Cómo puedes preservar la voz hasta edades muy avanzadas

Preservar la voz

La voz cambia con los años, pero no como se suele pensar.

Se ve constantemente a cantantes que no pueden llegar a las mismas notas con la edad.

O que se tienen que retirar y dejar de cantar.

Muchos dicen “no puedes cantar igual a los 70 igual que a los 20”.

Y es verdad, pero a medias.

Puedes cantar mejor.

O puedes cantar igual… pero diferente.

La voz se transforma por cambios hormonales y físicos, pero ese cambio no tiene que ser malo.

Más bien cambia poco a poco a algo diferente.

Un gran ejemplo lo tienes en el artículo de la voz en la tercera edad, donde un vídeo del tenor Angelo Loforese cantando con 92 años.

Para poder mantener la voz en tan buen estado e ir mejorándola mes tras mes, tienes que eliminar de tu mente la siguiente frase:

A mí no me gustan las notas agudas

A lo largo de los años que llevo entrenando voces, he oído esta frase cientos de veces.

Gente que dice que las notas agudas no le llaman la atención.

Gente que, casualmente, no ha aprendido a cantar esas notas agudas.

Gente que, cuando aprende a cantarlas, no puede parar de hacerlo.

¿Por qué?

Pues porque molan mucho.

Pero además de molar mucho y de darle un toque especial a las canciones que cantas, son buenas para tu voz.

Por dos razones:

1. Musculatura activa

Si los músculos no se usan, se atrofian y se acortan.

Pierden fuerza y elasticidad.

Las notas agudas se consiguen aprendiendo a estirar las cuerdas vocales, activando los músculos que las estiran.

Así de sencillo.

Al no usar esos músculos, se atrofian, y cada vez pueden estirar menos las cuerdas vocales.

Perdiendo así notas agudas.

Cada vez que evitas cantar en falsete, estás evitando que esos músculos se activen y que las cuerdas vocales pierdan elasticidad.

Cada vez que bajas los tonos de una canción, estás volviendo a tus músculos más vagos, y estás perdiendo elasticidad.

Cada vez que compones una canción en notas graves, …

Bueno, creo que ya has pillado la idea.

Una de las funciones de un buen calentamiento de voz es precisamente estirar los músculos.

2. La acústica hace gran parte del trabajo

Cuanto cantamos sin técnica, tenemos que hacer mucha fuerza en todo momento para poder cantar.

Puede haber momentos puntuales (PUNTUALES) en un entrenamiento de voz que esto pueda tener sentido, pero cantar tiene que ser fácil.

Tiene que ser una segunda naturaleza.

Igual que hablas, cantas.

Nada más.

Gran parte para eliminar esa fuerza que casi todos hacemos por instinto al cantar, empieza por saber utilizar a tu favor la acústica de tu instrumento.

Existe la idea errónea de que para cantar más fuerte, hace falta más fuerza.

Es errónea, porque para cantar más fuerte no necesitas más volumen, más decibelios.

Necesitas potenciar las frecuencias correctas de tu voz, las que más capta el oído humano y las que viajan más eficientemente por el espacio, por el aire.

Es algo fácil de decir, pero difícil de hacer, y este artículo no va de eso.

Lo que voy a hacer es dejar los 5 ejercicios que no sirven para activar los resonadores, a pesar de que todo el mundo los usa.

El caso es que si optimizas el uso de los resonadores vocales para que hagan todo el trabajo, en vez de tirar de fuerza, tus cuerdas vocales no sufren.

Esto implica que, a pesar de que con los años todos los músculos del cuerpo se debilitan y la voz no es una excepción, tu voz va a seguir sonando brillante, potente y presente.

Porque los resonadores no cambian tanto con la edad, y el cambio que sufren no pasa de la noche a la mañana, y puedes ir haciendo los ajustes necesarios a medida que ganas años.

La solución es fácil: canta ópera o metal extremo para no perder contacto con tus notas agudas

NO.

NO NO NO.

Muchos cantantes que han cantado muy agudo, han tenido que acabar bajando los tonos de sus canciones para cantarlas en directo.

O enfocar el micrófono al público cuando llega el estribillo.

O no cantarlas.

Llegar a las notas agudas no significa hacerlas bien.

Existen varias formas de hacer que las cuerdas vocales vibren más rápido, y no todas son buenas.

Una forma incorrecta muy común y que muchos cantantes utilizan es no activar los músculos que estiran las cuerdas vocales.

En su lugar echan más y más aire para conseguir esa vibración más rápida.

El problema es que las cuerdas vocales tienen que resistir esa cantidad brutal de aire, y todo tiene un límite.

No te recomiendo descubrir cuál es, porque ahí es donde salen lesiones vocales tipo nódulos o pólipos.

Este artículo Cómo puedes preservar la voz hasta edades muy avanzadas pertenece a VoKalo.

6 pedruscos que te encontrarás si quieres aprender a cantar

Muchos quieren aprender a cantar.

