Ópera en el sigo XIX

Proponemos a continuación una serie de actividades relacionadas con los compositores de ópera en el Romanticismo y sus obras más representativas.

En primer lugar puedes realizar este juego del ahorcado donde hay ocho compositores operísticos. Te damos pistas: Los primeros son italianos, luego viene un alemán, después más italianos y al final tienes dos franceses. ¡Ánimo, es muy fácil!



A continuación puedes realizar este ejercicio de Educaplay donde podrás reunir en un mismo grupo las obras de Verdi, Puccini, Donizzetti o Bellini:

 

Por último puedes ver este Prezi sobre algunas obras obras de Verdi y los comentarios que sobre ellas hicieron algunos autores en su dí. Son apreciaciones muy interesantes para el espectador avezado, atención a los de Bachillerato:

Bienvenidos al maravilloso mundo de la ópera romántica.

Sinfonía Fantástica

No vamos a añadir nada nuevo a lo que se ha dicho y escrito sobre esta archiconocida sinfonía, uno de los símbolos del Romanticismo y de la Música Programática. Unicamente vamos a resumir y reproducir  lo que dicen Plantinga, Einstein, Grout, Tranchefort, Alberdi (Laberinto), Casares (Everest), Echeverria (Magisterio Español) o Grau (Santillana). También, cómo no, hemos dejado hablar a la propia música y a la mismísima partitura, desde la edición de bolsillo de Dover. Todo ello, para comentar la audición del tema correspondiente de Bachillerato.

La Sinfonía Fantástica fue estrenada en la Sala de Conciertos del Conservatorio de París en 1830, y ya desde el principio suscitó vivas polémicas debido a su original orquestación y a su programa. Dijo Fétis al oírla (en palabras de Plantinga):
"En una palabra, ví cómo carecía de ideas melódicas y armónicas interesantes, y he llegado a la conclusión de que siempre escribirá como un auténtico bárbaro, pero también pude comprobar cómo tiene un gran instinto para la instrumentación (...)"

El público recibió un panfleto a la entrada, o un folleto, como diríamos ahora, donde se explicaba la "historia" o el argumento, podríamos decir, de la Sinfonía: "El diseño de este drama musical, que carece de texto alguno, necesita ser explicado previamente. El siguiente programa ha de ser entendido como el texto de una ópera". Este es el principio de la música programática, que ya conocemos por otros autores como Liszt, y cuyos antecedentes remotos se encuentran en Las Cuatro Estaciones de  Vivaldi y en la Sinfonía Pastoral de Beethoven.

El argumento se resume en lo siguiente: el artista, un joven enamoradizo y temperamental, se enamora de manera irremediable, y en una serie de escenas que constituyen la Sinfonía se le aparecen diversos cuadros de su amada: aparece en un baile (2º movimiento), en el campo (3º movimiento), y hasta en su propia ejecución a manos del artista (4º movimiento), que también sufre la guillotina por su asesinato. También la ve en un aquelarre de brujas, pero en estas últimas situaciones las escenas se producen entre sueños del propio autor, provocados por el opio.
Este programa, que ya Berlioz había ido desgranando en la prensa de manera dosificada en los dias anteriores al estreno, tiene tintes autobiográficos y se basa en la pasión que él mismo estaba sintiendo por la actriz Harriet Smithson, a la que había visto actuar en el papel de Ofelia.

La idea fija, o tema recurrente, simboliza la amada, y se manifiesta a lo largo de toda la sinfonía, sufriendo, eso sí, diversas transformaciones.Berlioz dice explícitamente en el Programa: "Cada vez que aparezca la imagen de la amada en la mente del artista, ello se relaciona explícitamente con un pensamiento musical".
 Vemos su primera aparición (subrayado de azul) en el compás 72 del Primer movimiento:

Este tema aparece, como hemos dicho, a lo largo de toda la obra, a modo de motivo conductor o motivo identificativo, y simboliza también la obsesión del autor por su amada. Aquí lo tenemos al primcipio del 3º movimiento, en dos apariciones sucesivas:


Vemos que se trata de un motivo muy del gusto romántico, una melodía que tiene poco de cuadrada, lírica, en la cuerda, con reminiscencias de una obra suya anterior.

Los movimientos de la obra son los siguientes:

I. Ensueños y pasiones. El artista se siente como apoderado por una pasión, en parte favorecida por los efectos del opio, y con todas sus consecuencias. Esta pasión y esta obsesión se reflejan en el tema anteriormente citado.
II. El baile.Este movimiento, en forma de vals, provoca una sensación de irrealidad, favorecido por la aparicion de las arpas, que resultan ser casi solistas en algunos puntos.
III. Escena en el campo. Se ha dicho comunmente que este movimiento ha sido inspirado directamente por la Pastoral de Beethoven, puesto que consiste en una escena campestre con negros presagios al final, simbolizados por un trueno.
IV. Marcha al suplicio. Este es el comentario propuesto para nuestra audición, y en él nos vamos a detener con un poco más de detalle. En él el autor sueña que ha matado a su amada y que es conducido al cadalso, siendo guillotinado (el efecto es espectacular). Está construido sobre dos temas bien diferenciados.

