Verdi y el canal de Suez

Canal de Suez con el Ferdan Railway Bridge

Hay una creencia muy extendida según la cual en la inauguración del canal de Suez se habría representado la ópera de Giuseppe Verdi Aida. Esta información, aún siendo totalmente errónea, está presente en innumerables sitios web, sobre todo blogs y foros, lo que facilita su redifusión por parte de cualquier usuario de la red que la tome por buena. A veces también caen en la trampa los periodistas profesionales, que demasiado frecuentemente se documentan de manera inadecuada, como es el caso del autor de este especial de Antena3 Noticias, que, hablando del canal de Suez, dice textualmente:

En un mes de noviembre de 1869, el día 17, se inauguró esta obra faraónica con la interpretación de ‘Aida’, de Verdi, compuesta para la ocasión.

Lo único cierto de esa afirmación es que efectivamente ese día se inauguró esa vía de 163 kilómetros de longitud que permite navegar de Europa al sur de Asia y viceversa sin tener que rodear África, pero la música que acompañó ese evento no fue la ópera de Verdi, sino la Egyptian March Op. 335 de Johann Strauss II.

Probablemente el equívoco se debe no a una sola sino a varias causas. En primer lugar, inicialmente Verdi recibió un encargo para componer un himno (no una ópera) para la inauguración del canal, pero lo rechazó. Otra razón es que, coincidiendo con ese acontecimiento, tan sólo un par de semana antes, también se inauguró el Teatro Real de la Ópera (Khedivial Opera House) de El Cairo con la representación de una ópera de Verdi. Pero no se trataba de Aida, sino de Rigoletto. Finalmente, Aida fue estrenada en ese mismo escenario, pero eso no ocurrió hasta el 24 de diciembre de 1871, cuando ya habían pasado más de dos años desde la inauguración de ambas obras. Así lo cuentan en la página oficial del teatro:

Contrary to general belief, Aida was not commissioned for the inauguration of either Opera House or Suez Canal. In fact, the Opera House opened with Rigoletto, an earlier masterpiece by Verdi. Aida was first performed in 1871.

El edificio del cual trata el párrafo citado fue totalmente destruido por un incendio hace más de 40 años. La plaza en la que estaba situado mantiene el antiguo nombre de Plaza de la Ópera, aunque el nuevo Teatro de la Ópera, construido en 1988, esté en otro lugar.

Además de esos hechos históricos, la ambientación de Aida en el antiguo Egipto sin duda ayudó y sigue ayudando a la propagación de este equívoco.

El título de la obra es el nombre de su protagonista, una princesa etíope capturada en una expedición militar de los egipcios, que ignoran su identidad. En su cautiverio se enamora, correspondida, de Radamés, un comandante del ejército del faraón, lo que pone a ambos en un dilema, teniendo que elegir entre la persona amada y su patria.

Este conflicto interior se acentúa cuando, de vuelta de una nueva ofensiva a Etiopía, Radamés trae prisionero al padre de Aida, desconociendo que se trata del rey enemigo, que cree muerto en la batalla. El faraón, para premiar a Radamés por el éxito, le ofrece a su hija como esposa y le invita a pedir cualquier deseo. Por amor a Aida, Radamés pide la liberación de los prisioneros, que se le concede con la excepción de la misma Aida y de su padre, quienes son retenidos como garantía de que los etíopes no intentarán organizar una venganza. Sin embargo el rey etíope obliga a su hija a sonsacar a su enamorado la posición del ejército egipcio y, una vez conseguida esa información, a huir con él.

La traición involuntaria de Radamés es descubierta y castigada severamente: será enterrado vivo, pena que acepta con resignación por el consuelo de saber que Aida está a salvo. Pero cuando sus verdugos lo abandonan en el sótano que será su tumba y sellan su única vía de salida, Radamés se da cuenta de que no está solo: Aida se ha escondido allí para morir entre sus brazos.

En la larga lista de arias famosas de esta ópera destacan Celeste Aida (Celeste Aída), Qui Radames verrà (Radamés vendrá aquí) y Ritorna vincitor (Vuelve victorioso). El vídeo siguiente contiene una versión bastante curiosa de esta última aria, perteneciente a la versión cinematográfica rodada en 1953 en la que Sophia Loren interpreta a Aída con la voz de Renata Tebaldi.

