Cancíón “Mi lamento” de Dani martín, con la partitura adaptada para flauta, la letra, vídeo y acompañamiento
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Cancíón “Mi lamento” de Dani martín, con la partitura adaptada para flauta, la letra, vídeo y acompañamiento
La partitura de Titanic, que tanto os gusta, adaptada para flauta y con acompañamiento de piano. También un vídeo con imágenes de la película.
En la TED Conference de 2006, Sirena Huang, que en aquel momento era una niña de 11 años, escuchó algunas de las charlas de los otros speakers mientras esperaba su turno. Ya sabemos que el nivel de los conferenciantes es muy alto: en este mismo blog tenemos una muestra en tres entradas con otros tantos TED Talks, además del enlace a un cuarto, relacionados con la educación y la música: José Antonio Abreu, Ken Robinson y Benjamin Zander, Además, han subido a ese escenario numerosos premios Nobel, personalidades de otras artes, de ciencias o de asuntos globales de gran interés.
También Sirena debía ser consciente de ese nivel cuando subió al escenario, algo que bastaría para poner nerviosa a cualquier persona de su edad (y a casi todas las de otras edades también). Pero ella llevaba consigo un aliado que la reconfortaba y tranquilizaba: su violín, su inseparable amigo desde que tenía 4 años. La niña rompió el hielo interpretando una larga y brillante pieza del violinista y compositor navarro Pablo de Sarasate, Zigeunerweisen (Aires gitanos) (partitura), deslumbrando a los centenares de asistentes tal como prometía el título de su charla (Sirena Huang dazzles on violin).
Cuando acabó la música, Sirena empezó su exposición preguntándose: ¿qué hago yo aquí? ¿qué tiene que ver ésto con tecnología, entretenimiento y diseño? Mediante estas preguntas aparentemente ingenuas e insignificantes, la pequeña violinista nos invita a una profunda reflexión sobre la importancia de la tecnología en las actividades humanas. Veamos lo que pasó.
Esta es una tecnología del siglo XVI, dice la encantadora violinista. Claro está, si hablamos de tecnología descartamos automáticamente lo que no contiene cables y chips y funciona sin enchufarlo a la red eléctrica y sin batería. Todo eso ya nos parece obsoleto. En realidad, el siglo XVI asistió a una evolución rápida y brillante del violín, pero hace ya 3 siglos que esa tecnología no avanza -exceptuando algunas modificaciones de partes accesorias, como el mástil, el diapasón y el puente, además de las cuerdas, sobre todo para conseguir el volumen sonoro necesario en los espacios escénicos modernos- a pesar de la realización de gran cantidad de estudios para descubrir la manera de mejorar lo que parece inmejorable, la tecnología del violín en su forma definitiva, fijada por las escuelas luterísticas italianas de comienzos del siglo XVII, sobre todo por los dos gigantes Antonio Stradivari y Giuseppe Guarneri y sus respectivas familias.
El diseño del violín no ha variado en siglos, nos hace notar Sirena tras unas graciosas bromas sobre sus ventajas (tamaño y peso reducidos y posibilidad de tocarlo sentado, de pie o caminando) con respecto al monstruoso piano, y esa inmutabilidad pone en evidencia un hecho innegable: su diseño roza la perfección.
En cuanto al entretenimiento, la última letra del acrónimo, la característica que tras escuchar a Sirena tocar con tanto desparpajo parecía más evidente en este instrumento, la niña nos advierte: no se puede decir que el violín sea entretenido per se, ya que el primer contacto con este instrumento suele producir un sonido que ella misma no duda en definir horrible y chirriante. Decepcionante, ¿no? Por si no bastara esta advertencia, la pequeña música nos cuenta una anécdota de Jasha Heifetz que, al recibir un cumplido de una admiradora después de un concierto sobre lo magníficamente que sonaba su violín esa noche, el concertista se acercó el instrumento al oído y contestó: “Es curioso, yo no oigo nada”.
En fin, el mensaje de Sirena es claro: los seres humanos tenemos una gran mente, sensibilidad artística y habilidad que pueden convertir una tecnología del siglo XVI y un diseño legendario en un entretenimiento maravilloso.
