Faltan pocos días para la entrada de la primavera, la estación más esperada en todas las culturas, ya que, además de reconfortar los cuerpos alejando el frío, la lluvia, la nieve y la oscuridad de noches largas, alegra los ánimos con una auténtica y exuberante celebración de la vida: las aves migratorias regresan llenando el cielo de cantos y de bailes, otros animales despiertan de su letargo, las semillas brotan y las flores se abren, llenando el campo de olores y colores.
Con la palabra hanami los japoneses definen su tradicional costumbre de contemplar la belleza de las flores, sobre todo de la flor del cerezo cuando llega la primavera, una flor a la que está dedicada una de las más famosas canciones populares de Japón, Sakura sakura (el nombre de esta flor en japonés).
Esta primavera gran parte del país del sol naciente no conseguirá llenarse de flores, y deberán pasar siglos antes de que en Fukushima puedan nacer unas flores tan bellas como las de la foto, tomada justamente en ese pueblo duramente azotado por la naturaleza y, sobre todo, por la temeridad del ser humano.
Mis alumnos, alumnas y yo tocaremos en clase Sakura sakura para recordar a las miles de víctimas de esta tragedia y para estar cerca del pueblo nipón con nuestros mejores deseos.
ACTUALIZACIÓN (26 de marzo de 2011).
Tras dos ensayos, los alumnos y alumnas del 1º de ESO B al completo han grabado esta canción: Sakura sakura
Estrenando Musescore 1.0! Los cambios espectaculares en el programa han dejado anticuada la entrada que hace tan sólo dos años y medio introduje sobre MuseScore, entonces en su versión 0.7. Así que voy a actualizarla utilizando la canción que el proyecto colaborativo Componiendo Juntos ha puesto en marcha. La novedad es que utilizaremos en el lugar de la letra los estupendos tipos de música diseñados por Damià Llorens, que amablemente comparte en esta página web, en la sección recursos, lo que permite crear un apoyo para la digitación muy interesante. El resultado será este (PDF aquí)
Iniciando una nueva partitura
Comenzamos iniciando el programa y seleccionando una nueva partitura. Damos nombre, etc.
Seleccionamos partitura para una voz.
Seleccionamos armadura y compàs:
Apretamos F9 para visualizar la paleta ( o desde 'Mostrar/Paleta') y en el desplegable 'Líneas de compàs' seleccionamos el signo de repetición y lo arrastramos al primer compás.
Introduciendo notas
Apretando la tecla 'N' podemos empezar a introducir la música. Puedes ir dibujando las notas con el ratón mientras con la mano izquierda seleccionas las duraciones (6= blanca, 5=negra, 4=corchea, la tecla punto para el puntillo, etc.) De esta manera se escribe bastante rápido. Otra opción es introducir las notas utilizando tambien el teclado (C= do. D=re, etc.)
Copiando y pegando compases
Los dos últimos compases que hemos escrito se repiten dos veces. Así que pulsamos de nuevo 'N' para salir del modo de edición. Pinchamos ahora en en los dos últimos (utilizando la tecla de Maj,) y a continuación 'Copiar'. Pinchamos en el siguiente compás vacío para 'Pegar'. Terminamos la partitura:
Ligaduras, borrado de compases sobrantes, agrupación de figuras, etc.
Colocamos las ligaduras pinchando en la primera nota y pulsando a continuación la tecla +.
Borramos el compás sobrante seleccionándolo y pulsando luego Ctrl+Supr
Descomponemos los grupos de cuatro corcheas en parejas desplegando las 'Propiedades de Agrupación', en la paleta. A continuación arrastramos la figura que representa una semicorchea suelta a la cabeza de nota que queremos independizar, en este caso a la tercera corchea del grupo de cuatro de los compases 8 y 16.
Organizando la partitura
Vamos a dividir la partitura en cuatro líneas. Para ello despliega 'Saltos y espaciador' en la paleta y arrastra el primer símbolo (salto de línea) al compás que quieres que sea el último de cada línea.
Introduciendo la letra (en realidad los dibujos de flautas)
Para introducir la letra utilizando las fuentes de flauta diseñadas por Damià Llorens, en concreto damiflautes.ttf (atención, hay que instalarlas previamente en el sistema) hemos de seguir los siguientes pasos:
En el menú 'Estilo' selecciona "editar estilo de texto' y en el apartado 'Líneas impares de letra' selecciona la fuente 'damiflautes' y el tamaño '60'. Acepta.
Pulsamos la cabeza de la nota (se coloreará)
Pulsamos Crl+l para entrar en modo de edición de letra de canción.
Ahora escribimos bajo cada nota el símbolo que correspode a su digitación: la tecla d en el caso de 'do', la r en el de 're', etc. (en la página de Damià hay un pdf describiendo la relación teclas>figuras). Saltaremos de nota en nota con la barra espaciadora.
Guardamos como .msc , lo que nos permitirá una edición posterior, como pdf e incluso como mapa de bits, png o jpg, para insertarlo eventualmente en un documento de texto.
NOTA: Los usuarios de MuseScore en los sitemas Windows y Mac pueden sustituir esta última parte instalando el plugin recorderfingering, que desdichadamente no funciona en Linux.
El sangriento juego de Turandot ha llegado a su fin: un joven misterioso ha resuelto los tres enigmas que le costaron la muerte a los que antes de él se atrevieron a darle respuesta. Es el castigo que, como venganza por la violencia sufrida por una antepasada suya por parte de un extranjero, reciben los príncipes que llegan desde otros reinos para pedir la mano de la peligrosamente atractiva princesa.
