Desarrollando una relación natural con el violín.

El objetivo de los siguientes ejercicios es ayudar a que los estudiantes experimenten nuevas sensaciones cinestésicas. Estos ejemplos prácticos permiten a los estudiantes identificar hábitos subconscientes y relajar tensiones. Una vez se han interiorizado esas sensaciones cinestésicas, los estudiantes pueden revivirlas al practicar practicar simplemente reviviendo la sensación de dejarse ir, hasta que se convierte en una segunda naturaleza durante la ejecución.

Estos son algunos conceptos generales a tener en cuenta al realizar los ejercicios:

  • Cuando nos concentramos en un tema determinado, a veces nos olvidamos de que cualquier movimiento es el resultado de un enfoque global. Si bien es beneficioso aislar los movimientos durante los ejercicios, también hay que tener en cuenta todo el cuerpo desde el principio, sintiéndolo por entero.
  • Durante la práctica, evita repetir y repetir y repetir con la esperanza de lograr una respuesta “automática” que simplemente “suceda en algún momento” durante la ejecución. Interpretar es como conducir en una carrera de Fórmula 1. Hay que estar concentrado en el presente, desde la misma línea de salida. Es necesario ejecutar pasajes sintiendo a cada momento las señales de nuestro cuerpo. Si bien es cierto que el trabajo en la sala de práctica nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos, no debemos repetir pasajes una y otra vez mecánicamente. Piensa en la forma en que aprendemos a caminar. No realizamos movimientos aislados y otra vez. Nos caemos mucho, pero sin frustrarnos, y nos ponemos de pie de nuevo. La forma en que los niños utilizan sus cuerpos, con mucha energía pero poca tensión, nos puede enseñar mucho.
  • Muchas personas contraen o preparan sus cuerpos antes de moverlos en la suposición inconsciente de que esto mejorará la precisión. Sin embargo, el cuerpo es mucho más preciso y está más cómodo cuando no se tensa antes de iniciar un movimiento. Para corregir esto, el profesor pedirá al alumno que pare en medio de una pieza, dejando el arco y el instrumento. Después le pedirá que separe las rodillas, suelte el cuello, afloje la mandíbula, permita que los brazos se muevan tras la espalda, gire el torso hacia la izquierda, y después continúe tocando. Es perfectamente aceptable que el estudiante consiga uno de los cambios cada vez, hasta que finalmente los incorpore todos al mismo tiempo.
  • A veces, al tocar, bloqueamos nuestra respiración durante un momento sin darnos cuenta. No dejes de respirar al tocar, ni al realizar los siguientes ejercicios. Recuerda que para todos los ejercicios* que siguen, el objetivo es experimentar una conciencia cinestésica, en vez de buscar una posición o un movimiento físico concreto.
Ejercicio de relajación 1

Deja que tu cabeza vaya en diferentes direcciones. No muevas la cabeza voluntariamente, deja que la gravedad se encargue de la fuerza. El profesor también podría guiar la cabeza, avisando al estudiante cada vez que se sienta resistencia.

Ejercicio de relajación 2

Inclina un poco la cabeza, pero no presiones sobre el violín. Siente lo poco que hace falta para “sostener” el violín.

Ejercicio de relajación 3

Toca con la cabeza fuera del violín (sin que toque el violín).

Ejercicio de relajación 4

Habla, o lee algo mientras tocas para asegurarte de que no estás apretando los dientes.

Ejercicio de relajación 5

Reposa el codo izquierdo sobre el atril. Concéntrate en el peso disfrutando del apoyo. Pide a alguien que te sostenga el brazo y deja que su peso actúe. Te informará de si estás relajado o no. Experimenta la diferencia entre presionar hacia abajo y dejar caer.

Ejercicio de relajación 6

Balancea tu codo izquierdo dentro y fuera para cerciorarte de que no estás atascado en una postura incorrecta.

Ejercicio de relajación 7

Sin el violín, deja tu mano izquierda floja, dejándola caer hacia fuera de tu cuerpo. Recuerda esa sensación cuando sostengas el violín.

Ejercicio de relajación 8

No aprietes la mano izquierda. Usa las articulaciones como los teclas de un piano. Algo así como al sostener un vaso de agua, no aprietes más de lo necesario. Este principio se aplica también a la mano derecha.

Ejercicio de relajación 9

Practica la relajación de la mano izquierda colocando un rotulador grueso o un corcho entre el pulgar y el mástil, e igualmente entre los dedos y las cuerdas.

