Daily Archives: 14 agosto 2014
El Capricho Árabe es la obra para guitarra más conocida de compositor y guitarrista español Francisco Tárrega (Villareal 1852, Barcelona 1909 ). Escrita en 1892, está dedicada a Tomás Bretón.
En el siguiente video se puede seguir la partitura y escuchar la pieza bajo la interpretación de Ana María Archilés Valls.
Natural de Almazora (Castellón), Ana Archilés es profesora de Guitarra del Conservatorio Profesional “Mestre Tárrega” de Castellón y combina sus clases con la participación en numerosos recitales. Se pueden escuchar sus interpretaciones en su propio canal de YouTube.
Estilo
La pieza contiene muchas características de la música española de finales del siglo XIX. Se combinan virtuosismo de corte romántico con rasgos nacionalistas:
- Ausencia de desarrollos y transiciones.
-Los cromatismos melódicos y armónicos junto con los giros modales (modo frigio) y las modulaciones crean efectos de color que sugieren paisajes nacionales.
Estas características se asocian con el llamado “Alhambrismo” cercano a obras similares como Recuerdos de la Alhambra y Danza Mora.
En el siguiente video aparece la partitura con indicaciones sobre su estructura tonal, formal y temática.
Textura
La melodía acompañada domina toda la pieza sin desarrollos ni transiciones. Este tipo de textura se interrumpe frecuentemente con la interpolación de breves arabescos situados en los puntos cadenciales al final de cada sección formal. Los arabescos son pasajes melódicos rápidos de carácter virtuosístico que interrumpen el tempo establecido y lo sustituye por un tempo rubato que invita a la libertad rítmica.
Motivos y acompañamiento
La melodía está formado por un único motivo, de un compás de duración, que se repite constantemente con pocas variantes.
El patrón de acompañamiento (ostinato) contrasta con la melodía por su sencillez rítmica que combina negras en parte grave y acordes a contratiempo en registro medio.
La melodía y el acompañamiento, aparte de complementarse perfectamente, establecen una polaridad que presenta las siguientes características:
-el acompañamiento toma forma de ostinato. Con ritmo invariable y en registro grave, tiende a establecer un ritmo regular que se opone a la variedad rítmica de una melodía que reclama un ritmo más libre culminando con los citados arabescos.
- la melodía se expone bajo la pedal de tónica que suena en la nota más grave cada compás (estatismo y estabilidad tonal) y los arabescos tiene como base acordes con función de dominante (movilidad y dinamismo)
En el siguiente gráfico se puede observar todos los elementos temáticos y sus variantes.
Estructura
La melodía se divide en frases de 4 o 8 compases formando la cuadratura típica de muchas composiciones del siglo XIX. La rigidez de la cuadratura se compensa con constantes cambios de que inciden en el tempo (acelerando, ritardando, calderones, etc…) y los acentos de la melodía (la segunda negra aparece acentuada en varias ocasiones) desdibujan los acentos del compás de cuatro tiempos.
La falta de variedad temática y desarrollo motívico se suple con el color amónico-tonal que producen ciertos acordes (acorde napolitano, dominantes secundarias) y el paso por tonalidades afines (relativa y homónima mayor). Estos cambios tonales configuran una estructura ternaria tipo ABA’ con una introducción de 12 compases. La sección central, B, contrasta con sus variantes melódicas y cambios tonales.
Esquema formal.
Introducción: En compás ternario, sus 12 compases se dividen en tres frases de 6, la segunda es similar a la primera y la tercera crea el contraste (tipo a,a,b). Las tres frases reposan en semicadencias.
1ª Sección A. Compás de 4 tiempos. Introduce el tema de 8 compases que se repite sin variantes. La sección se inicia con un decorado (dos compases se acompañamiento sin melodía) el cual separa las dos subsecciones y concluye la sección.
2ª Sección B. Dos subsecciones de 8 compases en Fa mayor y 16 en Re mayor.
