¿Tienes el suficiente oído como para llegar a cantar o eres un caso perdido?

Desafinar al cantar es el mayor miedo de un cantante, y con razón.

Lo mínimo que se le puede pedir a un cantante es afinar las notas que canta.

Pero si sufres un problema de desafinación, es difícil darte cuenta y aún más saber cómo arreglarlo.

Muchos te dirán que tienes que entrenar tu oído, pero la realidad es un poco más compleja que eso.

Hay más factores que afectan a la afinación de un cantante, y conocerlos todos te ayudará a allanar el camino.

En este episodio vas a descrubrir

  • Qué significa entrenar el oído.
  • Por qué la afinación no depende sólo del oído.
  • El proceso mental a seguir para cantar una nota, y dónde puede fallar.

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Transcripción del episodio

No importa lo bonita que sea tu voz, ni lo amplio que sea tu rango vocal.

Tampoco importa lo potente que sea tu voz.

Nada importa si no cumples el objetivo principal de todo cantante: afinar.

Si piensas que no tienes oído musical y que no sirves para cantar, tengo que decirte que probablemente te estés equivocando.

Olvídate de una vez de que si no tienes el talento no vas a poder llegar a cantar.

Lo que necesitas sólo son dos cosas: saber qué tienes que hacer para mejorar, y hacerlo.

El éxito está detrás del trabajo y del sacrificio, y luego está el talento

Antonio Banderas

Quiero hablarte de la tríada de la afinación

Existen 3 componentes imprescindibles para que el proceso de afinación pueda existir.

A estos componentes los llamo La Tríada de la Afinación, y son:

  • Oído
  • Cerebro
  • Voz

El oído es el origen de todo

El proceso de afinación empieza en el oído, y no es el paso más importante.

De hecho es el MENOS importante.

Las ondas de sonido viajan a través del aire y hacen vibrar a tus tímpanos.

Estas vibraciones se transmiten en señales eléctricas que llegan hasta tu cerebro.

Y eso es todo.

Si tienes un problema de oído, directamente no puedes entender la música, y si estás leyendo esto es porque la música te gusta.

ENTIENDES la música.

Tu oído funciona.

Luego tenemos al cerebro como procesador de la información

El cerebro interpreta las señales eléctricas que llegan desde el oído y las decodifica en algo que entendemos: las notas.

El primer obstáculo que hay que superar para llegar a afinar al cantar está aquí.

No tienes que saber que esta nota es un Sol o esta otra un Re al escucharlas.

Esta es una habilidad rara que se llama oído absoluto, y no es necesaria para afinar.

De hecho hay gente con oído absoluto que no es capaz de afinar al cantar, y te hablaré de ello en unos momentos.

Pero sí tienes que ser capaz de diferenciar las notas entre sí, y reconocer ciertos casos, como por ejemplo cuándo una nota es más aguda que otra.

Cuando se dice que tienes que entrenar tu oído, en realidad significa que tienes que entrenar a tu cerebro a reconocer esas diferencias entre las notas.

También tenemos al cerebro como el ejecutor

Reconocer las diferencias entre las notas sólo es la mitad del trabajo que tiene que hacer el cerebro.

La otra mitad consiste en saber qué señales eléctricas emitir para decirle a tu voz qué nota debe cantar.

Es una tarea difícil de conseguir, a menos que conozcas el secreto.

Y el secreto no es otro que prestar atención antes de cantar.

Lo mejor que he visto que funciona en todos los años que llevo enseñando a cientos de cantantes es escuchar en tu mente la nota ANTES de cantarla.

Mucha gente se precipita y se lanza a cantar sin ejecutar este paso antes, y entonces es cuando desafinan.

Sólo cuando pones la atención necesaria y aplicas este secreto (por llamarlo de alguna forma), empiezas a automatizar el proceso hasta que puedes dejar de hacerlo.

Infravalorar este paso puede retrasar mucho tu avance vocal.

Y finalmente tenemos la voz como el instrumento

Tu voz es la que va a generar el sonido que tu cerebro le ha ordenado hacer.

Pero hay un “pero”.

A veces tienes muy clara qué nota tienes que cantar, pero cuando lo intentas, cantas otra nota.

Tu voz simplemente no responde.

