Probablemente muchos ya conoceréis este libro que impactó en el mundo académico hace ya unos años. La enseñanza tradicional basaba gran parte de su eficacia en la adquisición de automatismos, más o menos inconscientes y habilidades a menudo puramente físicas o acrobáticas. Cambiando el paradigma del modo en que nos relacionamos con el instrumento, Dominique Hoppenot busca conectar con todos aquellos violinistas cuya relación con su instrumento constituye una historia tormentosa de sufrimiento, esfuerzo frustrante, esperanzas contrariadas. Hoppenot propone trabajar desde nuestro interior, analizando, de forma concienzuda y pormenorizada, pero también con increíble optimismo y entusiasmo, todos los factores que definen los éxitos o los fracasos, las barreras mentales, la importancia y el respeto del cuerpo, la misión de la conciencia de sí mismo, la necesidad del placer, la relación pedagógica centrada en el alumno. Todo ello en una búsqueda interior de la armonía, de la realización personal plena, no sólo con el violín, sino con nuestro propio cuerpo.
Su lectura es fascinante para cualquier estudiante de violín, pero especialmente útil para todos aquellos que ya tienen cierta experiencia, un recorrido vital que a menudo los tiene insatisfechos y les ha hecho perder la ilusión inocente por la música. Salvo los excepcionalmente dotados por naturaleza, todo violinista ha sentido alguna vez ese bloqueo, impotencia ante ciertas empinadas cuestas que parecen volverse infranqueables, frustraciones con las que, si no las sabemos enfrentar, pueden terminar enquistando en nuestro espíritu un rechazo hacia el instrumento y hacia su cruel y constante exigencia de disciplina y trabajo.
“Se trata de un libro precursor cuya originalidad colmará a unos, inquietará a otros, pero cuyo contenido se convertirá mañana en evidencia para quien busca… y se busca.”
Pero se confunde quien piensa que la autora preconiza una forma indolente o relajada de aprender. Su relajación siempre es activa y ella no deja de alabar la obra del supuestamente prusiano Sevcik, cuyos ejercicios aconseja con entusiasmo.
Seguramente, el estudio del violín es uno de los caminos que más frecuentemente se abandona. Es fácil conocer a alguien que, al saber de nuestra dedicación, nos confiesa: “yo estudié un par de años, pero lo dejé”.
No diré que en “El violín interior” se encuentran las soluciones para evitar todas las trampas del camino y llegar a un final feliz. No es un libro de recetas ni de trucos fáciles que tanto se llevan ahora en internet. Pero sí que es inspirador, y que nos muestra como mínimo “la actitud” necesaria para conseguir lo que en definitiva debería ser siempre el objetivo final: la felicidad de hacer buena música, música hecha con el alma.
Cómo relajarse de forma positiva, cómo sentir el cuerpo como una unidad global, cómo estar en equilibrio, qué actitud hay que adoptar al tocar, cómo manejar el miedo, cómo enseñar…
Un texto imprescindible para alumnos, profesores y aficionados.
Os recomiendo que compréis el libro y lo tengáis presente para ojearlo de vez en cuando, pero aun así os dejo esta versión que podéis ir leyendo.
Antes que nada, avisar que este compendio de escalas no es recomendable para principiantes.
Aqui tenéis el Método completo, podéis imprimirlo, descargarlo o solamente hojearlo. Tened paciencia porque, dado el tamaño del archivo, tardará en cargar.
Casi nadie se libra de practicar escalas, y hay tantos métodos y guías para realizarlas que resulta difícil escoger alguna. Para este artículo he escogido este Manual, algo antiguo ya, pero que puede ser muy útil para aquellos que ya tienen cierto nivel y quieren perfeccionar mediante ejercicios técnicos de escalas, arpegios, etc. más profundos y específicos.
Porque este método es realmente amplio, recoge todas las escalas mayores y menores en todas las tonalidades y en toda la extensión del diapasón (yo no puedo con muchos de ellos) y además es descargable gratuita y legalmente (creo) de la red.
El hecho de que se han indicado diferentes tipos de digitación posible, y a que algunas de esas variantes no son demasiado amigables (al menos para mí) añaden dificultad a este tipo de ejercicio. Lo cierto es que yo llevo unos meses con ellas y tengo que avisar que no son los ejercicios más divertidos del mundo. Hacedlos despacio y con infinita paciencia, y si podéis ponerles un poco de gracia y personalidad a los ejercicios, mucho mejor
Creo que no hay mejor comentario que los propios prólogos al método editados hasta el momento. Os los traduzco.
Notas de Carl Flesch a su Primera Edición
He dudado mucho antes de decidirme a publicar mi Sistema de Escalas trasladado a todas las tonalidades. Porque nunca me ha gustado que hubiera demasiadas publicaciones de este tipo. Además, a menudo se parecen entre sí y no hay en ellas ninguna idea nueva, que es lo que debería ser su razón de existir.
En el primer volumen de mi Arte del violín había publicado una serie de esclas y acordes rotos bajo el título “El sistema de escalas” que considero constituía una significativa innovación. Había intentado dirigir el trabajo diario desde las rígidas fórmulas técnicas habituales a una visión que permitía al alumno no favorecer una parte del mecanismo en detrimento de otra, sino que le obligaba a dividir su trabajo igualmente entre las distintas combinaciones técnicas más usuales.
Además he intentado resucitar la antigua manera en la que la vieja escuela francesa realizaba las escalas, una tradición que yo seguí en casa de mi viejo profesor Eugène Sauzay.
Muchos años de práctica han fortalecido mi convicción de que gracias, a su universalidad, su concisión, este sistema no sólo constituye una garantía segura de progreso continuo sino que representa el mejor medio de economizar tiempos y esfuerzos. Para llegar a este resultado era necesario sin embargo que el alumno cambiara cada día de tonalidad, transponiendo sucesivamente el modelo en Do mayor a los demás tonos, dado que en la primera edición por falta de espacio pude publicar solamente esa tonalidad.
