¿ Escuchar a Beethoven podría ser la respuesta a los males del mundo moderno ?

Me he decidido esta semana a traducir este artículo de la revista The Strad, una estupenda reflexión sobre el mundo moderno. ¿ Escuchar a Beethoven podría ser la respuesta ?. Habla sobre la actitud individualista y los sentimientos de ira y egocentrismo que reinan hoy en día, y del poder de la música en todo esto. Aquí os dejo la traducción:

La violonchelista de Fidelio Quartet, Rachel Atkinson, cree que la música clásica -y Beethoven en particular- tiene poderes curativos que nos pueden ayudar a todos a acceder a un estado de tranquilidad.

¿Se podría evitar Brexit, la elección de Trump, el deterioro de la salud mental de la población, el aumento del consumo ilícito de drogas y la adicción a los smartphones si más gente escuchara los cuartetos de Beethoven?

El mundo moderno y la ira

El mes pasado, mientras interpretaba en el escenario el movimiento lento del Cuarteto de Cuerdas de Beethoven op. 135, me distraje con el público. Había surgido un silencioso ronroneo entre el grupo, y un resplandor de silenciosa satisfacción y entrega flotaba en el aire. Me acordé de la famosa cita de William Congreve sobre la capacidad de la música de “amansar a las fieras”.

La ira está en todas partes. Aquí, en Australia, hemos experimentado un aumento de la política populista. Mucha parte de la población se siente enfadada y privada de sus derechos. Nuestro gobierno está tratando desesperadamente de abordar esto creando empleos, con gran costo para el medio ambiente. Hace poco me preguntaron: “¿Cuál es el vínculo entre el votante de Pauline Hanson (una simpatizante de Trump australiana) y su rechazo a las artes?”

Como violonchelista en un cuarteto, veo ese vínculo es claro. Los cuartetos de Beethoven articulan una infinita carta de colores emocionales. Cuando se expresa alegría, nuestra alma reconoce esa emoción y la obtenemos desde dentro. Cuando Beethoven crea arrepentimiento o anhelo, nos consuela y nos sanamos un poco. Él nos permite “investigar” los sentimientos más oscuros con el conocimiento de que son compartidos con las personas que han escuchado su música durante cientos de años. Nos sentamos en una sala de conciertos rodeada de gente que ha venido para experimentar el mismo consuelo. También nos sentimos parte de una comunidad, lo cual es una necesidad común.

Tecnología y comportamiento

Creo que la adoración constante de las pantallas nos está robando a muchos de nosotros un espacio para la reflexión. Cuando tenemos un momento de descanso, nos ponemos a hacer scroll en nuestra pantalla del móvil en busca de noticias, pero esto no nos traerá enriquecimiento o tranquilidad. Tengo que añadir que soy tan culpable como cualquiera cuando se trata de ver cuántos ‘me gusta’ tienen mis fotos en Facebook.

De interés:

La música es curativa

Me interesé en las propiedades curativas de la música clásica hace diez años cuando la Sinfónica de Melbourne se embarcó en un proyecto con Melbourne Assessment Prison, que tiene un gran programa de sustitución de opioides. Un puñado de músicos trabajaron con presos, componiendo piezas y actuando juntos. Cuando tocaba Bach a algunos presos, la intensidad de su belleza se magnificaba. Cuando un trabajador social preguntó a un preso cómo le hizo sentir mi Preludio de Bach, dijo: “Me hace querer cambiar”.

En respuesta a todo esto, mis colegas de la Sinfónica de Melbourne y de la Universidad de Monash tuvieron un momento de “es muss sein” (debe hacerse) y formaron el Cuarteto Fidelio para realizar el ciclo de Beethoven durante los próximos tres años, con dos conciertos al año. Creo que el viaje del ciclo del cuarteto de Beethoven es la última experiencia musical. Beethoven compuso varios cuartetos de cuerda a lo largo de su vida, haciendo de estos 16 trabajos un diario sincero de sus verdades íntimas.

Edward Dusinberre, del Cuarteto Takács, dice en su maravilloso libro Beethoven for a Later Age: “Nadie ha escrito nunca un grupo de trabajos que planteen tantas preguntas sobre la forma y el contenido emocional de un cuarteto de cuerdas, dando tantas respuestas diferentes”.