Este es el problema de las personas que tienen oído absoluto y no son capaces de afinar al cantar.

La razón es muy sencilla: tus músculos vocales no están entrenados para cantar esas notas.

Te falta adquirir esa habilidad.

Tienes todo el equipamiento. Sólo tienes que aprender a utilizarlo.

Aquí es donde está el groso del entrenamiento vocal, y es donde dedicamos la gran parte del tiempo cuando entrenamos a cantantes y a personas que quieren cantar mejor.

Pero como decía el narrador de Conan, “eso ya es otra historia”.

Este artículo ¿Tienes el suficiente oído como para llegar a cantar o eres un caso perdido? pertenece a VoKalo.

Sólo hay una razón por la que cantar mejor es difícil

No hay mayor enemigo del progreso que la subjetividad.

Los conflictos siempre son por visiones diferentes de la misma realidad.

Disputas, peleas, diferencias políticas, religiosas, …

Este tipo de visión no nos ayuda en absoluto a la hora de adquirir y desarrollar habilidades nuevas, como el canto.

Queremos hechos, no opiniones, porque los hechos son los que nos acercan de forma inequívoca a nuestros objetivos.

Desafortunadamente, en el canto hay mucha más subjetividad que objetividad.

Pero vamos a ver si podemos empezar a cambiar eso.

En este episodio vas a descrubrir

  • Por qué la subjetividad no es tu amiga (aún).
  • La forma de llegar a tu destino sin conocerlo.
  • Un ejemplo con el mejor consejo que puedo darte sobre el canto.

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Transcripción del episodio

Has entrado en el templo de El Sensei del Cantante, de VoKalo, donde todos los cantantes encuentran respuestas e iluminación vocal.

Visítanos en vokalo.es.

Estás escuchando el episodio número 114. Soy Esther.

Sólo hay una razón por la que aprender a cantar mejor es difícil: cantar es confuso.

Cuando cantas no tienes más remedio que guiarte por las sensaciones que tienes.

En qué lugar sientes tu voz físicamente, qué sientes en la garganta, por dónde sale el sonido, …

Todas estas sensaciones son únicas para cada uno de nosotros, y son intransferibles.

Un militar francés llamado André Massena dijo una vez: “Nunca le ha servido a nadie la experiencia de otros.”

Y tenía mucha razón, porque si dos cantantes te explicaran cómo sienten sus voces cuando cantan, cada uno te diría una cosa diferente.

Ahí empieza la confusión.

Te confunde no saber qué debes sentir, y si tratas de copiar las sensaciones de otros, acabarás con una frustración enorme porque no cantarás igual de bien que ellos.

El fin de la confusión pasa por el inicio de la vivencia

¿Cómo sabes qué se siente cuando estás en la cima de la Torre Eiffel?

No lo sabrás viendo las fotos del viaje a París de tu tío.

Ni si quiera viendo vídeos por Internet ni leyendo las experiencias de otros.

Está claro que la única forma de saber qué se siente en la cima de la Torre Eiffel es yendo a París y subiéndote a ella.

Sólo cuando vives la experiencia creas tus propias sensaciones y sabes REALMENTE lo que es.

Si quieres acabar con la confusión al cantar, tienes que empezar a crear tus propias sensaciones viviendo antes las experiencias que tu voz necesita.

Ya lo dio Leonardo Da Vinci: “La sabiduría es hija de la experiencia”

Y esa experiencia la creas a partir de las leyes de la voz

Cada uno de nosotros sentimos la voz de forma diferente, pero todos tenemos que respetar las leyes acústicas de la voz.

Estas leyes son las que nos tienen que guiar para saber qué tenemos que hacer en cada momento.

Cuando respetas estas leyes, la voz responde correctamente y es ahí cuando empiezas a sentir cosas que no habías sentido antes (en lo que a voz se refiere, claro 🙂 ).

Voy a ponerte un pequeño ejemplo para explicarme mejor:

¿Sabías que tu forma de articular las vocales depende de cómo las articulan las personas de las que aprendiste a hablar?

Si desde tu infancia aprendiste a pronunciar la vocal A de una forma que no respeta las leyes de la voz, cuando la cantes sentirás que tu garganta se cierra, y que el sonido de tu voz es más bien feo.