Tres años después he tenido la ocasión de comprobar la influencia de mi sistema sobre los estudiantes. Fue una pequeña decepción observar que la mayoría sólo trabajaban en la tonalidad de Do mayor, con lo que el efecto era mucho menor. Pero el violinista que practica en todas las tonalidades tiene una gran ventaja sobre el que se contenta con una sola, siempre la misma. Y es es la razón que me empujó a publicar el sistema completo de escalas.
Algunas observaciones útiles para la realización de los ejercicios:
El sistema de escalas puede servir tanto de ejercicio de afinación como de ejercicio de velocidad. En el primer caso debe ser tocado lentamente corrigiendo cada nota fallida, en el segundo caso es necesaria cierta velocidad acorde a la técnica individual.
Se debe practicar una tonalidad distinta cada día.
Los modos menores en dobles cuerdas están escritas en el modo harmónico, no melódico, para hacer uso de esos intervalos de segunda aumentada que habitualmente se descuidan. Sin embargo he utilizado por contra en las escalas menores simples la forma melódica, mientras ambas variaciones han sido combinadas en las terceras partidas.
A fin de aprovechar al máximo el tiempo disponible he combinado los ejercicios de escalas con los ejercicios de arco. Estos golpes de arco pueden aplicarse también en los ejercicios de dobles cuerdas, en cuyo caso los intervalos no sonarían simultaneamente, sino alternativamente.
El alumno puede, si es su deseo, añadir anotaciones dinámicas.
Me ha parecido útil añadir, al final de cada escala algunos ejercicios en simple o doble cuerda en armónicos, dado que se practica escasamente esta especialidad.
El orden de acordes introducidos aquí son los mismos que Sevcik introdujo en su Método de violín.
Consejos y comentarios del Editor (Por Max Rostal)
Se han incluido nuevas digitaciones acordes a los nuevos gustos, y se han situado debajo de las notas, mientras que las de Flesch se encuentran sobre las notas.
Algunos dedos de Flesch corren riesgo de ser malinterpretados. Por ello, he añadido explicaciones sobre ellos.
Mis dedos no son correcciones, sino alternativas al gusto de nuestros días y que pueden usarse en alternancia con los de Flesch. No comparto la opinión de que todas las escalas deben tocarse de la misma manera, porque, por razones musicales, cada una requiere a menudo digitaciones propias y adecuadas.
He indicado a veces dedos que facilitan la interpretación pero, ocasionalmente he utilizado dedos más difíciles con el fin de que los estudiantes practiquen las excepciones o por razones técnicas. El hecho de que pasajes parecidos se digiten de forma diferente proviene de mi intención de hacer experimentar ejercicios más diversos.
Si no se indican otras alternativas, los dedos de Flesch son los válidos.
He de lamentar que ocasionalmente mis dedos no son realmente comprendidos y parecen a algunos veteranos incluso absurdos. Para mí, es evidente que los dedos más fáciles no son siempre los más musicales y juiciosos. Si aceptamos que la idea artística está subordinada a la seguridad de ejecución, la práctica del violín se vuelve más fácil.
Cuando las digitaciones no se corresponden a los estereotipos habituales y conocidos, se les declara, demasiado a la ligera, “intocables y arriesgados”, e incluso, a veces, “absurdos”. Pero, en un instrumento de cuerda, la digitación es algo más que un intento de evitar dificultades. Hay en ello una parte importante del arte de la interpretación y, si no se presentan dificultades técnicas, no se elevaría el nivel técnico para resolver los problemas de interpretación.
En los suplementos, que creo importantes, aparte de los pasajes propuestos por Flesch he usado también escalas extendidas para ser tocadas en cada cuerda de una a dos octavas, y de la escala de tres octavas a la de cuatro. En mi versión, las formas harmónica y melódica de la escala menor se han tratado separadamente. Para los ejercicios de dobles cuerdas, añado los intervalos no tratados por Flesch, tales como los unísonos, las cuartas, quintas y séptimas, y también he extendido el uso de sextas, octavas y décimas. Para los armónicos, aparte de los tocados de la forma habitual con el primer y cuarto dedos, también incluyo ejercicios de preparación para los dobles armónicos. Se han añadido escalas de tono completo y de cuarto de tono, usadas en la música del siglo XX. La técnica de la mano izquierda incluye también pizzicato, que debe ser ampliamente estudiado.
Algunos comentarios al Prefacio de Carl Flesch
Propongo practicar las escalas no sólo como ejercicio de entonación y velocidad como sugiere Flesch, sino como entrenamiento de los cambios de posición y, más adelante, de vibrato. En los ejercicios de entonación no basta con corregir cada “nota fallida o falsa nota”. Es necesario sobretodo trabajar el ataque a la nota que reconocemos falsa para conseguir, de un movimiento seguro, el tono exacto sin corrección posterior, que siempre se nota. Así, mejoramos al mismo tiempo la apreciación de las distancias y los cambios de posición. Como punto de partida, tomaremos siempre la nota que se encuentra delante del tono reconocido como fallido. En los ejercicios de cambio de posición, hay que practicar el cambio de forma inaudible, contrariamente al expresivo glisando intencionado. Una de las formas de conseguirlo es comenzar realizando el cambio de posición preferentemente en un intervalo de semitono. Si he recomendado incluir también la práctica del vibrato, no aconsejo hacerlo sin embargo en la fase en la que aún cometeríamos muchos errores de entonación. Practicar invariablemente sin vibrato como muchos profesores recomiendan es un método desfasado, en mi opinión, puesto que la entonación también debe ajustarse cuando tocamos con vibrato. Actualmente los violinistas utilizan el vibrado para reforzar la belleza tonal, la intensidad y expresividad de diversas maneras. No se trata de utilizar el vibrato porque sí, sino de evitar los errores de vibrato no intencionados e incontrolados. Demasiado a menudo, la línea de sonido de tonos iguales se interrumpe involuntariamente, sobre todo en la últimas notas antes de un cambio de posición, sobre todo si nos servimos del cuarto dedo. Esta parada del vibrato se debe casi siempre, no a razones artísticas o interpretativas, sino a cierta pereza y negligencia. Es cierto que, en este caso, el ejercicio del vibrato continuo e ininterrumpido es mi objetivo, pero eso no implica que siempre haya que aplicar el mismo tipo de vibrato.
