Ronquera recurrente y la verdad de tus progresos en el canto

La revista ¡HOLA! es una revista española, fundada en el 1.944.

Se dice pronto.

Lleva casi 100 años como una revista de actualidad, y tienen diversos apartados, como moda y salud.

Precisamente es en este último apartado en el que hemos colaborado hace muy poco, hablando sobre las ronqueras recurrentes.

Puedes leer aquí el artículo

Quien dice ronqueras dice molestias, cosquilleos, picores, etc. de los que es posible que ni seas consciente.

Un problema muy grande que se encuentran los cantantes es que “la voz no sale”. Es raro, pero así lo describe mucha gente.

Cuando “la voz no sale”, ya sea porque se te engola, te falta potencia o lo que sea, solemos hacer una de estas dos cosas:

  • O bien intentamos hacer que salga a base de hostias, haciendo más de lo mismo pero más fuerte.
  • O bien intentamos cambiar el enfoque de forma drástica, para ver si va mejor por otro camino.

Ambas opciones tienen cabida, dependiendo de la situación, pero la segunda suele ser mejor opción… hasta cierto punto.

Si cuando cantas te haces daño, está claro que tienes que cambiar algo. Si sigues de esa forma, tu voz acabará mal.

Todo esto te lo explico porque hace años que veo un patrón muy curioso.

Cuando trabajo con alguien que nunca ha cantado antes y empezamos a conseguir cosas interesantes, suele atribuir el éxito a la suerte.

Cuando trabajo con alguien que lleva años y años cantando y empezamos a conseguir cosas interesantes, suelen atribuirlo a sus años de experiencia.

Pero la realidad es que la experiencia no es tanto una cuestión de tiempo. Es más una cuestión de enfoque y precisión.

Da igual que lleves años cantando si siempre has estado forzando tu voz o cambiando tu enfoque al cantar semana sí semana también.

Porque la realidad es que, cada vez que mejoras tu técnica vocal, deberías buscar cambios más pequeños, mucho más precisos, simplemente porque cada vez estás más cerca de hacer diana.

Y eso no necesariamente tiene que ver con los años que llevas cantando. Tiene que ver con los años que llevas experimentando con tu propia voz.

Si nunca has entrenado tu voz como es debido, aunque lleves años cantando, te recomiendo que empieces cuanto antes. Y si aún no has empezado a cantar, no vayas al tuntún y empieces a adquirir malos hábitos.

Puedes esperar… o puedes empezar dejando tu correo electrónico justo aquí debajo para recibir un correo al día sobre canto.

Este artículo Ronquera recurrente y la verdad de tus progresos en el canto pertenece a VoKalo.

¿Te mereces ser cantante?

Nos han entrevistado en el medio digital Uppers para hablar sobre cómo enfocar el desarrollo vocal de un niño.

Si eres padre o madre, te interesa. Y si no, también.

Porque muchas personas me dicen cosas como «yo ya soy demasiado mayor para cantar».

Pero otras personas me dicen «yo soy demasiado joven y es mejor que espere a que mi voz se desarrolle del todo».

Tonterías.

Por supuesto que tu panorama va a ser diferente dependiendo de la edad que tengas, pero fíjate que he dicho «diferente», no necesariamente «peor».

Todas las voces, TODAS, funcionan exactamente igual.

Hace unos días te hablaba del caso de Aurora Beltrán, la cantante de los Tahúres Zurdos, y de cómo el hecho de que ella sea una crack no cambia cómo tengo que trabajar con su voz.

Cuando un niño o niña aún no tiene la voz completamente desarrollada, puede trabajar su técnica para que la transición a su voz adulta no sea un problema.

Hay muchos niños varones que de pequeños cantaban genial, pero que tuvieron que dejarlo después del cambio de voz, por la tontería de no haber anticipado ese cambio trabajándolo.

Y si ya tienes una edad, es probable que tu voz no sea tan flexible como cuando eras joven, pero puedes entrenar para que lo sea.

Pero la cosa va más allá.

Cuando ganamos años, la voz sigue cambiando y su sonido es mucho más rico. Si sabes gestionar esos cambios físicos, tu voz puede tener un sonido mucho mejor que cuando eras joven.

