El que no encuentra una buena razón, encuentra una buena excusa

A todos nos cuesta encontrar aquel camino que nos hace felices. Llenamos nuestra mente y nuestra vida de excusas y en muchas ocasiones, precisamente estas excusas son las que nos separan de aquello que más deseamos hacer. 

Generalmente los artistas y particularmente los cantantes sentimos una gran motivación interna que nos lleva a vencer los miedos y a encontrar buenas razones para trascender las excusas. 

Conozco muchos casos en los que los alumnos vienen a clase y son muy buenos estudiantes. 

Pero... Les falta esa motivación interna que les lleve a trazar su camino pese a quien le pese y sea la circunstancia que sea. Al final es sólo cuestión de tomar una decisión.

En el caso de los estudiantes de canto me he encontrado con personas que tenían tanta pasión por el canto y la música que aprovechaban la mas mínima oportunidad para aprender, si iban a un curso escuchaban a todos los alumnos, asistían a todos los conciertos... 

Si tenían la oportunidad de conocer a algún cantante aprovechaban para preguntarle y conocer sus impresiones... estos alumnos son los que tienen una motivación interna que les permite superar las dificultades y tienen la suficiente paciencia para crecer y madurar porque saben que su camino es una elección vital. 

Son personas que no han decaído ante las dificultades -falta de dinero, tiempo escaso, sin apoyo familiar, etc... Y ni aún así han cejado en su empeño. Pregúntate por la verdadera razón por la que no haces aquello que deseas hacer y por tu propia felicidad, toma decisiones!!!

Miedo escénico: cuándo acudir a un psicólogo

Por nuestro colaborador, Francisco MartínezPsicólogo Barcelona



- ¿Qué crees que deben conocer los profesores de música sobre el miedo escénico?


El miedo escénico es algo que la mayoría de los profesionales de la música han experimentado. Lo más probable, si ha tenido la oportunidad de subir alguna vez a un escenario, es que les sea familiar la sensación de estrés, ansiedad, preocupación, tensión corporal o lo que es más común, una mezcla de todas estas sensaciones.

Los profesores de música podrían ayudar a preparar las situaciones de exposición a la que se verán sometidos los alumnos (conciertos de fin de curso, preparación de pruebas evaluatorias...) Es bastante común también que después de una situación de exhibición o prueba los alumnos, cantantes o profesionales de la música sientan que han rendido mucho menos de lo que podrían alcanzar, resultado de su miedo escénico.

- ¿Qué podría aportar a un conservatorio la figura del psicólogo dentro del departamento de orientación?

El estudio de la música en el conservatorio conlleva un esfuerzo y una concentración mayor en muchas ocasiones que las de otros estudios superiores. Los cantantes o músicos pasan muchas horas de estudio en soledad. Suelen sentir una motivación de logro bastante alta. Quién haya pasado bastante tiempo entre los muros de cualquier conservatorio de nuestro país, podrá haber percibido el malestar psicológico que sufren algunos alumnos.

Repito, las claves del malestar se encuentran en la alta motivación de logro, la excesiva competitividad, una metodología de estudio que fomenta los esquemas obsesivos, la soledad... Muchos factores que predicen un mal desarrollo psicológico si los alumnos no se sienten acompañados durante su recorrido.



- ¿Cuándo debe acudir a un psicólogo un cantante o estudiante?


Aquí es el cantante, estudiante o profesional de la música el que debe dar el primer paso. Cuando se deciden a pedir ayuda profesional se realizará un seguimiento de los altos niveles de ansiedad relacionada con todos los factores predictores de malestar psicológico que he citado anteriormente. El psicólogo podría también ayudar a acompañarlos en un fenómeno bastante común entre los compañeros de profesión. La alta tasa de abandono de los alumnos.

- ¿Qué tipo de herramientas se le pueden proporcionar a los alumnos que sufren de miedo escénico?

Básicamente se les podría preparar en los tres niveles del fenómeno de miedo escénico. El nivel fisiológico, el conductual y el cognitivo.

10 herramientas para trabajar el miedo escénico.

