Nashville, ciudad musical de referencia

 Por: Redacción


Nashville es una ciudad donde la música y los músicos son siempre bien tratados. Un emblema del arte sonoro. Descubre por qué.


A finales del siglo XVIII tras desembarcar de manera segura en la costa del río “Cumberland”, arribaban los que serían los primeros pobladores de “Nashville” y para celebrar su llegada se reunieron tocando melodías con violín y danzando al estilo buck (un baile típico parecido al claqué). 

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22 agosto: Día Mundial del Folklore, una celebración de la cultura mundial

El folklore es una parte muy importante y esencial de la cultura mundial

 Por: Redacción


Cada comunidad tiene su propia identidad donde se recolectan todos los elementos que la conforman y que son su legado para las futuras generaciones. La palabra Folklore o Folclore fue utilizada por primera vez por el arqueólogo inglés William John Thorns el 22 de agosto de 1846, en un artículo de la revista londinense “Atheneum”. 

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El ancla de la tradición musical

La música clásica (como se la suele denominar), tiene unas raíces muy profundas. Y no sólo en lo que a la propia música se refiere, sino todo lo que la rodea: los conciertos, las orquestas, los músicos, las grabaciones, la enseñanza, los instrumentos… Toda la industria clásica que existe hoy en día es una gran estructura forjada durante siglos. Esto es bueno y a la vez, malo.

Está claro que gracias a la tradición, la música clásica ha llegado al punto en el que estamos. Sin embargo, se está estableciendo en el mundillo cierto tufo a reaccionario que no nos deja avanzar y adaptarnos a la nueva sociedad. A mi forma de verlo, llevamos más de un siglo sin experimentar cambios significativos en muchos ámbitos. A veces hay intenciones de evolución y de cambio, pero son miradas con recelo, produciendo a veces hasta el escándalo de algunos sectores.

Hace menos de un año, el director de orquesta Baldur Brönnimann escribió en su blog un post sobre 10 cosas que cambiar en los conciertos de clásica. ¿Las consecuencias? Más de 100.000 visitas y un escándalo en las redes.

Actualmente, existen dos respuestas frente a los cambios: de acogida y de rechazo total. Como es habitual entre músicos, todo es blanco o negro. Por poner un ejemplo: la aparición de nuevos materiales que podemos aplicar a nuestros instrumentos. Hace poco hablaba con un luthier estadounidense, David Rivinus, que se dedica a construir instrumentos ergonómicos. Me comentaba que había decidido sustituir todas las piezas de ébano en su taller por otros materiales. Las razones que me daba eran varias: Por un lado, el ébano es un árbol en peligro de extinción.Por otro, con materiales más modernos es posible reducir el peso del instrumento, logrando así que sea más cómodo tocarlo. Frente a este simple cambio, muchos músicos se muestran reacios. Otros le exigen que el nuevo material sea negro o que imite al ébano, como queriendo agarrarse a la tradición por todos los medios. Así somos, queremos que las cosas sigan siendo como hasta ahora.

También tenemos otro ejemplo en el mundo discográfico. Muchos sellos se atreven con un marketing más agresivo, utilizando portadas de discos llamativas o programas innovadores. Sobre ello, podéis leer este post, con dos opiniones enfrentadas: ¿Estamos sexualizando a nuestros artistas para vender más, o sólo nos adaptamos a los nuevos públicos?

El protocolo y conciertos

Los conciertos de música clásica guardan un protocolo bastante rígido, desde la forma de vestir hasta el desarrollo del propio concierto. Todos estos elementos están ligados a la tradición de finales del XIX y principios del XX. 

