En la Edad Media se creía que la diosa Venus vivía con su corte en una caverna de una montaña, Venusberg, cuya localización era mantenida en secreto para que los humanos no se acercaran, ya que el acceder a ella supondría su perdición. Hoy en día se identifica esa montaña con el Hörselberg, en Turingia, muy cerca de Eisenach, la ciudad alemana en la que nació Johann Sebastian Bach.
Cuenta la leyenda que Tannhäuser, un poeta que vivió realmente en el siglo XIII y de cuya biografía se conocen muy pocos detalles, entró en esa montaña y pasó allí un año de lujuria desenfrenada con la diosa, contraviniendo sus votos caballerescos. Arrepentido de su comportamiento, fue en peregrinación a Roma para pedirle la absolución al papa Urbano IV, quien se la denegó diciéndole que sólo podría perdonarle si ocurría un milagro: que de su férula brotaran hojas verdes. El milagro ocurrió, pero demasiado tarde: Tannhäuser había emprendido el camino de vuelta a Venusberg y nadie más le volvió a ver.
La triste situación de Tannhäuser durante ese regreso, en desgracia a los ojos de los dioses y de los humanos, es muy similar a la de Roy Batty, el replicante de Blade Runner que, en su monólogo final evoca las cosas más sorprendentes que vio en su breve vida, entre las cuales cita una ficticia Puerta de Tannhäuser.
Richard Wagner, del que hoy conmemoramos los 130 años de su muerte (y dentro de unos meses los 200 del nacimiento), compuso una ópera sobre Tannhäuser, en cuyo final añadió la intervención de una mujer, Elizabeth, que salva al poeta de la condenación eterna sacrificando su propia vida.
La obertura de esta ópera, compuesta entre 1843 y 1845, se ejecuta frecuentemente en concierto, de manera independiente. Empieza con el Leitmotiv de los peregrinos, solemne y majestuoso, que se alterna al del perdón, caracterizado por saltos de octava ascendentes seguidos de cromatismos descendentes, en una estructura ABABA. Sigue una sección central totalmente contrastante, el tema de Venusberg, que contiene la representación musical de los personajes mitológicos que habitan esa montaña. Finalmente, de nuevo los motivos de la primera sección vienen a decir que el amor puro prevalece sobre el amor sensual.
Arreglando para la flauta dulce la primera sección de esta obertura, la he transportado a una tonalidad más adecuada a este instrumento (do mayor) renunciando a los saltos de octava del tema del perdón ―de todas formas presentes en el piano― para facilitar al alumnado de la ESO, y a todas las personas aficionadas a la flauta dulce, la posibilidad de tocar una de las piezas más famosas de Richard Wagner.
Proponemos a continuación una serie de actividades relacionadas con los compositores de ópera en el Romanticismo y sus obras más representativas.
En primer lugar puedes realizar este juego del ahorcado donde hay ocho compositores operísticos. Te damos pistas: Los primeros son italianos, luego viene un alemán, después más italianos y al final tienes dos franceses. ¡Ánimo, es muy fácil!
A continuación puedes realizar este ejercicio de Educaplay donde podrás reunir en un mismo grupo las obras de Verdi, Puccini, Donizzetti o Bellini:
Por último puedes ver este Prezi sobre algunas obras obras de Verdi y los comentarios que sobre ellas hicieron algunos autores en su dí. Son apreciaciones muy interesantes para el espectador avezado, atención a los de Bachillerato:
Bienvenidos al maravilloso mundo de la ópera romántica.
No vamos a añadir nada nuevo a lo que se ha dicho y escrito sobre esta archiconocida sinfonía, uno de los símbolos del Romanticismo y de la Música Programática. Unicamente vamos a resumir y reproducir lo que dicen Plantinga, Einstein, Grout, Tranchefort, Alberdi (Laberinto), Casares (Everest), Echeverria (Magisterio Español) o Grau (Santillana). También, cómo no, hemos dejado hablar a la propia música y a la mismísima partitura, desde la edición de bolsillo de Dover. Todo ello, para comentar la audición del tema correspondiente de Bachillerato.
La Sinfonía Fantástica fue estrenada en la Sala de Conciertos del Conservatorio de París en 1830, y ya desde el principio suscitó vivas polémicas debido a su original orquestación y a su programa. Dijo Fétis al oírla (en palabras de Plantinga): "En una palabra, ví cómo carecía de ideas melódicas y armónicas interesantes, y he llegado a la conclusión de que siempre escribirá como un auténtico bárbaro, pero también pude comprobar cómo tiene un gran instinto para la instrumentación (...)"