  1. Respirar pausadamente. (FISIO)
  2. Hacer ejercicios de control del sonido. (FISIO)
  3. Calentar la voz. (FISIO)
  4. Beber agua junto antes de salir del escenario. (FISIO)
  5. Comer ligeramente. (FISIO)
  6. Descansar. (FISIO)
  7. Permanecer sentado. (COND)
  8. Estirar el cuerpo. (FISIO-COND)
  9. Visualizar o familiarizarse con el espacio escénico en los ensayos. (COGN)
  10. Escuchar un ensayo en el que hayan salido las cosas bien. (COGN)

La evaluación se debería llevar de manera individualizada. El ser humano no responde a recetas mágicas. Se deberá establecer un tratamiento individualizado después de la previa evaluación del malestar del estudiante o profesional de la música.

Para más info puedes visitar la web de Francisco Javier Martínez Fernández, Psicólogo en Barcelona.

La voz no lo es todo

Generalmente todas las personas nos asomamos al maravilloso mundo de la música en la infancia, cantando, bailando, aprendiendo a tocar un instrumento... esas experiencia dejan una impronta en la psique y en el cuerpo tanto para bien como para mal. Un buen profesor/a de música en la escuela puede despertar a los niños, como si de un mago se tratara, al mundo de la emoción y de la fantasía sonora. De la misma manera, una mala experiencia puede cerrar esa ventana para siempre. En aquellos niños en los que se enciende la llama es importante que los docentes sepamos avivarla y cuidarla. 

Sin embargo, una llama intensa, que se traduciría en tener unas buenas condiciones físicas y musicales, no son suficientes para poder desarrollar una carrera musical. Los músicos somos como los corredores de fondo, deben entrenar tanto su cuerpo como su mente para transcurrir por un camino que les lleva toda su vida y para ello es necesario cultivar una buena actitud hacia el aprendizaje y mucho amor hacia la música así como grandes dosis de humildad. 


Tener una buena actitud es en la mayoría de los casos tan importante como tener una buena voz. Siempre digo, que de nada sirve tener un piano de cola si no se sabe tocar, o es absurdo poseer un Ferrari si no se tiene siquiera el carnet de conducir. En el caso de los cantantes se piensa a menudo que un buena voz será garantía de éxito, nada más lejos de la realidad

Grandes voces se han malogrado por falta de técnica y preparación. Mientras uno es joven parece (un creencia falsa) que la voz no tiene límites. Eso no es así, si uno no conoce su instrumento, sus límites y cómo cuidarlo, con el transcurso de los años se encontrará que de la noche a la mañana no le responde y no sabrá qué hacer. A cantar se aprende, a conocer los límites de la voz se aprende, a desarrollar todo el potencial musical y vocal se aprende... es cuestión de tener una buena guía y ser perseverante. 

Desde esta bitácora me gustaría animar a todos aquellos que estén en un momento de desánimo, porque es necesario que sepan que el aprendizaje musical se produce "de rellano a rellano de escalera", quiero decir que se alternan épocas en las que los avances son rápidos y evidentes con otras en las que parece que uno se queda estancado. Si se tiene una buena guía y se trabaja consistentemente estos periodos no son otra cosa que un momento de re-estructuración neuronal tras los cuales se podrá acceder a otro nivel de competencia. Y para ello es necesaria la confianza y la actitud de superación.

Qué hacer para no dejar de lado el instrumento en verano

Llegan las vacaciones de verano y con ellas, muchos estudiantes (y también profesionales), dejan un poco abandonada la música. Se acaba el curso en conservatorios y escuelas, las temporadas de las orquestas y los teatros y nos vemos con un par de meses por delante sin mucho que hacer.

La importancia del descanso

Lo primero que hay que tener claro es que las vacaciones están para descansar. Igual que los deportistas tienen momentos en la temporada de rendimiento más alto y momentos de rendimiento más bajo, los músicos también tenemos que aprender a dosificarnos. Por ejemplo, es probable que salgas de viaje al menos una vez durante tus vacaciones de verano. Es en esos días cuando tienes que aprovechar para desconectar del trabajo y de los estudios y disfrutar. Seguramente, será muy productivo, pues es muy importante darle un descanso tanto a la mente como al cuerpo. Esto no quiere decir que no saquemos el instrumento de su funda hasta septiembre.

