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Como todos los años los de 4º han hecho un anuncio publicitario, esta vez de tema libre, estos son algunos de los resultados:

 Larisa, Vanesa y María
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Alberto, Ana, Israeñ y Maribel
Sin título from Música Ayllón on Vimeo.

Laura, Marimar y Sonia
Sin título from Música Ayllón on Vimeo.

El sonido del piano según su procedencia

Hoy traemos a esta página un artículo especial sobre el sonido del piano. Igual que en la voz sucede, donde el timbre o color es un factor importantísimo en la personalidad musical, en las escuelas de fabricantes de pianos ha habido diferencias tímbricas distinguibles. Espero os parezca interesante!

Si bien se considera a Bartolomeo Cristofori como el creador del piano moderno, desde sus orígenes hasta nuestros días este instrumento musical ha sufrido cambios y mejoras de diversa índole. 

Desde que apareciese el primer piano la idea fundamental para su construcción no ha variado pero se han mejorado algunos aspectos para optimizar el sonido. Entre los cambios que se han ido implementando podemos hablar de la utilización de nuevos materiales, como el acero en las cuerdas o el fieltro en los martillos, el incremento progresivo de notas para aumentar su capacidad musical y la mejora del diseño.

Con posterioridad a Cristofori, el constructor de órganos Gottfried Silbermann comenzó a construir sus propios pianos, modificando algunos aspectos del instrumento de Cristofori. De los discípulos de su taller surgieron dos famosas escuelas de construcción de pianos: la escuela alemana y la escuela inglesa; la primera, de la mano de Stein y la segunda, a cargo de Johannes Zumpe y Americus Backers.

Entre los años 1760 a 1830 hubo una gran expansión en la construcción de pianos. En 1775 se construyó el primer piano en Estados Unidos. En este país Heinrich Steinweg, emigrante alemán, comenzó a fabricar unos pianos que destacaron por su calidad y que originarían años más tarde los prestigiosos Steinway & Sons.

LOS PIANOS ALEMANES 
Los pianos alemanes más tradicionales permiten modelar la música con una gran expresividad. Su principal característica es su sonido romántico, suave y con mucha amplitud. A su calidez armónica se suman los bajos y tenores profundos y su amplia sonoridad.

Son pianos que dan lo mejor de sí mismo en los conciertos dentro de la orquesta, ya que el músico puede acoplarse a ésta con gran facilidad y control sobre el sonido. Ése es uno de los motivos de que pianos como los Steinway & Sons estén presentes en la mayoría de salas de conciertos.

Los pianos verticales alemanes son de gran tamaño, por lo que emplean cuerdas más largas y tablas armónicas mayores. De esta forma, proporcionan mayor volumen, mayor claridad y mayor potencia. 
La solidez de sus materiales hace que el sonido se trasmita con mayor velocidad y menor absorción de ondas, de manera que la sonoridad es muy superior.

LOS PIANOS INGLESES 
Los pianos ingleses, como Broadwood, tienen un sonido más fino y de menor amplitud de onda. Los más tradicionales poseen un sonido de dulce, mientras que los más modernos se caracterizan por un sonido más brillante. Por ello, se adaptan a la perfección a la ejecución de la música clásica.

LOS PIANOS FRANCESES 
Los pianos franceses siguen la estela de los pianos alemanes en cuanto a su sonido suave y romántico. En general, son más cálidos que los pianos ingleses. Entre los más destacados, Erard, Pleyel o Gaveau.

OTROS PIANOS EUROPEOS
Petrof es otro de los grandes fabricantes de pianos radicados en Europa, en este caso en la República Checa. Y de Austria proviene la marca Bösendorfer, otra de las más destacadas del mundo.

Lo que los músicos “de Conservatorio” podemos aprender de otros profesionales

Los músicos que estudiamos en el Conservatorio -músicos clásicos-, somos muy diferentes a el resto de profesionales autodidactas o con formación alternativa. Probablemente la causa esté precisamente en el tipo de formación recibida.

Alguna que otra vez he tenido la oportunidad de trabajar con músicos que se dedican a esto de manera profesional pero que no han sido formados en conservatorios. Y tengo que decir que me he sentido bastante inútil. Ellos me dicen “ojalá supiera yo leer una partitura como tú lo haces” y yo pienso “ojalá fuera yo capaz de tocar sin una partitura delante”. Y no me malinterpretéis, no es que sea totalmente incapaz, pero desde luego que me falta soltura y seguridad. ¡De repente me siento como si no supiera tocar mi instrumento!

No creo que sea la única a la que le pasa. En el Conservatorio nos enseñan de una forma en la que la improvisación y la creatividad están en un segundo décimo plano. Sabemos interpretar cosas infinitamente complejas desde el punto de vista técnico, pero si nos quitan el papel de delante… la cosa cambia. Se nos enseña a ser intérpretes, pero no músicos. Algunos con más iniciativa se buscan las vueltas para tocar en grupos de estilos distintos que les exigen ese grado de soltura a la hora de improvisar. Y desde mi punto de vista, la diferencia entre el típico músico de Conservatorio y el que abre su mente más allá de las aulas se nota.

Creo que esta manera de aprender nos perjudica gravemente. Para empezar, me parece que es una de las principales causas del miedo escénico, mucho más común entre músicos clásicos. Nos ponemos frente a la música como el que se pone frente a una carrera de obstáculos, buscando la perfección y olvidando las emociones. Envidio la seguridad y la conexión con su instrumento que veo en los músicos “no formados”.

El cambio en la formación es necesario, necesitamos equilibrar la música con la técnica. Hay una frase atribuida a Beethoven que describe muy bien esta situación:

Tocar una nota equivocada, es insignificante… Tocar sin pasión, es inexcusable…

Sin embargo, el camino formativo se dirige hacia la perfección técnica y no hacia la belleza o el disfrute. Al fin y al cabo, estamos aprendiendo a tocar música. La música es un arte, que debe decir algo a los demás, conmover y provocar sensaciones. Seamos músicos con todo lo que ello conlleva.

Además de ser una posible causa de la ansiedad escénica, la formación en conservatorios a menudo provoca rechazo en el alumno hacia la práctica. Nunca veo a un músico de otro ámbito “tocar por obligación”. Cuando practica, lo hace porque le gusta pasar las horas tocando música, disfrutando y mejorando. Pero muchos estudiantes de música clásica se ven ahogados por la programación curricular, por fechas de exámenes, notas… Lo cual deriva en cierta desidia a la hora de estudiar, concibiendo la práctica del instrumento como una imposición.

Otro punto a favor de los músicos fuera del Conservatorio: escuchan mucha música, de muchos estilos. Es algo que también echo en falta en nuestra formación reglada. Más contacto con diferentes estilos, dentro y fuera de la clásica, que hagan despertar los sentidos creativos del alumno.

En resumen, la enseñanza artística musical debe evolucionar, aprender de otros ámbitos y trabajar para formar a músicos completos.

 

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