"Manual de Canto" de Joaquín Caetano #NOVEDAD

El libro titulado "Manual de Canto" fue escrito por el profesor y vocal coach Joaquín Caetano, y fue presentado el mes de junio de 2024 en la Fnac de la ciudad de Oporto, en Portugal. 


Esta obra resulta de la decisión del autor de trasladar al papel sus conocimientos y su experiencia profesional, acumulados a lo largo de 20 años como docente. El objetivo fue crear una herramienta de apoyo de fácil lectura, escrita en portugués de Portugal, con un contenido vanguardista, respaldado por un equipo interdisciplinar y por el desarrollo tecnológico. Esta obra busca aclarar y desmitificar muchos aspectos e ideas preconcebidas sobre la voz.
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Sobre la mentalidad, fija o de crecimiento, en el trabajo – Dweck

(…) Muchas personas de mentalidad fija creen que es el mundo el que tiene que cambiar, no ellas. Se sienten con derecho a algo mejor: un trabajo, una casa, una pareja… El mundo tendría que reconocer sus cualidades especiales y tratarlas en consecuencia. Vamos a seguir con el dilema siguiente; imagínate a ti mismo en esta situación.

El dilema. «Y aquí estoy –piensas–, en este trabajo de poco nivel. Es humillante, con mi talento no debería tener que trabajar así. Yo debería estar arriba, con los grandes, disfrutando de la buena vida». Tu jefe cree que tu actitud es mala. Cuando necesita que alguien se haga cargo de más responsabilidades, no cuenta contigo; cuando es hora de ascender a alguien, eso no te incluye a ti.

La reacción de la mentalidad fija. «Se siente amenazado por mí», dices amargamente. Tu mentalidad fija te dice eso, porque siendo tú quien eres deberían impulsarte automáticamente a las altas esferas de la empresa. La gente debería ver tus talentos y recompensarte por ellos. Cuando no lo hace, no es justo. ¿Por qué tendrías que cambiar ? Tú solo quieres lo que te es debido.

Pero, si te pones en una mentalidad de crecimiento, ¿qué otros caminos nuevos pueden ocurrírsete y qué pasos podrías dar? Por ejemplo, ¿qué piensas ahora sobre el esfuerzo? ¿Y sobre el aprendizaje? ¿Cómo podrías actuar conforme a esta nueva forma de abordarlos?

Bueno, podrías pensar en esforzarte más y colaborar más con tus compañeros de trabajo. Podrías utilizar tu tiempo libre para aprender más sobre la empresa, en lugar de quejarte constantemente por tu mala situación. Vamos a ver cómo podría funcionar eso.

El paso de la mentalidad de crecimiento. Pero primero hablemos claro. Durante mucho tiempo ha sido aterrador pensar en abandonar la idea de ser alguien superior. Lo que tú no quieres es ser un ser humano corriente y moliente. ¿Cómo podrás sentirte mejor contigo mismo si no eres más valioso que la gente a la que menosprecias?

Empiezas a acariciar la idea de que ciertas personas destacan por su compromiso y por su esfuerzo. Intentas esforzarte cada vez más y ver si obtienes alguna más de esas recompensas que querías.

Aunque lentamente puedas ir aceptando la idea de que el esfuerzo puede ser algo necesario, sigues sin aceptar que no haya garantías. Ya es bastante indigno tener que trabajar, pero trabajar y seguir sin conseguir que las cosas salgan de la manera que quieres…, eso verdaderamente no es justo. Eso significa que tú podrías trabajar mucho y que otro se llevase el ascenso. Intolerable.

Pasa mucho tiempo antes de que comiences a disfrutar esforzándote más, y mucho también antes de que empieces a pensar en aprender. En lugar de ver tu momento al pie de la escala empresarial como un insulto, ves poco a poco que en ese pie puedes aprender muchas cosas que podrían ayudarte enormemente en tu ascensión a la cumbre. Aprender todos los entresijos de la empresa puede proporcionarte después una gran ventaja.

