Fecha límite de envío de solicitudes: 7 de Septiembre de 2016
Fecha de las audiciones: 13 de Septiembre de 2016
Plaza temporal, de septiembre de 2016 a julio de 2017
Toda la información en este enlace.
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La espiración sonorizada, en el contexto del clarinete y los instrumentos de viento, el canto y el habla, es el resultado que se produce al utilizar el aire espirado con la intención de producir sonido.
Para que se produzca un sonido, debe existir algún mecanismo que se oponga o “regule” la salida del aire. Este mismo mecanismo que se opone y/o regula la salida del aire producirá la vibración necesaria para, siendo amplificada, producir un sonido. En el caso del clarinete, el regulador es la caña+boquilla(+embocadura), en cada instrumento de viento su boquilla/embocadura particular y en el canto y el habla, las cuerdas vocales.
Sólo en el caso de la armónica, hasta donde yo sé, podríamos hablar también de una “inspiración sonorizada”.
Si queremos hablar de la función de los músculos abdominales en la espiración “sonorizada”, os contaré primero de manera escueta cuál es la musculatura de la respiración:
Diafragma y músculos intercostales externos.
Su misión, dirigida por el sistema nervioso autónomo, es ampliar la cavidad torácica para crear una presión negativa y proceder al llenado de los pulmones con aire, del cual aprovecharemos su oxígeno. Ver Ley de Boyle.
El diafragma crea espacio hacia abajo principalmente y los músculos intercostales externos abren la caja hacia afuera (de manera excéntrica, es decir, hacia los dos lados, hacia adelante y hacia atrás) y hacia arriba simultáneamente.
Por supuesto hay más músculos involucrados en la inspiración, que se pondrán en acción cuando requiramos más aire que el necesario para una respiración “tranquila”.
Ningún músculo.
Sí, sí, ¡ningún músculo! ¿Cómo?
Os cuento. Estoy hablando de la respiración “tranquila”, normal, sin requerimientos más allá del que tenemos en estos momentos, yo escribiendo en el ordenador o vosotros leyendo.
En la respiración cotidiana, “tranquila”, como yo la llamo, hay acción en la inspiración y relajación en la espiración. Por ello, ninguna musculatura se pone en acción para espirar.
Esto es muy importante, porque es la llave del título de este post.
Para clarificarlo, comparto una tabla extraída del libro de Hiltrud Lodes “Aprende a respirar” de RBA Libros, que aprovecho para recomendaros.
¿Qué pasa cuando ponemos alguna intención en la espiración?
¿Qué pasa cuando queremos hacer algo con ese aire “pasivo” y volverlo “activo”?
Entonces sí que tenemos que hablar de una musculatura espiratoria.
Siempre decimos que el diafragma es el músculo principal de la respiración. Y es cierto, pero también cubre muchas otras funciones anatómicas (posturales, por ejemplo) y fisiológicas (digestivas, por ejemplo).
Lo que debemos tener claro es que el diafragma se contrae en la inspiración y se relaja en la espiración “tranquila”, es decir, no puede participar “activamente” en la espiración, porque esa no es su funcionalidad. Ahí es donde entran a escena los músculos abdominales.
¿Qué queremos hacer con el aire para “sonorizarlo”?
¿Retenerlo? Sí, en parte. Pero principalmente REGULARLO. Que vaya saliendo poco a poco.
De regular la salida del aire o dosificarlo se encargan la embocadura (instrumentos) o las cuerdas vocales (voz). Es decir, el soplo.
Entonces, ¿QUÉ TIENE QUE VER LA MUSCULATURA ABDOMINAL CON TODO ESTO?
El aire, al ser retenido dentro de nuestro cuerpo, adquiere una presión mayor.
Esta presión interna debe de mantenerse constante para que el aire pueda dosificarse de manera regular, “sin empujones”.
Si has leído y entendido la Ley de Boyle, verás claramente cómo para mantener la presión interna constante, el espacio se va reduciendo.
Te propongo un par de links para clarificar un poquito más:
Cuando espiramos con intención de producir un sonido (incluso para toser o estornudar, gritar o llorar), el diafragma necesita una musculatura “auxiliar” que le ayude a “estar activo”, ya que su naturaleza, en la espiración, es la relajación.
Pues lo que acabamos de describir en el párrafo anterior.
Lo redacto de otro modo, para tener otro punto de vista:
“Es la acción de los músculos que ayudan al diafragma a imprimir acción en la espiración.”
El diafragma, en acción espiratoria, es pasivo. Para dar fuerza, acción e intención a la espiración “sonorizada”, así como presión constante al aire contenido en los pulmones, necesitamos unos músculos auxiliares, “de apoyo”, “de soporte”: los abdominales.
¿Cómo y cuánto han de activarse estos abdominales?
El movimiento de los músculos abdominales para “auxiliar” al diafragma, y por tanto al aire y al sonido, son concéntricos (hacia adentro) y hacia arriba. Ello se debe a que cada uno (transverso, oblícuos y recto anterior) tiene las fibras orientadas de manera distinta.
A su vez, esta musculatura es una parte esencial del “core” (es el núcleo, el centro de gravedad del cuerpo, limitado por arriba por el diafragma y por debajo por el suelo pélvico, y toda la musculatura relacionada). Pero esto da para otro post ;-))
Por lo tanto, el papel de los músculos abdominales en la espiración sonorizada es:
¿Debemos hacer o provocar los movimientos abdominales para tocar?
Puedo darte muchas respuestas, todas válidas. Obsérvate y aplícate la que te corresponda.
Sea lo que sea lo que hayas respondido, conciénciate de esta zona, observa sus movimientos naturales en la respiración tranquila, aprende de su relación con la respiración por ti mism@ o acude a clases de Yoga, Taichi, Técnica Alexander (para “dejar hacer” y recuperar la libertad de movimiento) o acude a clases de Hipopresivos o Pilates (para fortalecer y devolver funcionalidad).
Pero no olvides que para nosotros, los instrumentistas de viento, la finalidad de utilizar bien este grupo de músculos es el soplo y el sonido.
Por mucho que trabajes la respiración, el soporte y el soplo fuera de tu instrumento, no dejes de hacerlo escuchándote y regulando tu acción “consciente” a las necesidades reales de tu sonoridad.
¡Sigue soplando y..
Muéstrate abierto a las sensaciones de una buena respiración, de una buena producción del sonido, de un buen funcionamiento del cuerpo.
Recuerda qué sensaciones internas te aporta respirar con libertad, pero con tu musculatura tonificada.
Escúchate y recuerda qué sonido quieres producir y date cuenta de la importancia de la calidad de la respiración (inspiración y espiración) para la obtención de un sonido bonito, bien emitido, flexible, afinado, controlado… y libre.
¡Muchas gracias por leer!
Si te ha gustado, pásate por la página de mi Curso de respiración para músicos.
Recuerda, si tienes alguna aportación, me encantará leer tus comentarios.
Estoy activa como profesora de clarinete en:
Mi estudio a partir de octubre 2016 en Rivas-Vaciamadrid.
En la escuela www.progresionarmonica.com también en Rivas.
En la escuela www.musicaeduca.es en Alcalá de Henares.
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