El sufrimiento de Beethoven y la catarsis

Es bien sabido que Beethoven sufrió mucho. Hay mucho escrito sobre la miseria de su salud, sus dolencias estomacales, su sordera y su salud mental. ¿Podría ser que escribió música con un conocimiento innato de cómo sanarse a sí mismo y a su público porque vivía con una angustia tan constante?

Para llamar la atención sobre las propiedades curativas de los cuartetos de Beethoven, el Melbourne Beethoven Quartet Cycle se da en colaboración con Crohn & Colitis Australia. Beethoven sufrió terriblemente por la colitis ulcerosa. Él creyó que su sordera era consecuencia de la enfermedad de su intestino, que alcanzaba a sus oídos.

Nuestro hijo menor fue diagnosticado con colitis ulcerosa cuando tenía 18 meses de edad. Su infancia estuvo marcada por estancias en el hospital y visitas a médicos. A veces, había mucha oscuridad y desesperación en nuestra casa. Ahora tiene 14 años y goza de una excelente salud gracias al gran trabajo de su médico. Toca el piano y acaba de empezar a trabajar en un trío de piano de Beethoven (op. 1 n. ° 1) en un conjunto escolar. Al escuchar por primera vez el trabajo, dijo “¡Me encanta! Es como si Beethoven escribiera esta pieza sólo para mí”.

Traducido de la publicación The Strad

Enlace al original: https://www.thestrad.com/could-listening-to-beethoven-be-the-answer-to-feelings-of-anger-and-isolation-in-the-modern-world/1696.article

Autor: Rachel Atkinson

Fecha: 30 Marzo 2017

Título original: Could listening to Beethoven be the answer to feelings of anger and isolation in the modern world?

 

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9 formas de pensar y actuar que te ayudarán en tu carrera musical

Hoy traducimos este artículo de The Strad, con unos fantásticos consejos que no os podéis perder. Aprende a pensar y actuar como un músico de éxito.

Carole Talbot-Honeck estudió su Máster en la Universidad de Ottawa centrándose en los requisitos psicológicos para un rendimiento musical óptimo. Así describe una serie de actitudes deportivas, que pueden ser de igual valor para un músico.

1. El amor por tu profesión

Mi tutor en la tesis lo llamó simplemente “disfrute”. Los músicos tienen que saber que el amor por la música es lo que los hizo empezar en un principio, a veces necesitan recordar esto. En su mayoría, los músicos de élite cuentan que tras muchos años en una larga carrera, su amor por la música y el disfrute que reciben al tocar han crecido junto con su nivel de habilidad y experiencia. Así es como debe ser, pero a veces, los problemas físicos o mentales pueden conducir a una pérdida de disfrute. Es necesario abordarlos y rectificarlos para restablecer el equilibrio.

2. El compromiso

Una vez que una persona decide hacer de la música su carrera, debe comprometerse a desarrollar su pleno potencial y realizar la inversión de tiempo y energía que sea necesaria para lograr sus objetivos. Esto es perfeccionismo en el sentido más positivo de la palabra: la historia interminable de tomar un concierto por enésima vez y encontrar nuevas ideas o una nueva inspiración para hacer que suene emocionante o fresco.

3. Autoestima

Los músicos deben creer en la dignidad de su búsqueda y en su capacidad para lograrla. La autoestima es la segunda palabra más mal entendida o mal utilizada en el diccionario de aptitud mental (después de pensar positivamente). Prefiero la palabra alemana Selbstbewusstsein o auto-conciencia, y mantener que nunca se puede tener demasiado de ella. Como David Finckel escribe en su artículo (10 hábitos de músicos exitosos), sé tú mismo … La confianza en sí mismo crece de saber lo que puedes y lo que no puedes hacer y, por supuesto, de aceptarte a ti mismo como la persona que eres, sin querer dejar de aprender o mejorar.

Tal auto-conciencia no tiene nada que ver con ser arrogante o egoísta. Por el contrario, los músicos que confían en su propia capacidad dan fácilmente a otros (es decir, como profesores y/o mentores). Nunca sienten la necesidad de compararse a los demás. Un sano sentido de sí mismo debe ser de base amplia (diferentes roles, intereses, aficiones) y no supeditado a una actuación en particular. Mi frase mágica aquí es: “Yo soy lo que soy; ¡mucho más de lo que estoy haciendo ahora mismo!”

