El fantasma de la crítica por Laura Martínez, autora invitada


La autora del blog www.sermupsico.blogspot.com Laura Martínez ha escrito este post como autora invitada en La brújula del canto. Desde esta bitácora recomendamos que visitéis esta interesante página en la que habla de la psicología del músico y aporta consejos muy valiosos tanto para estudiantes como para profesionales.


Hay un fantasma al que los cantantes, y los músicos en general, nos enfrentamos en nuestro día a día y que nos ocasiona alguno que otro quebradero de cabeza: las críticas.

El resultado de nuestro trabajo es valorado por diferentes personas, a veces de forma positiva y otras de forma negativa. Estas críticas negativas, pueden afectarnos emocionalmente, generando sentimientos de impotencia, incompetencia, inferioridad, rabia, enfado, negatividad… Golpean nuestra mente, nos bloquean y no nos permiten avanzar. Afectan a nuestro rendimiento, no permitiéndonos dar el cien por cien.

Pero, ¿qué podemos hacer ante tal situación? ¿Cómo podemos combatir esas críticas que tanto nos afectan? ¿Qué podemos hacer con esas personas que nos critican? ¿Podemos “librarnos” de ellas?

Aquí te ofrezco unas pautas sencillas que te ayudarán.

1. En primer lugar, asúmelo: las críticas son inevitables. Creo que cualquiera estará de acuerdo con esta afirmación. Los mejores cantantes de la historia también han recibido críticas. Por muy bien que realices un trabajo, siempre habrá alguien que le saque punta. Y muchas veces, no podemos sacar a esas personas que nos critican de nuestra vida. Sea como sea, las críticas estarán ahí. En tu mano está, aprender a lidiar con ellas o dejar que te consuman.

2. No reacciones a la crítica de manera inmediata. Párate y analízala. Tal vez sea justa. Sé objetivo/a. Quizá has cometido un error y la crítica sea cierta. Si es así, no pasa nada. Eres una persona, no una “máquina de cantar” perfecta. Aprende de tu error y utilízalo para mejorar. Recuerda que equivocarse no es malo, lo malo es no aprender de los errores.

3. Hazte responsable de tus propios sentimientos. Las críticas tienen la importancia que tú les das. Ni más, ni menos. Si una crítica te afecta es porque tú has decidido que así sea. Nadie puede hacerte daño a menos que tú le des permiso para ello.

4. Extrae de la crítica aquella parte que te permita aprender algo. Intenta buscar en ellas una parte positiva, un aprendizaje. El resto… es basura emocional. ¡Tírala! ¡A la papelera con ella! No nos sirve para nada. Aléjala de tu mente lo antes posible. Y si vuelve (que lo hará) vuelve a alejarla. Una y otra vez, hasta que los pensamientos negativos se den por enterados de que no tienen cabida en tu cabeza.

5. Toma las cosas de quien vienen. Sabes que hay personas especialistas en encontrar defectos. Sabes que hay personas de las que no vas a recibir halagos. Sabes que hay personas que no aprecian o no entienden tu música. Sin malas intenciones, pero es así. No esperes otra cosa de ellas. No vas a cambiar a esas personas por mucho que lo intentes. Es su forma de ser. Cambiarles está en sus manos, no en las tuyas. Sonríe y apela al sentido del humor. Es la única manera de hacerles frente.

6. No atribuyas mala intención a la persona que te critica. Vale, reconozco que en algún caso puede haber mala intención. Pero… ¿te sirve de algo pensar que es así? Ese pensamiento sólo hará que te sientas mal. Mejor ser feliz ¿no? Aleja las malas vibraciones de tu mente. Sólo te harán mal.

7. Ten en cuenta que las personas que tienden a ver a los demás de manera negativa, son personas infelices y con una baja autoestima. Criticar a los demás, es la única manera que conocen para sentirse mejor. No es la adecuada, estamos de acuerdo, pero es la que conocen. Pensar esto, te ayudará a entender a esas personas que te critican y a quitar importancia a sus críticas.

Conseguir llevar a cabo estas pautas, es cuestión de constancia y esfuerzo, ya que supone, en muchos casos, un cambio de pensamiento radical. Si eres de las personas a las que las críticas le afectan, no conseguirás librarte de ellas de la noche a la mañana. Pero no decaigas. Puedes conseguirlo si te lo propones. Día a día. Paso a paso. No hay atajos, pero es posible. Puedes hacerlo. 
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