A menudo pensamos que sólo existe una A porque en castellano tenemos sólo 5 vocales.

¡En inglés tienen entre 15 y 21! Y tienen más de una A (o lo que los castellano-parlantes percibimos como A).

Si sólo pudiese darte un consejo en toda mi vida sobre el canto, sería este: aprende a pronunciar y a utilizar la vocal UH (una A cerrada).

Esta vocal posiciona automáticamente todo tu instrumento en una postura de reposo.

Empieza a crear tus propias sensaciones al cantar

Para crear tus sensaciones al cantar, las correctas, tienes que ir cumpliendo con leyes como esta.

Cada vez que cumples una ley más, tu voz da un salto.

Cuando cumples las suficientes, empiezas a ver que quizás te equivocabas cuando pensabas que no podías cantar mejor.

Si te enfocas en cumplir cada una de las leyes, podrás olvidarte al fin de sentir lo que otros te dicen que tienes que sentir.

Esto te permitirá romper la percepción de confusión al cantar, y podrás describir con tus propias palabras cómo sientes tu voz al cantar.

No hay mejor guía que esa.

Con tus propias vivencias no necesitarás más referencias que las tuyas propias. Eso te acompañará toda la vida.

Y todo empieza por la vocal UH.

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Si cantar es fácil ¿por qué es tan difícil?

cantar es fácilCantar es fácil.

La teoría es muy sencilla:

Tiene que pasar aire a través de tus cuerdas vocales para hacer que se generen las ondas de sonido.

Pero aunque esto no pueda ser más sencillo, hay veces en las que pienso que es más complicado que una ingeniería.

¿A qué se debe?

Me recuerda a un reloj, con todas esas piezas pequeñitas dentro, pero que se combinan entre sí para dar un resultado perfecto y preciso.

Y ese mecanismo lo tenemos de serie, ya que es el mismo mecanismo que utilizamos para comunicarnos entre nosotros, así que debería ser igual de perfecto y preciso en todos los humanos que no tengan ningún problema vocal de nacimiento.

La cuestión es que hay un elemento que hace imperfecto el canto y eso es precisamente lo que lo puede llegar a convertir en algo tan complicado: el elemento humano.

Nuestra condición de humanos consigue que, aunque cantar sea fácil, se convierta en algo difícil a veces.

Cuando cantar debería ser fácil pero tus defectos se vuelven contra ti

Cuando empiezas a cantar, el primer obstáculo que te encuentras por el camino, eres tú mismo.

Una de las cosas más importantes que tenemos que aprender ya no sólo los cantantes, sino los humanos en general de cara a aprender nuevas habilidades, es que nuestro cuerpo es un lastre para nuestra mente.

Y nuestra condición de humanos no nos lo pone fácil, porque tenemos unos pocos defectillos.

La impaciencia

En el canto lo sufres cuando intentas ir más rápido de lo que en ese momento puedes.

Piénsalo.

Es lo mismo que cuando empiezas a tocar un instrumento en el que utilices tus manos.

Al principio te sientes muy torpe.

Te da la sensación de que tus dedos son zanahorias que no eres capaz de controlar como quieres.

Poco a poco, tus dedos se dejan llevar por tu mente y lo haces casi sin pensar.

Con la voz pasa algo parecido, pero aún es más difícil, porque no ves esas zanahorias.

Puede que nuestra mente haya entendido la teoría perfectamente, pero a nuestro cuerpo le va a llevar su tiempo procesarla.

Conseguir que tu voz te responda lleva su tiempo: necesitas practicar.

Las ideas preconcebidas

Cuando en una persona ha arraigado una creencia, es muy difícil que desaparezca.

Esa creencia se convierte en algo más contra lo que luchar.

Hasta que no viene otra persona y te demuestra que esa creencia tuya era infundada no vas a salir de ahí.

Es como si yo ahora te dijera que los humanos podemos volar.

No me creerías.

Sin embargo si me vieras volar la cosa cambiaría, ¿no?

En canto hay muchas creencias que nos hacen quedarnos estancados.

La creencia de que no se puede aprender a cantar sin tener buena voz es un buen ejemplo.

Pero yo quiero ir más allá todavía, mirar más en tu interior como cantante.

