Chang, Heifetz y Franck

Sarah Chang

Sarah Chang before performing, by Silvio Bacchetta (PD)

Tal como decíamos en otro post, cuando hablábamos de su Zigeunerweisen (Aires gitanos), el gran violinista pamplonés Pablo de Sarasate compuso varias obras con las que podía lucir su grandiosas habilidades técnicas y expresividad musical para agasajar al público con exhibiciones de virtuosismo.

Poco años después del estreno de Carmen de George Bizet, al ver que la popularidad de esta ópera iba extendiéndose cada vez más, considerando además su ambientación española, Sarasate no dejó escapar la oportunidad de componer una obra que recogiera sus mejores melodías, transformándolas en una sucesión ininterrumpida de pasajes de bravura que seguramente deslumbrarían a los que tuvieron la suerte de asistir a alguno de sus conciertos: la Fantasía Carmen, op.25.

En el siguiente vídeo podemos escuchar una brillante y muy expresiva interpretación de Sarah Chang -a la que felicitamos por ser hoy su 32º cumpleaños- dirigida por Plácido Domingo.

Hoy hay más efemérides relacionadas con el violín: hace 25 años fallecía uno de los violinistas más importantes del siglo XX, el lituano Jasha Heifetz, al que ya tuvimos ocasión de escuchar en otra entrada de este blog interpretando el concierto de Mendelssohn.

Heifetz debutó en público con sólo 7 años y sabía muy bien lo que más le gustaba a su público, por eso transcribió un gran número de obras famosas con la intención de deleitar a los oyentes con melodías conocidas, como por ejemplo Summertime de Gershwin.

Estas obras hoy en día sólo se usan como bis, pues su interés musical es bastante limitado ya que las cualidades de Heifetz como compositor no pueden compararse mínimamente con las de intérprete, tan grandes como para transformarle en una auténtica leyenda del violín. Sirva como ejemplo el siguiente vídeo, una grabación histórica en la que, acompañado por otro mito musical del siglo XX, el pianista Arthur Rubinstein, interpreta la Sonata en la mayor para violín y piano de César Franck, del que hoy celebramos 190 años desde su nacimiento.

Guía de orquesta para jóvenes

Entre la música teatral del compositor inglés Henry Purcell, que incluye las arias inolvidables de sus numerosas óperas, hay un rondó (Hornpipe Rondeau) que pertenece a una suite que compuso en 1676 como música incidental para la obra teatral Abdelazer, o la venganza del moro, de la escritora británica Aphra Behn.

Hoy en día esta melodía es muy famosa, pero no tanto en la versión original de Purcell, sino por las variaciones y fuga que su compatriota Benjamin Britten compuso 270 años después y que constituyen su Guía de orquesta para jóvenes.

Britten, al que hoy recordamos por cumplirse 36 años desde su muerte y que recibió el encargo de componer la música para un documental educativo sobre los instrumentos de la orquesta, decidió servirse de ese tema para construir su obra, la más importante de todo su catálogo junto con el Réquiem de Guerra (War Requiem, op.66).

A pesar de su estructura muy didáctica, debida a la manera en que se suceden los instrumentos siguiendo su clasificación por familias, en ningún momento ésta ahoga la invención musical, así que las variaciones discurren fluidamente una tras otra llevando de la mano al oyente en este paseo entre los atriles de la orquesta.

Con el tema inicial Britten nos presenta la orquesta al completo y luego sucesivamente los cuatro grandes grupos: maderas, metales, cuerdas y percusiones. Las 13 variaciones que le siguen ven como protagonistas primero de nuevo las maderas, del agudo al grave (flautas y piccolo, oboes, clarinetes y fagotes), luego las cuerdas, también del agudo al grave (violines, violas, violonchelos, contrabajos y arpa), seguidas por los metales (trompas, trompetas y, juntos, trombones y tuba) y finalmente las percusiones. Cierran la obra todos los instrumentos juntos en la fuga.

En el sitio web del Carnegie Hall, hay una actividad sobre la Guía de orquesta para jóvenes, una de las Listening Adventures (algo así como aventuras auditivas) creadas dentro de un programa sostenido por el Departamento de Educación del Gobierno de Estados Unidos. Se trata de un juego muy entretenido y a la vez útil para que los niños y niñas conozcan los instrumentos de la orquesta y reconozcan su timbre: un safari en la jungla, acompañados por la música de Britten, para buscar y recolectar los instrumentos que allí se han perdido.

Es en inglés, algo que, aunque puede llegar a ser una ventaja para mis alumnos y alumnas del programa de bilingüismo por entrenar sus oídos no sólo desde el punto de vista musical sino también de la comprensión del idioma, por otro lado es un obstáculo para quienes no tengan todavía el nivel suficiente. En este caso, aconsejo elegir la opción Local game y luego Practise round, en la que hay pocas palabras y un juego diferente para cada una de las secciones de la obra.

