El Sistema: música contra la pobreza y la desigualdad

José Antonio AbreuHace unos días leí con alegría la noticia de que el premio Polar ha recaído este año en José Antonio Abreu. Este auténtico símbolo de la cultura  y de la educación musical añade así este prestigiosísimo galardón a otros de gran importancia, como el Premio Internacional de Música de la UNESCO (1994), el Premio al Sustento Bien Ganado (2001), el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2008) y, finalmente, el TED (2009), que se otorga a las ideas que vale la pena difundir.

Todos estos reconocimiento a la persona, hacia la que siento profunda estima y admiración, son también un gran reconocimiento a la música, la educación musical y la educación integral de las personas a través de la música.

En efecto, la labor que Abreu viene desarrollando desde cuando, en el lejano 1975, fundó la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, ha dado como fruto un Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, más conocido como el Sistema, una red de más de un centenar y medio de orquestas  y un número mayor aún de coros y escuelas que reúnen a más de 250.000 jovenes, la mayor parte de los cuales procede de un ambiente desfavorecido, marcado por la pobreza, el crimen y las drogas. El objetivo principal del Sistema, por encima aún de la difusión de la música, es proteger la infancia por medio de la rehabilitación y prevención del comportamiento criminal.

En el siguiente vídeo, el propio Abreu nos explica sus ideas acerca del poder de la música y de la importancia de una buena educación musical en un TEDTalk de 18 minutos en español con subtítulos en inglés:

Esta fabulosa experiencia ha llegado al cine en por lo menos dos ocasiones: en 2005, con el documental Tocar y luchar, y el año pasado con la película El Sistema.

Y finalmente, para cerrar esta entrada, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar dirigida por Gustavo Dudamel interpretando el Mambo de West Side Story, de Leonard Bernstein, que, si hemos estado atentos al post de hace unos días, debería sonarnos familiar.

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Pinos de Roma

En 1940, Walt Disney produjo la película Fantasía, filme de animación en el que los personajes y las historias toman vida al son de varias obras maestras de la historia de la música.

Casi 60 años después, en el umbral del nuevo milenio, la factoría Disney volvió a proponer la misma estructura para un nuevo largometraje, Fantasía 2000, con la repetición del más emblemático de los siete episodios de la anterior película, Mickey aprendiz de brujo, y la producción de siete nuevos episodios. La música de uno de éstos es obra del compositor italiano Ottorino Respighi, del que hoy se celebra el 130º aniversario de su nacimiento.

Aún antes de traducir, cualquier persona que desconozca el idioma italiano entiende que no puede haber mucha relación entre el título de la obra, Pinos de Roma, y las espectaculares imágenes del vuelo de las ballenas. En efecto, la idea programática de Respighi, al componer este poema sinfónico, era la descripción de cuatro rincones de la capital italiana adornados por pinos: Villa Borghese, los alrededores de una catacumba, el Gianicolo y la Via Appia.

¿Cómo es posible que una misma música pueda evocar imágenes tan diferentes?

O quizás sería mejor reformular la pregunta de la siguiente manera: ¿puede la música expresar objetivamente imágenes o conceptos?

Mi opinión es que no, porque asociar una música a unas imágenes o a unas palabras es limitar la capacidad expresiva de la música misma. El poder expresivo de la música reside en su capacidad de transmitir ideas trascendentales, que no se pueden traducir a otros lenguajes sin correr el riesgo de perder ese mismo poder. En términos generales, y siguiendo a Stravinsky, podemos afirmar que la música no expresa nada más que a sí misma, sus relaciones internas, la coherencia de su estructura formal.

Con eso no quiero negar la capacidad que tiene la música de evocar imágenes, sentimientos o impresiones a nivel individual -o colectivo, si hace referencia a conceptos fuertemente arraigados en la cultura del grupo al que se dirige- sino liberar la música de cualquier atadura. En este contexto, los árboles romanos son un pretexto del compositor para llevar a cabo su creación, mientras que las ballenas voladoras son una lectura totalmente subjetiva, además de sugestiva y surrealista, que hace la factoría Disney de la partitura de Respighi. Partitura que expresa con la misma eficacia tanto la primera como la segunda imagen, pero, por encima de ambas, se expresa a sí misma.

