Bajo el título “24 Preludios y Fugas” Op. 87, surge, en 1951, la composición para piano más relevante de D. Shostakovich. Se trata de un ciclo de 48 piezas que representa una traducción de las características de El clave bien temperado de J.S.Bach al lenguaje musical de Shostakovich. Su origen está estrechamente relacionado con el “Bach Festival de Leipzig”, acontecimiento que conmemora, en 1950, el bicentenario de la muerte del cantor de Santo Tomás. Shostakovich participó en dicho festival activamente en calidad de miembro del jurado en un concurso de interpretación pianística. La joven pianista rusa Tatiana Nikolaeva (1924-1993) consiguió el primer premio interpretando los 24 Preludios y Fugas de Johann Sebastián Bach. De ésta emotiva experiencia nace el deseo de componer, a su regreso a Rusia, una obra similar a la del Bach, lo cual realiza en un plazo sorprendentemente breve de menos de cinco meses, entre octubre de 1950 y febrero de 1951. De estilo neobarroco, los 24 Preludios y Fugas de Shostakovich representan un ejemplo único en el contexto de la música rusa y tiene paralelismos evidentes con otras creaciones de la primera mitad del siglo XX como el Ludus Tonalis de Hindemith (1942) y el Mikrokosmos de Bartok (1926,1932-39). Todas comparten aspectos en común con el Clave bien temperado: están compuestas para teclado, se trata de un conjunto de piezas que forman un ciclo con un orden concreto (tonal, progresiva dificultad técnica, etc.) y destaca, en todas ellas, el sello que deja la influencia de la obra de J.S.Bach. Shostakovich, siguiendo los pasos de Bach, toma como referencia el sistema tonal tradicional de doble modalidad, componiendo Preludios y Fugas en las veinticuatro tonalidades posibles. El orden tonal, no obstante, es diferente. El músico alemán progresa ascendiendo cromáticamente (do mayor, do menor, do# mayor, do# menor… si menor) y Shostakovich lo hace por quintas justas, alternando tonalidades mayores con sus relativos menores (do mayor, la menor, sol mayor, mi menor …fa mayor y re menor). Éste orden, empleado ya por Chopin en sus Preludios Op.28 (1835-39), es adoptado también por Shostakovich en sus Preludios Op.34 (1932-33).
En el siguientes videos se pueden escuchar los 24 Preludios con el análisis de las Fugas.
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James Curnow (1943) compone su Suite sinfónica El cántico de las criaturas en 1984. Escrita para banda, se divide en 6 movimientos, cada uno de ellos basado en el famoso cántico religioso escrito por San Francisco de Asís entre 1224 y 1225 con el cual manifiesta el amor a la naturaleza y todas su criaturas.
El primer movimiento (Prólogo) se basa en sus palabras iniciales:
Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
La música del Prólogo tiene función de Preludio introductorio. Se divide en dos secciones de longitud desigual (28 y 14 compases) y con relación paralela a nivel temático (A, A’). Su estructura tonal abierta (se inicia con la tónica do y finaliza con lab) se basa en una serie de tónicas que tiene relación de cuarta o quinta justa entre ellas (Do-fa-sib-mib-lab). En el siguiente esquema aparecen las secciones, las subsecciones y la relación temática.
El plan tonal tiene estrecha relación con los intervalos de cuarta implícitos en los dos materiales temáticos contrastantes que se exponen a lo largo de toda la pieza.
El diseño inicial (8 primeros compases) tiene función de ritornello encuadrando las exposiciones del motivo.
En el siguiente video se indican todos los aspectos comentados sobre la partitura:
El motivo se expone 4 veces en todo el Prólogo alternando con el material secundario:
1: madera aguda: duplicación a 2 octavas pero piano y por solistas. Los huecos se llenan con el mismo motivo por inversión en las trompas.
2: el motivo, esta vez con función de ostinato, se superpone con un diseño descendente que se presenta en ritmo sincopado en unos instrumentos y con negras en otros creando una textura difusa.
3: Variante del motivo con efecto envolvente que apoya al vibráfono manteniendo las notas a la vez que van sonando.
4: evoca a la tercera como un eco por parte de las trompetas y trompas.
El estilo musical de toda la obra sigue las características típicas del primitivismo que suele evitar los efectos románticos:
- Importancia de la percusión y los metales claros (trompetas y trombones).
- Armonía disonante con acordes de 6 sonidos (metales en los compases iniciales).
- La progresión armónica clásica se sustituye por el uso de pedales y ostinatos.
- El desarrollo temático se sustituye por la superposición y repetición de los materiales con pocas variantes.
Con el Preludio nº 1 se inicia el ciclo de los “24 Preludios y Fugas” Op. 87 compuesto entre 1950 y 1951 por el compositor ruso D. Shostakovich. Se trata de una pieza de carácter sencillo y amable. Su temática homogénea sin apenas contrastes, con ritmo de Zarabanda y estructura binaria tipo suite (sin repeticiones), se combina con un lenguaje tonal cromático que supera las convenciones de la armonía funcional. Todo ello se ajusta a las características del Estilo Neobarroco empleado en muchas obras de la primera mitad del siglo XX.
A nivel temático la presentación y repetición de una motivo de dos compases domina casi la totalidad del Preludio. Su base armónica tiene estrecha relación con el primer Preludio del Clave bien temperado de J.S. Bach.
En los puntos cadenciales el motivo principal, Ma, se sustituye por un diseño contrastante Mb.
Shostakovich toma como referencia al primer preludio del Clave bien temperado I incluyendo elementos simbólicos (nª de Bach) y otros diseños (tetracordos, armonías de cinco sonidos, etc. ).
En el siguiente video se pueden observar todos los aspectos más importantes del análisis del Preludio.
Aspectos estructurales: El paralelismo que produce la repetición de los 8 primeros compases, a partir del compás 35, genera la estructura binaria tipo A A’ simétrica de 34 y 33 compases. Esta simetría está reforzada por el contraste temático de los puntos cadenciales del final de cada sección. La primera subsección se divide en dos subsecciones de 8+10 y 8+8 compases. La segunda en dos frases de 10 + 18 compases con una coda final de 7.
La agrupación de frases de 8 compases y semifrases de 4 simula una cuadratura y una estructura periódica que el compositor trata libremente.
Tonalidad: La presencia destacada de la tónica y la dominante, junto con el acorde inicial y final, establecen la tonalidad de Do mayor, la cual se enriquece con todo tipo de elementos y efectos: acordes desfuncionalizados, presencia de todo tipo de verticalidades, enlaces sorpresivos, progresiones que no tienen un objetivo tonal definido, fórmulas cadenciales debilitadas por otros parámetros musicales, cromatismo que genera color armónico, etc.
Simbolismo: La pieza sigue el doble lenguaje de Shostakovich. Una escritura sencilla que oculta numerosas relaciones temáticas y simbólicas:
- El nombre de Shostakovich, re-mib-do-si, se expone en distintos pasajes (p.e tetracordo mib-re-do-si).
-El número de Bach (14) se observa en varios pasajes: el motivo Ma, se expone durante los 14 primeros compases, Mb, está formado por 14 notas, etc.