Flesch aconseja cambiar de tonalida cada día, pero eso será el esfuerzo final sólo cuando las iniciales dificultades hayan sido vencidas, cuando no se trate ya de aprender la técnica, sino de mantenerla. Al principio debemos cambiar la tonalidad como mucho dos veces por semana.
El sistema de Flesch de alternar entre las escalas harmónica y melódica cuando tratamos con tonalidades menores homofónicas y dobles cuerdas, puede en algunos casos llevar a confusión. Según mi experiencia hay que separar clara y estrictamente las escalas melódica y harmónica.
Antes de comenzar con los ejercicios de arco recomendados por Flesch, el estudiante debe concentrarse antes en notas ligadas para separar los problemas de la mano izquierda de los de la mano derecha. Realmente es necesario comenzar por abordar cada dificultad técnica antes de combinar varias, mucho más adelante. El sistema de escalas sirve, en primer lugar, para desarrollar la técnica de la mano izquierda. El ejercicio de legato es precisamente el punto medio más adecuado para controlar que sean inaudibles los cambios de posición y los cambios de cuerda.
Antes de practicar los reguladores dinámicos, aconsejo practicar el pianissimo con una presión fuerte de los dedos de la mano izquierda para conseguir la separación de ambas manos y evitar las presiones iguales de ambas cuando deben ser distintas. Demasiado a menudo, las fuerzas de las dos manos se igualan en lugar de comportarse de forma independiente. Además, el hecho de tocar pianissimo (fenómeno psicológico curioso) aumenta la capacidad de concentración de muchos violinistas, intensificándose durante los ejercicios. No será por tanto hasta más tarde cuando los ejemplos dinámicos indicados (piano subito, forte subito, crescendo,etc.) deben ser practicados.
Con respecto a los armónicos, Flesch utiliza sólo los típicos en cuartas, de modo que los estudiantes son incapaces de tocar dobles armónicos correctamente. Por ello he añadido armónicos simples en terceras mayores y menores.
He usado notación gráfica para evitar la notación alemana:
Cómo practicar el Sistema de Escalas:
Al principio, y durante cierto tiempo, se evitarán las variaciones indicada por Flesch sobre los golpes de arco, que se deben ejecutar legato para conseguir buenos e inaudibles cambios de posición y cambios de cuerdas. Al principio, trabajar muy lentamente sucesiones de dos notas. Con gradual y cuidadosa aceleración para llegar a ligaduras de duración de una negra, dos negras, etc…
En las partes de una octava (números de 1 a 4), señaladas separadamente para cada cuerda, trabajar primer la cuerda de la posición más baja y gradualmente ir subiendo a la posición más alta. En otras palabras, no empezar siempre en la cuerda Sol o en la secuencia impersa.
Para todas las escalas menores practicar separadamente el modo melódico y el harmónico.
Comenzar el ejercicio de escalas cromáticas en terceras con la digitación estática.
Los pizzicato se practicarán y variarán a voluntad
El sistema de escalas es demasiado extenso como para ejecutarlo cada día, ni siquiera limitándonos a una sola tonalidad. Para aprovecharlo mejor se puede seguir esta planificación:
1er Día: Escalas homofónicas números 1 a 4 con extensiones, terceras, octavas normales, décimas, armónicos normales anotados como 1/4.
2º Día: Escalas homofónicas sobre 3 octavas, número 5, unísonos, cuartas, sextas, octavas normales.
3er Día: Escalas de tonos entereos, quintas, octavas normales, octavas digitadas, armónicos digitados 1/3 y 1/4.
4º Día: Escalas homofónicas números 1 a 4, escala de cuarto de tono, octavas normales, armónicos de quinta, pizzicato de la mano izquierda.
5º Día: Escalas homofónicas de 3 octavas número 5, quintas, séptimas, octavas normales digitadas, armónicos de tercera mayor.
6º Día: Escalas de tono entero, unísonos, quintas, octavas normales, armónicos en tercera menor, pizzicato.
7º Día: Escalas homofónicas sobre tres octavas número 5, terceras, quintas, octavas normales.
Según esta planificación algunas secciones no son practicadas más que una vez a la semana, mientras que otras más importantes se ejecutan dos o tres, y las octavas normales todos los días.
Pero todas las propuestas son susceptibles de modificar según las necesidades.
ecientemente, sobre todo a partir de 1980, han surgido dudas acerca de la conveniencia o necesidad de practicar escalas, quizás en una búsqueda aparentemente falsa de originalidad y a una falta de capacidad. Pero estos ejercicios han rendido servicio a generaciones de intérpretes célebres. Heifetz, por ejemplo, estaba convencido de su valor y las exigía a sus alumnos tanto como a sí mismo.
En la edición de “Ejercicios y escalas” de Engène Ysayë, los hijos del autor comentaban: “podemos afirmar por otra parte que estos “Ejercicios y escalas” constituían la base de la gimnasia técnica matinal de Eugène Ysayë, a los cuales él añadía variaciones improvisadas de deslumbrante fantasía.”
Joseph Szigeti escribió, en el prefacio de esta misma edición, que las escalas constituyen un factor tan invariable en nuestro bagaje, que cada sistema de escalas sólo se parece a sus predecesores y contemporáneos cuando se los observa superficialmente y sin perspectiva histórica.”
Además, la necesidad de practicar sistemas de escalas se refuerza por el hecho de que, en los programas de los grandes concursos internacionales de violín, como los Yehudi Menuhin en Paris o el Fritz Kreisler de Graz, la interpretación de escalas es obligatoria.
Max Rostal, Berna, 1986
Ivry Gitlis, alumno aventajado de Carl Flesch, con su insultante facilidad.