Sin embargo el número más popular de esta ópera no es un aria sino una sección coral, Gloria all’Egitto, que contiene a su vez la marcha triunfal que acompaña la entrada en la ciudad del ejército victorioso de Radamés a final del segundo acto.

El tema principal de la marcha triunfal está pensado para un instrumento construido expresamente para esta ópera: una trompeta natural a la que se le añadió un solo pistón. A diferencia de las trompetas modernas, que gracias a sus tres pistones pueden tocar todas las notas incluidas en su extensión, las que podemos observar en el vídeo son muy limitadas en este sentido por lo que, en el momento en que hay una modulación a un tono lejano (lo que se da en el minuto 0:49), es necesario utilizar otro instrumento similar de diferente longitud. En este caso concreto, las dos secciones no suelen estar a cargo del un mismo instrumentista que cambia de trompeta, sino de dos músicos distintos, no sólo porque no da tiempo a realizar el cambio, sino por exigencias teatrales pues estos músicos de la orquesta no tocan en el foso como sus compañeros sino en el escenario, donde actúan como figurantes contribuyendo también visualmente al exotismo de la obra. Esta última función de este instrumento debe haber sido la razón principal del su uso, ya que esa melodía se puede realizar con una trompeta moderna sin que se note mucho la diferencia evitando múltiples desventajas, como por ejemplo la dificultad de transporte y de manejo en el espacio destinado a la orquesta, además del coste añadido.

Ya sea con trompetas naturales o modernas, este fragmento musical suena muy brillante y solemne, un carácter que obviamente no se puede conseguir con una flauta dulce. Aún así, he arreglado esta marcha para este instrumento de manera que mis alumnos y alumnas puedan disfrutar tocándola. La sección central tiene bemoles, en sentido literal, por lo que, si todavía no se tiene un nivel suficiente para tocarla, es preferible permanecer en silencio y retomar cuando se vuelve a la tonalidad principal (compás 38).

La entrada Verdi y el canal de Suez ha sido publicada primero en educacionmusical.es.

Algunos instrumentos virtuales para tocar y grabar | Musikawa

En la mayoría de los casos, no disponemos del dinero suficiente como para tener un “arsenal” de instrumentos con los que tocar y grabar nuestras composiciones (baterías, teclados, guitarras, bajos, instrumentos de cuerda, instrumentos de viento, instrumentos tradicionales…). Pudiera ser, que contáramos con un teclado MIDI que supliera el sonido de todos y cada uno de ellos. Pero puestos en situación y en mi caso, siendo profe de música en clases de hasta 30 alumnos, es imposible tener 30 teclados para que cada uno de ellos pudiera tocar uno.

Por eso os traigo hoy esta pequeña selección de instrumentos virtuales que existe en la red y que podemos hacerlos sonar y grabar con nuestro ordenador. Imaginaros a un grupo de chavales, cada uno con su ultraportátil, y tocando instrumentos diversos. Genial, no?

1. BATERÍA

 

http://www.lumenstudios.com.br/batera_virtual.swf

2. GUITARRA ELÉCTRICA

http://juegosdecarros4u.com/juegos/guitarra-electrica-virtual-online

3. BAJO ELÉCTRICO

http://richcossentino.com/vbass.htm

4. GUITARRA ACÚSTICA

http://www.virtualmusicalinstruments.com/musical_instruments/guitar.swf

5. TECLADO

http://www.bgfl.org/bgfl/custom/resources_ftp/client_ftp/ks2/music/piano/flute.htm

6. SAXOFÓN

http://www.bencastle.com/main/Virtual_Sax/virtual_sax.html

7. FLAUTA

http://home.zonnet.nl/lonewolf-flutes/virtual_flute.htm

8. VIOLÍN

http://www.freeecardgreeting.net/home/violin_online.php

9. TROMPETA

http://www.newgrounds.com/portal/view/294586

10. CAJA DE RITMOS

http://www.drumbot.com/projects/drumbot/index.html

Cómo cambiar el tono y el tempo de una canción con Audacity [Tutorial] | Musikawa

Hace unos años, el cambio de velocidad de una canción podía provocar cambios en su altura, es decir, conforme aumentábamos su velocidad, también aumentábamos su altura y viceversa. Hoy en día, es posible cambiar la velocidad de una canción sin alterar su altura. De igual manera, si queríamos modificar la altura de una canción, también modificábamos su velocidad.