  • Vestir de etiqueta: Como explicábamos en este post recientemente, cuando los conciertos comenzaron a darse en grandes salas, tanto los músicos como los asistentes debían vestir de etiqueta. Los conciertos eran eventos sociales dirigidos a las clases altas. Al principio, las orquestas estaban formadas solamente por hombres, por lo que el traje formal que se adoptó para los conciertos era el frac. Cuando las mujeres empezaron a aparecer en escena, optaron por vestir enteramente de negro para no desentonar con los fracs de los hombres. En la actualidad, el público no suele ir de etiqueta a los conciertos, salvo excepciones muy concretas. Ellos han sabido adaptarse a los nuevos tiempos mejor que nosotros, que seguimos tocando igual de “cómodos” que hace más de cien años. No digo que tengamos que ir a los conciertos en camiseta, no vaya a ser que a alguno le dé un síncope. Pero sí usar camisa o trajes más actuales/cómodos. Y, ¿negro?…
  • El eterno conflicto de los aplausos entre movimientos: Todavía en algunos ámbitos, como ópera o ballet, se mantiene la tradición de aplaudir a los solistas en plena ejecución. ¿Por qué si alguien aplaude entre movimientos se le manda callar como si estuviera haciendo algo irrespetuoso? Imaginemos por un momento a esa persona poco familiarizada con la música clásica, que no sabe ese protocolo de “no aplaudir hasta el final” y se arranca, entre los “shhh” de una parte del público. Igual se le quitan las ganas de ir al más conciertos. Además, la gente aplaude porque le gusta, como muestra de respeto o admiración, deberían tener libertad para expresar esto, y nosotros agradecérselo.
  • Los programas: Con la gran cantidad de repertorio que hay, parece que siempre se programan las mismas cosas. Pensamos que nuestro público sólo vendrá con Mozart y Beethoven, pero no le damos la oportunidad de decidir si quieren ir a ver algo más fresco, inusual, menos trillado. No le damos la oportunidad de descubrir nuevas obras, no sólo contemporáneas, sino de todas las épocas y estilos, pero no tan conocidas. ¿Es posible que por comodidad?
  • La captación de nuevos públicos: Ya hablamos de ello en este otro post. El público de clásica envejece, y hay mucha gente que ni siquiera ha vivido la experiencia de esta música en directo porque piensa que “es de viejos”, “parece una misa”, “se hace eterna”. También es importante saber dirigirse a la familia con una programación didáctica y para todos los públicos.
  • No sólo con música: ¿Quién no conoce la película de Fantasía? Las obras que se interpretan en ella marcaron a varias generaciones. Es un concepto que puede trasladarse a los conciertos. Usar imágenes, actuaciones, acompañarnos de nuevas tecnologías y ofrecer un espectáculo más allá de la música.

La enseñanza

Muchos profesionales se quejan de las carencias que han tenido en su educación musical. En el mundo de la pedagogía surgen de continuo nuevas técnicas y estudios que podríamos aplicar a la enseñanza reglada en los Conservatorios. Por otro lado, también aparecen nuevas tendencias, en cuanto a la aplicación de técnicas deportivas en el estudio de la música. El profesor de Conservatorio debe reciclarse con todo ello.

  • La especialización: Se echa en falta en la carrera musical la existencia de diferentes itinerarios. Un músico puede dedicarse a muchas cosas, pero cuando sale del Conservatorio, sólo sabe hacer una: interpretar obras y conciertos para su instrumento. No sabe dar clase, no sabe tratar con alumnos de diferentes edades, casi no sabe tocar en orquesta, no se ha especializado en cámara, no se ha especializado en ningún estilo o época, no sabe tocar música contemporánea (en su mayoría)… Muchas carencias que se solucionarían ofertando itinerarios para especializarse.
  • La necesidad de un orientador educativo y laboral, de la que hablamos en este post.
  • Más improvisar y más cantar: La técnica y el lenguaje musical son necesarios, pero lo primero que un niño debería aprender cuando estudia música es a potenciar sus aptitudes de manera intuitiva. Es necesario que les invitemos a improvisar, tocar sin partitura (y no hablo de la memoria), y siempre entonar en lenguaje musical, no sólo medir.
  • Libertad de interpretar: A menudo, el profesor es el que le da la idea musical al alumno y le ayuda a desarrollarla. Debemos invitar a que sea el alumno el que nos muestre su idea musical de cada partitura, sugerirle nuestro concepto y no imponérselo.
  • Aplicar nuevas técnicas: Cuando un alumno comienza a aprender música, suele ser pequeño. Las nuevas técnicas están basadas en el disfrute del alumno frente a la progresión. Cuando el alumno disfruta, progresa al mismo tiempo, pero si sólo se centra en progresar, es posible que se frustre.