Crees en tus límites tan ciegamente que eso te hace mucho más difícil conseguir superarlos.

Por ejemplo, puede que tengas unas notas iniciales y finales en las que encuadrar tu voz y estás convencido de que no vas a poder moverte fuera de ellas.

Pero debes saber que una de las virtudes de los seres humanos nos ha hecho evolucionar en la historia, el esfuerzo por superar nuestros propios límites.

La pereza

Los humanos somos un poco vagos a veces.

Llega el final del día y aunque sabes que tienes que hacer tus ejercicios de canto dejas que te venza la pereza y te pones a otra cosa.

Eso es un autosabotaje, porque tú quieres mejorar tu voz y sabes que necesitas practicar para conseguirlo.

Sin embargo dejas que te venza la pereza y no te pones a practicar.

Lo peor de todo es que haciendo algo que supuestamente te apetece hacer (cualquier otra cosa que no sean tus ejercicios de canto) acabas sintiéndote fatal contigo mismo.

La verdad es que no es nada justo, ¿verdad?

Pero en el mundo en el que vivimos, las cosas que queremos cuestan un esfuerzo.

Lo bonito es que ese esfuerzo nos hace valorar más esas cosas una vez las conseguimos y no sólo eso, sino que nos hace sentirnos orgullosos de nosotros mismos.

Vencer a la pereza es como si la mente venciera al cuerpo y eso siempre es una hazaña para los humanos.

Cantar es fácil si no lo haces difícil

Cantar es fácil, pero se convierte en difícil.

Los únicos culpables no son sólo nuestros defectos como humanos, sino que a veces también lo son nuestras virtudes.

Cabezonería

Para mí, ser cabezota es una virtud.

Significa que tienes muy claro lo que quieres y vas a por ello te cueste el esfuerzo que te cueste.

Es una virtud muy buena en lo referente al canto, porque gracias a ella vas a practicar día tras día y no vas a tirar la toalla cuando algo no te salga.

El problema viene cuando te aferras a algo que no funciona durante demasiado tiempo por culpa de la cabezonería.

Llevas un año con ese profesor y no avanzas, pero como eres un cabezota no lo dejas y te buscas a otro.

Llevas estudiando canto con un programa de entrenamiento vocal genérico de esos que venden por Internet, y tampoco obtienes resultados, pero como eres un cabezota no vas a contratar a un profesor.

Todas esas cosas harán que te quedes estancado y que cantar se convierta en algo más difícil de lo que debería ser.

Esfuerzo extra

Poner un empeño extra en todo lo que haces es algo buenísimo.

Inflarte de energía y volcarla en el canto también puede parecer algo positivo, pero muchas veces puede causar problemillas.

Querer hacer de más cuando la solución debería fluir sola puede llegar a ser un problema.

Es como intentar levantar una pluma con la misma fuerza con la que levantarías unas pesas de 50 kilos.

Y es que a veces se le nota en la cara a un estudiante de canto cuando está pensando demasiado y no se deja llevar.

Haciendo mucho más esfuerzo del que debería.

El canto es cuestión de sensaciones y la primera que se debe empezar a buscar es la facilidad.

A veces te causas tensiones innecesarias intentando controlar esos pequeños músculos que hay en tu interior cuando lo que deberías hacer para que la cosa funcione es relajarlos sin más.

Otras veces inspiras tanto aire para no quedarte sin, que lo que te acaba pasando es que necesitas deshacerte de él tan rápidamente que sale a toda presión y descontrolado.


Como ves, cantar no es tan fácil como se suponía que debía de ser.

Debería ser igual de fácil que hablar, algo que haces casi sin pensar, sin esfuerzo.

Nos vemos envueltos en una lucha feroz contra nosotros mismos para conseguirlo.

Pero no te agobies, porque aunque una máquina sería capaz de cantar de manera mucho más precisa que nosotros en mucho menos tiempo, lo que ninguna máquina podrá igualar nunca son nuestras vivencias y las cosas que ellas nos hacen sentir.

Poder transmitir esos sentimientos mientras cantamos una canción es algo exclusivamente humano y es lo que hace que la música sea algo tan bello.

Así que si consigues ganar la batalla contra ti mismo y aprendes a cantar, el resultado será algo único.