La intervención de Sirena Huang sigue con la interpretación de otras tres obras: Liebesleid de Fritz Kreisler, Souvenir d’Amerique de Henri Vieuxtemps y el Estudio-Capricho nº4 de Henryk Wieniawski. También hay otra parte hablada en la que, entre otras cosas, nos dice a los adultos, en nombre de todos los niños, una frase de agradecimiento que en este momento me saca los colores por ser totalmente inmerecida y que nos invita a una reflexión todavía más profunda que la anterior. Es una frase que nunca deberíamos dejar de tener presente, en ningún momento del día, y cuanto más poder tengamos en nuestras manos, tanto más deberíamos pensar en ella para no defraudar a Sirena ni a los otros aproximadamente 2.200 millones de niños del mundo:
Me gustaría decir esto en nombre de todos los niños: gracias a los adultos por preocuparse mucho por nosotros y por hacer que el mundo futuro sea mucho mejor.
La entrada Tecnología antigua y sensibilidad moderna ha sido publicada primero en educacionmusical.es.
Somos muchos los que NO nos conformamos con que los títulos de las enseñanzas artísticas superiores sean declarados “equivalentes a”, por dos razones:
Y una muestra más de que esa equivalencia nunca ha sido, ni es, ni será total, nos la brinda la Direcció General de Professorat i Personal de Centres Públics, del Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya. Ya que en respuesta a un escrito dirigido a Irene Rigau i Oliver, Consellera d’Ensenyament, con fecha 6 de marzo, en el que la Plataforma per als Titulats Superiors en Art Dramàtic i en Dansa exponen la problemática que les afecta en relación al acceso a las bolsas de personal docentes. Y la respuesta llega el 12 de julio de 2012 con un jarro de agua fría, ya que aparte de indicar que el Título Superior de Danza, no sirve para acceder a ninguna especialidad de la bolsa de trabajo de personal docente, indica que las titulaciones que se tendrán en cuenta para el baremo de méritos son (palabras textuales):
ESTRICTAMENT, LES TITULACIONS UNIVERSITÀRIES.
Catorce años de estudio de danza (o música), para que el título no pueda contar ni un miserable punto, respecto a cualquier titulación universitaria, diplomatura, licenciatura, grado, doctorado, título de EOI, o cursillo de formación…
¿Todavía queremos seguir jugando a las equivalencias?
A todos aquellos que estén hartos de equivalencia, les ruego firmen la petición de incorporación de las Enseñanzas Artísticas Superiores en el Sistema Universitario.
A los que quieren seguir jugando a las equivalencias:
Acaba de caer en mis manos ¡un texto de 1969!, que lamentablemente su lectura sigue arrojando una crítica que no ha dejado de estar vigente, desde hace más de 40 años.
Se trata de un artículo publicado por la Dirección General de Bellas Artes, en los Cuadernos de Actualidad Artística que recoge las ponencias presentadas en el seminario Problemas Actuales de la Educación Musical en España, siendo la ponencia de Rafael Castro, “Incorporación de los Conservatorios o Escuelas Superiores de música a la Universidad”, la que ahora nos interesa.
La frase inicial con la que empieza el texto, es lapidaria:
El problema del subdesarrollo en nuestra sociedad es un problema ciertamente grave. La degeneración progresiva en los métodos de educación en nuestros Conservatorios, la apatía por la investigación y renovación musical, junto al abandono, por parte de los órganos estatales competentes, de estos centros, han dado como resultado esta lamentable situación, creando un clima hostil para cuantos de una forma u otra nos interesamos seriamente por la música en nuestro país y en nuestra sociedad.
Respecto a la organización de la enseñanza musical en el sistema educativo general indica:
Efectivamente, si el futuro técnico-económico-cultural de una nación depende, sobre todo, de la organización de la enseñanza a todos los niveles, la música no debe estar al margen de esta problemática general.