El primero, en Sol m,enunciado por la cuerda, es sombrío y lastimoso, en una escala descendente:

Aquí puedes escucharlo:



El segundo, contrastanto totalmente, es una fanfarria a modo de marcha (para conducirlo al cadalso), en Si b M. También puedes escucharlo a continuación:


 Esta marcha está inspirada en una antigua marcha compuesta años atrás por el propio Berlioz y proporciona un contrapunto muy interesante en el conjunto del movimiento.


Después de momentos de gran tensión se acaba con el golpe seco de la guillotina, justo después de que el tema de la amada reaparezca en el clarinete que corta los temas anteriores, sobre todo el último.
Uno de los aspectos más destacados es , como hemos dicho, el de la instrumentación, donde destaca la aparicion del oficleide, la utilización de las cornetas y la progresiva ampliación del papel y el número de la percusión. Aquí vemos el principio de este IV movimiento:



V . Sueño de una noche de Sabat. El él el cadáver del protagonista es rodeado por espíritus y brujas, mientras se oye el tema omnipresente. Sin embargo este tema se combina con otro, que es el Dies Irae, repetido numerosas veces pero que por primera vez aparece en la tuba:


En conjunto podemos hablar de una sinfonía imprescindible, en la que la música se convierte en el vehículo más importante de la expresión de los sentimientos, con o sin la ayuda de la palabra.




YA VIENEN LOS REYES


...en ese momento en el reinado de Augusto, a 1 de enero los Reyes Magos le trajeron regalos y le adoraron. Los nombres de los Magos eran Bithisarea, Melichior y Gathaspa. 

Por fin llegan.
No se asusten los visitantes: hemos dejado ya los villancicos. Sin embargo, como es día de cabalgatas,  vamos a asistir a un par de ellas que, espero, les resulten inolvidables.  

En 1872, el francés  Georges Bizet compone la música incidental para una obra de teatro titulada La Arlesiana (del escritor Alphonse Daudet). Posteriormente creará una suite con esa música. Ésta alcanzó una fama extraordinaria.
Pues de la suite nº2 L'Arlesienne (La Arlesiana), escucharemos la Farándula;  pieza en la que el autor recurre a la música  tradicional de Provenza (típico de los románticos ¿verdad?) dejándonos oír la popular Marcha de los Reyes Magos. Seguro que todos la conocéis.


Aquí, ¡interpretada por niños!


Para los melómanos, la suite completa. Parte 1   Parte 2  Os va a encantar.

En fin; lo dicho. Si no podéis  - o no es de vuestro gusto -  asistir a las cabalgatas, os invito a recorrer una  maravilla renacentista , en el palacio Médici-Ricardi (Florencia),  para disfrutar a toda pantalla, cómodamente sentados y calentitos. 
Esto sí que es un regalo.












El cortejo de los reyes magos de Benozzo Gozzoli. de Alfredo García












Con nuestra gratitud y reconocimiento a todos los profesores que ofrecen sus maravillosos trabajos para que todos podamos aprender y disfrutar.

Y a Forges, por supuesto
Para saber más:

Reyes Magos (Wikipedia)

Excerpta latina barbari

Fundación Juan Bautista Plaza

El colorido de la Provenza: Antonio Díaz Bautista

Algargos, arte e historia: Los frescos de Benozzo Gozzoli en la capilla del palacio Médici-Ricardi (Alfredo García)

DOMUS PUCELAE: LA CAPILLA DE LOS REYES MAGOS, 

Color y forma: Iconografía de los Reyes Magos en el arte. ( Pilar Álamo)


CON LOS OJOS CERRADOS





El arte, como la música, se sitúa en el mundo ambiguo de lo indeterminado [...] se ha de buscar lo que supere, ilumine o amplifique el objeto y eleve el espíritu a la región del misterio, a la perturbación de lo irresoluto y su deliciosa inquietud.
(Odilon Redon)


Como ocurre con el Romanticismo, la predilección por  la imaginación y lo fantástico caracterizará también al simbolismo. Este movimiento, literario en sus inicios,  no tardó en extenderse a la pintura en la obra de  artistas como Odilon Redon (1840- 1916), (cuya obra pudimos disfrutar la pasada primavera en Madrid). De raíces claramente románticas, insistimos,  y precursor del surrealismo,  el simbolismo buscó la evasión de la realidad,   el sueño, la sugestión,  la evocación y el misterio. Y ciertamente resulta misterioso el rostro que nos ocupa hoy; tiene los ojos cerrados, parece que duerme, o quizás no, quizás solo escucha y sueña. 