Si tú también luchas contra ti mismo para aprender a cantar, ¡deja de luchar!

Conviértete en tu aliado y en el mío, compartiendo este artículo.

Imagen: AtribuciónNo comercialCompartir bajo la misma licencia Algunos derechos reservados por Sergei Golyshev (very busy)

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Los ejercicios de canto que debes hacer para mejorar tu voz

ejercicios de cantoLos ejercicios de canto son un recurso muy buscado en la web.

Si estás leyendo este artículo es porque de un modo u otro, a ti también te interesan.

Has llegado hasta aquí buscando ejercicios de canto y no te voy a decepcionar, pero antes quiero que hablemos un poco sobre ellos.

Un ejercicio es una actividad que se desarrolla para perfeccionar una habilidad.

Tenemos ejercicios para todo tipo de habilidades, desde físicas a mentales.

Para perfeccionar y conservar cualquier habilidad es necesario hacer muchos ejercicios.

Con los ejercicios de canto la cosa no es diferente.

¿Cómo debes concebir tus ejercicios de canto?

Cantar es algo que debe ser muy natural.

Si a ti te cuesta mucho trabajo hacerlo, lo que tienes que hacer son ejercicios que te lo hagan más fácil.

Por ponerte un ejemplo muy típico, si sientes que estás forzando tu voz, tienes que trabajar en que suene mucho más ligera.

Tienes que ser consciente de que esto no lo vas a conseguir en media hora.

A veces puede desesperar porque te parece como si ese ejercicio cada día te sonara igual y piensas que no estás avanzando.

Nos ha pasado a todos.

Debes entender que cantar es un viaje a tu interior.

Para avanzar, tienes que escuchar a tu cuerpo y prestar mucha atención a tus sensaciones.

Si en un momento sientes una molestia, es señal de que hay algo que no estás haciendo bien.

Tal vez cada día que te pones con ese ejercicio que te ha dado tu profesor y que te ha dicho que es el adecuado para ti, sientes que chocas contra un muro y no ves la manera de avanzar.

A mí también me ha pasado.

Porque queremos esos ejercicios milagrosos con los que de repente te sale bien.

Y los hay, y nos ayudan a entender un poquito mejor a nuestro cuerpo.

Pero luego vuelves a ese otro que se te resiste.

Y lo tienes que hacer porque tu profesor dice que te va bien.

Pero no hay manera de que salga bien.

Hasta que un día sale.

Mi caso y el ejercicio de canto con el que me peleé yo

Ya llevaba un tiempo estudiando Speech Level Singing y conseguí mejorar mucho y bastante rápido, pero en mis notas más agudas, llegaba un momento en el que perdía la coordinación y sólo salía aire a toda presión.

Conozco la teoría, así que sabía lo que tenía que hacer.

Reducir la presión de aire en esas notas agudas.

Dicho así hasta parece fácil, pero yo era incapaz.

Uno de los ejercicios con los que lo tenía que conseguir es este:

Pero llegaba a las notas más agudas y la cosa no cambiaba.

Después de meses, parecía que me había topado contra un muro, pero un día empecé a probar cosas nuevas.

Me dije: si estoy sacando tanto aire, ¿qué pasaría si hago el ejercicio sin tomar aire?

Y así lo hice.

Salió genial.

Así sin más.

Eso sí, en cuanto tomaba aire, ya teníamos el problema de nuevo.

Ahora lo que tocaba era repetirlo una y otra vez intentando entender la sensación interna.

Atender a mis sensaciones y grabarlas en mi mente.

Los ejercicios de canto sirven para conseguir ese sonido que quieres en un entorno controlado (con un sonido concreto, con una melodía concreta).

Se trata de conocer tan bien tus sensaciones en ese entorno controlado, que puedas extrapolarlo a un entorno no controlado con el mismo resultado.

¿Hasta cuando hay que hacer ejercicios de canto?

Lo peor de todo es que si dejas de hacer ejercicios pierdes lo ganado y olvidas las sensaciones que te estaban ayudando.

Algunas cosas puedes conservarlas, pero ya no es lo mismo.

Me recuerda mucho a cuando dejo de ir al gimnasio por vacaciones o por cualquier otro motivo.

Toda la resistencia que tenía ganada la tengo que volver a conseguir.