Ejercicio de relajación 10

Asegúrate de que el movimiento principal de los dedos de la mano izquierda ocurra en la articulación de la mano con la base de los dedos. Al principio muchas personas tienen una conciencia escasa y limitada de esta articulación. Aunque la mayoría se fijan en la línea que forma la mano sirve de base a los dedos, al mirar nuestras manos desde un lado, nos damos cuenta de que las articulaciones están más bajas que eso. Incluso, si consideramos el esqueleto, recordemos que los huesos de los dedos ahora nacen en la muñeca.

Tener conciencia de la ubicación de las articulaciones nos puede ayudar a entender y a sentir como funcionan los movimientos de la mano derecha, y podemos también mejorar la forma en que la usamos.

Ejercicio de relajación 11

Suelta el pulgar izquierdo de vez en cuando un rato. Muévelo en círculos para asegurarte de que está relajado y ayudando a los otros dedos, y no aferrándose a un acantilado para salvar la vida o estrangulando el cuello del violín.

Ejercicio de relajación 13

Practica las extensiones mediante la relajación/liberación de los músculos, en vez de empujarlos forzando su alcance. Al final, intenta encontrar digitaciones que no creen tensiones que puedan llevarte a fallar en la interpretación. Prueba con retro extensiones entre dedos para descubrir cómo se puede llegar más lejos soltando en vez de tensionando.

Ejercicio de relajación 14

El pulgar en posiciones altas: plantéate relajar el pulgar para tener la mano en una postura cómoda. (Nota: sin almohadilla esto podría no ser posible). La mano necesita estar libre para tocar afinado y para que los dedos tengan facilidad de movimiento.

Ejercicio de relajación 15

Imagina que el arco es una espada y juega con ella, moviéndola por el aire, dejando cada parte de tu cuerpo relajada. (Esto es un gran ejercicio para principiantes, así ganan confianza con el arco como una extensión de sus cuerpos).

Ejercicio de relajación 16

Imagínate que tienes un balón bajo el brazo. Mantén esa sensación de facilidad cuando toques.

Ejercicio de relajación 17

Mueve el codo derecho arriba y abajo, intentando conocer los extremos de esa zona, asegurándote de no quedarte anclado en una posición.

Imagina que hay una mosca posada sobre una cuerda. Imagina ahora que tu mano es la mosca y tu brazo es la cuerda flexible que la deja ir a cualquier sitio sin resistirse. Compara esta sensación intentando alcanzar esos lugares desde tu hombro.

Ejercicio de relajación 18

Reposa (sin moverlas) diferentes partes del brazo y mueve otras articulaciones para “entrar en contacto” con tu cuerpo y desarrollar más herramientas de relajación. Puedes usar un atril para sujetar el codo, antebrazo o mano, para trabajar una parte específica, relajando el resto.

Ejercicio de relajación 19
  • Ejercicios de arco para despertar los dedos y ser más consciente de cómo se mueven y sienten. Recomiendo realizar estos ejercicios con el brazo derecho recto y de frente, en un ángulo de 90º con el cuerpo. También es buena idea hacerlo con un bolígrafo en vez de con el arco.
  • Limpiaparabrisas: utiliza sólo el meñique para realizar este movimiento.
Ejercicio de relajación 20

Mueve el arco arriba y abajo. El pulgar y los otros cuatros dedos lo realizan al expandirse y contraerse.

Ejercicio de relajación 21

Mueve el arco arriba y abajo usando un patrón diagonal de dedos. Comienza con una sujeción normal del arco. Muévelo abajo y al frente (los dedos en dirección a la punta del arco), volviendo luego a la posición inicial; entonces hacia abajo y atrás (con los dedos en dirección a la nuez). Repite.

Ejercicio de relajación 22

Levanta cada uno de los dedos repetidamente.

Ejercicio de relajación 23

Levanta diferentes combinaciones de dedos repetidamente. (Por ejemplo, el índice y anular, medio y meñique, etc.) Toca utilizando diferentes combinaciones para experimentar las diferentes funciones de cada dedo.

Ejercicio de relajación 24

Sostén el arco sin emplear el pulgar. Mueve el pulgar libremente en círculos. Haz esto sobre una cama para prevenir que el arco se te pudiera caer. (Truco: el dedo medio sujeta el arco por abajo, y el resto desde arriba).

Ejercicio de relajación 25

Empuja el pulgar con otro dedo para asegurarte de que la articulación es flexible y no está bloqueada.

Ejercicio de relajación 26

Camina con tus dedos, hacia la punta. Mueve los dedos en este orden: índice, medio, pulgar, anular, meñique. El arco no se debe mover. Puedes intentar algunos de estos ejercicios sosteniendo el arco por otro sitio, más cerca de la punta. Tu meñique tendrá que trabajar duro.

