba ganar el punto.

Suena surrealista que alguien como ella, la puñetera élite del tenis, sea capaz de hacer algo así…

Total, que coge Patrick, se le acerca en tiempo muerto y tiene una conversación con ella parecida a esta (parafraseo de nuevo):

  • Patrick: Serena, las estadísticas dicen que el 80% de las bolas que van cerca de la red las ganas.
  • Serena: ¿En serio? Pensaba que las estaba fallando todas.
  • Patrick: Piensa lo que quieras. Las estadísticas dicen lo contrario. Estás clavando el 80%.

Total, que vuelve al partido, y empieza a dominar las bolas cerca de la red. ¿Cómo te quedas?

Me hizo mucha gracia, porque yo también suelo mentir en mis sesiones 😂😂😂

Suelo decir cosas como: “¡Muy bien! Este es el Mi4”, cuando en realidad estamos en La4, por ejemplo.

Te reirás, pero funciona.

Cuando luego les digo que les he mentido y les digo la nota real, me suelen insultar de forma cariñosa (o eso quiero creer 😬), pero les da una perspectiva nueva de lo que pueden llegar a hacer con su voz, y pierden ese miedo a las notas agudas.

En el documental, Patrick explicaba más historias sobre las barreras mentales, por lo que te recomiendo que veas ese episodio del documental.

Es MUY interesante, y es cortito.


Si aún tienes barreras mentales o piensas que hay que tener talento y esas tonterías para cantar bien, puedes ignorar lo que te voy a decir ahora.

Pero una vez tienes claro que hay que currar y que eres capaz de conseguirlo, toca ponerse manos a la obra y hacer el trabajo duro.

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Anastasio Hernández (México): "Ya no te quiero" – Certamen de Composición de Canciones LBDC

Presentamos una nueva candidatura al certamen de composición de canciones originales LBDC, nuestro concurso online para songwriters: 


 

Carlos Anastasio Hernández Díaz


Compositor y Cantautor mexicano. Nació en Tehuantepec, Oaxaca, México; el 02 noviembre de 1976. Socio SACM desde 2022.
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