Lully y la batuta

Jean-Baptiste Lully

Jean-Baptiste Lully By Pierre-Alexandre Schoenewerk, by Lamiot (CC BY)

Hoy hace 380 años que nació en Florencia Giovanni Battista Lulli, más conocido como Jean-Baptiste Lully, naturalizado francés en 1661 tras vivir en ese país desde la edad de 13 años. De orígenes humildes, Lully llegó a trabajar en la corte del Rey Sol como compositor de música instrumental, un puesto muy importante que se había ganado gracias a sus grandes cualidades no sólo como músico sino también como bailarín, algo que Luis XIV apreciaba mucho por ser muy aficionado al ballet.

Entre sus obras hay por lo menos 8 comédies-ballets, escritas en colaboración con el dramaturgo Molière y el coreógrafo Pierre Beauchamp, entre las cuales la más importante tal vez sea El burgués gentilhombre. Uno de los números de esta obra es la Marcha para la ceremonia de los turcos, particularmente famosa gracias a que sonó varias veces en la película Todas las mañanas del mundo, un filme sobre otro gran músico de la corte del Rey Sol, Marin Marais, protagonizado por el actor francés Gérard Depardieu. En el vídeo siguiente, un fragmento de este largometraje en el cual Marais dirige la obra de su colega Lully:

Os habréis fijado en la manera de dirigir la orquesta y sobre todo en la aparatosa vara que el director empleaba en esa época para que los músicos siguieran con facilidad el gesto del maestro. La moderna batuta tardaría todavía más de un siglo en sustituirla, algo que en el caso de Lully tuvo consecuencia mucho más graves de las que uno puede imaginar: un día, ensayando su Te Deum para una ceremonia de agradecimiento a la divinidad por la curación del rey de una enfermedad, Lully se dio un golpe en el pie con la vara que estaba usando, metálica y muy pesada. La herida se complicó y degeneró en gangrena, lo que dos meses después acabó con su vida.

Hoy en día la única razón para utilizar una vara parecida a la que empleó Lully es la voluntad de recuperar la sonoridad original bajo todos los aspectos, no sólo utilizando una praxis interpretativa de la época con instrumentos originales o copias fieles, sino también incluyendo la percusión de ese artilugio en el suelo. Podemos ver un ejemplo en el siguiente vídeo del conjunto italiano Modo Antiquo dirigido por Federico Maria Sardelli.

Supongo que después de tanto tiempo los chistes fáciles que ese triste episodio puede suscitar ya no pueden herir sensibilidades, algo de lo que tienen que estar convencidos en la BBC, ya que en uno de sus Proms (promenade concerts, paseos musicales, un ciclo de conciertos diarios dirigidos al gran público -con precios populares y programas divulgativos- que tiene lugar todos los veranos en Londres) incluyeron un sketch perteneciente a la sección Stupid Deaths (literalmente: muertes estúpidas) dentro de la serie infantil Horrible Histories, que se abre con esta marcha. Lo he encontrado en YouTube sin subtitular, pero con unos conocimientos básicos de inglés y sabiendo la historia debería ser posible disfrutarlo.

Convencido de que tras haber escuchado tres veces esta marcha llena de energía os tienen que haber entrado ganas de tocarla, he realizado este arreglo para flauta dulce y piano. Aunque no sea la grafía original, he optado por utilizar el doble puntillo para que la reproducción tenga ese ritmo.

OH, CECILIA


Y después de esta canción que adoro y  que irremediablemente acude a mi memoria cada vez que escucho ese nombre, comenzamos.



Hoy se celebra la festividad de  Santa Cecilia.


Santa Cecilia. Max Ernst (1923)

Sería adecuado quizás, acompañar una representación tan moderna e inusual de la patrona de los músicos, con el Himno a Santa Cecilia Op.27 de Benjamin Britten, también del siglo XX (en el enlace).  Sin embargo no me resisto a remontarme al Barroco y proponeros la Oda para el día de Santa Cecilia  compuesta  en 1739 por el gran George F. Haendel sobre un texto de John Dryden (que también enlazamos). Comprobaréis que es una preciosidad...  y creo que a mis alumnos les gustará más.



Surrealismo pictórico y bloguero aderezado con música barroca .
No hay tiempo para más.

OH, CECILIA


Y después de esta canción que adoro y  que irremediablemente acude a mi memoria cada vez que escucho ese nombre, comenzamos.



Hoy se celebra la festividad de  Santa Cecilia.


Santa Cecilia. Max Ernst (1923)

Sería adecuado quizás, acompañar una representación tan moderna e inusual de la patrona de los músicos, con el Himno a Santa Cecilia Op.27 de Benjamin Britten, también del siglo XX (en el enlace).  Sin embargo no me resisto a remontarme al Barroco y proponeros la Oda para el día de Santa Cecilia  compuesta  en 1739 por el gran George F. Haendel sobre un texto de John Dryden (que también enlazamos). Comprobaréis que es una preciosidad...  y creo que a mis alumnos les gustará más.



Surrealismo pictórico y bloguero aderezado con música barroca .
No hay tiempo para más.