Cantantes del siglo XXI: Bárbara Breva

La cantante de Jazz Bárbara Breva comparte con nosotros sus reflexiones. Es una cantante de gran sensibilidad y creatividad. Con un gran dominio escénico que contagia al público su saber hacer y su alegría de cantar desborda a todo el auditorio. 

¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?
Escuchar música clásica con mi padre en el sofá casa.. Tenía menos de tres años…

¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
Intento beber de todas las fuentes y apreciar lo que cada uno aporta, aún así, siempre hay compositores o artistas por los que se siente más debilidad… y otros a los que se descubre con el tiempo. También los profesores son muy importantes, pues la música requiere de tesón, dedicación, perseverancia...y por momentos puede ser frustrante no avanzar lo que uno quiere. Un buen profesor no sólo te enseña sino que te sostiene cuando flaqueas, y te anima a seguir y progresar.


¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de joven?
Llevo estudiando poco tiempo, empecé en la música hace sólo 6 ó 7 años. Aún así, dentro de la música clásica, de pequeña mis favoritos eran Beethoven y Tchaikovsky, y dentro de la popular, The Beatles y Frank Sinatra. En el mundo del jazz empecé escuchando a Ella Fitzgerald y Sarah Vaughan. Ahora bebo de muchísimas fuentes e intento no tener prejuicios a la hora de escuchar cualquier cosa.

¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
Quizá con standards de jazz y temas populares del siglo XX de distintos estilos musicales, aunque estoy empezando a encontrarme a gusto con los temas propios. Un nuevo reto.

Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu instrumento (en algún curso, o concierto...)
Una vez en un concierto la sala era tan pequeña y estábamos todos tan cerca que, después de presentar a los músicos, empecé a preguntar los nombres del público e ir presentando a toda la primera fila, con los aplausos y las risas de todos. Fue un momento divertido y entrañable.

¿Qué opinas de la situación actual de la enseñanza de la música?
Uf, pregunta difícil. Creo que los conservatorios y escuelas hacen una labor muy importante, pero se debería enseñar más a escuchar y apreciar toda la música en su conjunto, fomentar la creatividad y la búsqueda de la impronta especial que cada uno puede ofrecer como intérprete. Algo que, sin desdeñar la técnica, va mucho más allá de ésta. En cuanto a la música moderna, creo que en este país está absolutamente relegada en cuanto a la enseñanza y, salvo en contados conservatorios o centros, para un profesional que se dedique a la música moderna o popular es prácticamente imposible obtener una formación reglada y un título superior. Creo que esta situación debe cambiar. Hay que posibilitar el estudio superior de otros géneros musicales pues, además de aportar la posibilidad de obtener una titulación, sin duda contribuiría a elevar la calidad musical en todos los ámbitos, tanto profesionales como amateurs.


¿Cuáles son tus músicos favoritos?
Todos aquellos que, cuando tocan, escuchan, crean equipo y fluyen con lo que está pasando, aportando lo que sienten que deben aportar para que el resultado, tanto personal como conjunto sea el mejor posible. También aquellos que, al escuchar a otro, son capaces de entender desde donde está tocando esa persona, apreciar lo que ofrece y, con independencia de que les guste o conmueva más o menos, valorarlo desde el grado de desarrollo de dicho intérprete, sin juicios severos ni comparaciones.


¿Crees que es útil conocer recursos sobre improvisación? ¿Por qué? ¿En qué medida crees que es necesaria la creatividad para el músico?
Creo que es muy útil y sí, tal vez necesario pues, además de leer y tocar una partitura con la mayor calidad y ‘espíritu’ posibles, es importante poder ofrecer nuevas soluciones creativas cuando la ocasión y el tipo de música lo requiere.


¿Qué proyectos musicales tienes en mente realizar?
Jajaja..Muchos!  El más cercano, finalizar una grabación de Mante, un grupo de pop de temas propios que pronto verá la luz con mucha alegría.


¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Que tengan paciencia e ilusión. La voz es un instrumento que no se ve, y en el que, aunque haya una gran intuición, la evolución técnica es a veces más lenta que en otros. Paciencia, ánimo, buen humor, y salir a la palestra sin miedo.. Cada uno ofrece lo mejor que tiene en el momento en el que está y de eso se trata.. El progreso, tanto en técnica como en intensidad emotiva, va llegando si uno trabaja.


¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música?
La música ha aportado un nuevo sentido a mi vida. Es un arte universal que no tiene fronteras.. Desde que estoy haciendo música me siento más yo misma y es una fuente inagotable de estímulo, un reto constante que me anima a progresar para tener mejores cosas que ofrecer, tanto en la música como en la vida.. Y, aunque haya momentos difíciles, mi única pretensión es poder transmitir toda esa alegría a los demás. Qué más se puede pedir…?

Entrevista a Emilio Molina

La brújula del canto ha tenido el placer de entrevistar al músico y pedagogo Emilio Molina, creador de la metodología IEM de aprendizaje musical basado en la improvisación.

Podeis escuchar el audio de la entrevista en el enlace: PULSA AQUÍ.

Estamos seguros que os gustará conocer la experiencia y las inquietudes de este gran pedagogo.

Os invitamos a su vez a conocer al equipo de Vocal Center formado por profesionales de ámbitos y áreas diversas para poder ofrecer servicios de calidad en formación, producción y consultoría.

Mirando hacia Suiza…

En España tradicionalmente se le ha dado una escasa o nula importancia a la educación musical, aunque nunca se había llegado a considerarla perjudicial… hasta hace poco, cuando el ministro Wert declaró que hay “asignaturas que distraen”. Aunque no la nombró directamente, los profesores y profesoras de Música -que estamos ya curados de espanto- no tuvimos la más mínima duda de que no se estaba cocinando nada bueno y, junto con nuestros compañeros y compañeras de Educación Plástica y Visual, empezamos a reclamar más artísticas.

Lamentablemente no nos equivocábamos: las sospechas se han demostrado fundadas y en el proyecto de la LOMCE desaparecen las optativas de Música del 4º de ESO y del Bachillerato. Un duro golpe a la optatividad -un sistema pensado para que el alumnado tenga la posibilidad de personalizar el currículo escolar para adaptarlo a sus necesidades e inclinaciones, para poder así desarrollar todo su talento- que desgraciadamente viene a reforzar aún más, si cabe, la absurda falacia de que unas asignaturas son más importantes que otras per se, una de las lacras más importantes de nuestro sistema educativo.

Our Education System

Para una selección justa, todos deben hacer el mismo examen: por favor, subid a ese árbol.

En nuestro país (y en muchos más, de acuerdo, pero eso no es más que un consuelo de tontos), muchas mentes brillantes acaban literalmente aniquiladas por un sistema educativo -cuyo objetivo fundamental, no lo olvidemos, debería ser ayudarles a desarrollar al máximo sus potencialidades- en el cual la escasa facilidad en analizar oraciones o extraer raíces cuadradas sin calculadora pesa mucho más que un asombroso talento para expresarse a través de la música o el dibujo.

Ayer se celebró en Suiza un referéndum mediante el cual el pueblo aprobó una reforma constitucional (no os sorprendáis, ese es el procedimiento correcto para modificar una Constitución, no el que se empleó el año pasado aquí en España) para reforzar la formación musical en la educación básica de todo el territorio federal, mediante la definición de un plan nacional para valorar las competencias musicales de los alumnos, tal como se hace en matemáticas o lengua. Con casi tres cuartas partes de los votos a favor, los helvéticos han abierto un camino que esperemos sirva como ejemplo para otros países (entre ellos el nuestro) en los que se ignora (o se quiere ignorar) el rol fundamental de la educación musical en el desarrollo integral de la infancia y de la juventud, y la importancia de la música como poderoso lenguaje expresivo, ya sea per se ya sea como componente esencial del lenguaje audiovisual.

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Preparación, casualidad y silencio

John CageLos instrumentos musicales pueden utilizarse no sólo de la manera que les es más propia, sino también mediante técnicas heterodoxas: por ejemplo, los instrumentos de cuerda pueden producir sonidos percutidos golpeando la caja de resonancia con diferentes partes de la mano (la palma, la yema de los dedos, los nudillos, …) y en lugar de con las crines del arco, en los instrumentos de cuerda frotada, se puede provocar la vibración de las cuerdas golpeándolas o frotándolas con la madera de ese mismo accesorio, un efecto denominado con las palabras italianas col legno.