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XIV Congreso Internacional de Tecnologías para la Educación y el Conocimiento: Hacia la web 3.0

UNEDUnos días después de la finalización del Congreso, voy a intentar sintetizar mis impresiones, empezando por los acertadísimos comienzo y  final.

La conferencia inaugural, a cargo de Pedro Pernías de la Universidad de Alicante, muy amena, contenía muchas ideas para reflexionar, entre las que destaco una que considero fundamental, la filosofía del conocimiento compartido (open source, open contents, etc.): “La cultura que produces tiene tanto más valor cuanto más otros la enriquecen.”

Para clausurar el evento, Amadeo Mora, Jefe del Área de Formación del Profesorado del ISFTIC, ha pronunciado una conferencia cuyo título era “Los desafíos del profesor 2.0″. Con extraordinarias lucidez y fluidez ha estado enfocando la situación a la que nos enfrentamos los profesores no universitarios en nuestro quehacer diario y nuestras necesidades e inquietudes. Muy crítico con la falta de recursos en la que tenemos que movernos (entre los que ha destacado los recursos humanos necesarios para que el profesorado pueda centrarse en la aplicación educativa de las tecnologías, sin perder su valioso tiempo en tarea de instalación y mantenimiento de máquinas y redes: “¿os imagináis un médico que tenga que arreglar la máquina de hacer TAC para poder usarla con sus pacientes?”) y con la “dictadura” de las editoriales, que deberían proporcionarnos materiales didácticos digitales de calidad y no formatos digitales de materiales tradicionales, Amadeo ha hecho hincapié sobre lo mucho que nos vemos condicionados por el entorno en el que trabajamos. Subrayando la necesidad de un cambio profundo en la estructura y funcionamiento del sistema educativo, incluida la organización horaria, ha llegado a afirmar que las actuales circunstancias nos impiden ser profesores 2.0… “como mucho llegaríamos a 1.5″.

Entre estas dos conferencias ha habido más de centenar y medio de intervenciones, la mayoría de las cuales en sesión simultánea. Voy a recordar aquí algunas que me han parecido particularmente interesantes de entre todas las comunicaciones a las que pude asistir, empezando por la de María del Henar Martín, quien ha utilizado el sistema de gestión de aprendizaje Moodle para establecer un contacto directo y permanente con los padres y madres de sus pequeñísimos alumnos de primer ciclo de Educación Infantil. Por su parte, Francisco José Ruiz nos habló de cómo utiliza la pizarra digital y la plataforma Moodle en sus clases de Diversificación curricular en el IES Monterroso de Estepona. Antonio Domínguez, otro malagueño, basándose en su experiencia de coordinador TIC del IES Alfaguar de Torrox, hizo un completo estudio comparativo de las principales herramientas web 2.0, destacando de cada una de ellas su “rendimiento educativo”. Otra profesora de secundaria, Clara Aróstegui, utilizó Moodle, esta vez en modalidad de b-learning, para complementar sus clases presenciales de Educación física. Finalmente, Francisco Javier Temprado, de la Universidad de Alcalá, subrayó los tres pilares  del e-learning 3.0: web semántica, web tridimensional y web ubicua.

La simultaneidad de las comunicaciones me ha impedido asistir a algunas que hubiera deseado escuchar, como la de Celeste Molinero, sobre el empleo de la pizarra digital, la de María José Peco, sobre el uso de las TIC en la discapacidad motórica, y la de José Sánchez, sobre webquest, con el elocuente título “Hacer para comprender”.