El público recibió un panfleto a la entrada, o un folleto, como diríamos ahora, donde se explicaba la "historia" o el argumento, podríamos decir, de la Sinfonía: "El diseño de este drama musical, que carece de texto alguno, necesita ser explicado previamente. El siguiente programa ha de ser entendido como el texto de una ópera". Este es el principio de la música programática, que ya conocemos por otros autores como Liszt, y cuyos antecedentes remotos se encuentran en Las Cuatro Estaciones de Vivaldi y en la Sinfonía Pastoral de Beethoven.
El argumento se resume en lo siguiente: el artista, un joven enamoradizo y temperamental, se enamora de manera irremediable, y en una serie de escenas que constituyen la Sinfonía se le aparecen diversos cuadros de su amada: aparece en un baile (2º movimiento), en el campo (3º movimiento), y hasta en su propia ejecución a manos del artista (4º movimiento), que también sufre la guillotina por su asesinato. También la ve en un aquelarre de brujas, pero en estas últimas situaciones las escenas se producen entre sueños del propio autor, provocados por el opio. Este programa, que ya Berlioz había ido desgranando en la prensa de manera dosificada en los dias anteriores al estreno, tiene tintes autobiográficos y se basa en la pasión que él mismo estaba sintiendo por la actriz Harriet Smithson, a la que había visto actuar en el papel de Ofelia.
La idea fija, o tema recurrente, simboliza la amada, y se manifiesta a lo largo de toda la sinfonía, sufriendo, eso sí, diversas transformaciones.Berlioz dice explícitamente en el Programa: "Cada vez que aparezca la imagen de la amada en la mente del artista, ello se relaciona explícitamente con un pensamiento musical". Vemos su primera aparición (subrayado de azul) en el compás 72 del Primer movimiento:
Este tema aparece, como hemos dicho, a lo largo de toda la obra, a modo de motivo conductor o motivo identificativo, y simboliza también la obsesión del autor por su amada. Aquí lo tenemos al primcipio del 3º movimiento, en dos apariciones sucesivas:
Vemos que se trata de un motivo muy del gusto romántico, una melodía que tiene poco de cuadrada, lírica, en la cuerda, con reminiscencias de una obra suya anterior.
Los movimientos de la obra son los siguientes:
I. Ensueños y pasiones. El artista se siente como apoderado por una pasión, en parte favorecida por los efectos del opio, y con todas sus consecuencias. Esta pasión y esta obsesión se reflejan en el tema anteriormente citado. II. El baile.Este movimiento, en forma de vals, provoca una sensación de irrealidad, favorecido por la aparicion de las arpas, que resultan ser casi solistas en algunos puntos. III. Escena en el campo. Se ha dicho comunmente que este movimiento ha sido inspirado directamente por la Pastoral de Beethoven, puesto que consiste en una escena campestre con negros presagios al final, simbolizados por un trueno. IV. Marcha al suplicio. Este es el comentario propuesto para nuestra audición, y en él nos vamos a detener con un poco más de detalle. En él el autor sueña que ha matado a su amada y que es conducido al cadalso, siendo guillotinado (el efecto es espectacular). Está construido sobre dos temas bien diferenciados.
El primero, en Sol m,enunciado por la cuerda, es sombrío y lastimoso, en una escala descendente:
Aquí puedes escucharlo:
El segundo, contrastanto totalmente, es una fanfarria a modo de marcha (para conducirlo al cadalso), en Si b M. También puedes escucharlo a continuación:
Esta marcha está inspirada en una antigua marcha compuesta años atrás por el propio Berlioz y proporciona un contrapunto muy interesante en el conjunto del movimiento.
Después de momentos de gran tensión se acaba con el golpe seco de la guillotina, justo después de que el tema de la amada reaparezca en el clarinete que corta los temas anteriores, sobre todo el último. Uno de los aspectos más destacados es , como hemos dicho, el de la instrumentación, donde destaca la aparicion del oficleide, la utilización de las cornetas y la progresiva ampliación del papel y el número de la percusión. Aquí vemos el principio de este IV movimiento:
V .Sueño de una noche de Sabat. El él el cadáver del protagonista es rodeado por espíritus y brujas, mientras se oye el tema omnipresente. Sin embargo este tema se combina con otro, que es el Dies Irae, repetido numerosas veces pero que por primera vez aparece en la tuba:
En conjunto podemos hablar de una sinfonía imprescindible, en la que la música se convierte en el vehículo más importante de la expresión de los sentimientos, con o sin la ayuda de la palabra.