Las redes sociales

Mientras que en otros ámbitos, los Comunity Mangers son estrellas mediáticas, pocos músicos/orquestas atienden a su presencia en las redes. Algunas ventajas del uso de las redes:

  • Captación de nuevo público.
  • Mayor difusión de nuestro trabajo.
  • Imagen de cercanía.
  • Relación con el público más directa.
  • Imagen de modernidad.

No sólo sirven para los músicos solistas o para agrupaciones de cámara u orquesta. También los profesores pueden hacer uso de ellas para contactar con los alumnos en su lenguaje y mantener su interés en la música usando nuevos recursos.

En resumen, renovarse o morir. Es hora de que la música clásica entre en el siglo XXI.

 

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Nada de sexo, por favor, somos “músicos clásicos”.

Preparando el próximo post, en el que quería hablar sobre tradición en la música clásica, me he encontrado con este llamativo artículo de The Strad. No he querido perder la oportunidad de traducirlo para compartirlo con todos, porque creo que retrata a la perfección los dos tipos de músicos – y de corrientes – que podemos encontrarnos hoy en día en el mundo de la clásica.

Vosotros qué pensáis, ¿es hora de modernizar el universo clásico? ¿Nos quitamos ya el corsé?

Publicación: The Strad

http://www.thestrad.com/cpt-latests/no-sex-please-were-classical-musicians/

Fecha: 30 Julio de 2015

Título original: No sex please, we’re classical musicians

¿Consigue la sexualización de los músicos incrementar la accesibilidad a su música o, en cambio, se trata de puro exhibicionismo? Dos importantes músicos debaten sobre unos de los temas más candentes de la industria clásica.

El solista internacional de cello Janos Starker

Durante los 70 años que llevo sobre el escenario, siempre he esperado que la audiencia venga a escuchar la música que interpreto, no a mirarme. Por supuesto, si uno toca música a un nivel muy alto y además también tiene carisma o una personalidad agradable, es un plus para la actuación. Pero a lo largo de la historia siempre ha habido gente excéntrica, a falta de una palabra mejor, que piensa que lo que está haciendo no es suficiente, lo que les hace sentir la necesidad de, por ejemplo, usar un vestido corto de manera que la audiencia más joven pueda disfrutar de la vista.

Las compañías discográficas a menudo venden más según luzca la portada del disco, esto es algo de lo que no podemos escapar. En lo que a mí respecta, si el artista tiene un gran nivel y desea vender más o conseguir más gente en la sala de conciertos, genial. Pero me gustaría que algunos buscaran un medio mejor para hacerlo, como hablar en público sobre su música de una manera inteligente y usar sus cerebros en lugar de sus poderes sexuales. Cuando alguien como Yo-Yo Ma combina fuerzas con músicos de jazz, como ya hizo Yehudi Menuhin, debido a su fuerte personalidad y musicalidad excepcional, creo que ayuda a la causa – indica que está preocupado por tocar música a un nivel alto.

Hay individuos, llevados por la presión de sus managers, que a veces hacen tonterías, al menos a mi juicio. Como una persona que tiene la convicción de que la música apela a los sentidos superiores, estoy escribiendo sobre aquello que hace que una obra maestra lo sea y aquello que hace que una actuación magistral lo sea, y observo que estos temas se presentan en todos los campos, no sólo en la música. A veces, se anima a pintores a que aparezcan en la revista Playboy, y cosas así. Para mi mentalidad y mi generación, este comportamiento es una estupidez y una equivocación; pero viendo el mundo, en el que hay tantos jóvenes con tanto talento compitiendo por el éxito, puedo ver que es una muestra de los tiempos que corren.