Motivarse en verano

Cuando fuera hace un día perfecto, dentro de casa tienes calor, tus amigos y familia no paran de hacer planes y llevas unos meses de duro trabajo, lo último que te apetece es ponerte a estudiar también durante el verano. Sin embargo, es importante mantener la forma física y la mente despierta para cuando reanudemos nuestro trabajo tengamos la máquina bien engrasada.

Lo primero que debemos hacer en estas fechas es fijarnos un objetivo: preparar el repertorio para el próximo curso, mejorar nuestra técnica, mejorar nuestras habilidades musicales, practicar repertorio orquestal, perfeccionar obras que ya hemos tocado… Si no tienes planes inmediatos, las vacaciones son el momento perfecto para hacer todo aquello para lo que nunca tienes tiempo. Por ejemplo, puedes practicar lenguaje musical para mejorar tu ritmo y tu oído. Puedes investigar otros estilos musicales o mejorar técnicas que aún no dominas.

Además, estudiar cosas que no estudias habitualmente te motivará y te animará a practicar más en verano.

Para saber más sobre motivación lee este post.

Cursos y orquestas jóvenes

Es el momento perfecto para apuntarte en algún curso de perfeccionamiento. Conocerás gente nueva, tocarás música nueva, aprenderás de profesores nuevos… Además, de una manera u otra, te obligarás a estudiar y a mantenerte.

Ya hablamos en un post sobre todo lo que te puede aportar una orquesta joven, una actividad más que recomendable.

Consejos para el estudio

  • Estudia en horas en las que no haga demasiado calor, temprano en la mañana o a última hora de la tarde. Aprovecha las horas de sol.
  • Organízate para tener tiempo libre y disfrutar del verano. Por ejemplo, si te levantas pronto y estudias de 10 a 12 tendrás el resto de la mañana para disfrutar de la piscina.
  • Practica deporte y haz ejercicio, ahora que tienes más tiempo, puedes mantener tus músculos tonificados y mantener la forma física aunque estudies menos.
  • Sé constante, aunque estudies menos de lo que lo harías durante el resto del año. Mejor que estudies todos los días un par de horas a que lo hagas una vez a la semana de manera intensiva.

 

Motivación y desmotivación, ¿Por qué no tengo ganas de tocar?

Más de uno se sentirá identificado con el título. ¿Qué me pasa? ¿Por qué no quiero estudiar? ¿Por qué no quiero tocar? La desmotivación afecta a muchos músicos. En una profesión en la que uno nunca para, a veces nos encontrarnos en situaciones de decaimiento o desgana que nos impiden estar al 100%.

Es normal que de vez en cuando uno no sienta ganas de estudiar. No somos robots y todos nos sentimos cansados de vez en cuando. Lo malo es que a veces esta desmotivación se extiende en el tiempo, y debemos profundizar en su razón de ser.

motivacion

La falta de objetivos

La principal razón de la desmotivación es la falta de metas. Uno siempre debe tener metas a largo, medio y corto plazo. ¿Sabes qué pasa cuando una persona echa a andar sin saber dónde va? Que comienza a andar en círculos. Debes marcarte metas. Si todavía estás estudiando, estás metas son fáciles marcar: sacar buena nota en el próximo examen, tocar bien en el concierto…etc. Cuando eres profesional, las metas son más complejas porque tu futuro es más incierto. A veces tendrás como meta alguna audición u oposición, a veces no. Sé creativo con tu carrera, márcate la meta de mejorar, de seguirte formando, de buscar otros horizontes…

La meta que te marques ha de suponerte un desafío, pero no debe ser excesivamente difícil de conseguir, o te frustrarás por realizar un trabajo sin fruto. Tampoco debe ser demasiado fácil, o te aburrirás. Todo objetivo debe estar formado por otros más pequeños, que te vayan alentando a continuar.

Un objetivo inalcanzable o demasiado lejano

A veces no tenemos medida y nos marcamos metas tan duras que minan nuestra moral sin aportarnos demasiado. Debemos tener en cuenta nuestras capacidades, apuntar alto, pero no exigirnos más de lo que podemos alcanzar. Por ejemplo, imagina que en un mes coinciden cuatro audiciones para tu instrumento, con una programación exigida distinta en cada audición. Una meta muy difícil sería plantearse “ir a ganar” las cuatro audiciones y estudiarse las cuatro programaciones en el período de un mes. Una meta más alcanzable sería prepararse una o dos más a fondo y, si nos interesa, presentarnos a las otras dos simplemente por pasar la experiencia de la audición. Es como en el deporte. Un ciclista no va al 100% al giro, la vuelta y el tour. Puede ir a ganar uno, pero no los tres en el mismo año.

