Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid vamos hablar de un libro, ¡sí, un libro!, que demuestra varias cosas:
- que la música no se distrae ni distrae,
- que aunque estudiemos música no nos distraemos de otras cuestiones,
- que los músicos no sólo interpretamos música, sino que también leemos y recomendamos lecturas.
En fin, el libro en cuestión se titula "Los Juegos de Mastropiero" y está escrito por Carlos Núñez Cortés. El subtítulo dice "Palíndromos, retruécanos y demás yerbas en Les Luthiers" y está publicado por Ediciones Península en 2010.
Cualquier persona medianamente informada en temas de música y literatura sabe que Les Luthiers es un grupo musical argentino, donde se aprovecha la capacidad en este caso de la lengua española para hacer juegos de palabras, situaciones graciosas, parodias, etc.... ¡pero haciendo música! Un grupo inolvidable y genial, que llenó, por ejemplo, el teatro del edificio Calatrava aquí en Oviedo el curso pasado, y eso que ya llevan "on stage" más de 30 años.
Carlos Núñez Cortés es el pianista del grupo, aquel inolvidable teclista que en "Sálvese con Warren" gritaba, interrumpiendo al corrupto oficiante, "Yo era un pobre desgraciado..."
Pues bien, la contraportada del libro dice literalmente "La obra de Les Luthiers bajo la óptica del ludolingüsmo: a lo largo de este libro desfilan acrósticos, trabalenguas, contrapiés, palíndromos, retruécanos, anagramas y otros artificios de nuestro idioma, extraidos de los textos y canciones de sus espectáculos. Incluye juegos y acertijos sobre cada caso, y entretenidas anécdotas y curiosidades del grupo".
O sea, que se trata de un libro en el que, recorriendo la historia del grupo, la combinación entre música y lengua resulta ser un hecho esencial.
Pero no nos distraigamos. Vamos a poner algunos ejemplos de lo que es el libro, y de paso desarrollaremos la capacidad linguïstica de nuestros alumnos. En el capítulo titulado "Locuciones cristalizadas" (p. 80) dos personajes, Marcos y Daniel, hablan:
- Marcos: "Helmut, usted tiene una deuda con la sociedad, y yo he venido a reclamársela"
- Daniel: "(...) ¿Una deuda con la sociedad?
- Marcos: "Sí, con la Sociedad de Compositores... 15 cuotas"
En el capítulo dedicado a los Retruécanos, en la página 86, se aconseja a un cantante llamado Manuel:
"Mire, Manuel Darío, usted debe cantar... donde nadie lo escuche. Usted debe cantar para usted mismo; porque yo a usted, más que como cantautor, lo veo como
auto-cantor" (la cursiva es mía, no del libro).
El libro está plagado además de anécdotas sobre la formación del grupo, de juegos para los muy fanáticos, y de curiosidades, por ejuemplo, los nicks que se ponen los fans de Les Luthiers.
Gracias a este grupo por existir y gracias a este libro por centrarnos en lo importante: la unión de dos artes imprescindibles.