Ejercicio de relajación 27

Camina mientras estás tocando.

Ejercicio de relajación 28

Mientras estás tocando, agáchate y yérguete flexionando las piernas.

Ejercicio de relajación 29

Rota tus caderas mientras tocas.

Ejercicio de relajación 30

Rota el torso mientras tocas. El objetivo de estos ejercicios es asegurarte de que no estás bloqueando ninguna parte de tu cuerpo.

*Cualquier lesión producida por la correcta o incorrecta realización de estos ejercicios es únicamente responsabilidad de la persona que los realice. Tomás Cotik y sus colaboradores no asumen ninguna responsabilidad por daños al instrumento y/o arco causados al realizar estos ejercicios.


Algunos conceptos son descritos en profundidad en los siguientes artículos:

  • William Conable, “The Alexander Technique,” Journal of the Violin Society of America, 13, no. 1 (1993), 126-132.
  • Charles Jay Stein, “The Alexander Technique: Its Basic Principles Applied to the Teaching and Performing of Stringed Instruments,” American String Teacher, 49:3 (August 1999), 75-77.

 

  • Fotos: So-Ming Kang
  • Estudiante, modelo y ayudante: Patricia Jancova
  • Fuente original del artículo: The Strad

Cambios de posición jugando a ser Django.

Es algo que a veces nos da dolores de cabeza… pero como todo en el violín requiere paciencia, requiere constancia y algún que otro juego  que nos haga menos arduo el camino.

El truco que os traigo es Jugar al Django Reinhardt ¿qué? ¿que como sois violinistas no conocéis a este tipo porque era guitarrista? pues para propios y extraños os comentaré que Django es considerado el máximo exponente del gypsy jazz o jazz manouche. Un estilo que requiere  verdaderas dosis de virtuosismo en sus interpretes solistas pues los fraseos son endiabladamente rápidos.

No os pido que practiquéis la velocidad,  de lo contrario no os hubiera pedido jugar al Django sino que os hubiera propuesto alguna inalcanzable obra de Paganini.

Os sigo hablando de Django para que lo entendáis… Una noche, ya de vuelta del club donde tocaba, creyó oír en su caravana las rascaduras de un ratón, tomó una vela y comenzó a buscarlo, pero la mala suerte hizo que la vela prendiese en unos ramos de flores de celuloide (plástico muy inflamable ahora casi en desuso) que su mujer acumulaba para la venta, lo cual originó un incendio que a punto estuvo de matarlo. Todo su lado izquierdo quedó desfigurado y hasta los médicos recomendaron amputar brazo y pierna izquierdos. Django se negó aún a riesgo de su vida. Consiguió sobrevivir tras 18 meses de cuidados y, además de muchas otras secuelas, su dedo anular y meñique quedaron paralizados y encogidos en la palma de la mano.

Con el tiempo no solo demostró que estar lisiado no supondría para él el abandono de la música y el virtuosismo sino que se definió en un estilo tan propio y personal que hoy en día aún lo reconocen como “la figura a imitar”. Django es a la guitarra jazz lo que Grappelli es al violín. No por casualidad tocaron juntos y sus estilos se entremezclan a la vez que los hace inconfundibles.

Para hacer un alto en el camino y que tengáis claro qué buscamos y qué no al jugar al Django con el violín, veamos un trocito de este vídeo para el que han elegido una música desafortunada pues no le dejan mucho espacio como solista, aunque las imágenes ralentizadas no dejan lugar a dudas de cómo usaba su mano izquierda y como en algún momento se ayuda de sus dedos paralizados para completar un acorde; pero se ve que el peso de la melodía la lleva únicamente con el índice y el medio.

(Si os queda la curiosidad de cómo tocaba este fenómeno, al final os pondré un vídeo solo para nuestro deleite).

Nosotros vamos a jugar al Django, vamos a tocar en nuestro violín alguna pieza que ya tengamos dominada y que podamos tocar completa en primera posición sin ninguna extensión ¿ok?… bien, pues ahora imagina que fueses como Django. Tienes tus dedos tres y cuatro atrofiados… ¿cómo  tocarías? tendrías que tocar digitando 1-2  1-2. De forma que el dedo 3 será siempre sustituido por el dedo 1 y el dedo 4  siempre por el 2… no vale hacer trampas… jamás tocarás con el 1 cuando bajando la escala pases del hipotético dedo 3 (ahora sustituido por el 1) al dedo 2 con un glisando con el indice. La digitación 1-2-3-4 será siempre 1-2-1-2 y la digitación 4-3-2-1 será 2-1-2-1… no nos vale hacer 2-1-1-1. los únicos glisandos que estarían permitidos podrian ser en las digitaciones 1-3 y 3-1 que ahora serían 1-1, aunque te recomiendo que en principio trates de hacerlo sin arrastrar la nota, sino como notas independientes.