Vamos a ver cómo se hace con Audacity.

NOTA PARA EL DOCENTE: Como puedes imaginar, es mucha la utilidad didáctica de este caso práctico. El poder cambiar el tiempo y el tono de las canciones puede servirnos para adaptar las canciones a la voz de nuestros alumnos y/o para facilitar su aprendizaje. También para ejemplificar tonalidades y/o tempos distintos con una misma audición, entre otras muchas.

1. Cambiar el tono de una canción

Otra de las funcionalidades didácticas de un editor de audio es el poder cambiar el tono sin modificar el tempo y al revés, modificar el tempo sin afectar al tono.

Hace unos años, y en grabaciones analógicas, cuando variábamos el tempo de un archivo de sonido, este afectaba proporcionalmente a su frecuencia, de tal manera que a mayor tempo, mayor frecuencia y viceversa, es decir, a menor velocidad, el tono era más grave.

Hoy en día, y gracias a los avances en el tratamiento del sonido esto ya no es necesariamente así.

Audacity permite cambiar el tono de cualquier archivo de sonido sin afectar a su tempo de cuatro maneras posibles:

  • tono, indicando la tonalidad de origen y la de destino (indicado en el sistema alfabético, A=la, B=si, C=do, etc.)
  • semitonos de subida o bajada ( los valores positivos suben y los negativos bajan, por ejemplo, -3 bajaría 3 semitonos)
  • frecuencia
  • porcentual

Veámoslo más detenidamente. Empezaremos por cambiar la tonalidad de una canción.

1.    Abre Audacity y una canción cualquiera .

2.    Selecciona toda la canción (“Edición – Seleccionar – Todo”)

3.    Pincha en el menú “Efecto – Cambiar tono”

4.    Prueba a introducir valores en notas, semitonos, frecuencias distintas o un porcentaje y pincha en “previsualizar” para hacerte una idea del resultado. Cuando esté a tu gusto pincha en “Aceptar” y tu archivo de sonido habrá cambiado de tonalidad sin variar el tempo.

5.    Guarda el resultado exportándolo con otro nombre para no sobrescribir el archivo  original. (Por ejemplo, “nombre_de_la_canción_con_cambio_de_ tono.wav”)

 

Cambiar el tempo de una canción

De igual manera, Audacity también es capaz de cambiar el tempo dejando intacta la frecuencia de tres maneras posibles:

  • Porcentual (25% subiría un 25% el tempo de la audición, mientras que -25% lo reduciría)
  • pulsos por minuto
  • longitud indicada en segundos

 

Ahora seguiremos cambiando el tempo de otra canción.

1. Cierra la canción anterior pinchando en la “X”. Abre otro archivo de sonido al que quieras modificar su tempo.

2. Selecciona toda la canción (“Edición – Seleccionar – Todo”)

3.    Pincha en el menú “Efecto – Cambiar tiempo” (no cambiar velocidad porque afectaría a su altura)

4. Prueba a introducir algún valor porcentual o pulsos por minuto y pincha en “previsualizar”. Haz todos los cambios que necesites hasta que el resultado sea el que querías. Cuando termines de probar, pincha en “Aceptar”.

5. Finalmente, exporta la grabación con un nombre distinto. (Por ejemplo, “nombre_de_la_canción_con cambio_de_tempo.wav”)

 

Espero que os sirva!!


Para practicar con la audición de los instrumentos

Pincha sobre la imagen. Te saldrá un texto en francés: “Consigne: Pour chaque écoute, clique sur les instruments que tu reconnais, puis valide.”( por cada audición pincha sobre el instrumento que suena y después pincha en Valide).