Hoy traigo a Deviolines un artículo invitado, de parte del violinista y musicólogo Jesús Martín. Me parece interesante porque el cuello de violinista es un tema que me ha afectado personalmente durante bastante tiempo, a veces mucho, ahora poco, pero que, aunque parezca un problema menor, a menudo afecta de tal manera que perjudica la interpretación e incluso impide ensayar lo que deseamos. Quizás no esté totalmente de acuerdo en la idea de que este problema tenga como causa principal una mala postura; en mi caso también es debido a una tensión exagerada al sujetar el instrumento, sobre todo en los ejercicios de vibrato (uno de mis talones de Aquiles) que no termino de dominar todo lo que me gustaría. Esta angustia por trabajar algunos ejercicios sin la debida relajación termina produciendo presión excesiva en el cuello, de la barbada o de los tornillos metálicos que la sujetan, de manera que los bordes duros terminan causando un moretón que puede llegar a ser doloroso e incluso complicarse con pequeños granos, pelos de la barba que no crecen normalmente (sobre todo aquellos a los que les gusta la barba de 3 días), etc. Es un problema de la piel que en la mayoría de los casos no proviene de alergias a ningún material del violín, sino del continuo rozamiento de un borde o superficie dura con la piel. Así que, antes de pensar en buscar soluciones de otros materiales pensando que así no nos van a afectar lo mejor es relajarse antes de tocar, y trabajar junto con el profesor la postura para conseguir una sujeción más natural de instrumento.
Lo cierto es que incluso he visto en algunos conciertos a miembros de la OCNE con el famoso manchurrón (cuántas bromas de los amigos habré recibido insinuando que en realidad es una consecuencia de una noche de pasión…) y seguramente muchos de los pañuelos que se usan sobre la barbada responden también a ese problema.
Sin más, os transcribo el interesante artículo.
“Cualquier persona que ha pululado por un conservatorio ha distinguido a algunos estudiantes de violín y viola por una mancha en el cuello asociada a un roce o reacción alérgica. Su denominación internacional es “Fiddler’s neck” (cuello de violinista). Realmente se trata de una irritación de la piel por contacto que se presenta como un foco de liquenificación y pigmentación en el lado izquierdo del cuello justo por debajo del ángulo de la mandíbula. Son varios los factores que intervienen en estos cambios en la piel, probablemente una combinación de factores, entre ellos la excesiva presión, la fricción, una higiene deficiente y el exceso de sudor. Si que hay casos que nada tienen que ver con esto y que si son producidos por reacciones alérgicas a algunos materiales del instrumento.
Pero dejemos atrás tecnicismos y leyendas populares para adentrarnos en una realidad, en muchos casos dolorosa y no precisamente por el dolor producido por el famoso “callo”. En mi experiencia he encontrado alumnos desesperados en busca de almohadillas “antialérgicas” o de marcas de lo más extrañas, mentoneras “x”, “y” o “z”, etc etc… y todo ello recomendado por el profesor de turno para proporcionarle comodidad para sujetar el instrumento o aliviar su molestia con el dichoso “callo”. Paradójicamente ellos mismos han podido ser los responsables de este problema dermatológico y ahora proponen una solución totalmente equivocada. Lo cierto es que todo violinista, estudiante o profesional, que tenga esa típica mancha en la piel del cuello es debido a un defecto en la sujección y apoyo del violín sobre la clavícula. Sí, sobre la clavícula… porque va siendo hora de eliminar la palabra “hombro” de nuestras explicaciones de como se sujeta el instrumento. Todo aquel que tenga el “callo” puede “agradecer” a sus profesores, especialmente a los que les iniciaron los primeros 3 años y a los que han pasado años después sin explicar o intentar poner solución al asunto, el tener este problema al que se tiende a quitar importancia por parte de los docentes y estudiantes (solo es un callo) pero que puede ser mucho más importante puesto que este defecto, como ya he explicado, es mucho más que una simple irritación en la piel.
¿Soluciones? El problema surge por un mal posicionamiento del violín y una presión excesiva. Esta claro que hay que reconsiderar nuestro contacto en ese punto con el instrumento. No es tarea fácil pero en manos de un buen profesional de la docencia y algún especialista en otros menesteres (relajación, fisioterapia,…) podemos llegar a corregir el problema. En cuanto este problema de posicionamiento este corregido el “callo” pasará a la historia.
Para terminar, cada violinista que lea este pequeño artículo y tenga esta mancha en el cuello puede reflexionar sobre el propio sistema educativo y en las manos de que profesionales ha realizado su carrera.
Para aliviar esta dolencia se han creado, como bien dice Jesús Martín en su blog, algunas soluciones. Os dejo como ejemplo una (bastante cara) que he encontrado por la red, pero que no he probado, a base de una barbada con un recubrimiento de piel natural.
Si os tienta, debéis saber que ronda los 150€ , así que mejor intentar corregir la postura antes que probar este tipo de inventos.
El estiramiento y el calentamiento como hábitos de estudio y preparación antes y después de tocar un instrumento son frecuentemente olvidados por los músicos, en especial por aquellos que tocan instrumentos de cuerda. Tales rutinas no han formado parte del curriculum de la formación musical. La mayoría de personas que ha desarrollado este tipo de hábitos ha sido porque lo han descubierto ellos mismos, por medio de la propia experimentación o después de haber sufrido alguna lesión.
LOS MUSICOS SON COMO LOS DEPORTISTAS
Para lograr una buena interpretación el músico necesita sentirse sano, estar emocionalmente equilibrado y confiar en sí mismo. Si existe tensión, agotamiento o alguna molestia, no le será posible expresarse totalmente. Por el contrario, cuando está relajado, puede moverse más fácil y libremente, logrando una mejor expresividad. Además, ayuda a cometer menos errores en la ejecución.
Sin embargo, es poco frecuente que un músico se permita un minuto de pausa. La intensa competitividad y el perfeccionismo algunas veces causan el desarrollo de una gran tensión, que los médicos llaman “síndrome de uso excesivo”. Bruser (1999), quien es a su vez pianista y educadora musical, dice: “Tememos que si simplemente nos relajamos y dejamos trabajar naturalmente y confortablemente, no seremos lo suficientemente buenos.”