En fin.. si juegas a esto poniendo especial atención a la afinación… cada vez que uses el indice como sustituto de dedo 3 estarás en tercera posición, haciendo continuos cambios de primera a tercera posición cada vez que la pieza requiera que uses el dedo 3 y volviendo a la primera cada vez que la pieza requiera tocar las notas 1 y 2 de cada cuerda. Sin darte cuenta estarás habituado a realizar el cambio de posición cuando una pieza realmente así lo requiera.

Ahora a divertirse jugando a Django, pero para despedirnos, lo prometido es deuda, otro vídeo del monstruo al que hoy utilizamos de ejemplo Django and Grappelli.

Sorprendentes.


Fuente: Violinerías


Cambios de posición jugando a ser Django.

Es algo que a veces nos da dolores de cabeza… pero como todo en el violín requiere paciencia, requiere constancia y algún que otro juego  que nos haga menos arduo el camino.

El truco que os traigo es Jugar al Django Reinhardt ¿qué? ¿que como sois violinistas no conocéis a este tipo porque era guitarrista? pues para propios y extraños os comentaré que Django es considerado el máximo exponente del gypsy jazz o jazz manouche. Un estilo que requiere  verdaderas dosis de virtuosismo en sus interpretes solistas pues los fraseos son endiabladamente rápidos.

No os pido que practiquéis la velocidad,  de lo contrario no os hubiera pedido jugar al Django sino que os hubiera propuesto alguna inalcanzable obra de Paganini.

Os sigo hablando de Django para que lo entendáis… Una noche, ya de vuelta del club donde tocaba, creyó oír en su caravana las rascaduras de un ratón, tomó una vela y comenzó a buscarlo, pero la mala suerte hizo que la vela prendiese en unos ramos de flores de celuloide (plástico muy inflamable ahora casi en desuso) que su mujer acumulaba para la venta, lo cual originó un incendio que a punto estuvo de matarlo. Todo su lado izquierdo quedó desfigurado y hasta los médicos recomendaron amputar brazo y pierna izquierdos. Django se negó aún a riesgo de su vida. Consiguió sobrevivir tras 18 meses de cuidados y, además de muchas otras secuelas, su dedo anular y meñique quedaron paralizados y encogidos en la palma de la mano.

Con el tiempo no solo demostró que estar lisiado no supondría para él el abandono de la música y el virtuosismo sino que se definió en un estilo tan propio y personal que hoy en día aún lo reconocen como “la figura a imitar”. Django es a la guitarra jazz lo que Grappelli es al violín. No por casualidad tocaron juntos y sus estilos se entremezclan a la vez que los hace inconfundibles.

Para hacer un alto en el camino y que tengáis claro qué buscamos y qué no al jugar al Django con el violín, veamos un trocito de este vídeo para el que han elegido una música desafortunada pues no le dejan mucho espacio como solista, aunque las imágenes ralentizadas no dejan lugar a dudas de cómo usaba su mano izquierda y como en algún momento se ayuda de sus dedos paralizados para completar un acorde; pero se ve que el peso de la melodía la lleva únicamente con el índice y el medio.

(Si os queda la curiosidad de cómo tocaba este fenómeno, al final os pondré un vídeo solo para nuestro deleite).

Nosotros vamos a jugar al Django, vamos a tocar en nuestro violín alguna pieza que ya tengamos dominada y que podamos tocar completa en primera posición sin ninguna extensión ¿ok?… bien, pues ahora imagina que fueses como Django. Tienes tus dedos tres y cuatro atrofiados… ¿cómo  tocarías? tendrías que tocar digitando 1-2  1-2. De forma que el dedo 3 será siempre sustituido por el dedo 1 y el dedo 4  siempre por el 2… no vale hacer trampas… jamás tocarás con el 1 cuando bajando la escala pases del hipotético dedo 3 (ahora sustituido por el 1) al dedo 2 con un glisando con el indice. La digitación 1-2-3-4 será siempre 1-2-1-2 y la digitación 4-3-2-1 será 2-1-2-1… no nos vale hacer 2-1-1-1. los únicos glisandos que estarían permitidos podrian ser en las digitaciones 1-3 y 3-1 que ahora serían 1-1, aunque te recomiendo que en principio trates de hacerlo sin arrastrar la nota, sino como notas independientes.

