En muchas ocasiones me han preguntado sobre el momento adecuado para empezar a estudiar canto, particularmente en aquellos casos en los que los alumnos tienen una voz infantil muy afinada, con una colocación natural y una musicalidad manifiesta. En mi caso, nunca entendí cuando accedí al conservatorio con 8 años por qué no me dejaron elegir como instrumento el canto y me vi forzada a tocar el piano y a esperar hasta tener 16 años.
Basándome en mi experiencia como docente me gustaría destacar que sí que se puede enseñar técnica vocal a un niño o niña, a partir de los 8-9 años. La prueba la tenemos en escolanías, coros infantiles, etc. que hacen una gran labor musical con niños especialmente dotados para el canto. La cuestión es cómo se debe hacer y qué tipo de repertorio se debe trabajar. De hecho en centro europa hay una gran tradición en el trabajo vocal con niños.
Muchas veces el problema se encuentra en el enfoque del profesor, que en lugar de adecuarse al alumno trata que éste se adecue a él o a un determinado repertorio que no se adecúa a las necesidades del alumno.
Por otro lado el profesor debe, en estos casos, poner ejemplos evitando vibratos excesivos y buscando la máxima naturalidad de la voz y debe prestar especial atención al trabajo de la primera octava y nunca forzar las notas agudas ni tener prisa por poner canciones que las tengan aunque en las vocalizaciones las puedas hacer. La manera de cantar debe ser lo más sencilla y natural posible.
Por otro lado el profesor debe, en estos casos, poner ejemplos evitando vibratos excesivos y buscando la máxima naturalidad de la voz y debe prestar especial atención al trabajo de la primera octava y nunca forzar las notas agudas ni tener prisa por poner canciones que las tengan aunque en las vocalizaciones las puedas hacer. La manera de cantar debe ser lo más sencilla y natural posible.
Cuando se trabaja la técnica vocal en voces infantiles se ha de emplear un repertorio que permita el desarrollo natural de la voz. Este tipo de repertorio ha de permitir que el alumno respire con calma, vaya afrontando las dificultades interválicas de manera progresiva, sea en lengua materna, etc. Y siguiendo estas premisas nos encontramos con que el repertorio operístico no es el adecuado para este tipo de voces, al igual que la sonata patética no lo es para un estudiante de primer curso de piano.
Si un niño aprende a controlar su voz en esa etapa previa a la muda de la voz, tras la muda, ya tendrá adquirido el patrón de respiración y colocación de la voz. También habrá aprovechado los años de oro de aprendizaje musical que todos los niños tienen en esas edades y habrá aumentando su bagaje musical.
En el caso de que no se haya trabajado en estas edades, sí que debería esperarse a que la muda de la voz se haya completado, ya que si se empezara el trabajo vocal en ese periodo de cambio fisiológico, éste podría alterarse y no concluirse de una manera natural.