3ª Sección A’. Repite sólo los 8 compases de la primera sección con el decorado y un compás añadido al final con acorde de tónica que recuerda al compás inicial.
¿Sientes que tus ejercicios de canto no funcionan?
¿Vas practicando día tras día pero no notas ningún resultado positivo?
Es muy importante que prestes atención a los ejercicios que estás haciendo y descubras por qué razón no te funcionan.
¡Imagínate! Podrías estar haciéndolos durante mucho tiempo y que no sólo no te sirvieran para nada, sino que además te estuvieran perjudicando.
Lo más común es que esto te pase cuando eres autodidacta, no tienes a nadie para que te vaya corrigiendo cómo hacer los ejercicios de canto o que distinga el por qué no suenan como deberían.
Si ese es tu caso, tendrás ejemplos de lo que tienes que hacer, pero ¿cómo sabes si lo estás haciendo bien?
Aún y así, aunque estés trabajando con un profesor de canto, es posible que sientas que no te funcionan los ejercicios.
Hay dos razones muy claras por las que te puede estar pasando esto. ¿Quieres saberlas?
¡Sigue leyendo!
Razón 1: Tus ejercicios de canto no funcionan porque no son los adecuados para ti
Puede ser que no tengas el problema que crees.
Al ser autodidacta es difícil acertar en qué es lo que está fallando en tu voz y en los ejercicios que te van a ayudar a solucionar ese problema.
Pero, a veces, aunque tengas un profesor puedes encontrarte con este problema.
Voy a ponerte un ejemplo muy típico y vivido en primera persona:
Ya te lo he explicado en otros artículos, yo antes tenía la voz airosa.
No creía que eso fuera un problema en sí, más bien creía que mi voz era así y no me disgustaba, porque me hacía sonar dulce.
Lo que sí sentía como un problema era que cuando quería sostener una nota, el aire no me llegaba y no aguantaba nada.
Dentro de mi cabecita, era muy lógico:
Todo el mundo decía que la respiración es la base del canto y que hay que tener muchísima capacidad pulmonar para cantar bien, así que ese debía de ser mi problema: no respiraba bien.
Ni corta ni perezosa, me apunté a clases de canto y sin pedirlo, me dieron lo que quería, ejercicios de respiración.
Yo estaba contenta porque me estaban dando lo que yo creía que necesitaba, el profesor me decía que los hacía bien, todo iba genial, pero seguía sin poder sostener notas durante mucho rato.
¿Qué estaba pasando?
Llevaba un año entero recibiendo clases sin ninguna evolución.
Algo no estaba bien.
Y es que el problema no estaba en la respiración. El problema estaba en otro sitio.
Tuve la suerte de cambiar de profesor y en cuanto me dieron los ejercicios correctos, empecé a notar la evolución y en mucho menos tiempo.
En mi caso, como ves, ni siquiera es que fuera autodidacta y que eligiera mal los ejercicios que tenía que hacer, sino que un profesional los eligió mal por mi.
Pero esto no pasa sólo con los ejercicios de respiración, pasa con toda clase de ejercicios.
Si vas leyendo a Carlos, sabes que a él no sólo le dieron ejercicios que no le servían de nada, sino que le dieron ejercicios que le perjudicaron, haciendo que le aparecieran problemas nuevos, que antes no tenía o que se le acentuaran los que ya tenía.
La clave para solucionar este problema es pedir ayuda a un profesional, pero ¿cómo sabes que realmente te puede ayudar? Aquí tienes una guía para saber distinguir a un buen profesor de canto de uno que no lo es.
Razón 2: Tus ejercicios de canto no funcionan porque no los estás haciendo bien
Puede que tengas los ejercicios correctos, que deberían funcionar para tu caso en concreto, pero que no notes ninguna evolución.
¿Qué puede estar pasando en este caso?
La explicación es muy simple: por algún motivo no los estás haciendo correctamente.
Lo primero que te voy a pedir es que te grabes mientras haces los ejercicios y que compruebes que suenan igual que el ejemplo.
Tienes que poner mucha atención en esto, porque es super importante.