El conocimiento del cuerpo es especialmente difícil para los músicos debido a la naturaleza emocional de la música. La energía emocional inunda el cuerpo a la hora de hacer música y esto distrae de la mecánica del cuerpo involucrada al tocar el instrumento. Sin embargo, cada músico necesita adquirir un conocimiento práctico de esta mecánica, ya que la postura y el movimiento tienen un impacto enorme en la propia habilidad de controlar el instrumento y en cómo hace sonar la música. Si el cuerpo no está trabajando eficientemente, la música que proyectará será sólo una fracción de lo que vive en el interior de la persona.
Además, estudios revelan que los músicos pueden sufrir dificultades físicas casi tantas veces como los jugadores de fútbol. Sin embargo, los músicos generalmente no se ven a sí mismos como atletas, pero en realidad sí lo son, ya que “practicar un instrumento musical hace demandas extremas en músculos pequeños”. Es posible que pasen hasta cuatro horas o más, empujando esos pequeños músculos una y otra vez, repitiendo los mismos patrones de movimientos innumerable cantidad de veces, ignorando la tensión que están construyendo.
Repeticiones excesivas de un movimiento causa que las fibras musculares pierdan su elasticidad y se acorten. Cada vez que se contrae un músculo, éste necesita obtener un suministro de energía. Si el músculo es contraído muy a menudo, no le está dando el tiempo suficiente para obtener oxígeno. Un cuerpo que le hace falta suficiente oxígeno se vuelve más ácido, lo que daña los tejidos.
Para evitar lesiones lo primero es desarrollar hábitos generales saludables y una de las causas de este problema es fallar en hacer un calentamiento adecuado antes de practicar o interpretar. Entre los hábitos saludables que puede adoptar cualquier músico para prevenir lesiones se encuentran el seguir una rutina de estiramiento y calentamiento adecuado.
EL ESTIRAMIENTO
El estiramiento consiste en una serie de ejercicios físicos que propician la elasticidad de los músculos y de las articulaciones. Cuando la sangre fresca y el oxígeno no están bombeando libremente a través de los tejidos del cuerpo, los músculos se cansan y no funcionan bien. La energía baja en lugar de estar lista para ser usada. Así, estirar los músculos libera su tensión, preparándolos para el trabajo.
Al estirar correctamente cada músculo, se reduce la sobrecarga, se refuerza la musculatura, aporta agilidad y relaja. La elasticidad de los músculos dificulta que puedan romperse y lesionarse, incluso en la realización de tareas cotidianas. Además se puede calmar o evitar el dolor muscular.
Además, otros estudiosos afirman que los ejercicios de estiramiento pueden incrementar la flexibilidad y circulación, reducir la fatiga, e incrementar la resistencia. Además, después de estirar, la ejecución resulta más confortable y por lo tanto, más productiva y es también beneficioso para aquellos instrumentistas que todavía no están experimentando dolor mientras tocan, ya que puede prevenir lesiones. En síntesis, los ejercicios de estiramiento contribuyen a un mejor conocimiento del cuerpo, permitiendo obtener un mejor rendimiento y reducir la tensión muscular, facilitan el aprendizaje de una actividad motora haciendo el trabajo más provechoso y las digitaciones más ágiles y elásticas.
Los beneficios del estiramiento anteriormente mencionados pueden incrementarse con una adecuada respiración, ya que si se respira plenamente mientras estira, el movimiento de la respiración hace el espacio en el interior del cuerpo más fluido de manera que los órganos puedan expandirse y moverse más libremente. Así, as vibraciones musicales pueden mover más fácilmente a través de los órganos, llevándolo a un compromiso más completo con la música mientras se toca.
Para los músicos, los profesionales de la salud aconsejan estirar los músculos que se utilizan para tocar el instrumento tanto antes como después de la práctica y las audiciones. También, si siente rigidez o tensión, puede estirar por unos pocos minutos a la mitad de la sesión de práctica. Esto le aflojará y hará que su energía fluya libremente de nuevo.
COMO ESTIRARSE
Tomamos prestado del famoso libro de Bob Anderson (Estirándose) sus buenos consejos para un correcto estiramiento.
La manera correcta de hacerlo es de forma relajada y sostenida con la atención concentrada en los músculos que se están estirando.
La manera incorrecta es hacer movimientos de vaivén o estirar demasiado hasta el dolor.
EL ESTIRAMIENTO SENCILLO
Cuando comiences un estiramiento, dedica de 10 a 30 segundos al estiramiento, sin hacer vaivenes. Llega hasta el punto de sentir una tensión moderada y relájate manteniendo esa posición. La sensación de tensión debería disminuir poco a poco; si no, suelta un poco hasta encontrarte más cómodo. Este estiramiento reduce la tensión muscular y prepara los tejidos para el estiramiento evolucionado
EL ESTIRAMIENTO EVOLUCIONADO
Tras el estiramiento sencillo avanza hacia el evolucionado. Alarga un poco el estiramiento sencillo hasta volver a sentir una tensión moderada. Mantén la posición entre 10 y 30 segundos, controlando tu cuerpo. Este estiramiento tonifica los músculos y aumenta la flexibilidad.
LA RESPIRACION
La respiración debe ser lenta, rítmica y controlada. No hay que contener la respiración al estirar, si lo haces es que no estás relajado.
CONTAR
Al principio se pueden contar los segundos, para saber si lo has realizado el tiempo suficiente. Poco a poco no necesitarás hacerlo, notarás el tiempo correcto al hacerlo.
ESTIRAR EN CALIENTE
Aunque cualquier momento es bueno para realizar algún estiramiento ligero, es más efectivo hacerlo cuando el cuerpo está caliente, luego de un baño o ducha caliente, o luego de realizar algunos ejercicios ligeros, como una caminata corta de tres minutos. Si se estira con músculos fríos y rígidos, se puedes llegar a tensarlos más en vez de aflojarlos.