A continuación pincha en Commencer (Comenzar)

Os pongo la solución de los instrumentos que suenan.

Un instrumento:1.Piano (Le piano), 2. Violonchelo (Le violoncelle), 3. Acordeón (L´acordéon),4. Djembé (Le djembe) ,5. Armónica (L´harmonica), 6. Contrabajo (La contrebasse), 7. Clarinete(La clarinette),8. Flauta dulce (La flûte à bec), 9. Trompeta (La trompette),10.Gaita (Cornemuse),11.Flauta de pan (La flûte de pan).

Dos instrumentos:12. La batería (La batterie) y La guitarra eléctrica (La guitare électrique); 13.Triángulo (Le triangle) y Las Maracas (Les maracas);14. Banjo (le banjo) y la guitarra (Le guitare);15. Piano(Le piano) y el trombón (le trombone), 16.las congas (les congas) y bongos (les bongos); 17. La guitarra (le guitare) y la flauta travesera( La flûte travesière); 18. la darbuka (La derbouka) y la pandereta (Le tambourin)

Tres Instrumentos:19. El piano (Le piano), La flauta travesera (La flûte travesière), y la guitarra (La guitare).

20.Los timbales (Les timbales), La trompeta (La trompette) y el saxofón (Le saxophone).


¿Cuánto y cómo estudiar?



Quiero presentaros un recurso nuevo, muy bueno, aunque reconozco que para más de una persona quedará fuera de sus posibilidades. 


Se trata de un interesante blog, The bulletproof musician, de Noa  Kageyama.  ¿El inconveniente?, el idioma. Aunque está escrito en un inglés muy coloquial, lo cierto es que...si a la mayoría de las personas les aborrece leer en castellano...¡como para hacerlo en otro idioma!

Para abriros el gusanillo de la curiosidad a quienes os desenvolvéis con el inglés, y no os podáis resistir a visitar y consultar el blog, y para consuelo de quienes de otro modo no se enterarían de nada, he esperado a la traducción de una de las entradas de ese blog. Debemos darle las gracias a Jesús, profesor de piano del conservatorio que desde el primer momento vio la utilidad del blog  al que me refiero y se ofreció voluntario para traducir el artículo titulado ¿Cuántas horas al día deberías practicar? Aunque el artículo parezca un poco largo, merece la pena leerlo, es más, no tiene desperdicio. Aquí tenéis la traducción:

¿Cuántas horas al día deberías practicar?

Por el Dr. Noa Kageyama
Traducido por Jesús Menéndez
¿2 horas? ¿4 horas? ¿8 horas? ¿12 horas? ¿Cuánto es suficiente?
¿Se puede llegar a practicar demasiado? ¿Hay un número óptimo de horas de práctica?

 ¿Qué dicen los grandes intérpretes?
Algunos de los grandes artistas del siglo XX han compartido sus opiniones sobre estas cuestiones. Una vez leí una entrevista con Rubinstein (puede ser que con Horowitz – no lo recuerdo exactamente, en la que afirmó que nadie debería estudiar más de cuatro horas al día, explicando que si uno necesitaba practicar más de cuatro horas al día, probablemente no lo estuviera haciendo bien.
Otros grandes artistas han expresado sentimientos similares. Se dice del violinista Nathan Milstein que una vez preguntó a su maestro Leopold Auer cuántas horas al día debería practicar. “Si practicas solo con los dedos, no hay cantidad suficiente”, fue la respuesta de Auer. “Si practicas con la cabeza, dos horas es bastante”.
Heifetz también indicaba que él nunca había creído en el hecho de practicar demasiado, y que “la práctica excesiva es igual de mala que practicar demasiado poco”. Afirmaba que no practicaba más de tres horas como media por día y que no practicaba en absoluto los domingos. Sabéis, esto no es mala idea – uno de mis profesores, Donald Weilerstein, me sugirió una vez establecer un período de 24 horas a la semana donde no me permitiera acercarme al instrumento.
¿Qué dicen los psicólogos?

