¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?
Mi primera experiencia con la música estaba vinculada al flamenco, ya que mi abuelo era cantaor y todas las navidades poníamos el disco en el que él cantaba una soleá. Es un volumen especial de una serie limitada que salió allá por el año 76, creo recordar, llamada "Cantaores gaditanos", así que lo primero que oí en mi casa y casi lo primero que canté era flamenco. En cuanto a mi primera grabación cantando, es una cinta de cassette casera que mi padre nos solía grabar a mi hermana y a mí cuando éramos pequeñas. Ahí estoy yo con 8 años cantando "Saldré a buscar al amor", de Miguel Gallardo, cuando me oigo me río mucho, me resulta muy cómico.
 

¿En que momento decidiste que querías ser cantante?  

Aunque mi carrera comenzó a una edad relativamente avanzada para lo que se estila, ya que mis estudios de canto los comenzé con 27 años, siempre tuve desde pequeña la idea de ser una cantante famosa, aunque claro, en aquellos años mi idea de una cantante famosa se limitaba a pensar en las estrellas del pop que estaban de moda. Descubrí el mundo de la lírica en el Conservatorio, mucho más tarde, ya que en mi casa jamás se había oído música "culta" y, ciertamente, fue todo un descubrimiento que cambió mi vida.
  

¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
El primer disco de arias de ópera que compré fue uno de María Callas. Cuando lo oí sentí algo tan especial que quise ser como ella, interpretar como ella, transmitir como ella. Evidentemente no le llego ni al tacón de su zapato ni mi voz se parece en absoluto a la suya, pero me inspiró para tomar las riendas de una carrera tan dura como gratificante.
 

¿Cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?
Como artista completa y mito inmortal, María Callas es para mí la irrepetible, la que jamás nadie podrá imitar ni superar. Sin ser un timbre de voz muy bello, para mi gusto, era una artista completa porque no sólo cantaba, sino que era una excelente actriz y, lo más importante: transmitía, llenaba el escenario, te creías lo que representaba en escena. Me estremezco cada vez que oigo alguna grabación suya. Todo esto sin descartar a Joan Sutherland, Teresa Berganza, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Victoria de los Ángeles, Kraus, y me dejo muchísimas voces históricas en esta lista. Entre las voces actuales, sigo mucho y me encantan las sopranos Anna Netrebko, Mariella Devia y Diana Damrau, y de entre las nacionales Milagros Poblador, Ainhoa Arteta, Isabel Rey, por mencionar algunas de las mejores voces actuales. Me dejo muchos y muchas en el tintero, porque ahora hay una gran generación de excelentes voces. El año pasado conocí en persona al barítono Carlos Álvarez, que es una de las mejores voces actuales, y me sentí en una nube por verlo entre el público viéndome a mí, en vez de yo a él. Fue increíble. Y conocer a Plácido Domingo este año en Cádiz en una entrega de premios y poder cruzar algunas palabras con él, algo mágico. Es una persona muy sencilla y entrañable.

¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de joven?
Como ya te he dicho antes, comenzé a amar la lírica a una edad quizá tardía para lo que es costumbre, con lo cual de "joven", es decir, antes de los 27 años, no estudiaba música. De hecho, empecé a cantar en el coro de mi parroquia, donde cogí por primera vez una guitarra y aprendí los acordes más usuales, de oído. Posteriormente mi padre me apuntó a clases de guitarra flamenca, y estuve asistiendo unos meses, hasta que aprobé las pruebas de acceso en el Conservatorio Manuel de Falla de Cádiz, donde estudié el grado elemental de guitarra, dado que Canto es una disciplina que no aparece hasta el grado medio y yo no tenía ni la más mínima noción de lenguaje musical.
Cierto es que donde encontré en mis primeros años de canto la mayor comodidad para mi estudio vocal fue con Mozart, así como con el belcantismo de Rossini, Bellini y Donizetti, ya que pronto mi profesora descubrió que yo tenía gran facilidad para los agudos y las coloraturas, así que este repertorio me venía como anillo al dedo.

¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
Pues, a pesar de que ya tengo más de 40 años (esto entre tú y yo, ¡je, je!), aún sigo encontrándome cómoda en la zona aguda y sobreaguda y con las coloraturas, aunque mi timbre se va oscureciendo un poco con los años y, eso sí, creo que he ganado en el centro y en los graves, así como en volumen y proyección sonora. No lo digo sólo yo por mis sensaciones, me fio mucho de las opiniones de quienes me oyen, de mi público. Ahora soy capaz de abordar papeles algo más líricos que hace unos años me pesaban mucho.
Hace un par de meses he interpretado el personaje de Marina, de la famosa ópera española de Emilio Arrieta, en sendas funciones en Sevilla y Chiclana de la frontera (Cádiz) y, a pesar de que es un papel con unas tremendas exigencias vocales, me he sentido muy cómoda con él...he llegado viva al final de las dos funciones, ¡je, je! La soprano coloratura sigue estando en mí.

Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional (en algún curso, o concierto...)
Bueno, algunas tengo. Por ejemplo, la cara que debí poner cuando escuché que me eligieron como ganadora del VII Concurso Nacional de Canto Lírico "Villa de Abarán", tuvo que ser un poema, porque me puse muy nerviosa, pensé que se habían confundido, era como si no fuera conmigo. Se me acercó el gran Pedro Lavirgen y me dijo que ese Mi sobreagudo le había ayudado a la decisión final de concederme a mí el premio. Eso fue inolvidable.
He tenido también momentos de apuro, como en una audición en el Conservatorio de Cádiz en la que el repertorista perdió casi todas las páginas de la partitura de la romanza que yo estaba cantando y, simplemente, se paró cuando se quedó sin partitura. Yo reaccioné rápidamente, aunque para mí se hizo eterno, y continué con el Rondó de El Maestro Campanone a capella. No te puedes ni imaginar la reacción del público que llenaba el auditorio cuando acabé, ni yo misma daba crédito: una ovación increíble. Me sigue dando mucha vergüenza que me ovacionen, ¿sabes? Siempre he sido muy tímida.
 

¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes? ¿Que crees que debería cambiar?
Los músicos en general y los cantantes en particular estamos muy infravalorados y la crisis ha matado lo poco que quedaba. Muchas personas piensan que un cantante lírico llega al escenario, canta, se lo pasa bien y se va. No se paran a pensar el duro trabajo y los sacrificios que hay detrás de eso. No nos olvidemos que nuestro instrumento somos nosotros mismos y tenemos que cuidarnos continuamente.
Los cachés de los cantantes han caído a precios de miseria, debido a la subida del I.V.A., la falta de público por la crisis y la ruina que tienen los propios teatros y las compañías, ya que han desaparecido las subvenciones. Es intolerable que desde las instituciones públicas se deje de apostar por la cultura musical. Cualquier país centroeuropeo incluye la música en las escuelas desde tempranas edades con calidad de enseñanza. La música ayuda al desarrollo cerebral y eso está más que investigado, pero aquí parece que es más importante el fútbol, los toros y rescatar a los bancos, claro. Voy a parar que me estoy embalando.
 

¿Qué proyectos musicales tienes en mente realizar?
Tal como están las cosas ahora, estoy haciendo más recitales benéficos que otra cosa. Una vez terminada la temporada 2013-2014, en la que he tenido varias actuaciones, entre ellas mi papel protagonista en "Marina", con la compañía Ópera Sur, tengo un paréntesis veraniego para descansar. De momento continuaré colaborando como solista invitada con el coro Virgen del Patrocinio de Cádiz, que está llevando por Andalucía su "Antología de la Zarzuela", y ya pensando en montar repertorio nuevo de cara al otoño y a los conciertos navideños, donde suelo tener diversas intervenciones.
 

¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Sobre todo mucha cabeza para iniciar y continuar esta carrera, que no piensen que es oro todo lo que reluce y que estudien mucho, muchísimo, y despacio. No es bueno comenzar una carrera fulgurante sin formación estilística y, sobre todo, técnica, y a los pocos años tener la voz agotada, sin posibilidades de seguir progresando. Ser inteligente para elegir los profesores que le guien en el camino de la voz y saber aprovechar lo bueno que cada uno enseñe. Y, por supuesto, formación en escena y conocer bien a los compositores, épocas y estilos. Hay que saber que todo no se debe cantar igual, cada estilo, época, compositor, requiere una forma diferente de abordar su interpretación. No debemos empezar la casa por el tejado. Como dicen los italianos, "piano, piano, si va lontano". ¡Ah!, y no perder nunca la ilusión de salir a escena a disfrutar y hacer al público disfrutar.

¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música o con el canto?
Mi mayor deseo sería continuar pisando escenarios durante muchos años, hasta que la voz deje de responderme. No hay nada que me haga más feliz que compartir con el público algo que yo considero un privilegio que Dios me ha dado: poder cantar. El camino ha sido muy duro, con muchos obstáculos por medio y con un trabajo que es mi sustento y que no puedo dejar, pero ha merecido la pena. Sé que, por mis circunstancias personales, no podré llegar a hacer una gran carrera porque no tengo posibilidades de salir de mi tierra, pero me doy por satisfecha con haber conseguido demostrar que podía estudiar la carrera superior de canto, actuar e incluso ganar algunos premios. La música es mi vida y doy las gracias a mi marido por apoyarme en mi carrera y estar ahí hasta para hacer de chófer.

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