...en ese momento en el reinado de Augusto, a 1 de enero los Reyes Magos le trajeron regalos y le adoraron. Los nombres de los Magos eran Bithisarea, Melichior y Gathaspa.
No se asusten los visitantes: hemos dejado ya los villancicos. Sin embargo, como es día de cabalgatas, vamos a asistir a un par de ellas que, espero, les resulten inolvidables.
En 1872, el francés Georges Bizet compone la música incidental para una obra de teatro titulada La Arlesiana (del escritor Alphonse Daudet). Posteriormente creará una suite con esa música. Ésta alcanzó una fama extraordinaria.
Pues de la suite nº2 L'Arlesienne (La Arlesiana), escucharemos la Farándula; pieza en la que el autor recurre a la música tradicional de Provenza (típico de los románticos ¿verdad?) dejándonos oír la popular Marcha de los Reyes Magos. Seguro que todos la conocéis.
Aquí, ¡interpretada por niños!
Para los melómanos, la suite completa. Parte 1Parte 2 Os va a encantar.
En fin; lo dicho. Si no podéis - o no es de vuestro gusto - asistir a las cabalgatas, os invito a recorrer una maravilla renacentista , en el palacio Médici-Ricardi (Florencia), para disfrutar a toda pantalla, cómodamente sentados y calentitos.
El arte, como la música, se sitúa en el mundo ambiguo de lo indeterminado [...] se ha de buscar lo que supere, ilumine o amplifique el objeto y eleve el espíritu a la región del misterio, a la perturbación de lo irresoluto y su deliciosa inquietud.
(Odilon Redon)
Como ocurre con el Romanticismo, la predilección por la imaginación y lo fantástico caracterizará también al simbolismo. Este movimiento, literario en sus inicios, no tardó en extenderse a la pintura en la obra de artistas como Odilon Redon (1840- 1916), (cuya obra pudimos disfrutar la pasada primavera en Madrid). De raíces claramente románticas, insistimos, y precursor del surrealismo, el simbolismo buscó la evasión de la realidad, el sueño, la sugestión, la evocación y el misterio. Y ciertamente resulta misterioso el rostro que nos ocupa hoy; tiene los ojos cerrados, parece que duerme, o quizás no, quizás solo escucha y sueña.
Hay músicas que deben escucharse con los ojos cerrados; lo requieren, casi lo exigen. La obra que os presento a continuación bien podría ser una de ellas. Fue compuesta por Johannes Brahms (1833 - 1897) en el verano de 1883 . Se trata del tercer movimiento de su tercera sinfonía Op. 90 en Fa Mayor.
Hemos insistido mucho desde el comienzo del curso, en cómo el Romanticismo perseguía la libertad, exaltaba la individualidad y gustaba de lo remoto, lo extraño, lo inalcanzable, en contraposición a los ideales clásicos de orden, equilibrio y perfección (lo dionisíaco frente a lo apolíneo, una vez más).
Brahms, sin embargo, intentará conciliar ambas corrientes, de manera que pese al clasicismo formal que caracteriza sus sinfonías y que las define como música absoluta (alejadas de "programas" literarios y de la excesiva expresividad sentimental) conseguirá, sin proponerselo quizás, unas obras románticas en su sonoridad, intensidad y misterio.
El musicólogo Massimo Mila, en suBreve historia de la música, dice de él:
Músico de difícil comprensión donde los haya [...] amante del sosiego, de la música y de la cerveza, que llevó una vida modesta y solitaria y que no conoce las pasiones exaltadas de los románticos...
Váis a ver, pues, cómo la música de Brahms alcanza ese objetivo tan lúcidamente señalado por su coetáneo Odilon Redon, "elevando nuestro espíritu a la región del misterio".
Eduplaneta Musical utiliza cookies propias y de terceros para mejorar su experiencia de navegación, realizar tareas de analítica y mostrar publicidad acorde a sus intereses. Si continúa navegando, entendemos que acepta nuestra Política de Cookies.AceptoReject
Privacy & Cookies Policy
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.