Bicentenario de Robert Schumann

Robert SchumannAño cargado de importantes efemérides musicales, este 2010. Para no perder la cuenta, recordemos a los compositores cuyos centenarios hemos celebrado ya en lo que llevamos de año: Giovanni Battista Pergolesi, Frédéric Chopin, Samuel Barber. Y a éstos añadimos hoy Robert Schumann, uno de los más importantes compositores románticos, ya que se cumplen 200 años del día de su nacimiento.

Para celebrarlo he estado preparando un eje cronológico con la herramienta Dipity, la misma que están utilizando mis alumnos y alumnas de 2º de ESO para realizar sus últimas tareas del curso en los 4 blogs de aula: el de 2ºA, 2ºB, 2ºC y 2ºD.

Este eje contiene algunos de los momentos más importantes de la biografía del músico alemán, así como algunos vídeos con sus obras principales. Hasta diciembre seguiré añadiendo eventos (y vídeos) para que al final de este año schumanniano pueda ofrecer una visión lo más completa posible de la vida y la obra de este importante protagonista de la historia de la música.

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Wikifonia

WikifoniaLa Wikipedia es el ejemplo más famoso de cómo se puede construir un sitio web de manera colaborativa entre muchas personas, de forma voluntaria y aparentemente descontrolada, por el mero placer de conocer y de compartir el propio conocimiento.

Hay muchos más sitios con esas características, algunos de los cuales están dedicados a las partituras: ya vimos uno, el IMSLP, la wiki de las partituras de dominio público. Hoy veremos otro, Wikifonia.

La primcipal limitación que tiene Wikifonia, que la hace inadecuada para ciertos instrumentos y conjuntos, es que sólo permite la inclusión de un pentagrama para la melodía principal y de los acordes cifrados (por cierto, para descifrarlo y ver cómo se tocan en la guitarra, tenemos esta excelente herramienta). Debido a eso, este sitio es seguramente menos importante que el anterior. Sin embargo puede ser más útil que ése para los que, no siendo músicos profesionales, disfrutan haciendo música.

En este sentido estoy pensando especialmente en mis alumnos y alumnas. Dentro de pocas semanas terminará este curso: lo que para algunos significará un simple descanso, para otros será el final de sus estudios musicales. Me refiero a buena parte del alumnado de 2º de ESO, ya que en el currículo de los dos siguientes años la Música está presente dentro de la oferta de asignaturas optativas. Estoy seguro de que muchos de estos chicos y chicas seguirán dedicando parte de su tiempo libre a tocar las obras musicales que hemos aprendido durante este curso que hemos pasado juntos (y en los anteriores con otros profesores) y a aprender piezas nuevas, tanto las que irán apareciendo en educacionmusical.es como las que puedan  conseguir en Internet.

Aunque las obras compartidas en Wikifonia no suelen estar pensadas para flauta dulce, muchas de ellas se pueden ejecutar tal como están, mientras que otras, aparentemente imposibles de tocar con ese instrumento, se pueden adaptar con facilidad gracias a una característica muy interesante de este sitio: que permite la transposición con un solo clic en un simple menú desplegable.

Para cuando se necesite esa modificación, hay un par de criterios que nos pueden ayudar a elegir la tonalidad más adecuada:

  • Primero miraremos cuál es la nota más grave de toda la pieza. Si es igual o inferior al do grave, deberemos trasportar forzosamente hacia arriba. En caso contrario, intentaremos preferentemente hacerlo hacia abajo.
  • No necesariamente cuanto más grave es mejor: también hay que ver el número de alteraciones que caracterizan la nueva tonalidad.

Vamos a ver un ejemplo con la canción de Mike Oldfield Moonlight Shadow.

Moonlight Shadow en Wikifonía

Tal como está guardada en Wikifonia, esta partitura es imposible de tocar con la flauta soprano (sí es posible hacerlo con la contralto), ya que su nota más grave es el sol por debajo del pentagrama. Por eso tendremos que transportarla hacia arriba como mínimo una cuarta justa, es decir 5 semitonos. Si estos conceptos nos parecen demasiado complicados, no hay problema: sirve el antiguo sistema de ensayo-error.

El cambiar de tonalidad comportará añadir alteraciones: procuraremos insertar el menor número posible de sostenidos o bemoles.

En el primer recuadro de la columna de la derecha hay dos menús desplegables.

Menú Download en Wikifonía

El primero de esos dos menús (Transpose) en este caso indica “0 (-)”, donde el cero quiere decir que no hemos modificado la tonalidad original y el guión que no hay ni sostenidos (sharps) ni bemoles (flats).

Desplegando el menú tendremos una lista de la cual podremos elegir el número de semitonos de la transposición (negativo para transportar hacia el grave y positivo para el agudo) y, entre paréntesis, las correspondientes alteraciones que aparecerán en la armadura.

Menú desplegado

Miremos las opciones más agudas (las líneas que comienzan por números positivos) y fijémonos primero en los números más bajos que están entre paréntesis. Buscando estos criterios, nos llamará la atención la opción “+5 (1 flat)”. Tras elegirla, podemos observar cómo la partitura se ha modificado tal como nos interesa: transportando la melodía hacia arriba 5 semitonos (ahora la nota más grave es do) y añadiendo sólo el si bemol.

En casos más difíciles puede que no consigamos encontrar la tonalidad correcta a la primera: en ese caso repetiremos el proceso hasta conseguirlo (o darlo por imposible y buscar otra canción).

Y si decidimos contribuir, podemos hacerlo subiendo partituras en formato MusicXML o modificando las existentes.

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¡Pásate a Linux!