Todos nuestros directores ejecutivos de mentalidad de crecimiento conocían sus empresas de arriba abajo, del revés y del derecho y de dentro afuera.

En lugar de ver los debates con tus colegas como un tiempo empleado en conseguir lo que quieres, empiezas a captar la idea de establecer relaciones o incluso de ayudar a tus compañeros a desarrollarse de formas que ellos valoren. Esto puede convertirse en una nueva fuente de satisfacciones. Podrías decir que estabas siguiendo los pasos de Bill Murray en su experiencia de Atrapado en el tiempo.

Conforme te vayas convirtiendo en una persona de mentalidad de crecimiento, te asombrará ver cómo la gente empieza a ayudarte, a apoyarte. Ya no parecen adversarios que van por ahí negándote lo que te mereces. Son, cada vez más frecuentemente, tus colaboradores hacia un objetivo común. Es interesante: empezaste queriendo cambiar el comportamiento de los demás, y eres tú el que cambia.

Al final, muchas personas de mentalidad fija comprenden que su manto de originalidad era realmente una armadura en la que se habían metido para sentirse seguras, fuertes y valiosas. Sin embargo, aunque muy al principio pudiera haberlas protegido, después ha restringido su crecimiento, las ha enviado a batallas perdidas y las ha distanciado de las relaciones interpersonales satisfactorias. (…)

C. Dweck (2017) Mindset. Último capítulo

Sobre la mentalidad, fija o de crecimiento, en el trabajo – Dweck

(…) Muchas personas de mentalidad fija creen que es el mundo el que tiene que cambiar, no ellas. Se sienten con derecho a algo mejor: un trabajo, una casa, una pareja… El mundo tendría que reconocer sus cualidades especiales y tratarlas en consecuencia. Vamos a seguir con el dilema siguiente; imagínate a ti mismo en esta situación.

El dilema. «Y aquí estoy –piensas–, en este trabajo de poco nivel. Es humillante, con mi talento no debería tener que trabajar así. Yo debería estar arriba, con los grandes, disfrutando de la buena vida». Tu jefe cree que tu actitud es mala. Cuando necesita que alguien se haga cargo de más responsabilidades, no cuenta contigo; cuando es hora de ascender a alguien, eso no te incluye a ti.

La reacción de la mentalidad fija. «Se siente amenazado por mí», dices amargamente. Tu mentalidad fija te dice eso, porque siendo tú quien eres deberían impulsarte automáticamente a las altas esferas de la empresa. La gente debería ver tus talentos y recompensarte por ellos. Cuando no lo hace, no es justo. ¿Por qué tendrías que cambiar ? Tú solo quieres lo que te es debido.

Pero, si te pones en una mentalidad de crecimiento, ¿qué otros caminos nuevos pueden ocurrírsete y qué pasos podrías dar? Por ejemplo, ¿qué piensas ahora sobre el esfuerzo? ¿Y sobre el aprendizaje? ¿Cómo podrías actuar conforme a esta nueva forma de abordarlos?

Bueno, podrías pensar en esforzarte más y colaborar más con tus compañeros de trabajo. Podrías utilizar tu tiempo libre para aprender más sobre la empresa, en lugar de quejarte constantemente por tu mala situación. Vamos a ver cómo podría funcionar eso.

El paso de la mentalidad de crecimiento. Pero primero hablemos claro. Durante mucho tiempo ha sido aterrador pensar en abandonar la idea de ser alguien superior. Lo que tú no quieres es ser un ser humano corriente y moliente. ¿Cómo podrás sentirte mejor contigo mismo si no eres más valioso que la gente a la que menosprecias?

Empiezas a acariciar la idea de que ciertas personas destacan por su compromiso y por su esfuerzo. Intentas esforzarte cada vez más y ver si obtienes alguna más de esas recompensas que querías.