Una vez dicho esto, está por comprobar si posando desnudo en la portada de un disco aumenta realmente el público de música clásica o simplemente aumenta la reacción de las audiencias más jóvenes. Creo que este tipo de comportamiento pertenece más bien a los artistas del pop, y me importa un pepino lo que hacen estos.

Esta discusión nos lleva a un tema que he tratado toda mi vida; que la música clásica solamente llama a un 1-2% de la población. Mi trabajo como artista ha sido ayudar a mejorar estas estadísticas. El hecho es que la música clásica requiere un mayor nivel de reconocimiento de los valores humanos. Puedes ser el violinista más increíbe del mundo, pero aparecer semidesnudo en el escenario está mal – porque no es necesario. Se quita la base de la apreciación de la música, que es escuchar. Este comportamiento lo tienen personas que no están seguras de que son tan buenas como les gustaría.

La violinista canadiense Clara St. John

La música clásica tiene una gran tradición. No podemos esperar que el espectador medio sepa quién era Bach, o por qué era genial. Entonces, ¿cómo puede nuestra industria atraer a una nueva audiencia, que en principio no está interesada en los clásicos?

Se puede lograr el interés de nuevos públicos de manera simple . Esta música imperecedera se puede acercar al público en general a través de imágenes más familiares. Es importante hablar con el 98% de la población que no parece poner interés en la música clásica sin alienar al 2% que sí la conoce y ama. El espectador medio tiene la impresión de que esta música, escrita en el tiempo de su tatara-tatara-tatara-abuelo, está tan muerta como su ancestro. Para cambiar esta percepción podemos valernos de un buen marketing. Podríamos  ganarnos a ese espectador medio si le presentamos a una persona vibrante y accesible, de su propia generación, con la que pueda relacionarse. El desafío es simplemente una cuestión de conseguir atraer a la gente a través de esa puerta de cristal en la tienda de discos, o en la sala de conciertos, posiblemente gracias algún cartel fresco. El hecho es que, una vez que has oído hablar de Bach, no vuelves atrás.

Dicho esto, no se puede perder de vista el hecho de que es la integridad la que impulsa a la música clásica, no sólo el markenting. ¡Posar en revistas enjabonando Ferraris no es lo que debe hacer un músico! Yo, por mi parte, estoy contra del uso de dicha comercialización para alimentar con basura al público.

anna sophie mutterSin embargo, se practica una doble moral, y seguirá siendo así por muchos años, cuando hablamos de mujeres en la música clásica. Algunos se sorprenden cuando la violinista Anne-Sophie Mutter lleva5ef9b674-7a2b-11e4-_814022j un vestido palabra de honor en la portada de su álbum, sin embargo, el barítono Dmitri Hvorostovsky puede ir en topless [vemos su fotografía publicada en The Times] y nadie parpadea un ojo. ¿Qué es lo que se espera de las mujeres, que lleven sacos de patatas? No hay ninguna razón por la que las Leilas, Anne-Sophie y Eroica Trios del mundo deban ocultar el hecho de que, además de ser excelentes músicos, son atractivas.

Esta discusión no estaría completa sin hacer mención a mi cubierta ‘en topless’ (que no era 51OTrEQuQTL._SY300_tal) para mi CD sobre las obras de Bach para violín solo, que grabé en 1996. Antes de su lanzamiento, nadie había puesto una foto innovadora en la portada de su álbum. tras la publicación siguieron innumerables entrevistas y artículos, dando lugar a unas cifras de ventas impresionantes para ser una grabación clásica. Estas ventas generaron aún más entrevistas en las que siempre me pregunté, ¿por qué? Bueno, yo sé muy bien que la publicidad que rodea la cubierta aumentó las ventas del álbum en al menos 20.000 copias; una imagen de J.S. Bach habría vendido bastante menos. ¿Y a quiénes se venden? Pues a el espectador medio que nunca había oído hablar de Bach.