TuxLas ventajas del software libre no se limitan a que suele ser gratuito: hay otras características muy importantes que lo hacen preferible, como su mayor seguridad y su menor exigencia de recursos. Sin embargo, el desconocimiento y los prejuicios empujan a mucha gente a pagar por un producto (o a usar copias sin licencia) renunciando al uso de otro que le permitiría realizar las mismas tareas con la misma facilidad y velocidad, hasta en ordenadores más antiguos, de forma completamente gratuita.

La decidida apuesta que han hecho muchas comunidades autónomas por el uso del software libre en educación está encargándose de derribar el más importante de estos prejuicios, la supuesta dificultad de uso de Linux. El alumnado andaluz de 5º y 6º de Primaria ya tiene su ultraportátil con Guadalinex y, desde el primer día, se maneja estupendamente. Su entorno gráfico basado en la metáfora de escritorio y ventanas, la misma que utilizan todos los sistemas operativos pensados para usuarios de ordenadores personales, no sólo le está permitiendo pasar sin problemas de un PC con Windows o con MacOS a uno con Linux, sino también le permite cambiar fácilmente entre uno y otro, desmontando así otro prejuicio por el cual sería conveniente que los estudiantes usen Windows: porque supuestamente de otra manera no sabrán utilizar los ordenadores que encontrarán en el mundo laboral.

Ahora bien, admitámoslo, hay que entender tanto que existan esos prejuicios (al fin y al cabo no están inventados de la nada sino que persisten de una situación real que cambió hace muchos años) como la aprensión que puede suscitar el cambio (si alguien nos reordenara nuestro escritorio real siguiendo su propia lógica, también nos causaría cierta inquietud y sensación de caos inicial). Vencido este primer momento, el recién llegado a Linux apreciará sin duda las diferencias más llamativas, por ejemplo la sencillez con la que se pueden instalar nuevas aplicaciones, disponibles sin coste alguno en los repositorios.

Para ayudar a quienes necesitan un empujoncito para decidirse, mi compañero de trabajo Máximo Núñez, profesor de Informática en el IES Vega de Mijas, ha escrito, junto con otro colega, Francisco Javier Sánchez, ¡Pásate a Linux!, del que acaba de publicarse la segunda edición.

Tras dirigir al lector en la instalación de Ubuntu, el libro ofrece un panorama completo de las principales aplicaciones disponibles, cubriendo todas las necesidades: ofimática, con un curso completo de OpenOffice, Internet, multimedia, juegos, utilidades y un largo etcétera, naturalmente sin olvidar la educación, que ha sido objeto exclusivo de otro de los libros de los dos autores: ¡Aprende en libre!, y la música, con la descripción de los principales reproductores y del editor de audio Audacity.

Aprovecho esta entrada para probar una de las últimas herramientas de Google, Search Stories Video Creator, una nueva funcionalidad de YouTube que permite construir con extrema facilidad un vídeo de 30 segundos a partir de una serie de búsquedas en Google.

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La flauta dulce y la temperatura del aire

EoloTanto las notas graves (sobre todo las inferiores al mi) como las agudas (las que necesitan destapar la mitad del portavoz) son las más difíciles de tocar en la flauta dulce, ya que no dependen sólo de la correcta posición de los dedos sino también de una adecuada emisión del aire.

Son dos los parámetros que tenemos que vigilar si queremos que suene la nota exacta y con la intensidad deseada: la cantidad y la presión del aire que soplamos en el instrumento. El problema está en independizar esos dos parámetros, de tal manera que, por un lado, las notas graves mantengan una sonoridad plena y no sobresalga ningún armónico y por el otro, las agudas no se conviertan en pitidos insoportables.

Hay un truco que me está dando resultados estupendos: en vez de hablar de presión les hablo de temperatura del aire. Dicho de otra manera, las notas graves se tocan con aire caliente y las agudas con aire frío: cuanto más aguda sea la nota, más frío deberá ser el aire que emplearemos. La efectividad de este truco está en que este nuevo concepto (la temperatura) es más fácil de experimentar y medir empíricamente que el anterior (la presión) colocando una mano a breve distancia de la boca. Su eficacia es máxima cuando lo traducimos a imágenes:

el aire caliente empaña un cristal, el frío apaga la llama de una vela

Gracias a esta simple imagen mis alumnos y alumnas no tienen ninguna dificultad para tocar un do grave fuerte y limpio.

Para que las notas de la segunda octava suenen bien y no resulten chillonas se necesita otro pequeño esfuerzo de imaginación: hay que apagar una sola velita puesta encima de una tarta de cumpleaños teniendo cuidado de que no se vuele todo el azúcar glas del pastel.

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Henry Mancini y la Pantera Rosa

Imposible pensar en la Pantera Rosa sin que nos venga a la mente la música que acompaña sus curiosísimos andares, esa pegadiza melodía que tanto se ajusta a ese felino surrealista gracias a la elegancia algo enigmática de su cromatismo, la agilidad cautelosa de su ritmo y el cálido timbre del saxofón.

El autor de esa partitura es Henry Mancini, compositor de una lista larguísima de bandas sonoras, además de jazz, género cuya influencia es muy evidente en la música de la citada serie de animación. Por su música de cine recibió un gran número de galardones: nada menos que 20 Grammy, 4 Óscar y un Globo de Oro. Sólo por citar algunos de sus éxitos: Moon River (de la película Desayuno con diamantes), Days of Wine and Roses (del homónimo filme) y el tema principal de la película Peter Gunn, cuyo cover más famoso apareció en The Blues Brothers.

Hoy hace exactamente 86 años del día en que nació. Lamentablemente hace casi 16 años que nos ha dejado. Mis alumnos y alumnas y yo lo recordaremos tocando con nuestras flautas su melodía más famosa.

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