Pocos lo consiguen, pero no por una falta de talento, si no por una falta de conocimiento.

Si quieres empezar este camino, ya sabes que te vas a encontrar obstáculos. Eso es de cajón.

El problema aparece cuando te los encuentras, pero no sabes que son obstáculos completamente comunes y normales.

No saber reconocerlos te hará rendirte o incluso pensar que es mejor idea dejarlo que continuar.

Allá cada cuál con sus decisiones, pero escucha este episodio antes.

Cosas que pueden ayudarte a conseguirlo

  • Centrarte en lo que importa (lo importante no es el sonido de tu voz)
  • Saber manejar las críticas
  • Entender por qué la fuerza no es tu amiga
  • Aprender a ver con tus oídos

Transcripción del episodio

Lo primero que quiero decirte es que no estigmatices lo que es aprender a cantar.

Sí, está lleno de obstáculos, como cualquier otra cosa en la vida, pero con dedicación se puede conseguir.

A pesar de esto, hay algunas peculiaridades al aprender a controlar la voz para cantar mejor.

Son unas peculiaridades salvables, pero si no las conoces, puedes acabar como una cabra, perdiéndote por los laberintos de aprender a cantar.

Voy a comparar lo que es aprender a tocar la guitarra con aprender a cantar para poner las diferencias en perspectiva.

Pero no voy a decir la tontería esa de que si las cuerdas de una guitarra se rompen las puedes cambiar, pero no hay recambio para tus cuerdas vocales.

Porque el instrumento de un guitarrista no sólo es su guitarra. También lo son sus manos, y para eso tampoco hay recambio.

No.

Mira. Lo primero que tienes que saber es que la voz es el único instrumento que no ha creado el humano.

Así que nos tenemos que adaptar a su diseño y punto.

No hay otra opción.

La guitarra sí ha sido creada por el humano, ha ido evolucionando, y la técnica se ha podido ir desarrollando de forma muy natural.

Mantén esta mentalidad mientras te comento los grandes obstáculos que te encontrarás al aprender a cantar.

Primer obstáculo: Las sensaciones no suelen representar lo que está pasando

Cuando hablas o cantas, tu cuerpo está recibiendo un montón de información sensorial por las vibraciones del sonido de tu voz.

Un zumbido en la cabeza, vibraciones en el cuello, un sonido cortante en la parte frontal de la cara, un cosquilleo entre los ojos, …

Sensaciones hay tantas como personas en el mundo.

Y la gran mayoría de ellas no describen lo que está pasando físicamente en tu garganta.

Esto con la guitarra no pasa.

Tocas una cuerda y lo sientes claramente.

Agarras la púa y la sientes perfectamente.

En el canto, a veces se confunde una vibración en la nariz con una buena proyección vocal.

O un sonido brillante con una buena aducción de las cuerdas vocales.

Pero todo son ideas preconcebidas.

Porque es imposible que sepas cómo se siente una producción vocal correcta hasta que la haces.

Entonces… ¿el huevo o la gallina?

Ni uno ni el otro.

Primero va el sonido.

Tienes que hacer caso al sonido de tu voz, y luego ya crearás relaciones de qué te hace sentir cada uno de esos sonidos.

Eso no quiere decir que tengas que buscar necesariamente sonidos bonitos.

A veces tenemos que usar sonidos feos para conseguir crear sonidos bonitos.

Si te interesa desarrollar esto, contáctanos y vemos qué tipo de formación necesitas.

Seguimos.

Segundo obstáculo: tu feedback auditivo es interno Y externo

Cuando tocas la guitarra, sólo la oyes desde fuera.

Lo que tú oyes es exactamente lo que otra persona oye.

Cuando cantas, oyes tu voz desde dentro de tu cabeza y desde fuera.

Una movida.

A veces te puede parecer que estás haciéndolo fatal, y realmente estás cantando muy bien.

O viceversa.

Cuando tienes poca experiencia, hay un desfase muy grande entre lo que oyes desde dentro de tu cabeza y lo que se oye desde fuera.

Es el mismo efecto que pasa cuando oyes tu voz grabada por primera vez.

Ese desfase se puede ajustar, pero que sepas que está ahí y que no tienes que dar nada por sentado, sobre todo al principio.

Tercer obstáculo: la voz es orgánica

La voz es muy susceptible a muchas cosas.

El ambiente, los cambios de temperatura, si respiras por la boca, si roncas, si tienes reflujo, la edad, haber dormido poco o mal, …

Así que cada día puede estar un poco diferente, y eso implica que tu tacto interno cambiará.

Para un guitarrista esto no suele ser un problema, porque las manos están bastante igual de un día para otro.

Hay algunas cosas que no son salvables, como casos severos de reflujo, laringitis o este tipo de historias.

Para un guitarrista, podría ser como quemarse un dedo.

Durante unos días lo sentirá rarísimo, y el feedback sensorial le cambiará por completo.