En lo que se refiere a comprender la pericia y la interpretación experta, el psicólogo Dr. K. Anders Ericsson es, quizás, la primera autoridad mundial. Su investigación es la base de la “regla de los diez años” y la “regla de las 10.000 horas” que sugiere que se necesitan al menos 10 años y/o 10.000 horas de práctica “deliberada” para conseguir un nivel experto de actuación en cualquier materia dada – y en el caso de los músicos, cerca de los 25 años en lograr un nivel de elite internacional. Nótese que la clave no es la cantidad de práctica requerida sino el tipo de práctica requerida para conseguir un nivel experto de interpretación. En otras palabras, el hecho de practicar simplemente al viejo estilo no funciona.

 Práctica inconsciente

¿Habéis escuchado alguna vez practicar a alguien? ¿Os habéis escuchado practicar? Grabaos practicando durante una hora, dad un paseo por la zona de estudio y fisgonead a vuestros compañeros, o pedid a vuestros alumnso que hagan como si estuvieran en casa y observadles practicar en una clase. ¿Qué veis?

Os daréis cuenta de que la mayoría de los colegas practican más bien sin fijarse, o repitiendo simplemente (“practica este pasaje diez veces” o “practica esta pieza durante 30 minutos”) o practicando “poniendo el piloto automático” (esto es cuando tocamos la pieza hasta que escuchamos algo que no nos gusta, paramos, repetimos el pasaje hasta que suene mejor y continuamos tocando la pieza hasta que oigamos lo siguiente con lo que no estemos satisfechos, repitiendo el círculo vicioso).

Hay tres problemas importantes con el método inconsciente de estudio:

1.     Es una pérdida de tiempo

¿Por qué? Para empezar, se produce muy poco aprendizaje productivo cuando practicamos así. De esta manera podemos estudiar una pieza durante horas, días o semanas y veremos que no hemos avanzado demasiado. Lo que es peor, os estaréis hundiendo practicando así, porque lo que produce este método es fortalecer hábitos y errores indeseables. Esto hace más difícil corregir los malos hábitos después, lo que en realidad hacéis es añadir tiempo de estudio para poder eliminar esos errores adquiridos. Una vez trabajé con un profesor de saxo que era aficionado a decirles a sus alumnos que “La práctica no hace la perfección, la práctica hace la fijación”.

2.    Te hace más inseguro

Además, practicar de esta manera, no te crea confianza en ti mismo, porque una parte de ti se da cuenta de que no sabes cómo conseguir los resultados que estás persiguiendo. Incluso si estableces un índice elevado de éxito en los pasajes más difíciles a través de la práctica inconsciente y consigues acertar en tres o cuatro de cada cinco intentos, tu seguridad no se afianzará.

La seguridad escénica viene de:

(a)   Ser capaz de hacerlo bien el cien por ciento de las veces.

(b)   Saber que esto no es una coincidencia sino que lo puedes hacer bien cuando quieres.

(c)    Saber precisamente porqué aciertas o fallas – es decir, saber perfectamente qué necesitas hacer desde un punto de vista técnico para tocar el pasaje correctamente todas las veces.

Puede que no seas capaz de tocar el pasaje perfectamente todas las veces al principio, pero para esto sirve la repetición, para reforzar los hábitos correctos hasta que sean más fuertes que los vicios. Es un poco como hacer crecer un bonito césped. En vez de luchar eternamente contra las malas hierbas, empleas tu tiempo en cultivar el césped, de manera que con el tiempo la hierba vaya desplazando a la maleza.

Y aquí está lo más importante: tendemos a practicar inconscientemente y entonces intentamos interpretar conscientemente, lo que no es una gran fórmula de éxito. Recuerda que: tenemos una inclinación de cambiar hacia el lado izquierdo hiperanalítico de nuestro cerebro cuando salimos al escenario. Entonces, si has practicado la mayor parte del tiempo inconscientemente, no saber cómo tocar tu partitura perfectamente a tu voluntad. Cuando tu cerebro va de repente hacia un modo de total consciencia, terminas aterrándote, porque no sabes qué instrucciones darle a tu cerebro.