4. Objetivos idealistas y no materialistas

Los músicos tienen objetivos elevados. Sus aspiraciones se pueden dividir en tres categorías principales:

  • Auto-actualización y objetivos de desarrollo personal
  • Objetivos relacionados con la propia música (interpretar la música y hacer justicia al compositor)
  • Y finalmente, quieren comunicarse con la audiencia o expresarse a través de su música.

Cualquiera que sea la categoría (o categorías) que se aplique, las metas de rendimiento deben derivarse de estas expectativas si se quiere tener una vida de satisfacción.

Utilizo tres cualidades para describir lo que considero un rendimiento óptimo: creatividad, espontaneidad y flexibilidad. La creatividad es el proceso de tomar una pieza de música y hacerla tuya, de desarrollar una visión de lo que esta pieza significa para ti, lo que quieres expresar con ella. La espontaneidad es “creatividad del momento”, es inspiración o intuición y sólo es posible si se está bien preparado y se tiene confianza en sí mismo y en su preparación. Por último, la flexibilidad también está abierta a todo lo que viene “en el momento”, pero se relaciona más con las influencias externas (lo que mis colegas están haciendo, la sala, la acústica, la audiencia …)

5. Concentración

¡Nada de multi-tarea! El cerebro humano no está cableado para concentrarse en más de una cosa a la vez. Esto tiene implicaciones con respecto a la práctica eficiente y el estar concentrado. Irónicamente, la multi-tarea es una “habilidad” que no puede ser entrenada; Cuanto más lo haces, ¡peor funciona!

Central para la idea de autocontrol es la capacidad de concentrarse y concentrar la atención, evitando así las distracciones. Recientemente, en un seminario con estudiantes de la escuela de música, me sorprendió que la incapacidad para concentrarse había reemplazado al nerviosismo como su principal preocupación.

Algunos músicos prefieren auto-eliminar su autoestima por miedo a parecer arrogantes, pero estas dos expresiones no son opuestas. El altruismo es el objetivo principal en el que enfocarse durante una actuación, pero sólo una fuerte auto-concepción te permite olvidarte y concentrarte en la tarea que tienes entre manos.

6. Autocontrol

¡La fuerza de voluntad vuelve a estar de moda! Después de años de abandono, se considera de nuevo una habilidad muy importante. Evito llamarla un rasgo de carácter porque la investigación muestra que la gente puede ser muy organizada y/o disciplinada en algunos aspectos de sus vidas y notoriamente complaciente en otros. Por ejemplo, muchos estudiantes universitarios estrenados ​​que se preparan para los exámenes finales usan calcetines sucios (véase Baumeister y Tierney).

El hecho es que probablemente no tienen elección. Piensa en la fuerza de voluntad como una cantidad finita: no importa cuán diferentes o no relacionadas sean las demandas que te haces a ti mismo (concentración, paciencia, control de la conducta, etc), sólo tienes un frasco de fuerza de voluntad a tu disposición. Cuando el frasco está vacío, te has quedado sin él y sólo la reposición (nutrición, descanso) te permitirá abordar el siguiente desafío.

7. Perspectiva adecuada

Definir la perspectiva apropiada en unas pocas líneas cortas no es fácil. Perspectiva adecuada significa estar abierto; siempre buscando oportunidades para crecer. Significa mantener la vista más allá, no quedar atrapados en pequeños detalles.

Y ahí lo tienes, la actitud o habilidad mental más incomprendida y mal utilizada: pensar positivo. Los pensadores positivos pueden vivir hasta siete años y medio según un estudio longitudinal de miles de enfermeras suecas. No se enferman con tanta frecuencia y sanan más rápido cuando lo hacen. Todo esto no tiene nada que ver con ser irreal o engañarse. Significa acercarse a problemas y/o contratiempos en un estado de ánimo de búsqueda de soluciones. Significa asumir el control, lo que nos lleva al siguiente aspecto de la perspectiva apropiada: sentarse en el asiento del conductor.

Los músicos exitosos no quieren sentirse víctimas ni quieren ser vistos de esa manera por otros. Los retrocesos están ahí para ser analizados y comprendidos. Las soluciones pueden ser incorporadas en su plan de preparación. Lo que está más allá de su control pertenece a la categoría de “oh, qué diablos”, para relacionarse y reírse después.