Qué cosas…

En fin, que aunque ya te quede lejos de lo de la edad preadolescente, te animo a que leas la entrevista que nos hicieron porque, como he dicho, TODAS las voces funcionan igual.

Nuestra técnica funciona con cualquiera por este mismo motivo, siempre y cuando dediques tiempo a practicar.

Porque aquí no hay regalos. Esforzarse en estudiar una buena técnica es lo que te dará la recompensa de una buena voz.

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Si aún no has probado esto con tu voz, no conoces todo lo que puedes llegar a hacer

El principal error que comenten muchos cantantes es etiquetar como correcta o incorrecta una forma de cantar por el sonido que se produce.

Hay que ir más allá y no dejar que esa etiqueta nos impida llegar a lo más alto.

La manera de distinguir entre correcto e incorrecto es otra y te la explicamos en este episodio de El Sensei del Cantante.

En este episodio vas a descrubrir

  • En qué basarte para saber si una manera de cantar es correcta o incorrecta
  • Cuál es el secreto para conseguir avanzar con tu voz
  • Algunas ideas para saber aplicar este secreto
  • Y cómo seguir a partir de ahí

Ahora también puedes seguir el podcast El Sensei del Cantante en Apple Podcasts, Google Podcasts, Spotify, Amazon Music y SoundCloud, desde tu navegador o smartphone.

Transcripción del episodio

Has entrado en el templo de El Sensei del Cantante, de VoKalo, donde todos los cantantes encuentran respuestas e iluminación vocal.

Visítanos en vokalo.es.

Estás escuchando el episodio número 124. Soy Esther.

Uno de los mayores obstáculos que hay a la hora de aprender a cantar mejor somos nosotros mismos.

Tenemos muchísimas ideas preconcebidas de cómo tiene que sonar la voz para que suene bien.

Pero eso no es todo.

También tenemos ideas preconcebidas de cómo tenemos que SENTIR la voz.

Esto es un gran problema, porque te hace creer que sólo tienes una forma de utilizarla.

Por eso, en este episodio te vuelvo a hablar del concepto clave que necesitas sí o sí para conseguir avanzar con tu voz: la experimentación.

Sólo con cambios drásticos vienen los resultados potentes

El escritor y filósofo Eckhart Tolle, poco después de pasar una depresión suicida, pensó:

No puedo seguir viviendo conmigo mismo. Si no puedo vivir conmigo mismo, debe haber dos: el yo, y el mí mismo con el que yo no puedo vivir, Quizá, pensé, sólo uno de los dos es real.

Eckhart Tolle

Ese cambio de paradigma le permitió pasar de una vida completamente infeliz a experimentar una paz interior que no había experimentado nunca.

Y con la voz pasa lo mismo.

Si repites una y otra vez lo que te hace daño en la voz o lo que bloquea tus notas agudas, por más que lo hagas no va a cambiar nada.

Estás atrapado en una forma concreta de ver tu voz, de utilizarla.

Tienes que cambiar el enfoque que estás aplicando.

Encontrar nuevas coordinaciones musculares es la única forma de hacer crecer tu voz

Necesaria es la experiencia para saber cualquier cosa, ya que ella nos brinda la información sobre el mundo real.

Séneca

El objetivo está claro: sentir tu voz de una forma diferente.

Esto provocará coordinaciones musculares diferentes de las que estás usando ahora.

Algunas servirán y otras no.

La herramienta más potente que tenemos para conseguir esto con la voz es que trates de hacer diferentes sonidos.

No tienen que ser sonidos bonitos ni aptos para el canto.

Recuerda, estás buscando nuevos caminos.

Apaga tu cerebro crítico y conviértete en un observador de las sensaciones que sientes en tu voz.

Sólo hay una regla que no debes romper: si un sonido te hace daño, no sigas por ese camino.

Puedes probar todo lo que se te ocurra.

Te dejo aquí algunas ideas que puedes probar:

  • Abre más tu boca en sentido vertical, es decir, dejando caer tu mandíbula.
  • Inventa vocales nuevas. Mezcla la I con la E, la U con la A, …
  • Usa el falsete en notas en las que se supone que no deberías.
  • Trata de hablar con una voz muy muy gruesa, como si fueras un señor con la voz muy grave.
  • Haz imitaciones de diferentes voces de dibujos animados, personajes de televisión, de videojuegos, …

Fíjate bien en lo que sientes en tu voz con todas las pruebas que hagas.