Es lo que mucha gente opinamos, uno de los pilares fundamentales en la evolución de las sociedades es la educación que se ofrece a sus ciudadanos, y esta debe estar bien organizada a todos los niveles, desde infantil hasta los post-doc. Y la música, no es algo ajeno a este sistema educativo, ha de estar regulada de forma coherente dentro del sistema educativo general, y no ser un misterioso ente asimilado a “cuasi-todos los efectos” al sistema general con el que convive.
En este sentido, Castro continúa:
Sin embargo, los centros de enseñanza musicales en nuestro país se han venido alejando cada vez más de la Universidad, llegando a constituir una rara especie de lugares donde se forma a los alumnos en una única dirección, desligados absolutamente del resto del quahcer universitario y del saber humano.
La multidisciplinariedad de competencies y saberes que se respira en las universidades no puede producirse en unos centros superiores que nula relación administrativa y pedagógica tienen con las universidades. Los beneficios serían mutuos indica el texto:
Por ejemplo, la creación de coros y orquestas; la programación de una especialidad de estudios musicales, tan necesitada como es la de Profesor de Música de Escuela, [...] , en fin, dotaría a la Universidad de medios ágiles para la organización de seminarios de música, conciertos, conferencias, etc.
Es cierto que ya hay coros, y orquestas dentro de las estructuras de actividades extra-académicas de las universidades. Pero siguen siendo eso, ofertas culturales de tiempo libre para alumnos o simpatizantes. En una orquesta universitaria no se forma a los músicos que en ella participan, simplemente son alumnos formados en los conservatorios o escuelas de música, que aprovechan esa formación para participar en esa orquesta, que les ayudará a conseguir créditos de libre configuración para rellenar el currículum de otra carrera que poco o nada, pueda tener en común con la interpretación musical.
Otro ejemplo más. Recientemente en la Comunidad Valenciana se ha iniciado un proyecto de investigación sobre el estudio de un instrumento musical para frenar el fracaso escolar, y es un proyecto a cuatro manos: la administración autonómica, el colegio, la escuela de música y la universidad. ¿Y sabéis qué departamentos Universitario se encarga de ello? La Unidad de Investigación en Economía de la Cultura y Turismo (Econcult) del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local (IIDL) y el grupo Métodos Cuantitativos para la Medición de la Cultura (MC2) del Departatmento de Economía Aplicada. ¿Dónde están los músicos investigadores que realicen el proyecto? ¿Por qué no se encarga de ello algún departamento musical? Porque ni está ni se le espera.
Con todo esto no estoy criticando el proyecto; me parece muy positivo que se hagan investigaciones de este tipo respaldadas por la Instituciones Públicas y las Universidad, pero es una muestra más que desde el ámbito de la música NO ESTAMOS EN LA UNIVERSIDAD, QUE ES DÓNDE SE GENERA EL CONOCIMIENTO.
Volviendo sobre el tema de la transversalidad, la multidisciplinaridad, y la interacción del conocimiento entre las diferentes áreas del saber el texto también indica que:
Los Conservatorios o Escuelas Superiores de Música se beneficiarían, a su vez, del contacto con los demás departamentos universitarios, especialmente; Bellas Artes, Filosofía y Letras, Física, de los Laboratorios de Fonética, Acústica, Cinética, Electrónica, y de una ambiente, en definitiva, más humano y propicio para su desarrollo integral.
Después de esta exposición inicial, el autor pasa a desgranar algunos de los aspectos que ya ha presentado.
Es un problema de una gravedad extrema, toda vez que la metodología al uso quedó desfasada hace no pocos años, si digo que continúan empleándose textos idénticos a los de cincuenta años atrás, no podrán creerme, pero es cierto.
Este es un aspecto que afortunadamente, con las nuevas generaciones de docentes, está empezando a cambiar, pero que no olvidemos que un cambio de manual, o de recursos no implica necesariamente un cambio de metodología.
Dice Ramón y Cajal “que la causa principal de nuestra decadencia es la falta de creación de ciencia origial”.
Y ¡qué frase más certera la de Ramón y Cajal! Si no apostamos por una creación científica, una investigación propia, un desarrollo tecnológico puntero, acabaremos convirtiéndonos en un país de turismo y mano de obra para los productos ideados por otros países. La fuga de cerebros es tan sangrante para un país como un corte en la ahorta.