¡Es como partir de cero!

En el caso del canto no es tan extremo, pero aún y así, no hacer ejercicios de canto te hace perder las habilidades adquiridas que tanto te costaron.

¿Existen los ejercicios de canto por niveles?

Sí y no.

Se puede generalizar y buscar ejercicios que más o menos cubran la mayoría de casos.

El problema es que eso nunca va a ser tan efectivo como atacar directamente a tus debilidades y convertirlas en fortalezas.

Puede ser que te ayuden o puede ser que te perjudiquen, depende más de la suerte.

Y eso es normal, porque ya lo sabes, no todos somos iguales ni tenemos las mismas características vocales.

Dar con unos ejercicios de canto que estén diseñados específicamente para mejorar tu voz, no tiene precio.

Y lo prometido es deuda, un ejercicio de canto que siempre funciona

Este ejercicio, si se hace correctamente, es de los más útiles que hay, ya que te ayuda a entender las sensaciones de liberar tu voz y conseguir más rango vocal.

El problema es que es muy difícil aprender a hacerlo correctamente.

Se trata de poner tus dedos índice en tus mofletes y hacer que vibren tus labios (no tu lengua) haciendo sonar al mismo tiempo esta vocal inglesa: UH.

Puedes saber si lo estás haciendo mal:

  • Si escuchas más aire que voz
  • Si te pica la nariz cuando lo haces
  • Si sientes tensión o molestia
  • Si no puedes hacerlo a diferentes volúmenes
  • Si para que te salga lo tienes que hacer sin aguantarte los mofletes, tensando los labios

En todos estos casos, debes indicárselo a tu profesor para que te ayude a corregirlo o lo substituya por otro ejercicio que te salga mejor y con el que consigas el efecto deseado.

O quizás tengas que intentarlo una y otra vez hasta que por fin un día des con las sensaciones correctas para hacerlo y consigas conservarlas a fuerza de repetirlo un montón de veces.

De hecho, con este ejercicio también me las vi yo en su día.

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Imagen: Atribución Algunos derechos reservados por tableatny

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¿Cuánto debo entrenar al cantar para dominar mi voz?

cuanto debo entrenar al cantarSaber cuánto debo entrenar al cantar es una de las primeras dudas que vienen a la cabeza de los cantantes.

Y es que depende de otras cosas, la respuesta va a cambiar.

Lo primero que te debes preguntar es qué tipo de cantante quieres ser o por qué quieres aprender.

A partir de ahí, en tu escala de valores, tienes que situar el canto y tus otras ocupaciones y ver qué es lo que está por encima y qué está por debajo.

La respuesta ideal a la pregunta “¿cuánto debo entrenar al cantar?”

Todo lo que puedas es la respuesta ideal.

Con el ritmo de vida que llevamos hoy en día las personas, cada vez hay menos tiempo para hacer las cosas que queremos hacer.

Practicar canto es una de ellas.

Un día tiene 24 horas y de media, si te pasas 8 durmiendo y 8 trabajando, las otras 8 son tiempo libre.

Ese tiempo libre lo dedicas a varias cosas importantes como son comer, ducharte o limpiar y el resto, que suelen ser unas 4 horas te quedan para ti, para que hagas lo que quieras con ellas.

Ahí es donde tiene que entrar en juego tu escala de valores.

¿Quieres una voz profesional?

Si quieres tener la voz de un cantante profesional, en esas 4 horas tienes que darlo todo.

Eso sí, es importante que dejes descansar tu voz entre práctica y práctica.

Pero durante el resto del tiempo, aunque estés haciendo otras cosas, tienes que estar pensando en tu voz y en lo que necesita.

Esto me recuerda a cuando estuvo Seth Riggs en Barcelona este verano pasado.

El tiempo que estuvimos paseando por la ciudad, nos lo pasamos hablando de la voz y de técnica vocal.

Eso es lo que pasa cuando sientes verdadera pasión por lo que haces.

No sólo te conviertes en una leyenda en ese terreno, sino que además lo disfrutas de verdad.

Yo quiero aprender a cantar por afición

Si no te importa lo que tardes, pero quieres aprender a cantar para ti mismo, porque te gusta y te hace disfrutar de la vida, puedes dedicarle menos tiempo.