Los instrumentos de viento también tienen algunas maneras inusuales de producir sonido como por ejemplo el flutter-tonguing (frecuentemente anotado en las partituras en italiano: frullato o en alemán: Flatterzungue) o el slap tongue, un efecto muy bien explicado en este vídeo.

Estas maneras no convencionales de emitir sonidos son sólo algunas de las llamadas técnicas extendidas, presentes no sólo en todos los instrumentos musicales, sino también en la voz (entendida como el instrumento del cantante) donde el ejemplo más conocido y espectacular es el beatboxing.

Hasta aquí hemos hablado de técnicas extendidas en las que quien actúa de manera diferente de lo habitual es el instrumentista. Sin embargo, lo que vamos a ver ahora es un caso en el que el ejecutante toca con una técnica convencional en un instrumento que ha sido modificado previamente según las intenciones del compositor.

Aunque otros autores anteriores, como Satie o Villa-Lobos, sintieron la necesidad de modificar el timbre del piano para conseguir determinadas atmósferas, fue John Cage el primero en realizar una profunda experimentación tímbrica con este instrumento en 1940, inventando así el piano preparado.

A este compositor, del que hoy celebramos el centenario de su nacimiento, le había sido encargada la música para un ballet, Bacchanale, que iba a representarse en una sala demasiado pequeña para contener los instrumentos de percusión necesarios para su idea originaria. Por eso modificó un piano, insertando entre las cuerdas varios objetos, que indicó con mucha precisión en una tabla similar a la del siguiente fragmento.

Sonatas-interludes-table (FU Wikimedia Commons)

El pianista iba a tocar las teclas como de costumbre, pero el sonido resultante de cada una de ellas sería muy sorprendente. En el siguiente vídeo podemos ver el proceso de preparación de un piano empleando esa misma tabla y escuchar un poco el efecto acústico.

La obra para la que están preparando el piano del vídeo anterior es Sonatas and Interludes, tal vez la obra más representativa y seguramente la más celebrada de la larga lista de obras para piano preparado que Cage compuso tras Bacchanale. Se trata de una colección de 20 piezas que el músico estadounidense escribió entre 1946 y 1948, reflejando en ellas la influencia de la música y la filosofía indias por las que había empezado a interesarse. Aquí la obra completa.

Posteriormente, su interés por la cultura oriental le llevó a conocer el Libro de las mutaciones (I Ching) y a investigar sobre el azar. En 1951 compuso Music of Change, una pieza para piano solo (normal, no preparado), en la que muchas decisiones musicales están tomadas al azar mediante el lanzamiento de monedas. De la participación de la casualidad en el proceso creativo es de donde viene la definición de música aleatoria con la que se conoce este método compositivo.

Cage extremó la presencia del azar en la música en una obra que compuso el año siguiente y que es sin lugar a duda su composición más famosa: 4’33”. Se trata de una pieza en tres movimientos cuya partitura consiste en una sola palabra: Tacet.

El silencio musical indicado en la partitura durante los 4 minutos y 33 segundos que dura la pieza no es un silencio absoluto, algo que en realidad ni siquiera existe, ni siquiera en el lugar más silencioso del planeta. Esta “provocación” de Cage no fue recibida de la manera que el compositor esperaba. Él mismo declaró tras su estreno en Nueva York:

No entendieron su objetivo. No existe eso llamado silencio. Lo que pensaron que era silencio, porque no sabían como escuchar, estaba lleno de sonidos accidentales. Podías oir el viento golpeando fuera durante el primer movimiento. Durante el segundo, gotas de lluvia comenzaron a golpetear sobre el techo, y durante el tercero la propia gente hacía todo tipo de sonidos interesantes a medida que hablaban o salían.

Es muy difícil profundizar en (aunque por otro lado muy fácil intuir) las implicaciones cognitivas y emocionales de la “escucha” de esta obra por parte de un público ignaro así como las consecuencias filosóficas y musicales en los autores contemporáneos y posteriores. Desde este punto de vista, podríamos decir que Cage nos ha dejado el silencio más estrepitoso que nunca se haya oído.

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