Pero cortarse las uñas no le afectará a la hora de tocar, a no ser que las tenga tan largas que pueda cambiar el canal del televisor sin mando a distancia.

Para un cantante, el resto de cambios pequeños puede ser una tortura al principio, pero con un buen entrenamiento vas ganando tacto en la voz.

Vas aprendiendo a navegar entre los distintos estados de tu voz, y deja de ser un problema.

Por supuesto habrá días buenos y días no tan buenos, pero eso es como todo en la vida.

Lo importante es que tengas un buen control de tu voz como para que en tus días no tan buenos puedas cantar bastante bien de todas formas.

Cuarto obstáculo: la voz forma parte de nuestra identidad

Si alguien nos dice que tocamos mal la guitarra, molesta.

Claro que molesta.

Pero inconscientemente se transmite y se recibe que tienes que practicar más.

En cambio, si alguien nos dice que cantamos mal, nos afecta a nivel personal.

Inconscientemente nos está diciendo que nuestra voz no sirve.

Si a esto le añades que prácticamente todo el mundo cree que para cantar bien necesitas algún tipo de don extraño, todo se hace más cuesta arriba.

Por eso, si quieres emprender el camino de aprender a cantar, ármate de paciencia y de tapones para los oídos.

Vas a tener que ignorar muchos comentarios estúpidos.

Pero que sepas que esos comentarios vienen de la ignorancia y de la envidia.

Nada más.

Quinto obstáculo: incrementar el volumen no es “darle más fuerte”

En una guitarra, si quieres más volumen, haces un poco más de fuerza con la púa .

Si la guitarra es eléctrica, subes el volumen del amplificador.

Es bastante fácil de entender, ver y hacer.

Con la voz no es tan sencillo.

Lo que hacemos de forma natural para aumentar el volumen es gritar, pero gritar no es cantar.

Gritar hace daño a la voz y suena fatal.

Para aumentar el volumen al cantar nunca debes sentir que haces más fuerza, porque el volumen viene de un control muy fino de las cuerdas vocales y de optimizar el espacio de resonancia.

Suena complicado, porque lo es.

Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero quédate con esto: no hagas fuerza para cantar más fuerte.

Sexto obstáculo: mucho de lo que pasa en la voz, no se ve

Si un guitarrista no va a la velocidad de la luz, que los hay, puedes llegar a ver lo que está haciendo.

Con mucha paciencia y mucha práctica, puedes llegar a copiarlo.

Aunque te lleve años, da igual. Se puede.

En cambio, de los cantantes sólo se ve la parte externa del instrumento, lo que está pasando en los labios y, como mucho, en la lengua.

Pero pasan muchas cosas dentro que no se ven a simple vista y no se pueden copiar más que por sonido.

Eso nos supone dos dificultades.

  1. Hace falta un oído entrenado para oír la voz de un cantante y saber qué está haciendo bien o qué está haciendo mal.
  2. Suponiendo que tengas ese oído, saber reproducir lo que está haciendo requiere de mucho control.

Por eso, para aprender a cantar bien es necesario entrenar también el oído.

No me refiero a entrenarlo para mejorar la afinación ni para saber si una nota es un LA o es un DO.

Mayormente, eso es irrelevante.

Me refiero a entrenarlo para entender cómo suena una voz que lo está haciendo bien técnicamente, y cómo suena cuando lo hace mal.

Cuando oyes a alguien cantar bien y lo sabes escuchar, tiene que darte envidia y llevarte a preguntarte “¿Cómo narices lo está haciendo para que le sea tan fácil?”.

Por el contrario, cuando oyes a alguien cantar con mala técnica y lo sabes escuchar, tiene que dolerte físicamente.

Bueno, es una forma de hablar, pero ya me entiendes.

Es como cuando ves a alguien que recibe un balonazo en la cara.

No te duele… pero te duele.

A eso me refiero con un buen entrenamiento de oído.

Cuando tengas ese oído, podrás escuchar tu propia voz de forma objetiva, crítica, y eso te llevará a hacer los cambios necesarios para cantar lo mejor que puedes cantar.

Porque da igual lo bien que creas que puedes llegar a cantar.

Puedes llegar a cantar aún mucho mejor.

Este artículo 6 pedruscos que te encontrarás si quieres aprender a cantar pertenece a VoKalo.

6 pedruscos que te encontrarás si quieres aprender a cantar

Muchos quieren aprender a cantar.

Pocos lo consiguen, pero no por una falta de talento, si no por una falta de conocimiento.

Si quieres empezar este camino, ya sabes que te vas a encontrar obstáculos. Eso es de cajón.

El problema aparece cuando te los encuentras, pero no sabes que son obstáculos completamente comunes y normales.

No saber reconocerlos te hará rendirte o incluso pensar que es mejor idea dejarlo que continuar.

Allá cada cuál con sus decisiones, pero escucha este episodio antes.