Hay músicas que deben escucharse con los ojos cerrados;  lo requieren, casi lo exigen. La obra que os presento a continuación bien podría ser una de ellas.  Fue compuesta por Johannes Brahms (1833 - 1897) en el verano de 1883 . Se trata del tercer movimiento de su  tercera sinfonía Op. 90 en Fa Mayor.
Hemos insistido mucho desde el comienzo del curso, en cómo  el Romanticismo perseguía la libertad,  exaltaba la individualidad y gustaba de  lo remoto, lo extraño,  lo inalcanzable,     en contraposición a los ideales clásicos de orden, equilibrio y perfección (lo dionisíaco frente a lo apolíneo, una vez más).
Brahms, sin embargo, intentará conciliar  ambas corrientes, de manera que  pese al clasicismo formal que caracteriza sus sinfonías  y que las define como música absoluta  (alejadas de "programas" literarios  y de la excesiva expresividad sentimental) conseguirá, sin proponerselo quizás, unas obras románticas en su sonoridad, intensidad y  misterio.

El musicólogo Massimo Mila, en su Breve historia de la música, dice de él:

Músico de difícil comprensión donde los haya [...] amante del sosiego, de la música y de la cerveza, que llevó una vida modesta y solitaria y que no conoce las pasiones exaltadas de los románticos...





Váis a ver,  pues,  cómo la música de Brahms  alcanza ese objetivo  tan  lúcidamente señalado por su coetáneo Odilon Redon, "elevando nuestro espíritu a la región del misterio".  
Cerremos los ojos para comprobarlo.

Dirige Sir Colin Davis

 


Aquí dirige  Wilhelm Furtwängler en una grabación histórica y en directo.


Y ahora, después de tal maravilla, podemos abrir los ojos de nuevo y sonreir....¡como la araña! 



Odilon Redon. Araña sonriente. 1881. Musée d'Orsay

"Fantástico" pintor Odilon ¿no os parece?

Para los melómanos:
La obra COMPLETA en los cuatro movimientos propios de la sinfonía clásica: Allegro con brioAndantePoco allegrettoAllegro




Enlaces de interés:

American Brahms society

Fundación MAPFRE: Odilon Redon (1840-1916)

Fuentes y bibliografía:

Alicia Suárez y Mercè Vidal.  Historia Universal de arte. El siglo XX.
Massimo Mila.   Breve historia de la música 

Chang, Heifetz y Franck

Sarah Chang

Sarah Chang before performing, by Silvio Bacchetta (PD)

Tal como decíamos en otro post, cuando hablábamos de su Zigeunerweisen (Aires gitanos), el gran violinista pamplonés Pablo de Sarasate compuso varias obras con las que podía lucir su grandiosas habilidades técnicas y expresividad musical para agasajar al público con exhibiciones de virtuosismo.

Poco años después del estreno de Carmen de George Bizet, al ver que la popularidad de esta ópera iba extendiéndose cada vez más, considerando además su ambientación española, Sarasate no dejó escapar la oportunidad de componer una obra que recogiera sus mejores melodías, transformándolas en una sucesión ininterrumpida de pasajes de bravura que seguramente deslumbrarían a los que tuvieron la suerte de asistir a alguno de sus conciertos: la Fantasía Carmen, op.25.

En el siguiente vídeo podemos escuchar una brillante y muy expresiva interpretación de Sarah Chang -a la que felicitamos por ser hoy su 32º cumpleaños- dirigida por Plácido Domingo.

Hoy hay más efemérides relacionadas con el violín: hace 25 años fallecía uno de los violinistas más importantes del siglo XX, el lituano Jasha Heifetz, al que ya tuvimos ocasión de escuchar en otra entrada de este blog interpretando el concierto de Mendelssohn.

Heifetz debutó en público con sólo 7 años y sabía muy bien lo que más le gustaba a su público, por eso transcribió un gran número de obras famosas con la intención de deleitar a los oyentes con melodías conocidas, como por ejemplo Summertime de Gershwin.

Estas obras hoy en día sólo se usan como bis, pues su interés musical es bastante limitado ya que las cualidades de Heifetz como compositor no pueden compararse mínimamente con las de intérprete, tan grandes como para transformarle en una auténtica leyenda del violín. Sirva como ejemplo el siguiente vídeo, una grabación histórica en la que, acompañado por otro mito musical del siglo XX, el pianista Arthur Rubinstein, interpreta la Sonata en la mayor para violín y piano de César Franck, del que hoy celebramos 190 años desde su nacimiento.