Por último, mantener las cosas en perspectiva significa divertirse. Recuerda, se trata de amar la música y hacer música y estar agradecido de que puedes ganarte una buena vida haciendo lo que te gusta.

8. Salud y estado físico

Cuando los músicos preguntan por qué deben entrenar físicamente y cuidar su cuerpo, yo respondo,”¿Por qué no? Tú eres un ser humano también, ¿no?” Puedes leer todos los días sobre la necesidad de hacer algo por tu salud. Los músicos (en oposición a la mayoría de los atletas de élite) pertenecen a la gente afortunada que puede disfrutar de muchos años de hacer música, siempre y cuando su salud mental y física lo permitan. Además, tu cuerpo es tu instrumento. Si te tomas en serio su cuidado, si entrenas eficientemente y le das lo que necesita funcionar, estará ahí para ti. Ser capaz de confiar en tu instrumento es el factor más importante en el trato con el miedo escénico.

9. Análisis

Un conocido director solía decir: “Si eliges leer y creer las buenas críticas, ¡entonces debes creer también las maloa!” El feedback viene de muchas formas, y los músicos tienen que saber cómo lidiar con ello. Tienen que analizar su propio rendimiento (manteniendo una buena perspectiva), dar sentido a lo que otras personas están diciendo, incorporar cualquier cosa útil en su plan de preparación, y a continuación, olvidar esa actuación y poner sus miras en la siguiente.

 

La tesis de Carole Talbot-Honeck “he Essence of Excellence; Mental Skills of Top Classical Musicians” fue publicada en The Journal of Excellence, vol. 1 Nr. 1, mayo de 1998.

Ha impartido seminarios “Fit to Play” en la Academia de Audición VENIA, como parte del programa de audición de VENIA (incluyendo orquesta) y de preparación de actuaciones para instrumentistas y cantantes. VENIA cree que los músicos son personalidades individuales, capaces de alcanzar sus metas, y mejorar la presencia en el escenario y el desempeño combinando habilidades musicales, mentales y físicas.

Traducido de la publicación The Strad

Enlace al original: https://www.thestrad.com/9-ways-for-musicians-to-think-like-top-athletes/195.article

Autor: Carole Talbot-Honeck

Fecha: 20 Marzo 2017

Título original: 9 ways for musicians to think like top athletes

 

 

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¿Qué tipos de memoria usan los músicos?

Tocar un instrumento musical es una actividad total, que implica muchos procesos diferentes. Cuando hablamos de memoria en la música, a menudo relacionamos el concepto con la memorización de una partitura. Sin embargo, la memoria es mucho más que eso para un músico. Gracias a ella, adquirimos nuestra sensibilidad auditiva, nuestro estilo interpretativo y nuestras facultades para tocar. Y para ello ponemos en marcha varios tipos de memoria.

Se ha estudiado mucho sobre el funcionamiento de la memoria, uno de los procesos más apasionantes y complejos de nuestro cerebro. Cuando hablamos de este proceso en los músicos, sabemos que entran en juego distintas partes del cerebro. Todo ello finalmente ayuda a que el músico sea capaz de realizar un conjunto de movimientos complejos de manera automática, al mismo tiempo que apela a su “oído interno” y a su sentido estético. ¡Todo un proceso!

Tipos de memoria en el músico

En 1965, Barbacci publicó su libro “Educación de la memoria musical”, en el que clasificaba varios tipos de memoria.

