Llegar… ¿a dónde?

Cuando uno inicia un camino siempre mira hacia arriba y en muchas ocasiones piensa "Si esta persona lo ha conseguido ¿por qué yo no?".

Es algo natural y beneficioso poner la mirada alta en cuanto a nuestras pretensiones y en el caso de los estudios de canto sucede también así. 

Por otro lado, hay que saber que la capacidad de superación humana y de aprendizaje es algo que puede tener una fuerza inconmensurable y por tanto no debemos abandonar al encontrar dificultades sino buscar la ayuda necesaria en cada momento porque la mayoría de las dificultades se pueden superar conociendo cómo hacerlo.

Pero, ¿qué pasa si al final aquello que nos habíamos planteado en un principio no cuadra con nuestra manera de ser o con la realidad? Es entonces cuando se produce un conflicto entre la realidad y las expectactivas.
Se podría hablar del lado oscuro de las expectativas, es decir, el conflicto que se establece entre aquello que se espera de nosotros o que nosotros mismos creemos que debemos hacer y que muchas veces no nos hemos planteado a fondo y lo que realmente nos hace felices. Y aquí podría hablar del tipo de música que hacemos, el tipo de vida que se ajusta a nuestras necesidades, etc. 

Como cantantes, debemos saber escuchar a nuestro instinto y nuestras necesidades personales y profesionales y evaluar a todos los niveles el lugar dónde queremos estar. 

Es posible que se tenga un carácter tranquilo y se prefiera un estilo de vida sencillo, es posible que no entre entre las opciones vitales tener que estar continuamente viajando. Estoy convencida que conociendo lo que supone tener un tipo de vida se puede buscar una manera de ajustarla de manera equilibrada a las necesidades de la propia persona. 
 
Es muy importante, como cantantes, conocer cuales son nuestros puntos fuertes y potenciarlos y acomodarlos al tipo de vida que nos va a hacer felices. Leyendo biografías de grandes cantantes encontramos que muchos de ellos tuvieron que decantarse y tomar decisiones que afectaban a su carrera ya sea a nivel profesional como a nivel personal.

Establecer claramente aquello que nos hace felices y nos da la fuerza para mantenernos en el camino con ilusión y pasión y es una decisión muy personal, así que medita sobre ello. Estar dónde no quieres estar tan solo te proporcionará frustración!

Una persona es feliz cuando siente que esta donde quiere estar y cuando hace aquello que le gusta. 

¡No renuncies tú a eso!

Anterior entrada sobre reflexión y motivación musical

No es falta de tiempo…

...es falta de interés (realmente). Cuando te pongan la excusa ante un petición tuya que solo requiera cinco minutos un día tienes que saber interpretar esta frase: "no tengo tiempo, lo siento". 

Son muchos los alumnos a los que les cuesta seguir un ritmo de clases y asumir una dinámica de estudio regular. Muchas veces me dicen que no tienen tiempo y yo les respondo que todos tenemos a lo largo del día unos minutos para hacer algunos de los ejercicios de respiración y unos diez minutos para hacer algunos de los ejercicios de vocalización. También podemos encontrar tiempo para escuchar música mientras andamos por la calle o leer un libro sobre música en el autobús.

Así que esta excusa tan banal se pude desmontar en seguida: levantándose un cuarto de hora antes. Mi conclusión es que quizá el alumno no ha encontrado las suficientes razones y una motivación interna suficiente para dedicarse a su tarea de estudiar o no sea su vocación. Las motivaciones de algunas personas son externas, tipo "mi padre quiere que lo haga", "así ganaré mucho dinero", etc...
Cualquier actividad que queramos hacer lo único que tenemos que hacer es hacerla. Buscar el tiempo y el lugar y ponernos "manos a la obra". Por cierto, mi consejo es que huyas de los que abusan de la frase "no tengo tiempo", porque denotan falta de compromiso, a veces hasta el intento de "hacerse los interesantes". Lo que no saben es que el resto de la humanidad no es tonta y "ve su juego" y en vez de "ganar puntos" los pierden todos. Si quieres hacer algo, hazlo; si das tu palabra, cúmplela y si no quieres hacer algo no lo hagas; pero sé honesto con los demás -al menos contigo mismo deberías serlo- y no mientas ni te engañes.

No es falta de tiempo…

...es falta de interés (realmente). Cuando te pongan la excusa ante un petición tuya que solo requiera cinco minutos un día tienes que saber interpretar esta frase: "no tengo tiempo, lo siento". 

Son muchos los alumnos a los que les cuesta seguir un ritmo de clases y asumir una dinámica de estudio regular. Muchas veces me dicen que no tienen tiempo y yo les respondo que todos tenemos a lo largo del día unos minutos para hacer algunos de los ejercicios de respiración y unos diez minutos para hacer algunos de los ejercicios de vocalización. También podemos encontrar tiempo para escuchar música mientras andamos por la calle o leer un libro sobre música en el autobús.

Así que esta excusa tan banal se pude desmontar en seguida: levantándose un cuarto de hora antes. Mi conclusión es que quizá el alumno no ha encontrado las suficientes razones y una motivación interna suficiente para dedicarse a su tarea de estudiar o no sea su vocación. Las motivaciones de algunas personas son externas, tipo "mi padre quiere que lo haga", "así ganaré mucho dinero", etc...

Cualquier actividad que queramos hacer lo único que tenemos que hacer es hacerla. Buscar el tiempo y el lugar y ponernos "manos a la obra". Por cierto, mi consejo es que huyas de los que abusan de la frase "no tengo tiempo", porque denotan falta de compromiso, a veces hasta el intento de "hacerse los interesantes". 