Mi contribución ha sido la presentación de la tesina “Utilización de Moodle como herramienta de recuperación en Educación Secundaria Obligatoria“.
Esta investigación-acción se llevó a cabo para mejorar el proceso de recuperación de las asignaturas pendientes, para el cual no hay horario lectivo ni seguimiento. El empleo de la plataforma de e-learning puede ser muy útil para compensar esas carencias.
Espero que la presentación que utilicé durante la comunicación resulte ilustrativa del contenido de la misma:

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La Leyenda del Pianista en el Océano

Maravillosa película en la que, de diferente manera, participan tres de los mejores exponentes de la cultura italiana actual: el monólogo teatral Novecento (1994) de Alessandro Baricco (Seda, City)  ha servido a Giuseppe Tornatore (el director de Cinema Paradiso, filme con el que ganó el Óscar y el Globo de Oro en 1989) para escribir el guión de la película, que él mismo dirigió. Dulcis in fundo, la música de Ennio Morricone, Óscar a la carrera en 2007, tras cinco nominaciones no premiadas. Morricone, que a sus ochenta años sigue en activo, es mundialmente famoso por algunas de sus más de 500 bandas sonoras, especialmente por las que le lanzaron a la fama: los spaghetti-western de Sergio Leone, con Clint Eastwood, rodadas en Almería. Pero no nos olvidemos de otras obras maestras de este compositor, como por ejemplo  Érase una vez en América, La Misión, Los intocables de Eliot Ness o Malena (estas últimas tres, nominadas para el Óscar).

Novecento, el protagonista de la película, nace y es abandonado en el transatlántico Virginian en la nochevieja entre los siglos XIX y XX. Adoptado por un maquinista y, a la muerte de éste, por el resto del personal del barco, demuestra desde muy pequeño una increíble e inexplicable habilidad como pianista. Al crecer, se une al resto de los músicos para tocar en la sala de fiestas y, siempre que puede, en tercera clase, donde tiene más libertad musical.

Estrecha una gran amistad con Max Tooney, trompetista, que, sin más ayuda que su instrumento, convence al capataz del barco para que le contrate (¡Cuando no sabes lo que es, entonces es Jazz!).

Novecento no desembarca nunca del Virginian, ni cuando llega a América, ni de vuelta a Europa. Sin embargo, su fama crece en todo el mundo, hasta el punto de que el gran Ferdinand Jelly Roll Morton, el “inventor del jazz”, se embarca para desafiarle a un duelo pianístico que Novecento, personaje tierno y cándido, no logra entender, aunque termina ganando.

Max intente convencerle de que baje, que la fama alcanzada en tierra firme le permitirá tener una vida estupenda. Sin embargo sólo consigue convencerle para grabar un disco, en el que toca inspirado por una muchacha que ve a través de una escotilla.

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Años después, Max tendrá una tarea bastante más difícil: retrasar la explosión que demolerá el Virginian, encontrar a Novecento y convencerle de que baje del barco.

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¡Asustante!

A la Ministra de Entretenimiento le da miedo que los libros circulen por la Red.

A mi, lo que me parece realmente asustante es tener una Ministra que tiene intereses económicos, personales y familiares, relacionados con su Ministerio, que explican el hecho de que  esté más preocupada por la explotación económica  que por el fomento de la cultura, y que entran en evidente conflicto con su cargo.

Mientras, con este panorama, corremos el riesgo de perder una ocasión de mejorar realmente la educación. La industria editorial nos llama intrusos a los profesores/as que creamos y compartimos nuestros propios recursos y contenidos digitales, además de a las Administraciones Públicas que fomentan esa creación y compartición. Y simultáneamente proponen unos “contenidos digitales” que poco se alejan de una simple digitalización del libro de texto, sin el cambio metodológico que justifique y aproveche el empleo de la tecnología en la educación.

Hay demasiadas bocas babeando alrededor del pastel que está a punto de repartirse y que nos va a salir bastante más caro de lo necesario si el Gobierno sucumbe a las presiones de Microsoft y de las editoriales.

Sí a los portátiles, pero sólo con software libre y gratuito. Sí al conocimiento libre y compartido.

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