3.    Es tedioso y aburrido

Practicar inconscientemente es muy aburrido. La música puede ser una de las actividades basadas en una destreza en la que los objetivos de práctica se miden en unidades de tiempo. Todos hemos tenido profesores que nos dicen que volvamos a casa a practicar un pasaje cierto número de veces, o practicar cierto número de horas, ¿verdad? Lo que necesitamos realmente son objetivos más específicos respecto al resultado – tales como, “practica este pasaje hasta que suene como_______” o practica este pasaje hasta que puedas comprender cómo hacerlo sonar así________”

Después de todo, realmente no importa cúanto tiempo necesitamos practicar algo, solo que sepamos cómo conseguir los resultados que queremos y hacerlo de una manera consistente, a voluntad.

Práctica deliberada

Entonces ¿qué es la práctica deliberada o consciente? La práctica deliberada es una actividad sistemática y altamente estructurada que es, a falta de una palabra mejor, científica. En vez de un proceso inconsciente de ensayo-error es un proceso activo y meditado de experimentación con objetivos e hipótesis claros. El violinista Paul Cantor dijo una vez que la sala de práctica debería ser como un laboratorio, donde uno puede jugar libremente con ideas diferentes, tanto musicales como técnicas, para ver qué combinación de ingredientes produce el resultado que estás buscando.

La práctica deliberada es a menudo lenta y requiere la repetición de secciones pequeñas y muy específicas en vez de tocar todo de arriba a abajo (por ejemplo trabajando la nota inicial de tu solo para asegurarte de que suena exactamente como quieres, en vez de tocar la frase entera).

La práctica deliberada comprende monitorizar la interpretación de cada uno (en tiempo real, pero también mediante grabaciones), buscando continuamente nuevas maneras de mejorar. Esto quiere decir escuchar realmente lo que pasa, de tal manera que puedas decirte a ti mismo exactamente qué es lo que salió mal. Por ejemplo: ¿fue demasiado alta la primera nota? ¿baja? ¿Demasiado fuerte? ¿Demasiado suave? ¿Demasiado áspera? ¿Demasiado corta? ¿Demasiado larga?

Digamos que la nota fue demasiado alta y larga, con falta de ataque. Bien, ¿cómo fue de alta? ¿Poco? ¿Mucho? ¿Cómo se pasó de larga respecto a lo que tú querías? ¿Cuánto más ataque necesitaba?

De acuerdo, la nota fue un poco demasiado alta, un pelín larga, y requería un ataque mucho más claro para ser coherente con la articulación y dinámicas marcadas. Entonces, ¿por qué la nota salió alta? ¿Qué hiciste? ¿Qué necesitas para asegurarte de que la nota esté siempre afinada? ¿Cómo te aseguras de que la longitud es la que deseas y cómo consigues un ataque limpio y claro para empezar la nota de manera que comience en el carácter adecuado?

Ahora, imaginemos que grabaste todo esto y pudieras escuchar cómo sonó este último intento. ¿Esa combinación de ingredientes da el resultado deseado? Dicho de otra manera, ¿esa combinación de ingredientes transmite el carácter que quieres comunicar al oyente tan efectivamente como pensaste que podrías? Pocos músicos se toman el tiempo de parar, analizar qué salió mal, porqué sucedió y cómo pueden corregir el error permanentemente.

¿Cuántas horas al día debería estudiar?

Te darás cuenta de que la práctica deliberada es agotadora, debido a la tremenda cantidad de energía que se requiere para mantener los recursos de atención plena en la tarea que tenemos a mano. Practicar más de una hora a la vez no parece ser productivo y, honradamente, probablemente no es posible mental o emocionalmente. Incluso los más aplicados encontrarán difícil practicar más de cuatro horas al día.

Los estudios han variado la longitud de la práctica diaria de una a ocho horas, y los resultados sugieren que normalmente hay poco provecho en practicar más de cuatro horas al día. Los beneficios empiezan a declinar a partir de las dos horas. La clave está en mantener tus propias marcas en el nivel de concentración que seas capaz de mantener.


5      Claves para una práctica más efectiva.

1.     Duración

Limita tus prácticas al tiempo que puedes mantener estando concentrado. Podría ser en períodos desde 10 ó 20 minutos para niños más pequeños, hasta 45 ó 60 para más edad.