Cosas que pueden ayudarte a conseguirlo

  • Centrarte en lo que importa (lo importante no es el sonido de tu voz)
  • Saber manejar las críticas
  • Entender por qué la fuerza no es tu amiga
  • Aprender a ver con tus oídos

Transcripción del episodio

Lo primero que quiero decirte es que no estigmatices lo que es aprender a cantar.

Sí, está lleno de obstáculos, como cualquier otra cosa en la vida, pero con dedicación se puede conseguir.

A pesar de esto, hay algunas peculiaridades al aprender a controlar la voz para cantar mejor.

Son unas peculiaridades salvables, pero si no las conoces, puedes acabar como una cabra, perdiéndote por los laberintos de aprender a cantar.

Voy a comparar lo que es aprender a tocar la guitarra con aprender a cantar para poner las diferencias en perspectiva.

Pero no voy a decir la tontería esa de que si las cuerdas de una guitarra se rompen las puedes cambiar, pero no hay recambio para tus cuerdas vocales.

Porque el instrumento de un guitarrista no sólo es su guitarra. También lo son sus manos, y para eso tampoco hay recambio.

No.

Mira. Lo primero que tienes que saber es que la voz es el único instrumento que no ha creado el humano.

Así que nos tenemos que adaptar a su diseño y punto.

No hay otra opción.

La guitarra sí ha sido creada por el humano, ha ido evolucionando, y la técnica se ha podido ir desarrollando de forma muy natural.

Mantén esta mentalidad mientras te comento los grandes obstáculos que te encontrarás al aprender a cantar.

Primer obstáculo: Las sensaciones no suelen representar lo que está pasando

Cuando hablas o cantas, tu cuerpo está recibiendo un montón de información sensorial por las vibraciones del sonido de tu voz.

Un zumbido en la cabeza, vibraciones en el cuello, un sonido cortante en la parte frontal de la cara, un cosquilleo entre los ojos, …

Sensaciones hay tantas como personas en el mundo.

Y la gran mayoría de ellas no describen lo que está pasando físicamente en tu garganta.

Esto con la guitarra no pasa.

Tocas una cuerda y lo sientes claramente.

Agarras la púa y la sientes perfectamente.

En el canto, a veces se confunde una vibración en la nariz con una buena proyección vocal.

O un sonido brillante con una buena aducción de las cuerdas vocales.

Pero todo son ideas preconcebidas.

Porque es imposible que sepas cómo se siente una producción vocal correcta hasta que la haces.

Entonces… ¿el huevo o la gallina?

Ni uno ni el otro.

Primero va el sonido.

Tienes que hacer caso al sonido de tu voz, y luego ya crearás relaciones de qué te hace sentir cada uno de esos sonidos.

Eso no quiere decir que tengas que buscar necesariamente sonidos bonitos.

A veces tenemos que usar sonidos feos para conseguir crear sonidos bonitos.

Si te interesa desarrollar esto, contáctanos y vemos qué tipo de formación necesitas.

Seguimos.

Segundo obstáculo: tu feedback auditivo es interno Y externo

Cuando tocas la guitarra, sólo la oyes desde fuera.

Lo que tú oyes es exactamente lo que otra persona oye.

Cuando cantas, oyes tu voz desde dentro de tu cabeza y desde fuera.

Una movida.

A veces te puede parecer que estás haciéndolo fatal, y realmente estás cantando muy bien.

O viceversa.

Cuando tienes poca experiencia, hay un desfase muy grande entre lo que oyes desde dentro de tu cabeza y lo que se oye desde fuera.

Es el mismo efecto que pasa cuando oyes tu voz grabada por primera vez.

Ese desfase se puede ajustar, pero que sepas que está ahí y que no tienes que dar nada por sentado, sobre todo al principio.

Tercer obstáculo: la voz es orgánica

La voz es muy susceptible a muchas cosas.

El ambiente, los cambios de temperatura, si respiras por la boca, si roncas, si tienes reflujo, la edad, haber dormido poco o mal, …

Así que cada día puede estar un poco diferente, y eso implica que tu tacto interno cambiará.

Para un guitarrista esto no suele ser un problema, porque las manos están bastante igual de un día para otro.

Hay algunas cosas que no son salvables, como casos severos de reflujo, laringitis o este tipo de historias.

Para un guitarrista, podría ser como quemarse un dedo.

Durante unos días lo sentirá rarísimo, y el feedback sensorial le cambiará por completo.

Pero cortarse las uñas no le afectará a la hora de tocar, a no ser que las tenga tan largas que pueda cambiar el canal del televisor sin mando a distancia.

Para un cantante, el resto de cambios pequeños puede ser una tortura al principio, pero con un buen entrenamiento vas ganando tacto en la voz.

Vas aprendiendo a navegar entre los distintos estados de tu voz, y deja de ser un problema.

Por supuesto habrá días buenos y días no tan buenos, pero eso es como todo en la vida.

