A bote pronto, parece que ser perfeccionista sea algo bueno. Desde pequeños nos inculcan que debemos ser siempre los que sacan mejores notas en clase, los primeros en una carrera, los más rápidos en cálculo, ... y sin duda eso es beneficioso.
Beneficioso... hasta cierto punto. Como casi siempre, encontrar el equilibrio en las cosas es lo mejor que podemos hacer, y con el perfeccionismo pasa lo mismo. Lo más probable es que, gracias a que desde niños nos presionaran para dar lo mejor de nosotros mismos, seamos trabajadores, busquemos el cómo hacer las cosas de la mejor forma posible, ... pero mientras nos enseñaban de forma consciente esas cosas, inconscientemente nos estaban enseñando a que fracasar es algo horrible que no debemos hacer nunca.
A medida que pasa el tiempo, vamos recibiendo nuevas responsabilidades y cada vez tareas más difíciles, lo cuál está muy bien para progresar, pero al final el problema cae por su propio peso: a mayor número de responsabilidades y tareas, mayor es el número de probabilidades de fracasar. Seguimos avanzando y, inevitablemente, fallamos. A mi modo de ver, este es el punto de inflexión; punto que a algunos les llega antes que a otros, pero nos llega a todos.
Al ser perfeccionistas y buscar siempre la mejor forma de hacerlo absolutamente todo, estamos bloqueando nuestro avance por varias razones. Por nombrar algunas:
- Practicamos cada día nuestros ejercicios, con disciplina de hierro, pero
nunca hacemos actuaciones por el miedo a que no nos salga bien. Esto puede distorsionar mucho nuestra realidad, además de que evita completamente que disfrutemos de cantar, que al final es lo que queremos hacer. No debemos confundir el medio ( técnica vocal ) con el fin ( cantar, normalmente para que los demás nos escuchen ).
- Aunque practiquemos nuestros ejercicios incesantemente,
tendemos a querer hacer tan bien cada ejercicio que queremos que tengan efecto inmediato en nuestra voz y nos proporcione todo eso que anhelamos: agudos potentes, flexibilidad increíble, un control de las dinámicas impecable, etc. Pero todo esto se consigue con mucho tiempo de práctica,
sin querer correr más de lo que debemos.
- Si nos proponemos hacer esa canción tan difícil y no lo conseguimos,
nuestra autoestima cae en picado. Esto hace que nos agobiemos, haciendo que cada vez sea más difícil ver que lo podemos llegar a conseguir. A veces, esto nos lleva a ponernos de inmediato a hacer ejercicios con la esperanza de que el problema se arregle por completo, pero además de hacerlo con el agobio que ya hemos obtenido, es prácticamente imposible conseguirlo en 5 minutos si la canción es demasiado difícil para el nivel que tenemos ahora, lo cual aún nos hace bajar más nuestra autoestima.
¿Por qué te cuento esto? Desafortunadamente, me considero un perfeccionista con algunos aspectos de mi vida, mi voz siendo uno de ellos.
Hoy estaba haciendo mis ejercicios y no estaba consiguiendo lo que quería. Estaba practicando y practicando, pero no había forma. Quería conseguir ese sonido como fuese, e iba a por él sin pensar en nada más... pero era imposible conseguirlo con libertad.
He tardado un buen rato, pero al final he sido consciente de ese perfeccionismo y he parado en seco. Me he puesto a pensar y... ¡¡Era absurdo!! Sabía perfectamente qué estaba pasando y cómo arreglarlo, pero no había sido capaz de verlo porque estaba cegado por el resultado final. He pensado: "
En el blog siempre les digo que primero deben buscar facilidad al cantar", y yo no estaba siguiendo mi propio consejo. Total, he hecho los cambios que tenía que hacer y al final, como era de esperar, ha salido bien.
Esta es la forma de aprender que tenemos todos: fallar, aprender qué hemos hecho mal y volverlo a hacer. Si utilizamos esta fórmula, conseguiremos nuestro objetivo.
Pero recuerda, si estás aprendiendo a cantar para cantar en público, ¿que haces aún encerrado en tu casa practicando durante meses o años? Escoge unas pocas canciones que estén a tus capacidades
actuales, practícalas durante unos días y ves a karaokes, o busca algún amigo que toque la guitarra o el piano y buscad locales donde actuar. Si tienes muchísimo miedo de hacerlo mal, ves a un local que esté en la otra punta de la ciudad, donde nadie te conozca. Si sale mal, nadie sabrá quien eres y te será más fácil ver dónde ha estado el problema ( ¡¡puede que "el problema" no sea más que necesitas más practica cantando en público!! ), pero ten mucho cuidado; si la actuación te sale mejor de lo que esperabas y le gustas mucho a la gente, quizás te lo pases increíblemente bien, hagas nuevos amigos y te encuentres de que cada viernes por la noche tienes que cruzar toda la ciudad para ir a actuar a ese sitio que tanto te ha gustado!
Hazte esta pregunta: ¿estás disfrutando del canto? Si no es así seguramente seas perfeccionista, pero lo puedes cambiar, empezando ahora mismo.
Cuando
Esther y
yo decimos que queremos ayudar a que la gente aprenda a cantar sin agobiarse, sin frustraciones, disfrutando del proceso, que queremos minimizar o eliminar el daño que están haciendo muchos "profesores" de canto, lo decimos de verdad; ¡si no no habríamos estudiado para ser profesores de Speech Level Singing! Puedes probarlo por ti mismo apuntándote a nuestras
clases de canto. Nos volcaremos en ti para que mejores. ¡No tienes más que
escribirnos!