EL REFLEJO DE ESTIRAMIENTO
Los músculos están protegidos por un mecanismo llamado reflejo de estiramiento. Al estirar excesivamente los músculos, un reflejo nervioso responde contrayéndolos para evitar que se lesionen. Por tanto, al excederse en el estiramiento se consigue lo contrario de lo que se pretende: tensión.
Mantener un estiramiento drástico o moverse de arriba abajo activa el reflejo de estiramiento y produce dolor y deterioro físico, ya que las fibras musculares se rasgan a nivel microscópico, perdiendo elasticidad gradualmente.
SI DUELE, LO ESTAS HACIENDO MAL
EJEMPLOS DE ESTIRAMIENTOS PARA UN VIOLINISTA
En realidad, es conveniente realizar estiramientos generales en todo el cuerpo para mantener un buen tono general. Sin embargo, he hecho una selección pensada para ayudar a la práctica del violín. Entre otros, estos son algunos de los estiramientos que yo realizo antes de tocar. No es necesario realizarlos todos ni mucho menos, se pueden ir alternando cada día o según la cantidad de horas que toquemos ese día.
Estiramiento 1
Colócate en el suelo como en la figura 1, con las manos hacia arriba y los pies como si señalara. Mantente un rato en esa posición hasta que el cuerpo se vaya soltando. Haz un estiramiento sencillo durante 5 segundos y relájate. Repítelo tres veces. Es ideal para empezar.
Estiramiento 2
Dobla una rodilla 90º y tira de esa pierna con la mano opuesta como en el dibujo. Gira la cabeza al lado opuesto de la pierna. Luego, con la mano que está sobre el muslo, tira de la pierna doblada hacia el suelo hasta sentir estiramiento en la parte inferior de la espalda y lado de la cadera. Los hombros deben tocar el suelo. Mantén el estiramiento sencillo durante 30 segundos a cada lado.
Estiramiento 3
Con las piernas dobladas bajo el cuerpo estírate hacia adelante y agárrate a una espaldera, o sujeta el final de la colchoneta o alfombra. Si no puedes agarrate a nada, tira de ti hacia atrás con los brazos estirados mientras presionas ligeramente hacia abajo con las palmas de las manos. Mantenlo relajadamente 15 segundos.
Estiramiento 4
Colócate como en la figura, con los dedos gordos de las manos señalando hacia afuera y el resto hacia las rodillas. Las palmas tocan el suelo mientras te echas hacia atrás para estirar la parte frontal de los antebrazos. Mantén un estiramiento sencillo durante 20 segundos. Relájate y repítelo. Este es un músculo que al principio puede estar muy tenso. No hay que forzarlo.
Estiramiento 5
Brazos extendidos sobre la cabeza y palmas de las manos como en la figura, estira los brazos hacia arriba y ligeramente hacia atrás. Inspira mientras te estiras hacia arriba. Mantenlo de 5 a 8 segundos.
Estiramiento 6
Es fácil comprenderlo mirando el dibujo. Empuja el codo hacia el hombro estirando el hombro contrario. Mantenlo durante 10 segundos.
Estiramiento 7
Coloca los brazos sobre la cabeza, sujeta el codo de un brazo con la mano del otro y empújalo suavemente por detrás de la cabeza. No utilices mucha fuerza. Retenlo 15 segundos. Hazlo con el otro brazo.
Estiramiento 8
Ésta es una variación de la anterior en la que, de pie y con las rodillas ligeramente flexionadas, se inclina también el cuerpo hacia un lado por las caderas. 10 segundos a cada lado.
Estiramiento 9
Puede que al principio este estiramiento te cueste. Alarga el brazo izquierdo detrás de la cabeza y hacia abajo todo lo que puedas y agarra sus dedos con la mano derecha por detrás. Mantente así el tiempo que te sea confortable.
Posiblemente al principio ni siquiera consigas llegar a juntar las manos. Entonces prueba esta otra opción, con una toalla hasta que hayas ganado en flexibilidad y puedas hacerlo sin ayuda. Es posible también que con este estiramiento sientas crujir las vértebras de la espalda, que se relajará. En cualquier caso, nunca fuerces demasiado en los ejercicios.
Estiramiento 10
Entrelaza los dedos hacia afuera y frente a ti a la altura de los hombros Gira la palma hacia afuera mientras extiendes los brazos hacia adelante para sentir un estiramiento en hombros, espalda, brazos, manos, dedos y muñeca. Después eleva los brazos por encima de la cabeza y haz el mismo estiramiento hacia arriba. Mantenlo 15 segundos y hazlo dos veces.
Estiramiento 11
Inclina la cabeza a la izquierda mientras tiras de la mano izquierda con la derecha por detrás de la espalda. Mantén un estiramiento sencillo 10 segundos en cada lado.
Estiramiento 12
Agárrate al hueco de una puerta con las manos detrás a la altura de los hombros y deja que se estiren los brazos y el pecho. Saca el pecho y mete la barbilla. No fuerces los codos.
Estiramiento 13
Entrelaza tus dedos por detrás de la espalda y eleva los brazos hasta sentir el estiramiento en pecho, hombros y brazos, entre 5 y 15 segundos. Al mismo tiempo, saca el pecho y mete la barbilla.
Estiramiento 14
Agárrate al vano de una puerta a la altura del hombro y mira por encima del hombro en dirección contraria a la mano que está agarrando. El brazo que agarra puede estar a diferentes alturas para estirar diferentes partes de los músculos. Ten cuidado con no forzar el codo, podrías producirte lesiones.
Estiramiento 15
Sujeta una toalla estirada frente a ti con los brazos extendidos, de manera que puedas llevarla hasta la espalda por encima de la cabeza. NO FUERCES ESTE EJERCICIO, usa una toalla lo suficientemente larga para que no te haga daño al hacer el recorrido. Cuando notes que lo puedes hacer cómodamente, puedes probar a ir juntando las manos poco a poco, pero siempre lentamente y sin forzar ni sobreestirar.