Lo importante es que tengas un buen control de tu voz como para que en tus días no tan buenos puedas cantar bastante bien de todas formas.

Cuarto obstáculo: la voz forma parte de nuestra identidad

Si alguien nos dice que tocamos mal la guitarra, molesta.

Claro que molesta.

Pero inconscientemente se transmite y se recibe que tienes que practicar más.

En cambio, si alguien nos dice que cantamos mal, nos afecta a nivel personal.

Inconscientemente nos está diciendo que nuestra voz no sirve.

Si a esto le añades que prácticamente todo el mundo cree que para cantar bien necesitas algún tipo de don extraño, todo se hace más cuesta arriba.

Por eso, si quieres emprender el camino de aprender a cantar, ármate de paciencia y de tapones para los oídos.

Vas a tener que ignorar muchos comentarios estúpidos.

Pero que sepas que esos comentarios vienen de la ignorancia y de la envidia.

Nada más.

Quinto obstáculo: incrementar el volumen no es “darle más fuerte”

En una guitarra, si quieres más volumen, haces un poco más de fuerza con la púa .

Si la guitarra es eléctrica, subes el volumen del amplificador.

Es bastante fácil de entender, ver y hacer.

Con la voz no es tan sencillo.

Lo que hacemos de forma natural para aumentar el volumen es gritar, pero gritar no es cantar.

Gritar hace daño a la voz y suena fatal.

Para aumentar el volumen al cantar nunca debes sentir que haces más fuerza, porque el volumen viene de un control muy fino de las cuerdas vocales y de optimizar el espacio de resonancia.

Suena complicado, porque lo es.

Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero quédate con esto: no hagas fuerza para cantar más fuerte.

Sexto obstáculo: mucho de lo que pasa en la voz, no se ve

Si un guitarrista no va a la velocidad de la luz, que los hay, puedes llegar a ver lo que está haciendo.

Con mucha paciencia y mucha práctica, puedes llegar a copiarlo.

Aunque te lleve años, da igual. Se puede.

En cambio, de los cantantes sólo se ve la parte externa del instrumento, lo que está pasando en los labios y, como mucho, en la lengua.

Pero pasan muchas cosas dentro que no se ven a simple vista y no se pueden copiar más que por sonido.

Eso nos supone dos dificultades.

  1. Hace falta un oído entrenado para oír la voz de un cantante y saber qué está haciendo bien o qué está haciendo mal.
  2. Suponiendo que tengas ese oído, saber reproducir lo que está haciendo requiere de mucho control.

Por eso, para aprender a cantar bien es necesario entrenar también el oído.

No me refiero a entrenarlo para mejorar la afinación ni para saber si una nota es un LA o es un DO.

Mayormente, eso es irrelevante.

Me refiero a entrenarlo para entender cómo suena una voz que lo está haciendo bien técnicamente, y cómo suena cuando lo hace mal.

Cuando oyes a alguien cantar bien y lo sabes escuchar, tiene que darte envidia y llevarte a preguntarte “¿Cómo narices lo está haciendo para que le sea tan fácil?”.

Por el contrario, cuando oyes a alguien cantar con mala técnica y lo sabes escuchar, tiene que dolerte físicamente.

Bueno, es una forma de hablar, pero ya me entiendes.

Es como cuando ves a alguien que recibe un balonazo en la cara.

No te duele… pero te duele.

A eso me refiero con un buen entrenamiento de oído.

Cuando tengas ese oído, podrás escuchar tu propia voz de forma objetiva, crítica, y eso te llevará a hacer los cambios necesarios para cantar lo mejor que puedes cantar.

Porque da igual lo bien que creas que puedes llegar a cantar.

Puedes llegar a cantar aún mucho mejor.

Este artículo 6 pedruscos que te encontrarás si quieres aprender a cantar pertenece a VoKalo.

¿Por qué A VECES me rechinan los oídos al oírme cantar?

Para gustos, colores.

A mí me puede gustar mucho un cantante y a ti te puede hacer entrar arcadas auditivas.

En el mundo de las opiniones, la objetividad no tiene cabida.

Pero lo técnico no entiende de opiniones, y es ahí donde le podemos sacar chicha a nuestras voces.

Primero tenemos que buscar que técnicamente nuestra voz esté bien.

Que esté funcionando correctamente.

Es DESPUÉS cuando nos podemos centrar en modificar lo que tengamos que modificar para que suene como nos guste a nosotros.

O para que suene como le guste para quien estés cantando, si por ejemplo estás actuando en una obra de teatro musical.

Ahí tienes que tener todo lo técnico muy claro para encontrar el sonido que el director esté buscando, sin sacrificar tu técnica.

Así que centrémonos en lo técnico.

Cuando algo no te suena bien, y no sabes por qué

Este es un gran problema a tener, porque te deja en medio de la oscuridad.

Sabes que algo de tu voz no te gusta, pero no sabes porqué.