Hay cuatro cosas clave en las que te tienes que fijar.
Si es necesario, escúchalo 4 veces poniendo atención cada vez a una cosa:
1. La vocal y/o consonante que se te pide que hagas
Depende del idioma que hables, tendrás más o menos vocales. En español, por ejemplo, tenemos muy pocas, sólo 5.
Pues bien, hay más.
Tienes que distinguir cual es la del ejemplo que tienes y reproducirla igual que se te pide.
Quiero que entiendas que esto es muy importante, pues si usas una vocal u otra para un ejercicio, puede cambiar totalmente su función.
Aquí tienes un artículo donde podrás ver la importancia de las vocales en el canto.
2. La escala que se te da
Normalmente esto es lo más fácil de distinguir si lo estás haciendo bien o no, aunque a veces te puedes estar equivocando y cambiando alguna nota.
¡No sólo basta con que la primera y la última nota coincidan!
Fíjate bien en la escala y estudia hasta que te salga bien.
Como lo que te comentaba antes, una escala también tiene su función y utilizar una u otra o hacerla mal, también puede hacer que cambie totalmente el ejercicio.
3. El sonido temporal
Si tiene que ser voz de tonto, tienes que poner voz de tonto. Si tiene que ser voz de bruja, tienes que ponerla así.
Sé que puede ser difícil distinguir si lo estás haciendo bien o no, pero tampoco quiero que te conformes con el más o menos.
Puede ser que al principio no te salga igual que a tu profesor o como en el ejemplo, pero lo que sí tienes que notar es que es un sonido diferente a tu voz normal, tiene que ser un sonido entre tu voz normal y la voz del ejemplo.
Quizás piensas que estás exagerando mucho el sonido cuando en realidad no es así y te controlas porque piensas que te estás pasando.
No te controles, exagera al máximo el sonido (¡ojo! ¡eso no quiere decir que subas el volumen!) y escucha cómo suena. Seguro que no suena tan exagerado como pensabas, ¿a que no?
Te digo esto porque lo veo muchísimo en clase.
Cuando mis alumnos hacen la voz que les pido, me dicen: uff! suena horrible!! y yo estoy oyendo su voz normal con un poquitín de nada de sonido temporal.
Después cuando lo escuchan en la grabación ven que no era para tanto e incluso saben que podían haberlo exagerado más.
No tengas miedo de exagerar demasiado los sonidos, si tu profesor ve que es demasiado exagerado ¡ya te lo dirá!
4. El ritmo/ velocidad
Esto suele ser fácil si tienes una grabación con la que practicar, pero si no la tienes, tienes que prestar atención.
¿Vas más rápido que el ejemplo?
La velocidad es un factor que nos puede ayudar muchísimo a hacer mejor un ejercicio de canto.
¡Tenlo en cuenta!
¿Y qué pasa cuando no soy capaz de reproducir el ejemplo con fidelidad?
Si al prestar atención a esos cuatro puntos te has dado cuenta de que no lo estás haciendo bien y que no estás reproduciendo los ejemplos fielmente, puede ser debido a las malditas tensiones.
Por ejemplo, tu profesor te dice: saca la lengua para el ejercicio.
A ti te parece que estás sacando la lengua cuando en realidad sólo sobresale un poquito o al principio está fuera pero se va metiendo para dentro a medida que haces el ejercicio.
Puede que te diga: deja caer la mandíbula.
A ti te parece que pareces un muñeco de ventrílocuo, cuando en realidad la tienes casi estática o tienes los dientes apretados y sólo se mueven tus labios.
Mírate en un espejo y practica delante de él.
De esta manera podrás controlar todas esas cosas por ti mismo y te podrás asegurar de que las estás haciendo bien.
Además te darás cuenta de que al final, ¡no estabas exagerando tanto como pensabas!
¡Comparte este artículo para que todos tus amigos puedan hacer sus ejercicios correctamente y entre todos llenemos este mundo de cantantes!
Imagen: Algunos derechos reservados por Profound Whatever
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