En fin.. si juegas a esto poniendo especial atención a la afinación… cada vez que uses el indice como sustituto de dedo 3 estarás en tercera posición, haciendo continuos cambios de primera a tercera posición cada vez que la pieza requiera que uses el dedo 3 y volviendo a la primera cada vez que la pieza requiera tocar las notas 1 y 2 de cada cuerda. Sin darte cuenta estarás habituado a realizar el cambio de posición cuando una pieza realmente así lo requiera.

Ahora a divertirse jugando a Django, pero para despedirnos, lo prometido es deuda, otro vídeo del monstruo al que hoy utilizamos de ejemplo Django and Grappelli.

Sorprendentes.


Fuente: Violinerías


Orange Blossom Special, el himno fiddle.

Si hay un género de la música popular en el que un violinista -mejor vamos a llamarle fiddler– tiene un prestigio ganado con justicia ese es el de la música bluegrass.

No vamos a hablar ahora de las raíces y características de este género (lo abordaremos en otro artículo); bastará con decir que proviene de la evolución desde los años 30 del hillbilly, un tipo de música de las montañas surgido a partir de los folklores que inmigrantes de diversos lugares de las islas Británicas aportaron a Estados Unidos, más la influencia de otros estilos de raíz africana como el blues o incluso, más actualmente, el jazz o el rock progresivo.

La Bluegrass region, zona del norte de Kentucky, aportó el nombre, que fue popularizado definitivamente a partir de mediados de la década de los ’40 por Bill Monroe (el padre del bluegrass) y sus “Bluegrass Boys“.

Un grupo de bluegrass debe destacar por el virtuosismo de sus componentes. Esencialmente, banjo, violín y mandolina (más otros posibles instrumentos como armónica, steel guitar o dobro, si los hubiera) suelen reservarse en muchos temas una buena ración de solos en los que explayarse. Particularmente fascinante es la labor del “fiddler”, cuya técnica puede alcanzar cotas sorprendentes en el ámbito de una música popular. Un perfecto sentido del ritmo, del “shuffle“, que llaman a su peculiar cadencia, dominio absoluto de las dobles cuerdas, velocidades endiabladas en los solos, hacen de este género un entorno especialmente propicio para violinistas apasionados y feroces.

Y hay una canción que ha llegado a representar todo el género, a la que se ha llegado a definir como “el himno nacional del violinista folk” (Fiddle player’s national anthem), un tema que fue la vara de medir por la que se juzgaba si un fiddler era bueno o no, un tema que da igual cuantas veces se toque, si lo haces bien siempre parece que hay fuegos artificiales y haces que la gente se vuelva loca.

Claro, ya habéis adivinado por el título del artículo: se trata de “Orange Blossom Special“.

Historia de una canción mítica.

El Orange Blossom Special era un tren de pasajeros de lujo que, desde 1925 y durante los meses de invierno, hacía el recorrido  entre Nueva York y Miami. Muy grande y rápido, en su época era considerado por algunos “el más grandioso tren del mundo”. De aspecto imponente, en sus cabinas se ofrecían comidas dignas de los mejores restaurantes, y permitía hacer el viaje en unas increíbles, por aquel entonces, 35 horas.

Ervin Rouse y Chubby Wise

Ervin Rouse junto a Chubby Wise

En 1938, dos jóvenes amigos violinistas Robert “Chubby” Wise y Ervin Rouse, se encuentran en la estación de tren de Jacksonville, sin un dólar en el bolsillo, esperando la llegada del famoso monstruo del que tanto han oído hablar. Hay que entender que por aquel entonces un tren de esas características no era nada común, casi como contemplar el lanzamiento de un cohete espacial.

Uno de los amigos, Chubby, alegre y regordete, había empezado a tocar el violín a la edad de 15 años de la mano de su padre, también violinista, a quien hasta entonces había acompañado con el banjo y la guitarra. Dedicado a conducir un taxi por las mañanas y a tocar por las noches, su facilidad y talento lo llevaron pronto a destacar entre la escena de la música folk.

Ervin, por su parte, es un virtuoso músico formado a sí mismo pero con un talento natural descomunal que llevaba demostrando de forma profesional desde unos prodigiosos 8 años.

Después de contemplar fascinados la llegada del impresionante ingenio, Chubby y Ervin se enfrascan durante la noche en una jam en el apartamento del primero, en la que se mezclan la euforia, la borrachera y la emoción por lo que han visto. De esa jam session surgiría Orange Blossom Special, un tema lleno de efectos imitando a un tren en marcha: la maquinaria, bocinas, campanas y un shuffle muy loco.