Aunque lentamente puedas ir aceptando la idea de que el esfuerzo puede ser algo necesario, sigues sin aceptar que no haya garantías. Ya es bastante indigno tener que trabajar, pero trabajar y seguir sin conseguir que las cosas salgan de la manera que quieres…, eso verdaderamente no es justo. Eso significa que tú podrías trabajar mucho y que otro se llevase el ascenso. Intolerable.

Pasa mucho tiempo antes de que comiences a disfrutar esforzándote más, y mucho también antes de que empieces a pensar en aprender. En lugar de ver tu momento al pie de la escala empresarial como un insulto, ves poco a poco que en ese pie puedes aprender muchas cosas que podrían ayudarte enormemente en tu ascensión a la cumbre. Aprender todos los entresijos de la empresa puede proporcionarte después una gran ventaja.

Todos nuestros directores ejecutivos de mentalidad de crecimiento conocían sus empresas de arriba abajo, del revés y del derecho y de dentro afuera.

En lugar de ver los debates con tus colegas como un tiempo empleado en conseguir lo que quieres, empiezas a captar la idea de establecer relaciones o incluso de ayudar a tus compañeros a desarrollarse de formas que ellos valoren. Esto puede convertirse en una nueva fuente de satisfacciones. Podrías decir que estabas siguiendo los pasos de Bill Murray en su experiencia de Atrapado en el tiempo.

Conforme te vayas convirtiendo en una persona de mentalidad de crecimiento, te asombrará ver cómo la gente empieza a ayudarte, a apoyarte. Ya no parecen adversarios que van por ahí negándote lo que te mereces. Son, cada vez más frecuentemente, tus colaboradores hacia un objetivo común. Es interesante: empezaste queriendo cambiar el comportamiento de los demás, y eres tú el que cambia.

Al final, muchas personas de mentalidad fija comprenden que su manto de originalidad era realmente una armadura en la que se habían metido para sentirse seguras, fuertes y valiosas. Sin embargo, aunque muy al principio pudiera haberlas protegido, después ha restringido su crecimiento, las ha enviado a batallas perdidas y las ha distanciado de las relaciones interpersonales satisfactorias. (…)

C. Dweck (2017) Mindset. Último capítulo

1, 2 ,3… ¡Música!

<a href="http://www.amazon.es/gp/product/8490231575/ref=as_li_qf_sp_asin_tl?ie=UTF8&camp=3626&creative=24790&creativeASIN=8490231575&linkCode=as2&tag=labrujuladelc-21">1,2,3... ¡Música! (Pentagrama)</a><img src="http://ir-es.amazon-adsystem.com/e/ir?t=labrujuladelc-21&l=as2&o=30&a=8490231575" width="1" height="1" border="0" alt="" style="border:none !important; margin:0px !important;" />
A mi clases de canto llegan muchos estudiantes con mucho interés por el desarrollo de su voz pero no siempre con el mismo interés por aprender lenguaje musical y otros aspectos fundamentales del fenómeno musical. Me gustaría recomendaros hoy un libro de pequeño formato, completo y a la vez sencillo de comprender para noveles.

Se trata de la obra cuyo título es el mismo que el de esta entrada, 1,2,3... ¡Música! (Pentagrama), de Ana María Cárdenas, Yolanda Victoria Jordán, ambas tituladas en piano y asimismo las dos especialistas en lenguaje musical y pedagogía de la música. Está publicado en la editorial CCS. Son 80 páginas que incluyen juegos y dos CDs con ejemplos y ejercicios de las propuestas didácticas del libro.

En muchas ocasiones los libros de lenguaje musical están enfocados hacia los niños/as que cursan enseñanzas elementales de música y por ello tienen un formato más "infantil", con ilustraciones, diversas tipografías, etc... que muchas veces alejan a aquellos adultos que quieran aprender lenguaje musical porque les hacen sentir que "han llegado tarde". 


Con este libro, en cambio, cualquier persona de cualquier edad podrá acercarse a los conceptos fundamentales del lenguaje musical a través de la experiencia (propone 35 ejercicios prácticos muy bien secuenciados que van desde la percepción de los parámetros del sonido hasta el conocimiento de estilos y géneros musicales diversos, incluyendo pinceladas de organología étnica y folklore español.