  • Muscular: Es la parte de nuestra memoria que se encarga de fijar sensaciones motrices y táctiles en nuestro cerebro. Cuando repetimos una serie de movimientos varias veces, estamos trabajando esta memoria. Gracias a ella, podemos realizar con destreza los movimientos necesarios para tocar sin necesidad de pensar en cada uno de ellos.
  • Auditiva: Otra parte de nuestra memoria esencial para un músico. No sólo nos permite retener recuerdos en forma de sonido, sino que además nos proporciona una “base de datos” de los sonidos afinados y desafinados, lo cual nos ayuda a formar nuestro oído interno.
  • Visual: Aunque la vista no es necesaria para tocar un instrumento, contar con ella puede alimentar nuestra memoria. Mediante la memoria visual podemos obtener recuerdos de las distancias en nuestro instrumento (como en el diapasón del violín, o en las teclas del piano), o incluso recordar mediante imágenes la partitura.
  • Nominal: A través de esta parte de nuestra memoria podemos recordar los nombres de las notas, así como de otros conceptos musicales. Cuando la relacionamos con otros aspectos, como el auditivo o el muscular, nos permite interpretar la partitura.
  • Rítmica: No sólo somos capaces de retener en nuestra memoria las distintas alturas de los sonidos (memoria auditiva) sino también  su lugar en el tiempo (ritmo).
  • Analítica: Mediante este proceso de memorización, analizamos estructuras y las retenemos, de manera que con esta parte de nuestra memoria organizamos todos los elementos que nos permiten tocar.
  • Emotiva: El componente emocional es muy importante en la memoria. Numerosos y recientes estudios han demostrado que la emoción es un factor clave en la memoria y la recuperación de recuerdos. En la música, continuamente apelamos a distintas emociones durante nuestra interpretación. Cuanto más emocionales seamos al tocar, mejor fijaremos en nuestro recuerdo las acciones y pensamientos necesarios para recuperar esos recuerdos.

Para terminar…

Existen muchas otras clasificaciones de la memoria, es un aspecto en constante estudio. Sin embargo, la clasificación que os hemos mostrado (Barbacci) está aplicada a los músicos. Ilustra de manera bastante amplia las distintas capacidades que se ponen en funcionamiento a la hora de tocar.

 

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No puedo parar de preocuparme por mi próxima actuación… 4 Razones y 4 Formas de dejar de hacerlo

Todos nos preocupamos por la “materia” de nuestra vida cotidiana de vez en cuando.
La mayor parte de estas preocupaciones son bastante inocentes. Pero a veces, nuestras preocupaciones van más allá de las inquietudes pasajeras y se transforman en un tipo de preocupación más debilitante. Esto es lo que se llama preocupación de “perseveración”.

Aquella en la que nos quedamos atrapados en un bucle de preocupación, sin poder dejar de preocuparnos, y que nos hace sentir cada vez más estresados y ansiosos. Por ejemplo, como puede suceder en los días (o semanas) previos a un concierto importante o audición. Cuando estamos plagados de pensamientos como – ¿Qué pasa si me equivoco? ¿Qué sucede si tengo me quedo en blanco? ¿Qué pasa si mi arco empieza a temblar y no puedo controlarlo? 

Algunos de nosotros somos más propensos a preocuparnos que otros, por supuesto. Y algunos de nosotros tardamos más en detener nuestras preocupaciones, una vez que el vórtice de la fatalidad nos absorbe. ¿Por qué es tan difícil detener este tipo de preocupación? ¿Hay algo que podamos hacer para cortarla cuando emerge? ¿O quizás no sea algo tan malo?

Teoría de la preocupación

Un par de investigadores hicieron una revisión de la literatura científica para acercarse a una “teoría unificada de la preocupación” (no, en realidad no lo llaman así, es sólo que creo que todo suena más guay cuando está precedido por la frase “teoría unificada de …” ). Y resulta que hay ciertos factores que tienden a provocar “bucles de preocupación” y un conjunto diferente de factores que mantienen las preocupaciones. Con una mejor comprensión de estos ingredientes, tal vez podamos encontrar formas de detener estas espirales descendentes antes de que acumulen demasiada fuerza.

¿Por qué empiezan los bucles de preocupación? (es decir, cuáles son los factores “desencadenantes”)

Atención

La gente que tiende a preocuparse tiende a estar más en sintonía con las amenazas que hay a su alrededor. Es como si su “radar” de amenazas llegara a 11. Así que tienden a ver más señales de cosas malas por venir, que los que no se preocupan, que no se dan cuenta. Como por ejemplo, se fija en todas las veces que el conductor parece mirar en su dirección, y no en la sonrisa que le dedica.

Con el tiempo, este sesgo de atención comienza a sesgar nuestra visión del mundo (o conjunto), haciendo que que lo sintamos como un lugar más aterrador (que tal vez realmente sea). Después de todo, estamos notando todas las formas en que el mundo es amenazante, y pocas de las formas en que el mundo es un lugar acogedor, de apoyo e inspirador.

Interpretación

Gran parte de lo que experimentamos en el día a día es bastante ambiguo. Digamos que alguien no ha respondido a su correo electrónico durante un par de días. ¿Significa que le ofendiste de alguna manera? ¿O tal vez estaba ocupado y no han tenido tiempo para responder? Es imposible saberlo, pero los preocupados tienden a interpretar esos eventos ambiguos de una manera que amplifica la amenaza. Lo cual, por supuesto, hace difícil no inquietarse y preocuparse.

¿Por qué los bucles de preocupación son difíciles de detener (es decir, cuáles son los factores que ayudan a mantener la preocupación)

Humor

Sabemos que preocuparnos a menudo tiene el efecto de ponernos de mal humor, pero hay evidencias de que funciona de otra manera también. Que estar en un estado de ánimo negativo también ayuda a caer en bucles de preocupación.

Además, estar en un estado de ánimo negativo tiene este efecto extraño de hacernos más perfeccionistas acerca de nuestra preocupación. Donde empezamos a sentir la necesidad de preocuparnos hasta que hayamos encontrado todas las soluciones posibles para cada amenaza potencial. O hasta que hayamos solucionado la preocupación de manera tan efectiva que nos sintamos mejor. Pero rara vez (¿alguna vez?) la preocupación nos hace sentir mejor, por lo que terminamos cavando el agujero más y más profundo, lo que hace aún más difícil romper el ciclo.

Creencias

De manera similar, a veces interiorizamos creencias o “reglas” inútiles acerca de la preocupación. Al igual que la idea de que preocuparse evitará que algo malo suceda (o al menos, hará menos probable que lo malo suceda). O que si nos preocupamos de que ocurra algo malo, estaremos preparados para ello.

Hay ciertamente algo que decir sobre la planificación de la contingencia y el intentar resolver problemas antes de que ocurran. La preocupación que está orientada a la acción productiva de esta manera puede ser útil. Pero eso es muy diferente a vivir en una situación que nos causa ansiedad, repitiéndola una y otra vez en nuestras cabezas, acompañada por una cadena interminable de ardor de estómago sin respuesta que induce a pensar “¿qué pasará si…?”.

¿Cómo ponerle solución?

Así que hemos identificado dos razones por las que comienzan los bucles de preocupación, y dos razones por las que los bucles de preocupación pueden ser difíciles de detener (aparte de la más obvia de no estar adecuadamente preparada, ¡por supuesto!). ¿Cómo podemos usar este conocimiento para detener o reducir nuestras preocupaciones desbocadas? No puede haber una sola solución a todo, pero aquí hay 4 estrategias que la investigación sugiere y que puede ayudar.

Participar en actividades para mejorar el estado de ánimo

Los bucles de preocupación pueden golpearnos cuando estamos de mal humor. Lo cual no significa que debamos aspirar a irradiar alegría las 24 horas del día. Pero hay una tendencia paradójica, cuando estamos en horas bajas, a hacer cosas que realmente profundizan nuestro estado de ánimo negativo.

Por ejemplo, si nos sentimos desalentados después de un mal día de práctica o de un concierto/audición poco fructífero, y estamos empezando a preguntarnos si tenemos lo que se necesita para ganar una audición, es fácil querer desplomarse en el sofá con una caja de helado, sándwiches y ver algo en Netflix. Y eso nos parecerá apetecible y genial a corto plazo, pero será menos probable que levante nuestro estado de ánimo que ir a correr, ver a un amigo, o comenzar un nuevo pasatiempo, como el tiro con arco (!?).

Usar la regla de parar “ese sentimiento que continúa”

Esto va a sonar ridículamente simple, pero cuando te encuentres en un bucle de preocupación, tómate un momento para hacer una pausa y pregúntate si te gustaría continuar preocupándote o no. Lo más probable es que te resulte más fácil detener el ciclo y seguir adelante. Por defecto, tendemos a usar lo que los psicólogos llaman la regla de “tanto como pueda”, donde permanecemos sin pensar en el bucle de preocupación hasta que nos sintamos mejor (lo cual casi nunca sucede).

Destrucción cognitiva

Esto suena contraintuitivo, por lo que es posible que quieres leer más sobre el tema aquí (@bulletproof), aquí (@Huffington Post), o aquí (relacionado con el deporte). Se trata de retroceder un poco para observar nuestra voz interior, y reconocer que nuestras preocupaciones son sólo pensamientos, no la realidad. Esto puede ayudarnos a avanzar más rápidamente y evitar quedar atrapados en un bucle.