Después, aunque suene ridículo, trata de cantar de estas formas diferentes, buscando las mismas sensaciones que has experimentado durante tus pruebas.

Si de repente consigues cantar notas que antes no podías, o sientes que tu voz está mucho más relajada, tienes que dar otro paso.

Fíjate muy bien de nuevo en lo que sientes en tu voz cuando cantas con esos cambios que has hecho.

Presta muchísima atención y luego trata de cantar con tu voz normal, tratando de buscar las mismas sensaciones.

Pero no te dejes cegar por un buen resultado… hay mucho más

En la escuela de la experiencia las lecciones cuestan caras, pero solamente en ellas se corrige a los insensatos.

Benjamin Franklin

Si has conseguido sentir una mejora en tu forma de cantar, no cometas el error que yo he cometido muchas veces.

No vuelvas a la fase de “no experimentación”.

Siempre puedes encontrar una forma mejor de utilizar tu voz.

Más libre, con mejor sonido, que te permita llegar más agudo, más grave, más potente, …

Y aunque sí es necesario entrenar tu voz a base de repetir lo que funciona, también es bueno que de vez en cuando experimentes.

Especialmente cuando encuentres un bloqueo.

Pero ante todo, recuerda que la regla de oro es que cantar tiene que ser fácil.

No tiene que doler.

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¿Tienes el suficiente oído como para llegar a cantar o eres un caso perdido?

Desafinar al cantar es el mayor miedo de un cantante, y con razón.

Lo mínimo que se le puede pedir a un cantante es afinar las notas que canta.

Pero si sufres un problema de desafinación, es difícil darte cuenta y aún más saber cómo arreglarlo.

Muchos te dirán que tienes que entrenar tu oído, pero la realidad es un poco más compleja que eso.

Hay más factores que afectan a la afinación de un cantante, y conocerlos todos te ayudará a allanar el camino.

En este episodio vas a descrubrir

  • Qué significa entrenar el oído.
  • Por qué la afinación no depende sólo del oído.
  • El proceso mental a seguir para cantar una nota, y dónde puede fallar.

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Transcripción del episodio

No importa lo bonita que sea tu voz, ni lo amplio que sea tu rango vocal.

Tampoco importa lo potente que sea tu voz.

Nada importa si no cumples el objetivo principal de todo cantante: afinar.

Si piensas que no tienes oído musical y que no sirves para cantar, tengo que decirte que probablemente te estés equivocando.

Olvídate de una vez de que si no tienes el talento no vas a poder llegar a cantar.

Lo que necesitas sólo son dos cosas: saber qué tienes que hacer para mejorar, y hacerlo.

El éxito está detrás del trabajo y del sacrificio, y luego está el talento

Antonio Banderas

Quiero hablarte de la tríada de la afinación

Existen 3 componentes imprescindibles para que el proceso de afinación pueda existir.

A estos componentes los llamo La Tríada de la Afinación, y son:

  • Oído
  • Cerebro
  • Voz

El oído es el origen de todo

El proceso de afinación empieza en el oído, y no es el paso más importante.

De hecho es el MENOS importante.

Las ondas de sonido viajan a través del aire y hacen vibrar a tus tímpanos.

Estas vibraciones se transmiten en señales eléctricas que llegan hasta tu cerebro.

Y eso es todo.

Si tienes un problema de oído, directamente no puedes entender la música, y si estás leyendo esto es porque la música te gusta.

ENTIENDES la música.

Tu oído funciona.

Luego tenemos al cerebro como procesador de la información

El cerebro interpreta las señales eléctricas que llegan desde el oído y las decodifica en algo que entendemos: las notas.

El primer obstáculo que hay que superar para llegar a afinar al cantar está aquí.

No tienes que saber que esta nota es un Sol o esta otra un Re al escucharlas.

Esta es una habilidad rara que se llama oído absoluto, y no es necesaria para afinar.

De hecho hay gente con oído absoluto que no es capaz de afinar al cantar, y te hablaré de ello en unos momentos.

Pero sí tienes que ser capaz de diferenciar las notas entre sí, y reconocer ciertos casos, como por ejemplo cuándo una nota es más aguda que otra.

