Las ondas alfa y el aprendizaje musical

¿Qué son las ondas Alfa?

En los años 20, el investigador Hans Berger descubrió que nuestro cerebro está continuamente emitiendo ondas. Estas ondas son fruto de la actividad eléctrica de nuestras neuronas, y se pueden medir en Hercios, tal y como podemos medir las ondas sonoras.

Estas ondas cerebrales se dividen en cinco grupos, que tienen relación total con nuestro estado físico y psíquico en cada momento.

Mientras que las ondas Beta y Gamma se producen cuando estamos en un estado plenamente consciente, las ondas Theta y Delta están relacionadas con estados inconscientes. Emitimos ondas Beta en casi todos los momentos en los que estamos despiertos: trabajando, practicando deporte, viendo la televisión…etc. Cuando nos estresamos o nos encontramos con una situación incómoda que nos produce nervios, la actividad cerebral aumenta, emitiendo ondas del grupo Gamma. Las ondas Theta se emiten en situaciones de relajación profunda, con una desconexión con el exterior casi completa, por ejemplo, un estado de hipnosis, o cuando estamos a punto de dormirnos. Las ondas Delta se producen durante el sueño más profundo.

Entre ambos grupos se encuentran las ondas Alfa. Estas ondas se producen cuando estamos muy relajados y algo desconectados de nuestro entorno. No pensamos en el tiempo y el espacio y estamos más conectados con nuestro interior que con el exterior. Emitimos estas ondas cuando estamos tranquilos, tumbados, pensativos, descansando… en general, en situaciones que no implican actividad.

Beneficios de las ondas Alfa

  • Cuando nuestro cerebro emite ondas Alfa, estamos más predispuestos a la creatividad y la imaginación.
  • Nuestra capacidad de aprendizaje aumenta.
  • En un estado de ondas Alfa, no podemos sentir miedo escénico ni ansiedad.
  • Nos permite un alto nivel de concentración.
  • Las ondas Alfa están relacionadas con el estado de Flow, del que puedes saber más leyendo este otro post.

¿Cómo activamos nuestras ondas Alfa?

Para conseguir un estado de relajación plena siempre que lo necesitemos es importante que practiquemos alguna técnica de relajación a diario. En este blog puedes aprender algunas técnicas muy útilesSin embargo, existen muchas formas de activar estas ondas tan beneficiosas:

  • Tumbarse o sentarse y concentrarse en una respiración lenta y profunda.
  • Cerrar los ojos y contar hasta 100.
  • Salir a pasear por algún lugar natural y tranquilo, concentrándonos en el paisaje y la tranquilidad del momento.
  • Escuchar música relajante.
  • Practicar yoga o meditación.
  • En cualquier caso, cerrar los ojos es importante: de esta manera conseguimos aislarnos del entorno más eficazmente.

Conseguir activar nuestras ondas Alfa implica llegar a un estado de relajación consciente muy necesario para un músico: si lo conseguimos, podremos concentrarnos mejor en el estudio, tocar sin tensiones e incluso librarnos del miedo escénico. Llegar a este estado de tranquilidad no es fácil en situaciones de estrés, como momentos previos a conciertos o exámenes. Sin embargo, alcanzarlo en casa durante el estudio es más factible, y nos puede abrir el camino a controlar nuestros nervios y tensiones.

 

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7 Hobbies para músicos

Para un músico el tiempo es oro. Siempre andamos con los minutos contados, entre conciertos, clases y tiempo de estudio. Sin embargo, desconectar también es importante. A veces no basta con descansar para despejar nuestra mente de las cosas que nos preocupan: una audición o examen inminente, un pasaje que no sale…

El efecto más inmediato que un hobby tiene en nuestro día a día es que nos permite tener la mente y el cuerpo ocupados en algo nuevo. Esto ayuda a mantener la mente más fresca, aligerar las preocupaciones y motivarnos para estar activos.