Aparcar las preocupaciones

Esta estrategia también sonará un poco simple, pero programar el tiempo que le dedicamos a la preocupación es un hack psicólogo clásico, que los estudios sugieren que  puede ayudar a mantener las preocupaciones lejos nuestros pensamientos. Lea más sobre esto aquí (@bulletproof).


Traducido de: Bullet Proof Musician

Autor: Dr. Noa Kageyama

Título original: Can’t Stop Worrying About An Upcoming Performance? Here Are 4 Reasons Why – and 4 Ways to Stop.

Enlace al original: http://www.bulletproofmusician.com/cant-stop-worrying-about-your-upcoming-performance-4-reasons-why-4-ways-to-stop/

 

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Cómo usar el estrés en tu propio beneficio

El estrés está presente en la vida de la mayoría de nosotros. No sólo en lo cotidiano, el trabajo o los quehaceres diarios. También de forma puntual, cuando tenemos que actuar frente al público, competir o examinarnos. Como músicos, estamos sometidos a estrés más veces de las que pensamos.

El estrés tiene muchas consecuencias negativas:

  • Debilita el sistema inmunológico
  • Provoca alteraciones hormonales
  • Produce trastornos gastrointestinales
  • Etc.

El estrés justo

Sin embargo, el estrés no siempre tiene porqué ser nocivo. ¿Alguna vez has oído decir “si estás nervioso, eso es bueno” antes de un concierto? Los psicólogos relacionan un cierto nivel de estrés puntual con un estado de claridad mental. El estrés activa nuestra mente de tal forma que podemos concentrarnos más y pensar con mayor rapidez. Sin embargo, este estrés que nos ayuda a concentrarnos tiene algunas características:

  • Es un estado de corta duración
  • Debe ser moderado

¿Cuándo nos enfrentamos los músicos a este tipo de estrés? Ante la posibilidad de actuar en público. Sin embargo, es común que en estas ocasiones, el nivel de estrés se dispare y pase de ser moderado a alto.

Cuando estamos ante una situación estresante, el cuerpo comienza a producir noradrenalina. Esta hormona consigue que nos pongamos en estado de alerta y nos concentremos a altos niveles. Cuando el estrés llega a ser demasiado alto, se produce la hormona cortisol. El cortisol es el que nos provoca respuestas fisiológicas, y por tanto, es la hormona problemática del estrés.

¿Cómo nivelar el estrés?

Con las premisas que hemos dicho, sabemos que la mejor forma de aprovechar el estrés es conseguir mantenerlo en un nivel moderado. En la psicología deportiva, esto se conoce como “nivel de activación”. El nivel de activación es la situación en conjunto en la que se encuentra el deportista en cada momento, tanto física como psíquicamente. En general, podemos tener tres niveles de activación, que podemos relacionar con los distintos niveles de estrés:

  • Bajo: cansado, desganado, desconcentrado.
  • Óptimo: centrado, con fuerzas, positivo.
  • Alto: demasiado tenso, con miedo, bloqueado.

Para poder manejar nuestro nivel de estrés, primero tendremos que identificar los diferentes estados. ¿En qué situaciones me siento excesivamente relajado, en cuáles me concentro mejor y en cuáles me siento demasiado nervioso?

Una vez conozcamos estas sensaciones, podemos usar distintos métodos para controlarlas:

  • Respirar pausada y profundamente
  • Pensar e imaginar que estamos en un lugar cómodo y agradable
  • Exteriorizar seguridad mediante nuestra postura al entrar al escenario, con la cabeza alta y los hombros atrás.
  • Comenzar un hilo de pensamiento positivo
  • Visualizarse en el concierto antes de entrar

Por último, para conseguir ese nivel de estrés deseado, debemos someternos a la situación estresante siempre que podamos en lugar de huir. El estrés aparece cuando salimos de nuestra zona de confort. Es un instinto primario, que hace que nuestro cuerpo rechace una actividad o un lugar desconocido. Por tanto, cuanto más familiar sea la situación, el nivel de estrés será menor.

Ya sabes, practica modulando tu nivel de estrés ¡y saca provecho de ese estado que a veces resulta tan desagradable!

 

 

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