Cuando se dice que tienes que entrenar tu oído, en realidad significa que tienes que entrenar a tu cerebro a reconocer esas diferencias entre las notas.

También tenemos al cerebro como el ejecutor

Reconocer las diferencias entre las notas sólo es la mitad del trabajo que tiene que hacer el cerebro.

La otra mitad consiste en saber qué señales eléctricas emitir para decirle a tu voz qué nota debe cantar.

Es una tarea difícil de conseguir, a menos que conozcas el secreto.

Y el secreto no es otro que prestar atención antes de cantar.

Lo mejor que he visto que funciona en todos los años que llevo enseñando a cientos de cantantes es escuchar en tu mente la nota ANTES de cantarla.

Mucha gente se precipita y se lanza a cantar sin ejecutar este paso antes, y entonces es cuando desafinan.

Sólo cuando pones la atención necesaria y aplicas este secreto (por llamarlo de alguna forma), empiezas a automatizar el proceso hasta que puedes dejar de hacerlo.

Infravalorar este paso puede retrasar mucho tu avance vocal.

Y finalmente tenemos la voz como el instrumento

Tu voz es la que va a generar el sonido que tu cerebro le ha ordenado hacer.

Pero hay un “pero”.

A veces tienes muy clara qué nota tienes que cantar, pero cuando lo intentas, cantas otra nota.

Tu voz simplemente no responde.

Este es el problema de las personas que tienen oído absoluto y no son capaces de afinar al cantar.

La razón es muy sencilla: tus músculos vocales no están entrenados para cantar esas notas.

Te falta adquirir esa habilidad.

Tienes todo el equipamiento. Sólo tienes que aprender a utilizarlo.

Aquí es donde está el groso del entrenamiento vocal, y es donde dedicamos la gran parte del tiempo cuando entrenamos a cantantes y a personas que quieren cantar mejor.

Pero como decía el narrador de Conan, “eso ya es otra historia”.

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El eclipse solar que cambió la ciencia y que puede cambiar tu voz

Si existe un tema en el que más profesionales estén en desacuerdo, es el tema de la voz.

Hay opiniones de todos los colores, y eso está bien. Es como se avanza en un campo.

El problema es que son los estudiantes quienes lo pagan, porque acaban sin tener ni idea de qué tienen que hacer para llegar a cantar mejor.

Quiero que tú no seas uno de ellos, dándote un enfoque más científico sobre cómo debes entrenar tu voz.

Porque al final da igual lo que hagas si no tienes claro el proceso correcto para mejorar.

En este episodio vas a descubrir

  • La teoría está bien y puede ayudarte, hasta cierto punto. Einstein te lo explicará mejor que yo.
  • La forma en la que instalas hábitos, buenos y malos.
  • El aspecto que marcará la diferencia en tu progreso técnico como cantante.

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Transcripción del episodio

Lo he visto muchas veces: una persona que dice que estudia canto desde hace muchos años pero no avanza con su voz.

Algunos dicen que han mejorado un poco pero que ahora están estancados, otros dicen que están igual que cuando empezaron, otros que están peor…

Existe una cosa en común con todos estos estudiantes de canto frustrados, y es que realmente no están estudiando canto.

Algunos piensan que aprendiendo cada nombre de cada músculo del aparato vocal y cada nombre de cada fenómeno físico que ocurre al cantar, serán capaces de controlar sus voces.

Otros piensan que tienen que encontrar “la clave”, el cómo cantar ciertas notas, y que a partir de ahí la voz florece.

Y los últimos piensan que tienen que practicar día tras día, y que la práctica hace al maestro.

La realidad es que todos están en lo cierto, y todos se equivocan.

En este episodio quiero explicarte mi forma de verlo para ayudarte a salir del hoyo, o evitar que caigas en él.

La teoría llega hasta donde llega

La voz es un instrumento bastante único, porque no puedes verla mientras aprendes a utilizarla.

Sólo puedes sentirla.

Si no conoces su funcionamiento y sólo te basas en las sensaciones que tienes al usarla, no tienes más remedio que inventar teorías sobre lo que está pasando.

Esto podría estar bien, si no fuera porque no podemos llegar a sentir con mucho detalle lo que pasa en la voz.