Vamos a ver algunos hobbies y aficiones que nos pueden ayudar a relajarnos y desconectar:

  1. La jardinería: Ser aficionada a la jardinería no implica tener un jardín, patio o terraza. Con un pequeño balconcito o ventanal ya podemos tener un par de macetas y dedicarnos a cuidarlas. Para hacerlo más entretenido y placentero, lo mejor es plantar semillas y cuidarlas para verlas crecer. Puedes elegir plantas de ornamentación, aromáticas, o incluso atreverte con un pequeño huerto urbano. Te sentirás realizado al ver que tu trabajo da sus frutos.
  2. Practicar algún deporte en equipo: Aunque los músicos debemos tener cuidado con las lesiones deportivas, no hay nada más motivador que practicar un deporte junto a tus amigos o familia. Además de los beneficios psíquicos, a esta afición se le suman las ventajas físicas del deporte.
  3. El senderismo: Si te gusta estar en la naturaleza, este puede ser el hobby perfecto para ti. Puedes hacerlo en compañía de tus amigos o apuntarte a algún grupo de ruteros que haya en tu ciudad. Conocerás gente nueva, te despejarás y mejorarás tu salud.
  4. La cocina: La cocina siempre engancha a cualquiera que la pruebe. Cuando tengas ganas de despejarte, prueba a buscar una receta y elaborarla tú mismo. te divertirás, tendrás la mente ocupada, y podrás probar los resultados de tu esfuerzo.
  5. Las manualidades: Si eres un poco manitas y te gusta ser creativo, puedes buscar tutoriales Do It Yourself en internet y dar rienda suelta a tu lado más artístico creando objetos prácticos o decorativos.
  6. La fotografía: Esta afición es cada vez más popular. No necesitas una cámara última generación para practicarla. Basta con la propia cámara de tu móvil y con tu visión creativa para conseguir fotos bonitas y pasar el rato descubriendo tu ciudad.

Lo más importante a la hora de practicar un hobby es tener en cuenta tus gustos y afinidades. también es bueno probar cosas que jamás pensarías que puedan gustarte, porque quizás descubras una nueva afición. ¿Te animas?

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Una audición de orquesta desde dentro: qué sienten los músicos, qué buscan los tribunales

Hoy me he encontrado con este post, que he devorado en pocos minutos por lo interesante que me ha parecido. Se nos cuenta desde cerca cómo vive un candidato una audición de orquesta y cómo lo evalúan los tribunales. Seguro que muchos, al igual que me ha pasado a mí, se sienten identificados. Y por eso he querido traducirlo y compartirlo. No sólo porque hable de los sentimientos y las sensaciones que se tienen en estas situaciones, cosa que a muchos músicos les cuesta compartir. Sino porque también puede servir para que aquellas personas que viven ajenas a este proceso sepan por todo lo que pasa un músico y valoren esta profesión. Espero que todos los que leáis este post os sintáis identificados, y que os dé fuerza y ganas para seguir luchando por vuestros objetivos.

Publicación: cincinnati.com

http://www.cincinnati.com/story/entertainment/music/2015/11/24/inside-symphony-audition/75478764/

Autor: Janelle Gelfand

Título original: Inside a symphony audition

 

Son las 14:00, lunes

Stephen Goist está intentando calmar sus nervios mientras espera a entrar en la audición en los camerinos del Music Hall. Sentado en una silla plegable junto a la funda de su viola, parece relajado, pero sus nervios pueden jugarle una mala pasada. Calcula que es su audición número 17. Pero en esta siente una presión distinta: ha crecido en Cincinnati.

Goist ya ha trabajado en orquestas pequeñas, como Dayton Philharmonic o Pro Musica Chamber Orchestra en Columbus. Pero ganar esta audición significa un trabajo fijo y un sueldo de seis cifras. Y en su ciudad natal. En cierto sentido, se ha estado preparando para este momento desde que tenía 3 años y empezó sus lecciones con su madre, una profesora de método Suzuki en la Cincinnati Public Schools. “Significaría mucho para mí, ya que mi objetivo es entrar en una orquesta, y esta es una gran orquesta”. dice Goist, de 24 años. “Además de que nací aquí, me crié aquí y tengo muchos amigos aquí”.

La tensión en el backstage del Music Hall es palpable en este día en que la Cincinnati Symphony Orchestra hace audiciones para dos puestos de viola. Audicionar para una orquesta nacional de gran presupuesto que funciona todo el año es un proceso estresante y muy personal. Requiere mucho tiempo de práctica, audición tras audición, además del dinero que se gasta en viajes y hoteles. Al final, todo se reduce a tocar cinco minutos.

“Desde un punto de vista estadístico, probablemente sea más fácil entrar en la NBA.” dice Christian Colberg, violista principal de la Cincinnati Symphony. “Es un proceso muy duro, que manda a la gente al psicoterapeuta, que realmente te cambia la vida. Es casi bárbaro, pero es justo.

Goist, graduado de la School for Creative and Performing Arts y la University of Cincinnati College-Conservatory of Music, conoce bien el proceso. Ya ha llegado lejos. Entre más de 140 candidatos, menos de la mitad fueron invitados a las audiciones. Algunos no se han presentado. Al final, participa junto a otros 48 competidores. Resulta ser un maratón de dos días.

“Intento no estresarme demasiado. Algunos tienen rutinas o ejercicios de respiración para relajarse, yo simplemente intento tratar este día como un día cualquiera” dice Goist. Excepto que no es normal. Intentar ganar un trabajo en orquesta es extremadamente competitivo, los conservatorios sacan alumnos brillantes año tras año. Y la audición no es el final. Hay unas dos semanas de prueba, seguidas de un año más antes de que un músico sea finalmente aceptado como miembro de la orquesta.

También puede resultar caro, señala Goist. Muchos de los candidatos son de fuera, incluso de Singapur o Japón. Para una audición reciente en Indianápolis, Goist pagó por dos noches de hotel, pero no pasó de fase, con lo que no usó su segunda noche. Además, las audiciones pueden alargarse hasta la noche. Cuando hace tres años audicionó para la Colorado Symphony, su día de audición duró desde las 9 de la mañana hasta las 22:30 de la noche. “Al final me sentía como en otro planeta, fuera de mi cuerpo y completamente enloquecido“, nos cuenta.

Cincinnati es un gran premio, en parte por el prestigio que tiene. La orquesta, la quinta más antigua del país, toca regularmente en el Carnegie Hall (y en enero tocará en el Lincoln Center), hace giras a nivel internacional, tiene su propio sello discográfico y recientemente completó una campaña de $ 26.000.000. Su objetivo principal es cubrir puestos que otros músicos han dejado vacantes. Razón por la cual salió la oferta para ocupar dos asientos en la sección de viola.

Pegada a un espejo en el camerino de Goist hay una sola hoja de papel con la lista de la música que se le pedirá que toque.

15:00 La audición

Las puertas que conducen al escenario del Music Hall están cerradas, con un cartel que dice “Audición en Progreso.” Los pasillos están desiertos. De vez en cuando, un músico se escabulle a través de las puertas de la oficina, le pregunta a la recepcionista por alguna dirección, y desaparece en un camerino.

Goist mira su reloj. Es la hora. Ahora, sólo tiene que tocar con el corazón.

“Sé que me pongo nervioso, pero conocer cómo lidiar con eso eso es lo que he aprendido a través de todas estas audiciones”, dice, sin dejar de sonreír. “Simplemente estoy tratando de  mantenerme concentrado, con la mente limpia y precisa. Todos tenemos nuestras rutinas- algunas personas comen un plátano, otras hacen yoga. El arte es simplemente entenderte a ti mismo, estar en sintonía contigo mismo, con tu cuerpo y tu mente.

El proceso es estricto. Los candidatos se ponen de pie en el escenario sobre una alfombra – de manera que los miembros del jurado no se formen una idea por el sonido de sus pasos. El clic-clic-clic de los tacones altos podría revelar el sexo de un candidato. Tocan detrás de un biombo alto, sin ser vistos por el jurado. No hablan, aunque el jurado les habla.

“Gracias a todo esto, no sabemos quién es el candidato – la raza, la religión, el sexo, nada”, dice Colberg, presidente del comité de la audición, formado por 10 miembros.

La orquesta establece las reglas. La Cincinnati Musicians Union, Local No. 1, supervisa los procedimientos para asegurarse de que se siguen las reglas. En general, están buscando al mejor intérprete. Pero normalmente hay varios que evalúan. Es cuestión de cuál es la mejor opción para esta orquesta, esta sección de viola, este sonido.

“Estamos buscando el paquete ideal. Que tenga el nivel en todas las áreas, musicalidad, estilo, técnica… Cada uno tiene su idea en la cabeza de lo que es este nivel, su propia escala. Muchos miembros del jurado se centran en la afinación, otros en el rito. Muchos traen su propia lista de prioridades“, dice Colberg.

“¿Por qué ganas algo o no lo ganas? Es como si Robert DeNiro -uno de los actores más famosos de América- fuera a un casting de una nueva película, pero el director se volviera hacia él y le dijese ‘Lo siento, DeNiro, pero estamos buscando a una rubia con grandes pechos’.”

“Así que cuando acabas una audición, es complicado. Lo que has tocado, mezclado con lo que el comité está buscando, es lo que realmente te llevará a ganar”.

16:30 Haciendo el corte

La audición ha terminado. “Me siento genial. He tocado bien y he hecho todo lo que había estudiado” dice Goist, con una gran sonrisa. “Realmente, es una liberación, sueltas toda la energía. Lo bueno de estas audiciones es que las próximas rondas son mañana. Así que puedo relajarme el resto del día.”

Parece cansado, exhausto.  Se ha acabado, han hecho el corte. Goist es uno de los que pasa con los 13 semifinalistas.

“Me siento genial, maravilloso. A veces, incluso cuando creo que he tocado bien, no paso de fase. Pero siempre me quedo con una buena sensación, satisfecho”.

Goist planea ver un nuevo episodio de “Homeland,” cenar y tal vez, estudiar un poco. Su calvario no ha terminado.

9:30 Martes

Goist aparece a primera hora de la mañana en el Music Hall con los otros semifinalistas para determinar por sorteo el orden de actuación. Conoce a muchos de los otros candidatos, ya sea del conservatorio o de audicionar por todo el país.

Los conservatorios, conscientes de la naturaleza competitiva de conseguir un trabajo de orquesta, han mejorado la preparación de sus estudiantes para el mundo profesional.

“La capacidad de ganar una audición es algo que los principales conservatorios están tomando en serio. Nosotros preparamos a los estudiantes para tocar en orquesta, pero es muy diferente enseñarles a tocar en una audición” dice Peter Landgren, decano del CCM, y exmiembro de la Baltimore Symphony Orchestra.

10:00 Los semifinalistas

Los semifinalistas tocan algunos pasajes de orquesta durante 10 o 20 minutos. Después, Zachin anuncia los cuatro finalistas. Goist está entre ellos. Los candidatos toman un almuerzo rápido.

Empiezas a ver la misma gente que en todas las audiciones. La misma gente que pasa de ronda. Los violistas somos conocidos como músicos con un poco más de camaradería entre nosotros. Algunos de ellos son buenos amigos míos. Es duro, porque también estás compitiendo por tu carrera“.

14:00 Los cuatro finalistas

Más presión. El director musical se ha unido al comité. Él tendrá la última palabra. El biombo aún se mantiene.

Goist empieza con el Bartok Concerto, seguido de algunos pasajes orquestales.

“Oh dios mío, pidieron una lista enorme con cerca de 15 fragmentos diferentes. Era prácticamente toda la lista”, dice. “La ronda final varió desde Mozart a Beethoven a Shostakovich y a Ravel. Quieren saber cuán flexible eres, y si puedes adaptarte a los diferentes estilos de cada pieza“.

Los cuatro violistas esperan una hora mientras el jurado delibera. No se ponen de acuerdo, así que todos tienen que tocar de nuevo. “Estoy agotado, física, mental y emocionalmente” dice Goist.

16:30 Esto es así

Goist ha ido más allá del agotamiento. Está enfadado. “Para mí, han sido demasiadas peticiones de Louis (el director), diferentes tipos de sonido, destacando partes distintas de la frase. En esta ronda, había mucho de qué hablar.” dice Goist.

“Si un candidato ha llegado a la ronda final de nuestro proceso de audición, es que es, sin duda, un excelente músico. Entonces le pido que toque el mismo pasaje musical de diferentes maneras, con diferentes significados, colores, estilos, fraseos y articulaciones”, dice Langrée después.”Lo que estoy buscando es flexibilidad, imaginación y, por supuesto, habilidad. También escucho para saber cómo los finalistas se corresponderían con la identidad y el estilo de la OSC, mientras que al mismo tiempo, anticipo qué elementos frescos van a traer a nuestro conjunto”. Colberg admite que fue una decisión difícil. “La única manera en que podíamos decidir era escuchar a todos de nuevo. Es lo que se llama una súper final. Está sucediendo cada vez más”, dice. “En cierto modo, es una especie de prueba de resistencia, para mostrar cómo les afecta el cansancio”, añade. “Hay momentos en la gira en los que, si no hubiera sido por las cafetería de al lado de la sala, no estoy seguro de que hubiera sobrevivido al concierto, con el jet lag y constantemente en la carretera”, dice Colberg. “El candidato tiene que tener ese instinto de tener sus músculos en piloto automático.

Y al final, todo se reduce a cinco minutos de fragmentos musicales.

“Si somos absolutamente precisos, se reduce a unos 15 segundos. Podemos decir con un muy alto grado de exactitud qué tipo de músico eres dentro de los primeros 15 a 30 segundos. El resto del tiempo, estamos allí para asegurarnos de que nuestra evaluación inicial era correcta“, dice Colberg.

19:30 Los ganadores

Goist no ha sido seleccionado. Le dijeron “Gracias por tu genial audición.” y eso fue todo.

“En este momento, podía saborearlo, estaba tan cerca… Había llegado tan lejos que fue una decepción.” dice el violista. “Uno de mis sueños es tocar con esta orquesta que he idolatrado desde niño. Pero estoy orgulloso de mí mismo por haber llegado tan lejos”

No se rinde. Pronto viajará a Canadá para una audición en la Montreal Symphony Orchestra.

Nota del editor: Para esta historia, el jurado no sabía qué candidato fue entrevistado por The Enquirer. Las entrevistas se realizaron a puerta cerrada en un pasillo fuera de la zona del escenario y la audición, y por teléfono. El CSO anunciará a los ganadores en una fecha posterior.

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Siempre en competencia

Nos guste o no, los músicos estamos siempre en competencia. Es difícil enfrentarse a los sentimientos contradictorios que esta competencia nos puede provocar. A menudo, los colegas se convierten en competidores en un mundo en el que no sólo competimos por ser mejores músicos, sino muchas veces, por un trabajo.

La competencia ya empieza a alimentarse en los años de estudio: por unos resultados mejores, por un papel más importante en la orquesta, por el reconocimiento de los profesores o los compañeros… etc. Empezamos a tener sentimientos contradictorios, no es fácil competir contra amigos y compañeros. Así comienza nuestra andanza por la competitividad de la música, que continúa cuando nos enfrentamos a otros en audiciones y pruebas, o simplemente por el reconocimiento del público.

Sobrellevar la competencia

En la música, la jerarquización está siempre presente. Casi sin quererlo, vamos a estar en continua competencia. Un claro ejemplo de esto: los puestos en los atriles, que parecen asignarnos un valor por delante o por detrás de los demás.

Competir implica soportar cierta presión de tipo social. Al competir por algo, asumimos que si no lo logramos decepcionaremos a nuestro entorno, e incluso a nosotros mismos. Nuestros objetivos pueden interferir con los objetivos de otros, y debemos tener claro que no siempre podemos salir ganando. Por tanto, cuando nos fijamos metas que implican una competición, debemos ser cuidadosos y escoger unos objetivos personales. Por ejemplo: Si vas a un examen no debes plantearte como objetivo “Voy a sacar la nota más alta”, sino “Voy a sacar mejor nota que la última vez”. Si te planteas el primer objetivo, estás implicando el factor competencia con los demás, con lo que será un objetivo más inalcanzable y frustrante que el segundo.

La envidia

La envidia es ese sentimiento que surge cuando uno percibe el mundo como injusto porque otros tienen lo que él quiere. El éxito de los demás en sus carreras no te da ni te quita nada a ti. Cada uno tendrá sus oportunidades y sus logros. No obstante, la envidia es un sentimiento natural que muchos tienen de manera irremediable. A nadie le gusta sentir envidia, es irritante y no soluciona nada. Pero a veces, no podemos evitarlo.

La envidia tiene mucho que ver con la autoestima. La envidia nos pone en contacto con sentimientos de inferioridad. Es por ello que debemos centrarnos en la autoestima para dejar de sentir envidia y comenzar a cumplir con nuestros objetivos.

¿Cómo nos libramos de este sentimiento? Deseamos algo que otro tiene, así que tenemos dos opciones: o aceptamos nuestra realidad o luchamos para cambiarla. Como escribe Patricia Ramírez en BuenaVida “A veces pierde más tiempo criticando, desprestigiando y deseando lo de otros que invirtiéndolo en su mejora. Esa energía sería muy productiva si la gastara en evolucionar.”

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Con la amistad de por medio

Competir contra amigos por cosas que nos importan significa que más de una vez veremos cómo nuestro amigo se lleva lo que nosotros deseábamos. Muy pocos lo reconocerán, pero lo cierto es que no siempre seremos capaces de sentirnos felices por sus logros. El ego es el ego, y no podemos evitar pensar “podría haber sido yo”.

Sin embargo, es importante aprender a alegrarse por las cosas buenas que les pasan a nuestros compañeros. Ponte en su lugar e imagina lo mucho que te gustaría compartir tu alegría con él. Competencia sana, olvidando la envidia y centrándonos en lo bueno que es que un colega consiga un logro en su carrera.

 

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La importancia de descansar si eres músico

Todo músico, estudiante o no, tiene bien metido en la cabeza lo importante que es el estudio y la constancia en esta carrera. Sin embargo, no es tan común encontrar a músicos que tengan claro que los descansos son tanto o más importantes.

Las horas de estudio que cada uno dedica al día pueden variar mucho en función del instrumento que toca, del momento de su carrera en el que esté y de las ocupaciones que tenga, entre otras cosas. Sin embargo, el descanso siempre debe estar presente de dos formas:

  • Descansar mínimo 10 minutos en cada sesión de estudio de una hora.
  • Descansar un día a la semana, es decir, ¡no tocar! un día a la semana.

El descanso entre sesión y sesión de estudio

La primera razón por la que es obligatorio es el descanso físico. Cuando estamos tocando, estamos manteniendo una postura bastante estática. Los músculos de la espalda, el cuello, las piernas… Todos están trabajando, pero no se están moviendo. Necesitamos estos descansos para relajar esta postura estática, descansar la vista e incluso estirar un poco la musculatura.

También los músculos que están trabajando más activamente (en la mayoría de los músicos, los músculos de los brazos) necesitan esos descansos para oxigenarse y crecer. Después de todo, tocar es como hacer ejercicio.

Pero estos descansos también tienen una razón psíquica. Se está investigando y trabajando mucho en una nueva forma de aprendizaje: la aleatoriedad. Este tipo de aprendizaje se basa en alternar nuestros objetivos. Mucha gente piensa que las sesiones de una hora con un parón les hacen perder la concentración y que prefieren dedicar dos horas seguidas (o más) a una obra para trabajarla mejor. Nada más lejos de la realidad. Nos es mucho más fácil mantener la concentración durante pequeños períodos de tiempo. Además, cambiar de una tarea a otra provoca que nuestro cerebro no se relaje haciendo una actividad que ya conoce, ponga mayor atención y, por tanto, nos ayude a aprender más rápido.

Con lo cual, realizar estas pausas entre sesiones nos ayuda a despejar la mente y a evitar lesiones musculares.

El descanso semanal

Estudiar todos los días, además de actuar o asistir a clases, son actividades que nos chupan energía tanto física como mental. En todas las profesiones y trabajos se descansa al menos una vez a la semana, ¿por qué los músicos deberíamos ser diferentes?

Es necesario alejarse por unas horas de la actividad de tocar para despejarse, dedicarnos a nuestro tiempo de ocio, practicar hobbies y relajarnos. El equilibrio entre ocupación y relajación es esencial para tener una vida saludable, estar más felices y, como consecuencia, rendir mejor. 

No sólo la mente necesita despejarse, también el cuerpo. Nuestros músculos piden descansar de las posturas forzadas y los movimientos delicados que hacemos cuando hacemos música para relajarse, o tal vez, practicar otro tipo de ejercicio más oxigenante.

Si no estas centrado, mejor no estudies

A veces tenemos las rutinas tan interiorizadas que no nos planteamos otro tipo de organización e incluso podemos llegar a sentirnos mal si rompemos con ellas. Es por eso que podemos meternos en la cabina a estudiar totalmente desganados o desmotivados, solo por inercia, porque es lo que debemos hacer. 

El estudio estando desmotivado o cansado es totalmente contraproducente. No estás concentrado y lo único que vas a conseguir es estropear el trabajo de otros días menos grises. Si quieres saber más sobre motivación lee este post.

¿Tocar con dolor?

No, por supuesto que no. Cuando nos duele algo, el cuerpo nos está avisando de que debemos parar. Puede que no sea grave, pero si forzamos y seguimos practicando con ese dolor, es probable que nos provoquemos una lesión. (para conocer más sobre lesiones visita la sección Músico y Cuerpo).

Muchas veces, cuando tenemos una pequeña molestia y seguimos trabajando notamos que desaparece. Esto es porque el músculo se calienta. Es muy posible que cuando paremos de estudiar, el dolor vaya a peor. Cuando notemos molestias de este tipo, debemos parar, estirar un poco la zona, moverla para ver cuál puede ser el origen y descansar. Si a las horas ha pasado, probablemente no era nada. Si continúa con los días, los más recomendable es ir a médico o rehabilitador.

Como decimos siempre, es mucho menos probable sufrir pequeños dolores o tirones si CALENTAMOS ANTES DE TOCAR Y ESTIRAMOS DESPUÉS.

Recuerda, el descanso equilibra nuestro esfuerzo y nos beneficia.

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