Y sin saber la razón, encontrar una solución es bastante imposible.

Esto pasa muchísimo, y lleva un tiempo de entrenar el oído de una forma muy concreta para reconocer las señales.

No voy a cubrir ese tema en este artículo, porque eso tiene mucha tela.

Lo que voy a hacer es decirte algunas de las cosas que puedes mirar cuando algo no te cuadre, a ver si esto te da una pista para arreglarlo.

¿Estás afinando?

Sí, suena a algo muy básico, pero muchas veces es tan sencillo como esto.

Si desafinas por poco, a primera vista puede parecer que está bien, pero hay algo que no acaba de encajar.

Para esto vas a necesitar un poco de ayuda.

Si tienes a alguien con muy buen oído que te pueda ayudar sería genial.

No sólo porque te va a ayudar a corregir esas desafinaciones…

Si no porque te va a hacer mirar donde tienes que mirar, y eso va a entrenar tu capacidad de detectar desafinaciones.

Canta lo que no te gusta, exagerándolo

Sea lo que sea lo que oyes que no te gusta, exagéralo.

Puede que no sepas explicarlo con palabras, pero seguramente sí sepas hacerlo con tu voz.

Cuando lo exageras, haces mucho más evidente la causa de lo que no te gusta cuando lo escuchas.

Si el sonido que no te gusta es sutil, es como buscar una aguja en un pajar.

Si el sonido que no te gusta está exageradísimo, es como buscar un tractor en un pajar.

No tiene pérdida.

Cuando es tan grande y tan evidente, puedes oír más detalles y describir qué es lo que no te gusta.

De regalo, sientes qué estás haciendo con tu voz para que suene como NO te gusta.

Así que tienes una muy buena pista de lo que NO debes seguir haciendo.

No ser coherente con el sonido despista mucho

Si tu voz te gusta a veces sí y a veces no, busca incoherencias en el sonido.

Si estás cantando una canción y te está gustando, pero llegas a una parte en la que no te gusta nada, seguramente el sonido no es coherente.

¿Quizás tu voz se vuelve estridente al cantar las notas agudas?

¿O puede que se vuelva muy airoso?

Hay cientos de opciones, no puedo enumerarlas todas, pero es que no hace falta.

Lo que importa es que sepas señalar con el dedo al culpable.

Otro tema es cómo arreglarlo, pero primero tienes que tener claro qué es lo que no te gusta.

Un vibrato… ¿feo?

A veces puede ser algo tan simple como la velocidad del vibrato.

Si la oscilación del vibrato no es estable…

O la velocidad es demasiado rápida…

O demasiado lenta…

Seguramente te sonará raro.

Con “raro” quiero decir “mal”.

¿No te suena a “tu voz”?

Este es un tema gordo.

Por un lado, si no tienes la costumbre de escuchar tu voz grabada, te va a sonar mal siempre.

Esto es un hecho, nos guste o no.

Escuchar mucho la propia voz ayuda a reconocerla como una voz normal.

Si estamos acostumbrados a escucharla sólo desde dentro de nuestras cabezas, cuando la oímos grabada es… chocante.

Te esperas una cosa y oyes otra.

Es imposible que eso te guste de buenas a primeras.

Ni a ti ni a nadie.

Por otro lado, hay personas que piensan (consciente o inconscientemente) que tienen que poner “la voz de cantar”.

Al intentar eso, cambian la voz de formas muy raras, y suenan artificiales.

Estoy hablando de “ellos”, pero yo lo hice durante mucho tiempo.

Idealmente, el canto tiene que ser lo más parecido posible al habla.

Cuando hablamos no solemos pensar en cómo sonamos.

Y gracias a eso, la voz suele estar bastante libre.

Al cantar hay muchos más factores a tener en cuenta, por supuesto.

Es mucho más difícil que hablar.

No te lo niego. Sería absurdo.

Pero el enfoque tiene que ser lo más parecido posible.

Lo más natural para ti.

Este artículo ¿Por qué A VECES me rechinan los oídos al oírme cantar? pertenece a VoKalo.

10 limitaciones que te impiden cantar mejor y que todo el mundo tiene

10 limitaciones que te impiden cantar mejor

La mentalidad juega un papel importantísimo a la hora de entrenar la voz.

No me refiero a estar libres de estrés, que también.

Me refiero a cosas que todos pensamos, limitaciones que nos autoimponemos sin ninguna lógica, y que lo único que hacen es arrastrarnos hasta el fondo del mar.

A veces, por mucho que practiquemos y probemos cosas, una sola de estas limitaciones puede hacer que nuestros avances se estanquen.

Muy frustrante… pero para eso está este episodio de El Sensei del Cantante.

Algunas cosas que vas a aprender en este episodio…

  • ¿Qué son unas buenas expectativas realistas? No son las que todo el mundo dice.
  • La forma de saber que estás avanzando aunque aún no suenes bien.
  • Los “tips” que te encajonan y te meten en una cárcel de paredes invisibles.
  • Por qué el tono de una canción marca la diferencia entre mejorar o hacer que tu voz se quede estancada.