Por ejemplo, yo no quiero ser atleta profesional, pero quiero estar en forma porque me hace sentir bien.

Si quisiera ser atleta profesional me pasaría el día entero en el gimnasio.

Como sólo quiero estar en forma, voy una hora al día.

En cuanto al canto, cuando empecé, no quería ser famosa, pero sí quería tener una voz profesional, por lo que entrenaba todas las horas posibles.

Pero entiendo que hay personas para las que cantar es algo más en su vida, una afición más.

Por eso deben compartir el tiempo libre entre esa afición y las demás.

Eso sí, si le dedicas un ratito cada día, aunque tardes un poco más conseguirás buenos resultados.

¿Cómo vas a practicar?

Un punto muy importante.

Asegúrate de que practicas ejercicios que son específicos para ti.

Recuerda que por mucho rato que practiques cada día, no te servirá de nada si no lo haces en la dirección adecuada.

Que los ejercicios que hagas te los de un profesor en el que confías y que haya escuchado cómo responde tu voz con según qué ejercicios, es vital.

Que te los pase un amigo que esté estudiando canto o buscar por internet ejercicios al azar no te servirá de nada e incluso puede perjudicarte.

Y no sólo es importante lo que practiques, sino, cómo lo practiques.

Ponle ganas.

Concéntrate en lo que estás haciendo y hazlo a plena consciencia.

Tienes que fijarte mucho en las sensaciones que tienes con cada ejercicio.

Si hay dolor o molestia, vas mal.

Consulta con tu profesor.

Los autosabotajes

He querido incluir este punto en el artículo, porque a veces no es fácil responder a la pregunta que te hacía antes sobre si quieres ser profesional o aficionado.

Y es que a veces queremos creer en algo tan ciegamente que nos acabamos engañando a nosotros mismos.

Pero ahí está nuestro cerebro, para devolvernos al camino en el que realmente queremos estar.

Puede que creas que quieres ser cantante profesional y que es a lo que quieres dedicarte para el resto de tu vida, pero acaba sin pasar y muchas veces es por culpa de ti mismo.

Cuando en lugar de trabajar activamente en que tu sueño se cumpla prefieres hacer otras cosas como ver la tele, jugar a videojuegos o salir con amigos, es que ese no era realmente tu sueño.

Cuando quieres algo de verdad tienes que hacer todo lo posible por conseguirlo.

Por ponerte un ejemplo, uno de mis profesores de canto no tenía dinero para costearse las clases de canto y tenía que dormir en el coche para poder pagarlas.

Lo que quiero decirte con esto es que puede que tengas que hacer sacrificios, pero si realmente es lo que quieres hacer, vas a por todas.

Lo peor que puede pasarte cuando tienes un sueño con el que te estás engañando es que te sientes mal cuando te fallas a ti mismo.

Si no practicas un día no pasa nada, pero imagínate que llevas toda la semana sin practicar y lo peor es que no es porque estés muy ocupado, sino que es porque no tienes ganas de ponerte, prefieres ver la tele.

Sientes que te has fallado y te sientes fatal, pero no tiene por qué ser así.

Te has autoimpuesto una obligación que realmente no querías, así que no debes sentirte mal.

¿Cómo sé que realmente mi sueño es cantar bien?

Es fácil de saber.

Pregúntate qué estarías dispuesto a hacer por conseguirlo.

Lógicamente, habrá cosas que no harías, cosas que vulneren tus valores como persona, eso es lo que está por encima de todo.

Por ejemplo, yo no estaría dispuesta a matar a nadie, ni a robar, ni a traicionar a los míos, …

Pero sí estoy dispuesta a pagar clases de canto con los mejores profesores del mundo, aunque me tengo que sacrificar en otras cosas que también me gusta hacer.

También estoy dispuesta a practicar a diario con mi voz, aunque sea un poquito.

Y no sólo estoy dispuesta sino que lo disfruto.

Y eso me lleva a otra pregunta que debes hacerte.

¿Cómo te hace sentir trabajar en tu voz?

A mi personalmente, se me pasan las horas volando.

Podría estar todo el día practicando y no me importaría.

Si a ti también te hace sentir de esa manera, ya tienes tu respuesta. ¿Quieres compartirla con nosotros?

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