Pero Calaf ha respondido correctamente a las preguntas con la ayuda involuntaria de la misma Turandot: al último enigma, ¿Qué es lo que quema como el hielo, y cuanto más frío es, más quema?, inspirado por la deslumbrante belleza y la despiadada crueldad de Turandot, pronuncia su nombre, ganando así el derecho a casarse con la princesa.
Turandot no reacciona como él esperaba y, tras suplicar en vano a su padre el emperador que no autorice la boda, le dice al extranjero que casándose con ella sólo conseguirá tener a su lado a una mujer que le seguirá odiando toda su vida.
Para intentar vencer su hostilidad, Calaf le propone un nuevo enigma: si ella descubre su nombre antes del amanecer, podrá ordenar al verdugo que le ejecute. Ella sin dudarlo acepta e inmediatamente ordena que nadie duerma en Pekín hasta que no se haya conseguido descubrir el nombre del atrevido forastero. Al mismo tiempo Calaf vive con impaciencia las horas que faltan para que llegue la luz del día, convencido de que entonces Turandot será nuevamente derrotada y deberá renunciar a su coraza de hielo y amarle. Así anima a las tinieblas a disiparse y a las estrellas a ponerse para que llegue el alba y, junto con ella, la victoria.
Una de las más evidentes reacciones del organismo humano ante las emociones es la irregularidad del ritmo cardíaco. De la misma manera, la enorme carga emotiva de la música de Giacomo Puccini conlleva una continua inestabilidad rítmica, un pulso muy variable que he intentado recrear (sin querer tampoco exagerar) en el siguiente arreglo para flauta dulce. Las indicaciones metronómicas que aparecen encima de la partitura son el rastro que ha dejado el truco que he tenido que emplear para que la reproducción incluyera esas inflexiones del ánimo.
Añadimos un nuevo villancico a nuestro repertorio navideño. Se trata de una canción popular extremeña de melodía pegadiza y letra algo surrealista, además de muy curiosa y divertida: aunque en realidad los peces de río no beben, en menos de un mes mucha gente estará cantando lo contrario, sin más pretensión que la de animar una reunión familiar o de amigos.
Con esta misma intención aprendemos a tocar este villancico navideño con la flauta dulce, para aportar un poco más de música en vivo a estas fiestas que ya entrevemos a la vuelta de la esquina.
En la mitología griega hay un personaje que suele representarse con un instrumento musical que de él recibe uno de los nombres con el cual es conocido. Se trata de Pan, un semidios de apariencia tan poco atractiva (mitad hombre y mitad macho cabrío) que una de las versiones sobre su nacimiento cuenta que su misma madre huyó presa del pánico (palabra que deriva del mismo Pan y de su aterrador aspecto) nada más traerlo al mundo.
Por eso no extraña que también Syrinx, joven y bella ninfa, quisiera escapar de sus atenciones cuando él se enamoró desesperadamente de ella. Llegada a la orilla de un río, antes de caer entre los brazos de Pan, que la perseguía, Syrinx suplicó a otras ninfas, las Náyades, que la convirtieran en un cañaveral.
Pan, tras oír el sonido que producía el viento rozando las cañas, construyó su flauta cortando algunas de ellas y llamó a ese instrumento con el nombre de su amada. Así que la flauta de Pan también se conoce como siringa.
Claude Debussy, compositor francés que nació hace exactamente 148 años, escribió por lo menos dos obras que, directa o indirectamente, recuerdan ese mito y ese instrumento, aunque en ellas emplea una flauta travesera para evocar el sonido de la siringa: Preludio a la siesta de un fauno (1894) y Syrinx (1913) (haz clic en los nombres de las obras para descargar las partituras).
Syrinx nació como música incidental para una obra teatral en la cual tenía que ser “la última canción de Pan antes de morir”. El drama nunca llegó a completarse, mientras que Syrinx es hoy en día una de las obras más importantes para flauta sola. La siguiente versión, interpretada por la flautista Paula Robison, fue grabada en 1986.
La figura de Pan dio lugar, en la mitología romana, al dios de la naturaleza, Fauno, y junto con él a los faunos, genios de los bosques.
También el origen del Preludio a la siesta de un fauno está ligado a la literatura, al inspirarse en un poema de Mallarmé. La obra fue concebida inicialmente como acompañamiento al poema para su lectura pública y estaban previstas tres secciones. De hecho, en un principio su título hubiera tenido que ser Prélude, Interlude et Paraphrase finale sur l’Après-midi d’un faune. Finalmente Debussy sólo compuso la primera de las tres secciones; aún así la obra, considerada como una de las más importantes del compositor, es un poema sinfónico acabado que de ninguna manera da la impresión de que le falte algo. La sencilla historia sobre la que está construido es la descripción de una típica tarde de un fauno, dedicada a tocar su flauta, coquetear con las ninfas y, finalmente, abandonarse a un dulce sueño.
En 1912, años después de la composición y estreno del Preludio, los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev pusieron en escena un ballet sobre esta obra, con la coreografía de Vaslav Nijinsky que causó un gran escándalo por su alto contenido erótico (todavía faltaba mucho para los movimientos de cadera de Elvis o de Michael Jackson, sólo por poner un par de ejemplos).
En el vídeo siguiente, Charles Jude, director del Ballet de la Ópera de Burdeos, baila esa misma coreografía junto con Marie Claude Pietragalla.
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