Transcripción del episodio

¿La genética marca nuestros límites?

En su día, Adam López batió el récord de nota aguda cantada por un hombre, cantando un C#8.

El récord que superó estaba en un D7, y también era suyo.

Si la genética dictara hasta dónde podemos llegar, ¿por qué Adam López no cantó sin más un C#8 la primera vez?

Fácil. Porque entrenó para superar su primer récord.

Podría haber pensado que su genética no le permitía pasar de un D7 y haberlo dejado ahí.

El récord de Adam López ha sido batido por otros hombres con los años.

Ellos habrían podido pensar que eso era algo imposible, porque realmente lo parecía, pero decidieron trabajar para conseguirlo en vez de verlo como algo imposible.

Estoy hablando de notas agudas, pero esto no va de notas agudas.

Va de límites. Los límites que nos ponemos y que nos afectan a todos.

Te traigo 10 limitaciones que veo con mucha más frecuencia de la que me gustaría.

Espero que si tienes alguna, este episodio te ayude a detectarla y a cambiarla.

1. Falsas expectativas sobre tu voz

Para tocar bien el violín tienes que pasar años sonando a gato atropellado.

Esto la gente lo entiende perfectamente y sabe que es así.

Pero por alguna extraña razón, a la voz no le aplican este baremo y esperan que todos los problemas vocales se arreglen en 5 minutos.

Aunque la cosa no acaba ahí.

He visto cientos de veces a un alumno cantar una canción increíblemente bien o ejecutar un ejercicio de manera impecable.

Al volverlo a intentar no les sale tan bien y algunos se frustran tanto que me preguntan si alguna vez podrán hacerlo bien.

Cuando hace literalmente 1 minuto lo han hecho bien.

Desarrollar la voz lleva tiempo.

Pensar que tienes que hacerlo todo perfecto en 2 días o incluso en 1 año es ponerte una carga encima… enorme.

Lo único que conseguirás con eso es retrasar tu progreso.

2. No consideres los tropiezos como retrocesos

El aprendizaje rara vez es lineal.

Ya sabes: 2 pasos para adelante, 1 para atrás.

Esto es lo normal y está bien así, porque es la forma que tenemos de cambiar hábitos viejos por nuevos.

Si hoy estás cantando peor que ayer, lo mejor que puedes hacer es mantener la calma.

Con la cabeza fría, trata de recordar las sensaciones del día anterior y trata de reproducirlas de nuevo, con toda la tranquilidad del mundo.

¿Que no consigues tanta potencia?

Da igual. Insiste en buscar las mismas sensaciones sin forzar nada.

¿Que no lo consigues de ninguna forma?

Déjalo por hoy y vuelve a intentarlo mañana.

No es glamuroso, pero es lo que es.

3. Expectativas demasiado conservadoras

Antes te decías que no esperes mejorar tu voz 20 niveles en sólo unos días.

Pero eso no quiere decir que asumas que tienes que estar años y años practicando para ver alguna mejora importante.

Yo estoy obsesionado con encontrar formas de acortar tiempos.

Si algo que se aprende en 1 año se puede aprender en 2 meses… ¿por qué no hacerlo?

Por otro lado, tampoco te pongas límites del tipo “a esta nota no podré llegar nunca”, porque la voz humana da muchísimo de sí.

4. Que el síntoma no te ciegue

Imagina que encuentras la forma de cantar una nota aguda que no habías podido cantar antes. 

Aquí suele haber dos formas de reaccionar:

La primera es alegrarse por poder llegar a esa nota y tratar de conseguirlo una y otra vez.

La segunda es ver que el sonido que has conseguido no te gusta.

Todo es una serie de pasos y no puedes dar más de uno cada vez.

Siguiendo el ejemplo de la nota aguda, lo primero es llegar a esa nota, lo segundo es llegar cómodamente, lo tercero es llegar siempre que quieras y lo cuarto es sacarle un mejor sonido.

El sonido siempre es lo último, porque el sonido no es más que un síntoma de algo que aún no está funcionando bien en tu voz.

5. Buscar “tips”

Un “tip” es un consejo, y un consejo no te enseña nada.

Por ejemplo, un consejo que oigo mucho es: “utiliza el twang para llegar a las notas agudas”.

Si te funciona, tendrás una gran limitación para cantar notas agudas, porque todas te sonarán con “twang”.

Algo así: (EL EJEMPLO ESTÁ EN EL AUDIO)

Y bueno, como te funciona tampoco tendrás la necesidad de seguir buscando mejoras.

Eso te limita muchísimo como cantante.

Los “tips” pueden ser interesantes, pero lo importante es que tu voz suene lo más natural posible, manipulándola lo menos posible.