Pero en realidad nadie sabe con certeza qué sucedió aquella noche, probablemente ni siquiera los protagonistas, confundidos con el alcohol, el paso del tiempo y sus propios deseos, recuerdan con fidelidad quién creó qué, quién descubrió ese lick o aquel efecto, quién tocó por primera vez esa sirena del tren tan característica…Chubby Wise afirmaría que la canción surgió entera en 20 minutos y él habría aportado la música. Lo único absolutamente cierto es que quien registró el tema y se quedó con los derechos fue Ervin Rouse.

Así que la primera versión de la historia es la que cuenta cómo Chubby, con su carácter expansivo y la generosidad que a menudo proporciona el alcohol, le cedió a su amigo el privilegio de registrar el tema y quedarse con los derechos que proporcionase. “Ese fue mi primero error”, dijo en 1982, “un error de 100.000$”.

“Yo sólo ayudé a escribir la melodía, no la letra. Le di a Ervin la mitad de la canción. Pero eso no me hizo daño a mi ego. Gané un montón de dinero, no directamente, pero sí de forma indirecta, con el Orange Blossom Special. Me proporcionó un montón de encargos, y, en ese sentido, un montón de dólares.”

Chubby Wise, a la Associated Press

Esta es la primera versión existente de Orange Blossom special, interpretada por Ervin junto a su hermano. En aquel entonces aun era una versión cantada.

The Rouse Brothers

Los hermanos Rouse

Parecería que Ervin tenía todas las de ganar: una canción que se convertiría en la más interpretada de la historia en la música folk (y nombrada una de las 10 canciones del siglo por la Asociación Americana de Compositores), además de talento, encanto, despreocupación, la admiración del público.

Robert

Chubby Wise

Sin embargo fue el rechoncho y alegre Chubby, aun agobiado por fantasmas infantiles de abandono y abusos pero siempre sonriente, el que acabó triunfando; primero con su propia banda, luego con los míticos Bluegrass Boys de Bill Monroe, más tarde en otras diversas agrupaciones.

En la cruz de la moneda, Ervin, que comenzó tocando en los más importantes escenarios, solo o con su hermano, acabó enfermo, física y psicológicamente (se le diagnosticó esquizofrenia), totalmente perdido, tocando en mugrientas tabernas en lo más profundo de los Everglades.

“Mi nombre es Rouse, Madre. Solía cantar un poco y tocar el Orange Blossom Special. La canción pertenece a todo el mundo ahora, supongo, pero solía ser mi mejor canción.”

Ervin T. Rouse a la Madre Maybelle Carter

Ervin T. Rouse

Ervin T. Rouse

Y así comenzó un lío que ha dividido a la comunidad de la americana music desde que comenzó. Grandes estrellas como Johnny Cash, que fue quien popularizó el tema de forma masiva en una versión con armónica y saxofón, defendió siempre la autoría de Ervin (ganándose cierta enemistad de Wise desde entonces).

Y es que esa es la otra versión de la historia: según Randy Noles, biógrafo de Ervin Rouse, éste ya habría compuesto el tema años antes bajo el nombre de “South Florida Blues”, y lo registró como “Orange Blossom Special” unos pocos meses antes de la famosa noche loca en el apartamento de Wise. Éste simplemente anhelaba apropiarse de un poco del prestigio de la canción, y de tanto repetir la historia de su colaboración, terminó creyéndoselo él mismo.

Supongo que nunca sabremos con certeza cómo sucedieron exactamente las cosas, sólo queda seguir sonriendo cada vez que escuchamos ese comienzo con la bocina del tren.

Os dejo con algunas versiones que he creído interesantes. Realmente hay tantas que te puedes tirar horas escuchando en spotify o youtube.

La versión de Johnny Cash que hizo de Orange Blossom un éxito masivo:

No conozco violinista más apropiado para este tema actualmente que el entrañable y volcánico Michael Cleveland:

Otro video interesante, este tributo al gran Vassar Clements, en el que reunió a un montón de grandes fiddlers del momento para homenajear al “Himno Nacional del Fiddle”. Intervienen nada menos que: Alison Krauss, Sara Watkins, James Price, Hunter Berry, Rhonda Vincen, Jim VanCleve, Andy Leftwich, y Stuart Duncan.

Enfin, si ponéis el título de la canción en Spotify os saldrán un número increíble de versiones. Aquí os dejo unas cuantas, con una pieza a destacar: la que ejecutan con toques swing nuestros compatriotas de la Barcelona Bluegrass Band:

Fuentes

New York Times

         Cover tiny file
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          Hot Licks For Bluegrass Fiddle
Edited by Stacy Phillips. For Fiddle. Music Sales America. Bluegrass and Instructional. Instructional book and examples CD. Standard notation, chord names, instructional text, violin notation guide, introductory text and black & white photos. 128 pages. Music Sales #OK64378. Published by Music Sales (HL.14015429).