Esta especie de pereza mental, secular en nuestra historia, está falta de interés por la investigación, madre de la ciencia y de la verdad en definitiva, han sido la causa de nuestro empobrecimiento musical cada vez más acentuado en compositores, musicólogos, tratadistas e intérpretes.
No puedo pasar por alto la responsabilidad que cae sobre los órganos estatales por su falta de protección a cuantos centros u organismos musicales sobreviven en nuestro país de una forma precaria.
E incluso, un tema que aun sigue alejando a nuestros propios músicos de nuestro país:
¿Cómo pudiera describir yo el sentimiento de incertidumbre, de angustia, que nos envuelve a cuantos después de tres, cuatro o más años de estudios de especialización en las mejores escuelas de música europeas, representamos a nuestro país, no hallando sino puestras cerradas a nuestros conocimientos, ideas y entusiasmo?
Asombrosamente actual describe:
En una sociedad extrovertida como la nuestra, con al vida planteada hacia fuera -deportes, cafeterías, viajes, playas, etc. – resulta dificil encontrar un lugar para la cultura y, concretamente, para la Música.
[...]
Es necesario decir una y mil veces y gritar si necesario fuera, hasta destrozar nuestras gargantas, el estado crítico-angustioso en que nos hallamos los que nos dedicamos a la investigación y creación musical, debiendo escribir para que nuestras obras permanezcan desconocidas, archivadas, esperando una oportunidad en un futuro incierto.
Luego enumera las necesidades culturo-musicales, cuya medidas urgentes son:
Y analizando la situación actual. El punto uno se está produciendo con una lentitud que apenas habrán habido modificaciones desde que lo concibió el autor. La renovación metodológica en los Conservatorios no depende del sistema, si no de la preparación del docente que te toque.
El punto dos: después de mucho luchar, se ha conseguido, pero por desgracia su futuro inmediato pende de un hilo más fino que la seda.
Y el punto tres: se intenta, una y otra vez, pero siempre aparece un bloqueo férreo para conseguir tal incorporación. Si bien es cierto, que ahora mismo nos encontramos en uno de los momentos más cercanos para conseguirlo.
Si hay algo fundamental en este blog es la constante búsqueda de la “no-marginación” de los Conservatorios frente al resto del sistema educativo.
Dice el artículo:
Creo que el porvenir de la música ha de correr pareja con la suerte de la enseñanza en general.
Y añade una apreciación fundamental para ello:
Bien es verdad que la necesidad actual de sensibilizar al individuo hacia la música u otras artes es urgente, debido al “atropello” que está suponiendo la industrialización y automatización contra las mismas bases estructurales del ser humano.
Las palabras hablan por si solas:
Hasta dónde yo siento que esta incorporación sea imprescindible, vital, no puedo expresarlo… Presiento que toda esta terrible pesadilla que constituye para mí ese estar de nuestros estudiantes de música al margen de la Universidad, ha de despejarse en esta realización definitiva cual es la incorporación de los Conservatorios o Escuelas Superiores de Música a la Universidad.
[...]
[La Universidad] ha prescindido de [la Música] y quizá radique en ello el estado de apatía en que se encuentran nuestras Conservatorios, al no haber recibido la sacudida de la exigencia, de la responsabilidad, de la “llamada” a contribuir en la tarea grande que la sociedad designa a la Universidad.
Como ya he dicho antes, la música nunca antes ha estado tan cerca históricamente de unirse a la universidad. La Plataforma por la Integración de las Enseñanzas Artísticas Superiores al Sistema Universitario está en diálogo con el Ministerio, y necesita del mayor apoyo posible para que sus argumentos tengan peso: firma la petición.
La meta que toda profesión debe alcanzar es la realización de individuos formados plenamente, es decir, humano-profesional y humano-cultural.
De ahí que si la profesión no se debe adquirir de un modo unilateral, la idea de incorporar los Conservatorios o Escuelas Superiores de Música a la Universidad lleve consigo los objetivos necesarios para adquirir la meta anteriormente expuesta: la plena realización del individuo.
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