6. Bajarte el tono de las canciones porque te quedan agudas

Esto es negarle a tu voz sonar todo lo bien que puede sonar.

Cuando bajas el tono de una canción, pierde energía y suena muy sosa.

Si tienes que cantarla sí o sí en un concierto y aún no llegas a sus notas agudas, es una opción genial.

Es mucho mejor que quede sosa que cantarla mal.

Pero eso es algo TEMPORAL.

El objetivo es poder cantarla en el tono en el que mejor suena tu voz y la canción.

Recurrir siempre a bajar el tono de las canciones va a limitar por completo el acceso a tus notas agudas.

No pienses que no puedes llegar a esas notas.

Piensa en qué puedes hacer para llegar a ellas.

7. Tener miedo a hacerte daño

No utilizar volúmenes altos, no practicar sin supervisión por si haces algo mal, dejar de practicar en cuanto sientes que fuerzas un poco la voz, …

Obviamente no tenemos que maltratar a nuestras voces, pero si nunca exploramos más allá de lo que conocemos, nunca vamos a mejorar.

Mejorar y aprender implica fallar.

Y fallar en el canto significa que a veces vamos a forzar un poco la voz.

¿Sabes qué? Notición: no pasa nada.

Los nódulos en las cuerdas vocales no aparecen por forzar la voz de vez en cuando.

Pero tu voz sí puede crecer mucho si prestas atención a qué hiciste para forzar la voz, porque eso te puede dar pistas para buscar una estrategia diferente, y dejar de forzar la voz.

8. Cruzar el punto de no retorno y seguir andando

¿Verdad que no te cansas por caminar 5 minutos?

Pero si estás caminando durante 4 horas, la cosa cambia, a pesar de que estás caminando siempre igual.

Los músculos se cansan.

La voz son músculos, ligamentos, mocos y más cochinadas varias.

Aunque utilices todo eso perfectamente, se van a cansar.

Ten esto muy en cuenta cuando practiques durante horas, porque llega un punto en el que practicar más implica retroceder.

Implica seguir utilizando una voz cansada que lo único que hará será cansarse más.

Cuando llegues a ese punto, para y descansa.

Avanzarás mucho más rápido. Te lo digo por experiencia.

9. No tengo talento

Como te dije antes, la voz humana da muchísimo de sí, si la entrenas.

Si no has cantado nunca, un día te pones delante de un micrófono, cantas algo y te sale horroroso, como digas que no tienes talento te voy a perseguir de noche.

Vamos a ver… es como si a mí me da por hacer kick boxing y me voy a un gimnasio a competir.

En cuanto suene la campana me van a meter un directo en toda la cara que me va a dejar KO.

Horas después, cuando recupere el conocimiento en la cama de un hospital y con 3 dientes menos, si digo que lo que ha pasado es que no tengo talento, el doctor estaría en pleno derecho de tirarme escaleras abajo.

Y si tengo dos dedos de frente, yo mismo le ayudaría a hacerlo.

Puede que cantar se te dé mejor o peor de buenas a primeras, pero lo que realmente te puede hacer cantar bien no es el talento.

Es practicar mucho y practicar correctamente.

10. Quedarse en lo teórico

Escuchar todos los episodios de El Sensei del Cantante (GONG) está muy bien porque puedes aprender muchas cosas sobre canto.

Pero a conducir no se aprende leyendo.

A escribir no se aprende leyendo.

A dibujar no se aprende leyendo.

¿Te imaginas lo loco que es que yo ahora te diga que a cantar no se aprende leyendo?

Ni escuchando.

Ni viendo.

Puedes aprender muchas cosas, pero si nunca las aplicas, no sirve de nada.

Y también tienes que experimentar mucho con tu propia voz.

11. No mirar atrás

Te dije que te traía 10 limitaciones típicas, pero me he acordado de una más.

Podría hablarte de la limitación que supone no cambiarte la ropa interior cada día, pero aunque no lo creas, hay otra mucho más importante:

No ser consciente de todos los progresos que has hecho.

De todos los progresos que has hecho.

Cuando trabajas con un buen método, sentir mejoras semanales es algo habitual.

Sin embargo, esto te puede cegar de tu progreso real, porque no ves mejoras grandes.

EXCEPTO si tienes grabaciones de hace 3 o 6 meses, por ejemplo.

Cuando las escuches, pondrás en perspectiva tu entrenamiento y ahí podrás ver realmente todo lo que has progresado.

Si no lo haces, siempre pensarás que lo que estás haciendo no vale para nada, y eso hará que tus avances se resientan.

Es una limitación que es tan fácil de solucionar como grabarte una vez por semana y guardar esos audios ordenados por fecha.

Y si ves que realmente no has progresado nada, o muy poco en ese tiempo, tienes la prueba irrefutable de que tienes que buscar otro tipo de entrenamiento para tu voz.

Este artículo 10 limitaciones que te impiden cantar mejor y que todo el mundo tiene pertenece a VoKalo.