Hoy tenemos el placer de contar con la experiencia, el buen hacer y el inteligente y magistral sentido del humor del archiconocido presentador Máximo Pradera en la serie "Grandes Voces de la Radio y la Televisión". Estamos seguros que sus respuestas no os dejarán ni mucho menos indiferentes!
¿Crees que es importante trabajar la voz?
Trabajar la voz es tan importante como hacer calentamiento aeróbico antes de las pesas en un gimnasio. Yo siempre estoy leyendo artículos sobre canto y viendo vídeos, aunque la verdad es que tengo un cacao muy gordo en la cabeza.
Nadie ha sabido, por ejemplo, explicarme cómo se produce el vibrato natural. ¿Qué es lo que oscila? En un instrumento sí lo sé, porque soy guitarrista. El dedo del músico sobre la cuerda, oscilando velozmente a un lado y a otro, produce el vibrato de la nota.
Pero la voz es distinta, uno no puede vibrar la nota a voluntad, porque no sabe qué órgano o qué músculo tiene que mover. Me dicen que hay que respirar correctamente y el vibrato vendrá algún día, como Godot en la obra de Samuel Beckett. Yo aún sigo como Vladimir y Estragón, Esperando a Godot.
Una vez leí que las gárgaras con vinagre de manzana son estupendas cuando tienes faringitis, así que eso es lo que hago cuando se me irrita la garganta. Creo que, sobre todo, hay que cuidar la alimentación. En estos momentos en los que acabo de perder 15 kilos de peso y he empezado a comer de forma diferente (más proteína y menos hidratos de carbono), mi voz está empezando a cambiar como si fuera un adolescente. No sé si acabaré como Barry White o como Philippe Jaroussky.
¿Cómo has notado que evolucionaba tu voz conforme a tu experiencia?
Mi voz cambió mucho cuando dejé de fumar, a los 30 años. Digamos que he perdido oscuridad en el timbre y que tengo, lógicamente, mucho más fiato. Cuando fumaba, oía mis bronquios silbar ante el micrófono y me dije que tenía que dejar el tabaco. No lo he vuelto a probar. Una vez tuve una novia que había estudiado en la Escuela Superior de Canto y me dijo que yo tenía la voz muy bien “colocada”, de manera natural, pero que a veces hacía "cosas raras" con ella. Nunca supe a qué se refería.
¿Te gusta cantar?
Me gusta mucho cantar y hacerme yo mismo segundas voces en mi estudio casero de grabación. Aquí https://soundcloud.com/pradera-maximo/merry-little-twitter tienes un villancico muy famoso, arreglado por mí como si fuera una opereta de Gilbert & Sullivan.
Tengo tan poca técnica vocal que solo me siento cómodo en una grabación, cuando sé que puedo repetir ad infinitum la toma, si me sale mal. Me produce bastante inseguridad cantar en directo, porque todo lo que hago es instintivo, aunque algunas veces lo he hecho y no se me da mal. Una vez canté un número de una opereta de Albéniz (The Magic Opal) en el Festival de Robles de Laciana y el Maestro Antón García Abril me felicitó por mi gracejo.
¿Realizas algún ejercicio o "ritual" de calentamiento vocal?
Conozco los lip rolls y ejercicios similares, pero lo cierto es que como siempre canto en casa, las sucesivas tomas que voy haciendo me sirven de calentamiento.
¿Qué hace a un buen presentador?
Creo que la cualidad principal de un buen presentador es saber dominar los silencios. En estos momentos hay demasiados presentadores y políticos que creen que la comunicación consiste en hablar ininterrumpidamente, lo más deprisa posible, hasta que te quiten la palabra. ¡Craso error! Hay que cambiar de ritmo de vez en cuando, alternar una frase con dos subordinadas con una simple, de sujeto, verbo y predicado, e incluso con un monosílabo. Hay que sorprender al auditorio.
¿Qué consejo darías a quien comienza en el mundo de la locución?
Cada persona tiene sus particulares problemas de dicción y debe saber localizarlos y tratarlos. Yo tuve, en una época de mucho estrés, problemas con la r simple intervocálica, la de de mi propio apellido, Pradera. Fui a una logopeda y me enseñó cómo el aparato fonador depende del aparato psicomotor y aprendí algunos ejercicios para escandir mejor las sílabas. Me ayudó mucho. El que sabe cantar, sabe hablar, así que yo le recomendaría a todo el mundo que aprendiera a cantar: a políticos, dobladores, reporteros. No hay nada que les pueda enseñar más.
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