En Estados Unidos esta canción es tan importante que se han escrito libros y se han rodado documentales sólo dedicados a ella:

         Cover tiny file
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          Orange Blossom Boys
(The Untold Story of Ervin T. Rouse, Chubby Wise and the World’s Most Famous Fiddle Tune). By Orange Blossom Boys. Book. Softcover with CD. Published by Centerstream Publications (HL.282).
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Fiddler’s Curse – Revised and Updated
(The Untold Story of Ervin T. Rouse, Chubby Wise, Johnny Cash and the Orange Blossom Special). Fiddle. Softcover. Published by Centerstream Publications (HL.1081).

Infografía de escalas e intervalos (2ª parte)

Vamos a por la segunda parte del artículo dedicado a la infografía de escalas e intervalos. Antes de continuar leyendo esta segunda parte, es muy recomendable leer la primera.

Esta vez nos metemos en una parte que ya puede empezar a complicarse un poco más: la creación de acordes y/o arpegios.

Pero antes, para los que no vierais la primera parte, os vuelvo a dejar la infografía con su botón de descarga correspondiente.

Infografía completa

Con el botón de abajo podéis descargar la infografía en tamaño A3, con los siguientes datos:
  • Equivalencia de notación latina y anglosajona
  • Notas en el mástil del violín en primera posición.
  • Círculo de quintas/cuartas.
  • Fórmulas para la creación de diferentes acordes.
  • Orden en el que aparecen bemoles y sostenidos.
  • Intervalos
  • Diferentes escalas
  • Acordes y sus funciones creados en una tonalidad mayor
Aviso:

El tamaño del archivo es A3. Es como mejor se puede leer, ya que contiene mucha información. Pero si lo quieres más pequeño o sólo tienes posibilidad de imprimirlo en tamaño A4, no olvides configurarlo a la hora de ajustar la página para imprimir.

TABLA DE ACORDES

Un acorde es un conjunto de tres o más notas diferentes que suenan de forma simultánea (acorde) o sucesiva (arpegio).

En esta tabla podéis ver diferentes tipos de acordes, cómo están construidos y cómo se suelen representar habitualmente.

Si pensabais que los acordes son cosa de guitarristas estáis muy equivocados. Los acordes son, después de la tonalidad, la base estructural de toda canción, o al menos del 90 de la música tonal que se crea hoy en día.

Nosotros los violinistas tenemos mayor dificultad para tocar acordes de tres notas o más, pero aun así su conocimiento es esencial para tocar integrado con los demás músicos. Dominarlos nos permitirá hacer arpegios sobre esos acordes, elegir las dobles cuerdas adecuadas, improvisar sabiendo por dónde andas, tocar frases de tránsito entre ellos, etc.

Notación anglosajona

Como la notación anglosajona es mayoritaria actualmente, es la que hemos utilizado para nombrar notas y acordes. Las notas se sustituyen por letras partiendo del La, al que se le adjudica la letra “A”, al Si la “B” y así sucesivamente.

CÓMO SE FORMAN LOS ACORDES

Notas arpegio de Do

Estas son las notas del acorde/arpegio de C (Do mayor)

C – E – G

Acordes de 3 notas


Los acordes más tradicionales se crean añadiendo dos intervalos de tercera sobre la nota principal. Un intervalo de tercera, como sabréis es una distancia de tres grados entre notas de una escala.

Así, un acorde básico se formaría añadiendo a la nota sobre la queremos formar el acorde un intervalo de tercera y otro de quinta, 1 – 3 – 5 . Las variaciones que hagamos sobre estos intervalos serán las que hagan que se llame de una forma u otra.

En el ejemplo de la imagen de al lado, el acorde de C (Do mayor) estaría compuesto por las notas C – E – G

Acorde mayor

Está formado por una tercera mayor (dos tonos de distancia) y una quinta justa. Se nombraría sólo con la letra mayúscula correspondiente:

  • C

Acorde menor

Formado por una tercera menor (tono y medio de distancia), y una quinta justa. Se nombraría con la letra del acorde más cualquiera de estas notaciones: “m”, “min”, “mi”, “-“. Así, Do menor lo podréis encontrar escrito de todas estas maneras:

  • Cm
  • Cmi
  • Cmin
  • C-

Estos son los dos acordes más utilizados en música popular y folk. A partir de aquí podemos hacer variaciones de estos dos acordes básicos o enriquecerlos con más notas. Pero estos son los que deberíamos intentar dominar antes que nada.

Variantes de los acordes de 3 notas.