Estiramiento 16
Coloca las manos a la altura de los hombros en una valla o cornisa y deja que baje la parte superior del cuerpo, con las rodillas ligeramente flexionadas. Ve doblando un poco más las rodillas para sentir cómo cambia el estiramiento. Este ejercicio alivia la espalda y hombros cansados. Deberías mantenerlo al menos 30 segundos.
Estiramiento 17
De pie de espaldas a una pared, los pies separados, gira lentamente la parte superior del cuerpo hasta colocar las manos en la pared a la altura de los hombros. Vuelve a la posición inicial y gira hacia el otro lado, muy despacio. Ten cuidado no fuerces las rodillas, podrías hacerte daño si no tienes cuidado. Hazlo relajado entre 10 y 20 segundos, con las rodillas ligeramente dobladas.
Estiramiento 18
Este ejercicio debes realizarlo sobre una colchoneta o alfombra. Siéntate sobre ella agarrándote las piernas en forma de bola y rueda suavemente arriba y abajo de la espina dorsal, manteniendo la barbilla inclinada hacia el pecho.
Estiramiento 19
Este estiramiento se puede realizar sentado. Mueve muy lentamente la cabeza primero al lado izquierdo, mantenla suavemente estirada unos 30 segundos, después al lado derecho, y finalmente hacia delante (mejor no gires la cabeza hacia atrás). Si notas cierta zona especialmente tensa puedes detenerte más tiempo en esa posición, pero siempre sin forzar y de forma muy relajada.
Estiramiento 20
Aunque toquemos sentados, las piernas conviene también trabajarlas para relajar el cuerpo de forma homogenea. Empieza de pie con los pies separados a la altura de los hombros. Dóblate despacio hacia adelante desde las caderas, con las rodillas siempre levemente flexionadas y con el cuello y los brazos relajados. Detente cuando sientas un ligero estiramiento en la parte de atrás de las piernas. No lo hagas con las rodillas bloqueadas ni hagas balanceos. No intentes forzar, no necesitas tocarte los dedos de los pies (habrá quien lo consiga con facilidad y quien no). Sólo concéntrate en la zona que se está estirando.
Si te molesta en la zona lumbar hacer este ejercicio, prueba a realizar el siguiente:
Estiramiento 21
Siéntate con las piernas estiradas y los pies hacia arriba, con los talones no más separados de 15 cm. Dobla las caderas hacia adelante y mantén un estiramiento sencillo durante 20 segundos, sin doblar la espalda, ni hundir la cabeza.
Estiramiento 22
Este estiramiento, llamado giro espinal, ayuda a mantener la línea de la cintura y la capacidad de giro.
Siéntate con la pierna derecha estirada. Dobla la pierna izquierda por encima dejando descansar el pie izquierdo en el exterior de la rodilla derecha. Luego dobla el codo derecha colocándolo en el exterior de la parte inferior del muslo izquierdo, justo or encima de la rodilla. Durante el estiramiento utiliza el codo para mantener esta pierna fija con una presión controlada hacia el interior.
A continuación, con la mano izquierda descansando detrás de ti, gira lentamente la cabeza para mirar por encima de tu hombro izquierdo y, al mismo tiempo, rotar la parte superior del cuerpo hacia el brazo y mano izquierdos. Mantén el ejercicio 15 segundos por cada lado, relajadamente y sin contener la respiración.
Estiramiento 23
Esto es un compendio de estiramientos para la mano y los dedos, que se beneficiarán de la flexibilidad conseguida facilitando alcanzar las notas de forma relajada y precisa. Pongo los gráficos que son suficientemente explicativos por sí solos.
Al practicar, para evitar tensar los músculos, se sugiere tomar frecuentes periodos de descanso durante las sesiones de prácticas, ya sean descansos de diez a quince minutos por lo menos cada 45 minutos o cada 25-30minutos.
EL CALENTAMIENTO
Si se realiza un correcto calentamiento, los tejidos están calientes, las reacciones metabólicas se producen más rápidamente, la conducción nerviosa es más ágil, los tejidos son más elásticos y el líquido articular es más fluido. Además, el calentamiento supone una buena manera de prepararse psicológicamente para tocar.
Un correcto calentamiento permite un mayor rendimiento interpretativo, una menor propensión a fatigarse o lesionarse y una mejor adaptación psicológica a la actividad.
El calentamiento es tan individual como el ejecutante. Lo que funciona para una persona puede no resultar para otra, lo que implica que cada músico experimente y descubra qué le sirve. Sin embargo, entre las claves para un buen calentamiento específico son los movimientos suaves, la variedad, la velocidad moderada y la posición neutra de las articulaciones. El calentamiento re-familiariza la mano izquierda por donde las notas están en las cuerdas, y la deja lista para el fino movimiento muscular requerido para trinos y pasajes rápidos.
Se recomienda calentar evitando las posiciones altas que colocan la muñeca en una posición forzada, utilizar un vibrato relajado o trabajar lentamente la afinación sin vibrato. No se aconseja calentar con dobles cuerdas o notas sostenidas durante mucho tiempo. Un ejemplo de calentamiento es el tocar escalas, empezando con notas largas y, luego, aumentar gradualmente la velocidad, ligando primero dos notas, luego tres y así sucesivamente.
Además, un adecuado calentamiento debe incluir ejercicios para ambas manos.
Actualización
5 DE JUNIO DE 2012
No os perdáis este artículo de EL MUNDO, ni el vídeo que incluye
Salas, Mariana. “Hábitos de estiramiento y calentamiento en violinistas: investigación con estudiantes de violín de la Universidad de Costa Rica”. En LA RETRETA, AÑO II No.3, Julio-Septiembre, San José de Costa Rica, 2009, ISSN: 1659-3510. Accesible: <http://www.laretreta.net/0203/habitos.pdf>
Cómo rejuvenecer el cuerpo estirándose. Bob Anderson.
Éste es un interesante artículo que encontré deambulando por internet en busca de otro tema totalmente distinto. Lo cierto es que a veces dominar un instrumento requiere unos sacrificios que nos terminan afectando si no cuidamos algunos aspectos. Espero que os sea útil.
