En el hemisferio norte damos en este preciso momento la bienvenida a la primavera, una estación que muchos compositores han celebrado dedicándole una obra. De algunas de estas piezas musicales y de sus autores ya hablamos en este blog: la de Beethoven, la de Stravinsky, la de Landini y naturalmente la de Vivaldi, una de las más conocidas por el gran público, para cuyo primer movimiento hace cinco años preparé este musicograma que ilustra gráficamente tanto la forma de ritornello ―con la cual está construido no sólo este concierto sino la práctica totalidad de los casi 500 que compuso este músico veneciano― como el programa del concierto, es decir la idea extramusical sobre la que se basó Vivaldi para crear esta obra: los versos de un soneto, escrito por él mismo, que describe la llegada de la primavera y algunos de los sonidos que la acompañan, como el canto de los pájaros, el correr del agua de los arroyos deshelados y el retumbar de los truenos, últimos coletazos del invierno que se va.
El canto de los tres pajaritos, recreado por tres violines, me resulta especialmente sugestivo, así que me he animado a extraerlo de este primer movimiento del concierto y a transcribirlo para tres flautas dulces soprano, enmarcado por el estribillo. Aquí os lo dejo con mis mejores deseos de una maravillosa primavera.