¿La música distrae? Neuromúsica y educación

Hoy os hablaré de una novedad editorial sobre música que os encantará, se trata de la reciente publicación de Jordi A. Jauset, eminente investigador sobre neuromúsica, doctor en comunicación, ingeniero y músico, master en Psicobiología y neurociencia cognitiva:


Ya nos había deleitado antes con Cerebro y música, una pareja saludable. En su nueva obra "¿La música distrae?", ofrece una maravillosa recopilación de todas las investigaciones científicas relacionadas con la música desde la óptica del llamado "órgano Rey", explicadas divulgativamente, de la manera más sencilla posible, totalmente inteligible.

Es un libro imprescindible, en mi opinión, para todos aquellos educadores musicales que quieran ampliar la base científica del ejercicio de su docencia o entender qué procesos benefician el aprendizaje musical.

El libro está estructurado en seis capítulos en los que expone, por un lado, qué entendemos como música, cómo afecta la música al cerebro, cuáles son los mecanismos de neuroplasticidad y la estimulación musical, cómo influye la música antes de nacer, qué importancia tiene la música en la educación y otras investigaciones relacionadas.

La publicación tiene un gran valor por ser un tema de plena actualidad y porque todos aquellos que atacan de alguna manera a la educación musical, sea por activa o por pasiva (ignorándola), deberían reflexionar sobre la sociedad que se desea y pensar que una buena educación musical hará ciudadanos más sensibles, inteligentes y capaces. 

Realmente la música tiene una influencia y procura unos beneficios tanto en el desarrollo afectivo, motor, cognitivo, etc... tan grandes que no es comparable con cualquier otra actividad. Parafraseando sus palabras, un cerebro musical es similar a un castillo de fuegos artificiales (cuando se estudia el cerebro de una persona tocando un instrumento, se visualiza una "explosión", una gran estimulación de áreas del mismo de manera simultánea), efecto único de la música.

Uno elige qué tipo de mente quiere para sí y para sus hijos, si rica o pobre, si estimulada o no, si con muchas conexiones o con pocas... Aducir que la música es mera distracción (no niego que puede procurarnos muy buenos momentos además) es desviar torticeramente la cuestión. No existen materias de primera y de segunda en los colegios. De hecho, eliminar la música de las escuelas es tan grave como eliminar la educación física o las matemáticas. 

La música no es necesaria solamente porque coadyuve a otras materias. Tiene beneficios en sí misma, per se.  De hecho aquellas personas que han estudiado un instrumento musical o el canto (que lo es) en la infancia, desarrollan una mayor plasticidad neuronal y mayores conexiones entre las diferentes partes del cerebro que perduran toda la vida. Sólo por el hecho de adquirir una rica configuración cerebral todos los niños deberían estudiar algún instrumento o cantar durante el tiempo necesario. 

Realmente si no está presente en el currículum la música se priva a las próximas generaciones de avances cognitivos, de creatividad, de inteligencia en suma... Esto pondrá en inferioridad de condiciones a los niños del país que prescinda de la música en la escuela, frente a otros (¡como por ejemplo, Suiza, que la incorporó a su constitución!) que sí la integran en su sistema.

Dedica un epígrafe, el 5.3, a la voz y el canto así como en el capítulo 6 a las relaciones entre la música y el lenguaje. Habla de los múltiples beneficios del canto, una actividad innata del ser humano. Detalla: mejora la concentración y la memoria, influye en el estado anímico, así como ayuda a controlar la ansiedad y aumentar la motivación. También disminuye los niveles de cortisol, la hormona del stress y, al mismo tiempo, aumenta los niveles de las llamadas "hormonas de la felicidad", oxitocina y melatonina. Mejora las enfermedades pulmonares, incrementa la cohesión social, etc, etc...

¡Una obra necesaria para educadores musicales y todos aquellos que trabajan con la música y/o la voz!


La neuroeducación aplicada a la enseñanza del canto

En un post anterior comenté la publicación de Francisco Mora y el conocimiento del funcionamiento del cerebro aplicado a la educación. Voy a centrar estas líneas en las vinculaciones con la enseñanza del canto.

Aprender a cantar es una actividad que requiere mucha autoconciencia corporal y mucha reflexión y cordura mental, por lo tanto, es necesario desarrollar una atención dirigida a las propias sensaciones corporales y a los cambios que se producen en estas sensaciones y a lo que sucede a nivel mental y emocional. En muchas ocasiones explico que la técnica vocal es un conjunto de sensaciones corporales positivas que almacenamos en la memoria y a las que recurrimos de una forma cada vez más inconsciente cuando las necesitamos. Pero, para que esto suceda, el aprendizaje debe realizarse de una manera muy rigurosa y sistemática y sobre todo no se le puede pedir a la alumno cosas que no puede hacer.

Por otro lado, es esencial el clima emocional en el que se produce el aprendizaje, es algo que cuido muy especialmente en mis clases porque desde hace muchos años soy consciente de que generar un clima de confianza es esencial para que el alumno investigue y descubra todo el potencial de su voz. La voz, además, no es como otros instrumentos musicales, está íntimamente ligada a la psique de la persona, a su personalidad y sus anhelos. Cualquier indicación que hagamos en una clase debe ser cuidadosa y respetuosa con las características psicológicas de la persona. Deberíamos huir de todas las indicaciones que empiecen por un "no" del tipo "no hagas esto o lo otro" ya que el alumno lo percibe, en muchas ocasiones, como una negación de su personalidad.