Acorde aumentado

Está formado por una tercera mayor y una quinta aumentada. Se escribiría de estas  posibles maneras:

  • Caug
  • C+

Acorde disminuido

Formado por una tercera menor y una quinta disminuida. Se escribiría de estas  posibles maneras:

  • Cdis
  • Cdim

Acorde suspendido

La tercera se sustituye por una cuarta o una segunda, y se cifrarían añadiendo a la letra del acorde la abreviatura “sus4” o “sus2”, respectivamente.

  • Csus4
  • Csus2

Los acordes mayores son luminosos, dan sensación de optimismo, normalidad. Los menores son más oscuros, dan sensación de nostalgia, melancolía…

Los acordes aumentados son brillantes, reflejan sorpresa, resplandor. Los disminuidos son oscuros, dan sensación de extrañeza, tensión angustia…


ACORDES DE 4 NOTAS

Cuando a un acorde de 3 notas se le añade una adicional, añadimos matices a la tonalidad.

Acordes con 9ª (2ª) adicional.

1 – 3 – 5  – 9

Se cifran con la letra del acorde y la abreviatura “add9”. Puede usarse la que está junto a la octava, o junto a la nota principal, según nos convenga. Estos acordes, aun siendo de 4 notas, tienen una sonoridad más parecida a los de tres notas.

  • Cadd9
  • C-add9

Acorde mayor con séptima mayor.

1 – 3 – 5 – 7. Al acorde mayor se le añade una séptima mayor.

  • Cmaj7
  • Cma7

Acorde mayor con séptima menor (o séptima de dominante).

1 – 3 – 5  – b7. Al acorde mayor se le añade una séptima menor.

  • C7

Acorde menor con séptima menor

1 – b3 – 5 -b7. Al acorde menor se le añade una séptima menor.

  • Cm7
  • Cmin7
  • C-7

Acorde menor con séptima mayor

1 – b3 – 5 – 7. Al acorde menor se le añade una séptima mayor. Se puede escribir de todas estas maneras:

  • Cm(maj7)
  • C-(maj7)
  • Cmin(+7)

Acorde aumentado con séptima mayor

1 – 3 – #5 – 7. Un acorde aumentado con una séptima mayor añadida.

  • C+(maj7)

Acorde aumentado con séptima menor

1 – 3 – #5 – b7. Un acorde aumentado con una séptima menor añadida.

  • C+7
  • C7(#5)

Cómo trabajar los acordes

Los acordes mayores son los que utilizaremos para trabajar armónicamente, porque son los más usados y básicos en la música.

Todo lo haremos mentalmente, sin leer partituras de arpegios ni escalas. Es la única manera de que nuestro cerebro trabaje por su cuenta.

Probablemente has practicado arpegios muchas veces para hacer dedos, y eso es un buen ejercicio, pero a la hora de entrar en una canción con una estructura de acordes determinada, es mejor trabajar de otra forma.

Lo primero que debemos tener claro es dónde está cada nota en primera posición. Por ejemplo, si alguien te dice SOL (en anglosajón sería G) debemos saber dónde se toca esa nota en el diapasón. Esta nota en concreto se puede tocar en 3 octavas distintas en primera posición. Si aun no tenemos esto claro, es el paso imprescindible.

Una vez dominado esto con todas las notas, localiza una nota cualquiera y su quinta justa. En el caso del acorde de G, buscaríamos las combinaciones de G y D. Verás que por ejemplo la quinta siempre es la nota de al lado en la siguiente cuerda, pero también una nota un tono más arriba en la cuerda anterior. Estos patrones los vamos interiorizando porque sirven, no sólo para la nota G, sino para muchas otras. Tocamos estos intervalos a la vez como dobles cuerdas o como notas sucesivas.

 

Hacemos lo mismo con la nota principal y la tercera mayor (G y B). Buscamos todas las variantes y cómo se pueden tocar esas notas en primera posición.

Hacemos lo mismo con la tercera y la quinta (D y B).

Así, llegaremos a encontrar multitud de combinaciones de nuestros dedos en los que estaremos tocando dos notas del arpegio/acorde de G. Si tocamos dos o más de estas combinaciones estaremos haciendo acordes completos.

Al final tendremos un mapa del acorde de G por el que podremos ir pasando sintiendo como siempre estamos en el mismo acorde. Con todas esas combinaciones podremos jugar al tocar en un tema.

Cuando lo tengamos bastante dominado bajaremos un semitono la tercera nota del acorde (La nota B pasaría a Bb), para tocar un acorde menor en vez de uno mayor. Notaremos cómo cambia el carácter de la armonía a algo más melancólico, menos brillante.

Y es el mismo trabajo en acordes aumentados, disminuidos, suspendidos, etc.