También puede desmotivarnos el marcar un objetivo muy lejano en el tiempo. Por ejemplo, preparar un concierto de solista de aquí a año y medio. Para solucionar esto, debemos usar la estrategia de marcar pequeños objetivos durante todo ese año y medio e irlos cumpliendo.

Estar extra-ocupado

Algunos músicos, por no decir casi todos, parecen adictos al trabajo. Llenamos nuestras agendas de compromisos que nos saturan (trabajo + bolos + estudiar + recados +….), lo cual puede desmotivarnos a la hora de estudiar. Si tienes muchas cosas en las que pensar, también tu concentración se verá afectada. El resultado será nefasto. Todos los días debes tener unas horas de descanso para dedicarte a ti, a tu familia o tus hobbies (hobbie, ¿qué es eso?… dirán algunos). Si equilibras tu día a día, tu desmotivación será cosa del pasado. El tiempo de estudio no debe ser una obligación, sino un momento de retiro y de tranquilidad que usas para mejorar en tu profesión. Para ello, debe tener su espacio reservado en el día, no achuchado entre compromisos.

Por experiencia personal, se estudia infinitamente mejor cuando uno tiene todo el tiempo del mundo por delante, no anda con prisas por marcharse a no se dónde o hacer no se qué. La tranquilidad es clave para que las ganas de estudiar vengan solas.

Forzar la máquina

Muy relacionado con el punto anterior está el cansancio. El cansancio físico y mental es determinante en la desmotivación. Cuando uno siente que el cuerpo no aguanta más, no puede sentir ganas de estudiar ni de tocar. Es una irresponsabilidad sentirse agotado y aún así querer forzar más la máquina. Lo único que nos vamos a provocar es desgana y desidia, por no hablar de las consecuencias que puede tener en nuestra salud.

Recuerda, ¡debes descansar al menos un día a la semana!

Un camino que no quieres andar

No tienes ganas de tocar. Pasan los días y las semanas y no quieres estudiar, aunque deberías, porque hay audiciones a las que podrías presentarte, oposiciones que preparar o cualquier otra cosa.

A veces nos fijamos unos objetivos sin pensar ¿es esto lo que quiero realmente? Debemos ser sinceros con nosotros mismos. Hay muchos caminos que uno puede elegir dentro y fuera de la música, uno no está obligado a hacer lo que hace la mayoría. Quizás aún no has descubierto tu vocación. Dar clase en colegios, en conservatorios o escuelas, tocar otros estilos, improvisar, trabajar con la música en labor social… o cualquier otra cosa. Lo primero que hace falta para motivarse es amar lo que uno hace.

Recuerdo ahora una frase que sale en la serie Mozart in the Jungle. Un bailarín, cansado de la presión de las audiciones y las performances decide marcharse para trabajar de modelo y hacer otro tipo de actuaciones, usando el ballet de forma distinta. Su novia, oboísta y sin trabajo como él, se escandaliza ante semejante decisión, a lo que el chico le dice: “No pasa nada si no nos dedicamos a aquello que dijimos que íbamos a ser con 3 años”.

Lo importante es que seas feliz con lo que haces.

Recuperar la pasión por lo que haces

Puede haber ocasiones en las que no tengamos objetivo que fijar y nos cueste mucho “estudiar por estudiar”. En esas situaciones muchos pierden el interés por la música y sienten cierto hastío ante la situación de coger el instrumento todos los días.

La mejor manera de recuperar la pasión por la música es tocando en público, mejor con orquesta, coro o grupo de cámara. Así nos evitamos los nervios de actuar solos, además de que son conciertos más fáciles de conseguir. Si te sientes en una situación parecida, busca la manera de poder actuar. En cuanto sientas la placentera sensación de la música en conjunto, los aplausos del público… recordarás por qué necesitas estudiar y tu autoestima subirá.

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