Hace poco más de un año felicitábamos a Paco de Lucía por su 65º cumpleaños y ahora, inesperada y tristemente, nos toca despedirle.
Hace 4 años, en una breve entrevista que concedió tras un concierto, preguntado sobre sus planes de futuro, confesaba que:
“A mi edad ya no se piensa en el futuro, se piensa en el presente, aquí y ahora, y aprovechar los minutos o las horas o los meses o los años que le queden a uno”.
En la entrevista se le nota enormemente cansado, resultado de la generosidad sin límites con la que se entregaba al público durante sus conciertos. También llega a verbalizar ese cansancio, desvelando aspectos íntimos de su evolución personal y artística que le llevó en los últimos tiempos a preferir cada vez más la tranquilidad de la casa ―donde dedicaba gran parte de su tiempo a componer― al ajetreo del escenario. Sin embargo su presencia asidua en los más importantes escenarios de todo el mundo, además de sus discos, contribuyó de manera decisiva a que la música flamenca llegase a ser tan conocida y apreciada fuera de España, algo que le llenó de satisfacción aún más que la fama que consiguió a nivel personal.
Si Paco de Lucía ha dado tanto al mundo del flamenco, y de la música en general, no es sólo por su asombrosa técnica guitarrística, sino también por su creatividad y su incesante experimentación en busca de nuevas sonoridades, marcando con su influencia a muchos músicos, no sólo guitarristas ni tampoco sólo flamencos. De hecho con su guitarra flamenca exploró diversos géneros musicales: pop, rock, jazz, folk de muchos lugares y también la música clásica, como en el siguiente vídeo con el cual queremos despedirle, el melancólico segundo movimiento del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo.