Jessica Cedillo: Premio Concurso Internacional OnLine ‘La Brújula del Canto’

Desde México llega la nueva premiada de nuestro concurso. Jessica Cedillo posee una voz dulce, bien timbrada y muestra muchos recursos vocales y su escuela clásica en su manera de cantar esta versión pop. La felicitamos por su buen hacer y su talento!

El próximo día veinte el siguiente premiad@. Si quieres participar consulta las bases que hay pulsando el icono superior izquierdo.




La Música Favorita de la ESO

Hemos comenzado un nuevo curso, como ya hemos escrito en alguna entrada anteriormente. El destino nos ha traído al CPR Vía Augusta, de las localidades cordobesas de Obejo y Villaharta. Y ¿qué mejor manera de conocer a los nuevos alumnos y alumnas del cole, que sabiendo sus gustos musicales?
Por eso hemos hecho la primera actividad de clase con los alumnos y alumnas de secundaria de Obejo. Trataba de explicar en pocas líneas, su canción favorita y el por qué, así como su grupo, cantante o estilo de música preferido, explicando también los motivos. Os dejo aquí los gustos musicales de cada uno de ellos, y una breve explicación de lo que sienten con ese tipo de música.
Con esto ya tenemos una aproximación a sus gustos musicales, sirviendo esto de punto de partida a un curso muy musical.

La canción favorita de Paula es Darte un beso, de Prince Royce. Le encanta la bachata y le gusta mucho bailarla.

 La música que más le gusta es "electro-latino", porque como ella nos dice "es la música actual que se escucha más en la radio y la música más pegadiza. Me encanta este estilo de música porque es la que más ritmo tiene y me hace bailarla y cantarla."

Por su parte, la canción que más le gusta a Verónica y a Silvia es Ginza, de J. Balvin, una canción que ha sonado mucho este verano y, aunque Verónica reconoce que al principio no le gustaba demasiado, finalmente le ha encantado. A Silvia le gusta porque le hace sentirse bien y bailarla.


Al igual que a su compañera, el estilo de música preferido de Verónica es el "electro-latino", porque es la que más ritmo tiene y se escucha mucho en verano.
Para Silvia es la música pop la que mejor le hace sentir, y escucha habitualmente cantantes como Malú, Gemeliers o Lucía Gil.

Para Coraima, la canción de los Gemeliers, "No hay nadie como tú", es con la que más disfruta.

También es la música pop su estilo favorito, porque es la que más escucha en casa.

La canción favorita de Olga María es Story of my Life, de One Direction, la cual le gustó desde el primer momento que la escuchó debido a su letra y ritmo. Le encanta bailarla con sus amigas. Es la música pop su preferida también.

Para Ana María la canción Chicas, chicas de Gemeliers, es especial, ya que ella como fan del dúo sevillano que es, sabe que esa letra se ha hecho para ellas, las fans. Le encantaría que se la cantaran especialmente a ella en un concierto. Es su grupo preferido, y el pop lo que más le gusta.

La canción que más le gusta a Marina es Charlie Puth, de Meghan Trainor a dúo con Marvin Gaye, una solista pop. Es una canción tranquila y que le hace sentir bien. Todas las canciones de esta artista le gustan mucho y significan cosas importantes para ella.

Almudena ha elegido dos canciones. La primera de ellas es El Perdón de Antonio José. Es una versión del éxito de Nicky Jam y Enrique Iglesias, y le gusta porque le ha dado un toque especial y la ha hecho a su manera. Cambiando de estilo, le gusta la canción Zapatito Roto de Plan B. Le gusta por ser movida y alegre.


José no tiene una canción preferida, ya que le gustan varias. Lo que si tiene claro es que el "electro-latino", es el tipo de música que más le gusta, porque le hace moverse mucho y bailarlo. A la hora de elegir una canción, sin embargo ha elegido una canción más tranquila, All of me de John Legend.


“Cats”, el musical que revolucionó la Historia del teatro británico (Parte III), por Guillermo Názara

A continuación os ofrecemos la tercera y última parte del artículo que nuestro autor invitado Guillermo Názara (@MrNazara) ha realizado para los lectores de La brújula del canto. Podéis leer la primera y la segunda parte pulsando en los enlaces: 1a parte2a parte.

Hacía semanas que había comenzado la cuenta atrás. Tanto Andrew como sus compañeros eran conscientes del descomunal reto al que se enfrentaban. Las expectativas tanto de la crítica como del público acerca de una musicalización de los gatos de T.S. Eliot eran, cuando menos, desalentadoras. No importaba si se trataba de una estupidez propia de un loco o de una genialidad que se escapaba a la comprensión de la mayoría; la cuestión es que nadie les apoyaba. Aquel proyecto tenía todas las papeletas necesarias para hundirse; y con él, la carrera del compositor y de aquellos que habían respaldado su iniciativa. Si había algo que preguntar sobre aquella producción era por qué seguir adelante.

No obstante, Lloyd Webber no estaba dispuesto a rendirse, no al menos hasta ver su nueva obra estrenada. Las sesiones de casting ya habían empezado, pero al igual que las noticias que circulaban sobre el montaje, el proceso estaba siendo extremadamente arduo; gran parte de los actores británicos no estaban lo bastante preparados como para poder enfrentarse a una pieza que exigía danza, canto e interpretación sin interrupciones durante más de dos horas. Contaban al menos con una estrella, Judi Dench, quien había accedido a encarnar a la taciturna Grizabella. Sin embargo, la persona más importante del elenco, al menos para Andrew, todavía estaba por llegar.

Durante las pruebas, una joven y atractiva bailarina –quien tras haber sido vocalista de uno de los grupos pop más exitosos de finales de los 70, quería iniciar su trayectoria en el teatro- se presentó como miembro del ensamble. No obstante, aunque sus dotes para moverse superaban con creces el nivel que requería musical, su voz no había logrado impresionar a los productores. 

No es de extrañar que la artista se llevara una gran sorpresa cuando, horas después, el propio Andrew Lloyd Webber la llamó con la intención de hacerle una audición privada en su apartamento a la mañana siguiente. Si bien aquella reunión supuso un gran cambio en su vida profesional –había conseguido el rol de Jemina y, con él, el comienzo de una prolífica carrera en el West End-, también lo fue en la personal; pero, en este caso, lo fue para ambos. Poco después de aquel encuentro, Andrew le pediría el divorcio a su mujer -y madre de sus dos primeros hijos- para, posteriormente, casarse con la que durante años sería su musa, Sarah Brightman.

Pero haber redescubierto el amor no serviría para paliar la incesante sensación de agobio que se había apoderado de todos los miembros del equipo. Y si el desencanto de los intérpretes no era suficiente para acabar con cualquier esperanza de que el show pudiera salir bien, los creadores se toparon con un nuevo obstáculo poco antes del preestreno; Judi Dench se había partido el ligamento durante los ensayos y no se recuperaría hasta semanas después de que la obra abriera. Parecía que el destino intentaba por todos los medios evitar que el proyecto avanzara.

Angustiado por el miedo a perder su reputación, Andrew pidió ayuda a la única persona que sabía que podría sustituir a una actriz emblemática tan y, además, capaz de hacerlo en tan poco tiempo. Elaine Paige había alcanzado fama mundial tras haber originado el papel de la líder peronista en Evita, un absoluto éxito sin precedentes escrito por el propio Webber y su actual pareja, el letrista Tim Rice. Cuando le preguntaron si podía colaborar para evitar que la producción se hundiera por completo, su respuesta fue muy clara: “Si Andrew me necesita, allí estaré”.

Días después, comenzaron los preestrenos. Por primera vez, el público londinense podría ver –y sobre todo, juzgar- aquel polémico trabajo que durante tanto tiempo había abducido a Andrew totalmente. Pero todo el esfuerzo que tanto él como sus compañeros habían depositado en la producción parecía haber sido completamente en vano: si algo tenía que salir mal en la función, lo haría por partida doble. 

Ninguna representación se libraba de tener que hacer como mínimo un parón por avería técnica y, pese a la fidedigna recreación que John Napier había diseñado –con todos sus elementos hechos a escala según el punto de vista de un gato-, la escenografía no había logrado calar al público; o al menos, eso parecía. Cameron Mackintosh nunca olvidaría el momento en el que, en mitad del segundo acto, un espectador vociferó la palabra “basura” en medio del espectáculo. Aunque teniendo en cuenta que el hombre había bebido de más y la obra está ambientada en un vertedero, quizás no era un mal comentario.

No obstante, los autores todavía tenían un problema pendiente por resolver. Si bien aquel conmovedor solo compuesto para Grizabella había hecho que William Lloyd Webber vaticinara que su hijo se haría millonario, los creadores ni siquiera eran capaces de visionar su título. Fueron cuatro las versiones de las letras que se escribieron para aquella canción. Incluso el director, Trevor Nunn, había adaptado un viejo texto de T.S. Eliot, a fin de conservar el mismo estilo de poesía durante todo el show. Sin embargo, la prima donna de la obra no estaba dispuesta a reproducir sus versos, convencida de que lo correcto sería defender la propuesta de Tim Rice; lo de la cuestión emocional lo dejaremos a un lado.

De todas formas, Andrew era consciente de qué elección debía tomar. Poco después del estreno, aquella evocadora canción trataría sobre los recuerdos de un pasado grandioso y el miedo a enfrentarse a un decadente presente, tal y como Eliot ya había reflejado con su pluma décadas atrás. 

Y al igual que esa melodía, desde su apertura Cats se ha quedado incrustado en los recuerdos de miles de personas de alrededor de todo el mundo. A pesar de su turbulento aterrizaje en la escena londinense, la obra pronto se convirtió en un fenómeno de masas, que durante años dominó el West End y Broadway posicionándose como el musical más duradero del mundo. 
Una vez más, la crítica –quien había asegurado que se trataba de un espectáculo vulgar, sin argumento y ninguna carga intelectual- se había vuelto a equivocar a la hora de predecir el éxito de un musical; y con ella, los prejuicios de que los británicos no eran capaces de crear buenos dance musicales habían llegado a su fin. Quizás Cats no era el producto que los más asiduos al teatro estaban dispuestos a consumir, pero si el show por el que montañas de espectadores pagarían por verlo una y otra vez. Tal y como Mark Steyn escribió en el Observer, Cats era algo que ‹‹no le gustaba a nadie, salvo al público››.

Presentación del libro Claves de la Voz y el Canto para el Artista del s. XXI

Mañana martes 16 de diciembre a las 19h. en el espacio cultural de la Librería Argot, calle San Vicente, número 16, de Castellón, situado en el salón de la planta inferior, con entrada libre, realizaremos la presentación del libro en formato físico Claves de la Voz y el Canto.
Prologado por la afamada soprano argentina Natalia Lemercier, presentado por la vocalista líder del grupo pop-rock Prueba de Cargo, Abisai Cruella, que al final nos deleitará con la interpretación de temas en acústico de su último disco, Escenarios de Papel. Abisai es además experta en la legislación para músicos.

Tenéis una oportunidad especial para hacer preguntas tanto a Abisai Cruella como a mí misma referidas a la técnica vocal, sobre la música pop, cómo promocionar grupos de música, la educación de la voz, etcétera, las dudas que deséeis resolver allí obtendrán respuesta en el coloquio final.

Os esperamos!

El pop punk de Out of Ink

En esta nueva entrega de las videoentrevistas de La Brújula del Canto conversamos con Alba Navazo, vocalista del grupo Out of Ink.

En ella nos relata sus comienzos en el grupo, desde sus inicios como coverista en Youtube y nos anuncia además su próxima actuación en el FeCStival.