      2.   Horarios

Registra los momentos del día en los que tiendes a tener más concentración. Podría ser en la primera hora de la mañana, justo antes de comer, etc. Intenta practicar en esos períodos productivos, porque en esos momentos serás capaz de concentrarte y pensar con más claridad.

       3.  Objetivos

Intenta usar un cuaderno de práctica. Registra tus objetivos y lo que descubras durante el estudio. La clave de ingreso en la “zona” al practicar es intentar constantemente tener claridad en la intención. En otras palabras, tener una idea clara del sonido que quieres producir, o el fraseo particular que te gustaría realizar, o la articulación específica, afinación, etcétera, que te gustaría ejecutar de una manera competente.

Cuando descubras algo, anótalo. Cuando empecé a practicar más conscientemente, empecé a aprender tanto durante la práctica que si no lo escribía todo, se me olvidaba.

4.    Más eficiente, no más duro.

A veces si un pasaje en particular no sale como queremos, eso significa que necesitamos practicar más. Sin embargo, hay veces en las que no necesitamos trabajar más duramente, sino que necesitamos una técnica o una estrategia diferente.

Recuerdo mi lucha con la variación en “pizzicato” en el Capricho nº 24 de Paganini. Me estaba desmoralizando intentando hacer sonar las notas cada vez con más ganas, pero todo lo que conseguí fue que se me hincharan los dedos, incluso que un par de ellos empezasen a sangrar. Entonces me di cuenta de que tenía que buscar un modo más eficiente para conseguir mi propósito. En vez de mantener “machaconamente” una estrategia o técnica que no me estaba funcionando, me forcé a parar de practicar toda esta sección entera. Intenté buscar distintas soluciones al problema para un día y las escribí según se me iban ocurriendo. Cuando sentí que había conseguido soluciones prometedoras, empecé a experimentar. Finalmente llegué a una solución que trabajé durante la semana siguiente y entonces toqué el capricho para mi profesor y ¡me preguntó cómo había hecho para que las notas sonasen tan claramente!


5.    Modelo de solución de problemas

Considera este modelo general de resolución de problemas en seis pasos resumidos debajo. ( adaptación de otros procesos de resolución de problemas online).

                   1.       Define el problema (¿Cómo quiero que esta nota/frase suene?)

                   2.       Analiza el problema (¿Qué provoca que suene así?)

                3. Identifica soluciones potenciales (¿Qué puedo cambiar para hacerlo sonar como yo quiero?)

                   4.     Analiza las soluciones potenciales para seleccionar la más efectiva (¿Qué cambios parecen funcionar mejor?)

                    5.      Aplica la mejor solución (Haz permanentes los cambios)

                    6.     Monitoriza las mejoras (¿Estos cambios siguen produciendo los resultados que busco?)

 
O, aún más simple, revisa este modelo del libro de Daniel Coyle “The talent’s code”.

1. Escoge un objetivo.

2. Alcánzalo.

3. Evalúa el recorrido entre el objetivo y su consecución.

4. Vuelve al primer paso.

No importa si hablamos de técnica perfecta o experimentando con diferentes ideas musicales. Cualquier modelo que nos ayude a obtener un pensamiento activo más sistemático y eficiente y objetivos claramente articulados nos ayudará a acabar con el tiempo inefectivo y por lo tanto perdido de práctica.

Después de todo, ¿quién quiere pasarse el día estudiando? ¡Ponte a estudiar, consigue lo que quieres y vete!

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Os ha gustado ¿verdad? Pues exite otra entrada de ese blog que tampoco tiene desperdicio. En ella el autor se cuestiona si "debemos practicar mucho el día del concierto". Espero que se animen a leerla quienes se manejan con el inglés. Y el resto tendrán que agradecer que Jesús haya traducido el anterior texto y, quizás, llenarle su blog con peticiones y ruegos para que traduzca este otro artículo también. De momento cierro esta entrada con la imagen que Noa Kageyama usa para ilustrar esa cuestión: ¿debemos practicar mucho el día del concierto?...