Causas
La práctica musical se relaciona con diversos dolores y patologías médicas que dependen del instrumento musical que se practique, en el caso del violín, donde el violinista realiza un gesto motor habitual y repetitivo. Los daños físicos a los que es susceptible se van a dar en el sistema músculo esquelético y en los miembros superiores.
La postura (estática) que adopta el violinista constituye un hábito en el que el peso combinado de los brazos e instrumento y de la cabeza recaen por delante de la línea de gravedad, lo que tiene consecuencias mecánicas en el resto del cuerpo para compensar ese desequilibrio anterior. La cervicalgia es un síntoma que se produce por causas mecánicas como los esfuerzos musculares extemporáreos o en posiciones viciosas o desequilibradas (cabeza inmóvil), por microtraumatismos profesionales y/o por las actitudes viciosas profesionales que se dan por una especialización exagerada de una postura en la que se busca un equilibrio relativo. Las otras causas son las fisiológicas, que serían los llamados factores favorecedores o agravantes que crean un estado patológico predisponente.
Los músicos pertenecen a un grupo de riesgo a padecer diversos problemas médicos. Según los seguros médicos, el 50% llega a abandonar su carrera de músico por enfermedad.Ser músico cuenta como uno de los trabajos más dañinos y perjudiciales para el cuerpo, y dado que los daños físicos van relacionados con el tiempo que uno lleva tocando, a medida que hace más tiempo tocan, mayor es el porcentaje de los que padecen cervicalgia.
Ser músico cuenta como uno de los trabajos más dañinos y perjudiciales para el cuerpo. Según los seguros médicos, el 50% llega a abandonar su carrera de músico por enfermedad.
A pesar de esto, sólo pocas orquestas llevan el debido cuidado con la salud de sus músicos. Un gran número de estas patologías, transitorias en su inicio, pueden hacerse permanentes, de ello deriva la importancia de su reconocimiento y tratamiento precoz por el médico especialista.
Para la práctica musical es fundamental una buena técnica, sin olvidar que ésta se debe desarrollar con el mayor grado de soltura posible, manteniendo una postura que no sobrecargue innecesariamente la anatomía.
En este trabajo se buscó abordar la cervicalgia desde la prevención primaria en los estudiantes de violín y primaria y secundaria en los profesionales, es para eso que, desde mi lugar de kinesióloga y estudiante de violín he propuesto ejercicios y recomendaciones de estudio para la práctica diaria.En el artículo anterior habíamos dicho que la práctica musical se relaciona con diversos dolores y patologías médicas que dependen del instrumento musical que se practique, en el caso del violín, el violinista realiza un gesto motor habitual y repetitivo.
En esta nota abordaré el tema de la cervicalgia desde la prevención primaria en los estudiantes de violín y primaria y secundaria en los profesionales y propondré ejercicios y recomendaciones de estudio para la prácticadiaria.
En la prevención, lo más importante es la educación en el mantenimiento de posturas óptimas y en el uso de patrones de movimiento correctos. Con objetivo de trabajar en estas dos cuestiones, es que hablamos de ejercicios correctores.
Globalmente, lo que se busca es la auto-observación para hacer consciente todo lo que sucede en el cuerpo a nivel físico primero, pero también a nivel emocional e intelectual.
Consejos
Conocer en qué condiciones está nuestro cuerpo cuando tocamos el violín es lo más importante y esto se logra mediante la observación y el prestar atención a la postura, no sólo a través de la vista sino también de las sensaciones de equilibrio en cada articulación y de la percepción de cada parte del cuerpo en el espacio.
Iniciar la práctica con ejercicios de calentamiento de miembros superiores, cuello, cabeza y tronco.
Controlar la postura, lo que reducirá el trabajo de los pequeños músculos del antebrazo y mano al permitir que trabajen los músculos mayores del hombro y la espalda.
Evitar la excesiva elevación del hombro o rotación del cuello que pueden desencadenar una contracción mantenida de las fibras del músculo, cuando lo normal y fisiológico es que éstas se contraigan alternativamente; afectando su funcionamiento y el de los músculos adyacentes.
Utilizar el “soporte” para reducir la carga del instrumento. Sostén que se dispone entre el violín y el hombro para evitar la elevación de éste al sostenerlo.
Incremento progresivo del tiempo de estudio y ensayo en las semanas que preceden a los conciertos y compensar la intensidad del esfuerzo con una disminución del tiempo de estudio.
Como sabemos, los movimientos repetitivos y posturas mantenidas alteran las características tisulares; es por eso que la propuesta se basa en ejercicios con estas premisas que afecten positivamente los tejidos, como un aumento de la longitud, tonicidad, fuerza, resistencia, elasticidad y esto se logra con una práctica diaria.
Ejercicios
A continuación explicaremos tres ejercicios correctivos para las escápulas abducidas:
Para mejorar la acción del trapecio medio e inferior hay que elevar los brazos lateralmente hasta un poco más arriba del nivel del hombro y luego se flexionan los codos y se aplica la punta de los dedos en la nuca, los codos deben estar firmemente echados hacia atrás. Se mantiene esta posición para asegurar una posición adecuada y la contracción completa de los músculos, después se vuelven a llevar los brazos a los costados recorriendo la misma trayectoria y se repite cinco veces el movimiento.
Otro ejercicio consiste en flexionar por completo los codos, se mantiene horizontal todo el brazo y lo arrastran hacia atrás los codos. El trapecio y el deltoides mantienen en alto el brazo y lo arrastran hacia atrás, mientras que la porción inferior del serrato rota la escápula, tendiendo a acortar y aumentar el tono de estos músculos con estiramiento del pectoral.
Otro buen ejercicio consiste en la enérgica aducción de las escápulas y rotación de los brazos hacia afuera. El factor crucial para tener buen resultado con este ejercicio es el vigor con que se realice la aducción porque sólo en la fase final del movimiento lo aductores se contraen lo suficiente como para estirar a los abductores.
Concluyendo, no se debe descuidar la salud física y mental ya que una persona sana y equilibrada soporta mejor los rigores de una carrera musical.
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