Simplemente no tenemos el mismo “tacto” que tenemos en los dedos, por ejemplo.

Por culpa de esto, te harás ideas MUY equivocadas de lo que realmente está pasando en tu voz, lo que te va a llevar a utilizarla incorrectamente.

Conocer un poco de teoría sobre la voz es importante para evitar este tipo de cosas.

Pero llega un punto en el que, por mucho que sepas cómo funciona la voz, de nada te sirve para aprender a utilizarla mejor.

Tienes que tomar acción y practicar.

No pasa nada hasta que algo se mueve.

Albert Einstein

Unos años antes, Einstein ya había formulado la teoría de la relatividad y quería probar que la gravedad afectaba a la luz.

La única forma de probarlo era con un eclipse total del Sol, ya que necesitaba ver cómo afectaba su gravedad a la luz de las estrellas que llegaba a la Tierra.

Ocurrieron dos eclipses, pero Einstein no tuvo la oportunidad de comprobar su teoría.

En el primero, se encontraban en plena primera guerra mundial, y no pudo hacerlo.

En el segundo, el cielo estaba nublado y no se veían las estrellas durante el eclipse.

Finalmente, en el eclipse de 1919, pudo demostrarlo.

Sin ese eclipse, todas sus teorías no habrían sido más que palabras y fórmulas escritas.

En el canto pasa algo muy parecido, aunque no necesitas ser Einstein para cantar mejor 🙂

Sólo la práctica te dará resultados.

Pero existen dos tipos de práctica, igual de importantes entre sí, de los que te quiero hablar.

Primero tenemos la práctica habitual

Para dar lo mejor de ti al cantar, es necesario que lo conviertas en tu segunda naturaleza.

Tiene que ser tan fácil como hablar.

La repetición es la única forma de conseguir que una habilidad se convierta en algo que hagas sin esfuerzo.

¿Has visto alguna vez a un niño pequeño aprender a caminar?

Se cae una y otra vez. Podría parecer que nunca aprenderá a caminar.

De hecho, caminar es una acción bastante complicada que implica que muchos músculos se coordinen correctamente entre sí.

Pero te mirarán raro si le preguntas a cualquier persona que te encuentres caminando por la calle si le cuesta caminar.

¡Caminar es fácil! Ni si quiera piensas en ello cuando lo haces.

Pero sólo se llega a ese punto a base de repetir y repetir, como lo hacen los niños pequeños.

No puedes pretender sacar lo mejor de tu voz si no inviertes tu tiempo y dedicación al completo.

Y luego tenemos la práctica experiencial

“La práctica hace al maestro”, dicen, pero esto no es cierto del todo.

La frase debería decir “La práctica CORRECTA hace al maestro”.

Un mecanógrafo que escriba sólo utilizando dos dedos puede entrenar 10 horas al día, pero nunca va a escribir más rápido que otro mecanógrafo que utilice todos sus dedos y que practique 2 horas al día.

Si conoces la suficiente teoría acerca de la voz y tienes la disciplina para practicar todos los días durante años sin saber muy bien lo que haces, tus posibilidades de llegar a cantar mejor siguen siendo escasas.

Lo sé por mi propia experiencia.

En 2005 empecé a estudiar cada día (sin excepción) durante 1 año entero con el famoso curso Singing Success, de Brett Manning, y el famoso libro Singing for the Stars, de Seth Riggs.

Entendí muchas cosas sobre la voz, y dejé de creer en mitos que me confundían.

Pero por mucho que practicara, no mejoraba.

La razón es muy sencilla, aunque por aquél entonces yo no lo sabía.

Lo que necesitaba era que alguien me ayudara a reconocer cómo se sentía mi voz cuando cantaba correctamente, pero eso no me lo podía dar un curso pregrabado.

Daba completamente igual que practicara y repitiera los ejercicios una y otra vez, porque no tenía ni idea de qué tenía que buscar mientras los hacía.

“Gracias” a esto, adquirí muchísimos malos hábitos que me costaron años eliminar.

Y sólo lo conseguí cuando viví este tipo de práctica experiencial, es decir, cuando alguien me empezó a guiar en qué intención tenía que poner en cada ejercicio, en cada momento.

Si la intención no es la correcta, da igual los ejercicios que hagas. El resultado no será el esperado.

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