Hay que hablar de lo positivo que se hace en una clase tanto o más que de aquellos aspectos que se deben corregir para mantener ese clima emocional positivo. Si el profesor está más pendiente de decir lo que se hace mal que de resaltar lo que se hacen bien, se genera una sensación de incompetencia en el alumno y puede salir de las clase desmoralizado y preguntándose: pero hago algo bien?", "será que no sé?, será que le pasa algo a la voz?". Una actitud crítica sin un buen clima emocional de confianza puede anular las mejores intenciones del docente. La educación vocal debe poner en el centro el desarrollo de la autoestima del alumno y no el nivel o la interpretación de obras difíciles. 

También es fundamental desarrollar la conciencia del valor del error ya que se trata de un proceso en el que se debe estar constantemente experimentando y evolucionando. Siempre digo que una clase de canto es un laboratorio de sonidos y todos son bienvenidos porque nos ayudan a aprender.

Repetir es esencial para aprender pero hemos de asegurarnos, en el canto que repetimos los buenos patrones musculares, las buenas sensaciones corporales sino todo será en vano. Por esta razón todas aquellas actividades que desarrollen nuestra autoconciencia corporal: técnica alexander, tai chi, yoga, pilates, meditación, visualización, etc serán sin duda una herramienta esencial para todo cantante.

Mora habla de la posibilidad de estimular el cerebro con la imaginación, considero este aspecto fundamental para los cantantes que no pueden estar todo el tiempo cantando y necesitan de estrategias de estudio diversas.

Y para terminar, la persona que se interesa por aprender a cantar ya viene con una gran motivación interna, seamos los docentes, muy cuidadosos y alimentemos ese motor con emociones y lenguaje positivo. Es nuestra obligación y responsabilidad hacerles crecer y amar la música y el canto. 

Si quieres conocer más de la publicación puedes hacerlo en este  Enlace

Neuroeducación o la educación del futuro

Esta es mi conclusión tras haber leído las reflexiones que Francisco Mora hace en su último libro titulado Neuroeducación: Solo se puede aprender aquello que se ama de Alianza Editorial. Y en el subtítulo encontramos una de las claves de la educación del futuro.  

Opino que la educación será emocional o no será ya que está demostrado que las emociones que impregnan los procesos son fundamentales para adquirir conocimientos y habilidades mentales. 

Considero esta publicación una lectura imprescindible para todos aquellos profesionales vinculados al mundo de la educación en cualquier campo ya que el libro explica, fundamentándose en las investigaciones científicas, aquellos factores que son fundamentales para que el proceso de enseñanza aprendizaje realmente sea efectivo y constructivo. Hasta ahora los pedagogos basaban su saber hacer en la experiencia, hoy en día hay aspectos que se corroboran gracias a los estudios del funcionamiento del cerebro pero hay otros que se deben reconsiderar.
Neuroeducación es, en palabras de Mora, "estudiar y aplicar los conocimientos del cerebro para una mejor enseñanza" ya que "aprender algo nuevo significa, en términos neurobiológicos, cambiar el cerebro". 
Mucho se habla de la funciones de los hemisferios cerebrales (drecho es holístico y global y creador y el izquierdo es analítico, responsable del lenguaje y matemáticas) pero hay que entender que funcionan de manera simultánea y en constante conjunción y que el aprendizaje está muy influido por el sistema límbico, un cerebro dentro del cerebro, responsable de las emociones. Se podria decir que sin emoción no hay aprendizaje. 
El aprendizaje del mundo es multisensorial, sobre todo en las fases mas tempranas. Los sentidos despiertan al niño al mundo exterior y las emociones a su mundo interior. Estas últimas encienden la llama de la curiosidad que a su vez es la fuente de la atención sostenida, aspecto esencial para el aprendizaje de cualquier cosa. Existen personas más y menos curiosas pero en el libro nos ofrecen estrategias para estimular la curiosidad.
La atención, como he comentado, es esencial para captar un aprendizaje pero si no se repite es imposible que se impregne en la memoria a largo plazo y por tanto que el aprendizaje se asiente. La memoria es el guardián de aquello que se aprende pero para conservarlo las personas deben encontrar utilidad en ello. Para que esto suceda es esencial repetir, experimentar y por lo tanto equivocarse. Se ha de poner en valor el error ya que en el sistema educativo está muy mal considerado y es un aspecto esencial del aprendizaje.
Se habla de la importancia de una buena alimentación, un buen descanso (incluyendo la necesidad de la siesta) amén de una buena iluminación y ventilación para mantener el cerebro en forma. 
También dedica un capítulo a los neuromitos y el que más me ha llamado la atención es el que se refiere a la actividad musical, escuchar música no provoca una mejora en las habilidades cognitivas, en cambio tocar un instrumento sí lo hace. 
Y el capítulo dedicado a los docentes excelentes destaca que es esencial conocer todos estos aspectos pero sobre todo ser unos buenos comunicadores, capaces de impregnar de emoción y pasión sus clases y dejar huella emocional de una manera positiva en los alumnos. Si se quiere mejorar como docente no sólo hay que estar actualizado en la materia sino que se han de adquirir y mejorar tanto los aspectos emocionales como comunciativos. Y cómo se aplica todo esto a la enseñanza del canto? En el siguiente post 

Puedes acceder al libro pulsando AQUÍ