Lo que no saben es que el resto de la humanidad no es tonta y "ve su juego" y en vez de "ganar puntos" los pierden todos. Si quieres hacer algo, hazlo; si das tu palabra, cúmplela y si no quieres hacer algo no lo hagas; pero sé honesto con los demás -al menos contigo mismo deberías serlo- y no mientas ni te engañes.

Custionario: Variables motivacionales en la práctica musical.

Hoy os invito a participar en el estudio que está llevando a cabo la doctoranda Laura Moreno Bonet sobre aquellos aspectos motivacionales que influyen en la práctica musical ya sea de estudiantes, músicos amateur o profesionales.

Gracias de antemano por vuestra participación.

Tomarte un descanso de la música puede hacerte un mejor músico a largo plazo

Traducido de la publicación The Strad

Enlace al original: http://www.thestrad.com/taking-a-break-from-music-might-just-make-you-a-better-player-in-the-long-run/

Fecha: 25 Enero 2016

Título original: Taking a break from music might just make you a better player in the long run

Pauline Harding considers why having a break from music might be the healthiest thing you can do

 

Existe un argumento persistente que impregna el mundo de la música clásica: para aprender a tocar un instrumento correctamente, debes empezar cuanto antes y trabajar duro, porque es la única manera de desarrollar tu oído, tu mente y tus músculos de forma rápida, eficaz y de una manera que te servirá durante toda tu vida musical. Tanto si un niño está destinado a convertirse en solista o no, tiene que trabajar como un esclavo desde el elemental hasta el superior, de lo contrario, cuando llegue el momento de elegir su profesión, no va a ser lo suficientemente bueno para continuar, si así lo desea. Si empieza cuando es mayor o no avanza lo suficientemente rápido, nunca será capaz de tocar esos grandes conciertos románticos o construir una carrera decente en la música. Incluso entonces va a tener que trabajar, trabajar y trabajar, a través de su sangre, sudor y lágrimas (a veces literalmente), para lograr sus objetivos.

Pero ¿por qué el desarrollo musical tiene que ser así? Un estudiante que no está disfrutando de la música es poco probable que le saque el máximo partido a su estudio. Para aquellos que están empezando a cansarse de su instrumento, quizás la persistencia no sea la clave – en su lugar lo más inteligente que se puede hacer es tomar un descanso, obtener una nueva perspectiva y volver a la música más tarde con un enfoque renovado.

Es cierto, sí, muchos de nosotros estamos satisfechos de que nuestros padres nos hicieran estudiar cuando estábamos creciendo – abre todo un mundo de amigos, trabajo y diversión en la vida adulta. Pero el final de la adolescencia e incluso la veintena traen momentos de gran incertidumbre; y forzarse a través de horas de práctica cuando no estás seguro de lo que quieres hacer con tu vida puede hacerte más daño que bien. Muchos estudiantes pasan por el conservatorio sin querer estar allí. Estudian de mala gana con el fin de aprobar los exámenes. No siempre progresan tan rápidamente como deberían, porque han ido al superior como un producto del sistema educativo: tenían que estudiar algo, y han acabado estudiando esto como podían haber elegido otra cosa. En algunos casos; la competitividad, la mala leche y los desafíos aparentemente insuperables les han convertidos en amargados y han embotado su voluntad de aprender – incluso si cuando empezaron eran más entusiastas.

Algunos adolescentes no quieren pasar sus vidas encerrados en salas de ensayo. Si se ven obligados a permanecer allí durante años, cuando emergen a “la luz” después de la universidad, su mentalidad musical no puede estar en un estado saludable. Si, por el contrario, aquellos que están luchando para mantener su entusiasmo dan un paso fuera de la música por un tiempo para dedicarse a otros intereses, podrían encontrar una nueva determinación. Si no, quizás tomar esa decisión de alejarse de la música será lo mejor a largo plazo.

Para aquellos que deciden volver a la música, la sensación de una juventud malgastada musicalmente podría dar un nivel de impulso que se traduciría en una mayor tasa de progreso. ¿Por qué las instituciones como el Conservatorio de París se niegan a admitir a nadie mayor de veinte años? Seguramente alguien un poco mayor con más entusiasmo y determinación, y una perspectiva más amplia de la vida, será capaz de alcanzar mayores alturas musicales que un adolescente sin inspiración. Del mismo modo, ¿por qué no más cursos de verano dedicados a ayudar a los adultos serios, desde los aficionados avanzados a los profesionales oxidados, aprovechando sus habilidades existentes? Puede ser difícil encontrar cursos orientados a ese nivel: la mayoría parecen estar dirigidos a jubilados que tocan por diversión o a adolescentes virtuosos.

Sé de algunos músicos que han empezado con nuevos instrumentos cuando eran mayores de 50 y, a través del trabajo duro, consiguen alcanzar estándares admirables. Vale, nunca serán solistas de prestigio, pero siempre van a ser músicos genuinamente entusiastas que aman la música hasta el final.

Al tomar un descanso de la música por un par de años,  algunos jóvenes o adultos – aún más experimentados – podrían “coger carrerilla” antes de correr hacia su instrumento con los brazos abiertos, y con fuerzas renovadas. Quién sabe: más tarde, su recién descubierto entusiasmo podría impulsarlos a un futuro musical que es más sano y más logrado que el de sus compañeros desilusionados.

 
Importante: Aclaramos que en Gran Pausa no se da ningún tipo de consejo médico ni tratamiento para problemas físicos o mentales sin el consejo de un médico, sea directa o indirectamente. En el caso de aplicar con ese fin alguna información de este sitio, Gran Pausa no asume la responsabilidad de esos actos. La intención del sitio es solamente ofrecer información sobre lesiones y otras afecciones del músico para que estos problemas se conozcan y comprendan un poco mejor.
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