Son interesantes las láminas y los juegos incluidos por su carácter intuitivo. Hay una lámina (pág. 76) para practicar con la flauta dulce o el juego de los compases, en la página siguiente, para entender aspectos básicos del ritmo.

De las grabaciones comentar que puedes practicar con ellos, usarlos como guía, porque te permiten interaccionar sobre las propuestas, tipo Karaoke. Están bien secuenciados, de manera paralela al texto.

Puedes acceder a la publicación pulsando en la imagen inferior.

¿El jazz es tonal o modal?

Mucha gente se muestra interesada en el estudio de la Armonía musical. Muchos textos se han publicado y muchas definiciones existen de los diversos conceptos que estudia. Aún sabiendo que las elaboraciones mentales que uno maneja condicionan la realidad de lo que observa, desde mi punto de vista, lo mas importante en el estudio de los conceptos que la armonía musical estudia, es: 

  1. Saber tocarlos de muchas maneras diversas
  2. Saber reconocerlos auditivamente en muchos ambientes sonoros distintos.

El como se expliquen… es cuestión de Credo, y uno de los credos posibles es el positivista del siglo XIX, de donde nace la teoría de la armonía. En cualquier caso, creo firmemente que, las explicaciones teóricas que se formulen, consigan, o estudien, tienen el interés de hacernos observar una y otra vez el hecho musical -es como cuando a uno le gusta mucho una chica, y no para de explicar todas sus bellezas… a los demás les puede parecer simplemente un pelmazo, pero no lo es: toda esa palabrería desbordante y apasionada tiene un origen y una finalidad: la fascinación por la naturaleza, a la que remite una y otra vez. ¡Disfrutemos entonces de la música!

En relación con el estudio de la armonía (“clásica” o no emparentada con la textura modal del jazz), el mejor libro que he trabajado es Harmony & Voice Leading, de Carl Schachter. Explica muy bien como funciona la armonía –desde un punto de vista más horizontal  que el vertical propio de Lenguaje musical y el estudio de los rudimentos de los acordes–, pero también es muy práctico: trae al final ejemplos de enlaces, procedimientos y técnicas armónicas para probar al piano en todas las tonalidades.

¿La textura modal del Jazz?

Yo creo que sí, la textura del jazz es modal, aunque este tema pueda generar alguna controversia. Recordemos a qué hace referencia este concepto:

La textura puede ser modal o tonal (Diether de la Motte, Armonía, en el capítulo dedicado a Debussy)

  • La textura tonal se caracteriza por la oposición entre consonancia y disonancia, entendiendo a ésta como una tensión que se resuelve en aquella. Esta textura, se caracteriza por acordes -mas o menos, verticales- en los cuales la relación entre la parte más grave y la más aguda es importante -en el sentido de que:
    1. Las disonancias han de ser resueltas
    2. El bajo dirige el discurso hacia la cadencia.
  • La textura modal pasa del concepto de disonancia entendida en el sentido clásico (Debussy, por ejemplo). La disonancia no es mas que un efecto posible, pero no entendido en el sentido de una tensión que haya que resolver (toca por ejemplo do menor con re bemol añadido).

El jazz parece tonal en los acordes que emplea (el tema Misty no se diferencia demasiado de la técnica armónica empleada por, digamos, R. Schumann en sus composiciones). Al menos en la partitura del standard (éste es el parecido con la música clásica: en ambas se emplean acordes, y la sintaxis, las sucesiones que se hacen con ellos, son similares en muchos casos) Pero en el jazz se da por supuesto -así lo entiendo yo- que vas a improvisar “dentro” de cada acorde, y que emplearás -o no- tensiones o disonancias añadidas para colorear tu interpretación. Esta improvisación es lo que hace su textura (el resultado sonoro) modal.

Entonces, resultado del partido: Jazz. Sintaxis armónica -orden que se elige para los acordes- tonal (la mayor parte de las veces); Textura, modal.