La reflexión sobre la acción docente musical

Ayer asistí a la Jornada educativa municipal Castelló Educa, concretamente a la sesión sobre Redes de formación y renovación pedagógica coordinada por Hermini Segarra que tuvo lugar en el Auditorio de esta ciudad.

Fue una mañana muy constructiva. La sesión comenzó organizando al gran grupo en grupos de hasta ocho personas, sentados en círculos (donde todos tienen la misma sensación psicológica de relevancia, misma perspectiva...). Esta propia configuración espacial de los grupos inspiraba la temática de la sesión, las redes, en las que no existen jerarquías sino unión entre los nodos de igual rango. 

Cada grupo tenía asignado un tema o propuesta para reflexionar, en mi caso fue el debate entorno a la pregunta: ¿después de una actividad de formación renovadora, que además te ha gustado mucho, cómo te sientes?

Cada miembro del grupo aportó su punto de vista escrito con pocas palabras en tres post-it cada uno. Tras explicar las razones de cada integrante estos se colocaron sobre un papel continuo por afinidad y por sentido del discurso. Había mucha sintonía en general respecto de las sensaciones: alegría, que no alergia:), motivación, incertidumbre ante la viabilidad de poder aplicar lo aprendido en el aula, sensación de crecimiento, de evolucionar profesionalmente, y sobre todo, necesidad de poder compartirlo con los compañeros.

Tras esta exposición el debate se abrió y todos coincidimos que lo difícil, el verdadero quid de la cuestión se hallaba en el día después de esa actividad motivadora o renovadora, pues la diferencia entre innovar y renovar es que la renovación implica un cambio sustancial, duradero, es, digamos, una innovación madurada, integrada, sostenida, consustancial... 

Todos coincidían en que sería necesario establecer o abrir los espacios de debate y de interacción para no sentir la soledad o la incomprensión que en muchas ocasiones se da en los centros educativos debido a posturas inmovilistas .

Posteriormente tuvimos que resumir el debate en una frase, la que aportó, por ejemplo, el profesor D. Agustín Manuel Martínez fue: "La fuerza que da la alegría por renovarse me motiva a poner en práctica cambios de los que surgen nuevos comienzos, vuelta a empezar." Y la consensuada fue: "¿Cómo contagiar nuestras ganas de volar?"

La frase vino a colación de la necesidad de sentirse libres en el ejercicio de la profesión docente y de explorar caminos que mejoren la propia práctica docente. La imagen fue la de un pájaro que sale de su jaula y conoce otros pájaros. Contagia las ganas de volar a otros pájaros enjaulados (quizá las rejas ni existan realmente y sean sólo mentales).

Posteriormente cada grupo nombró un portavoz que expuso su tema y los puntos centrales del debate. Cada grupo reflexionó sobre la posibilidad de crear redes de personas, de interrelacionarse, de lograr nuevos lazos que hagan evolucionar la profesión docente y nuestra conclusión final fue que era necesario crear espacios de reflexión pedagógica obligatorios incluso dentro del propio horario lectivo en el centro, remunerados, como una actividad más.

En el vídeo se condensan, en valenciano/catalán, las conclusiones de mi grupo de reflexión.

La reflexión sobre la acción docente musical

Ayer asistí a la Jornada educativa municipal Castelló Educa, concretamente a la sesión sobre Redes de formación y renovación pedagógica coordinada por Hermini Segarra que tuvo lugar en el Auditorio de esta ciudad.

Fue una mañana muy constructiva. La sesión comenzó organizando al gran grupo en grupos de hasta ocho personas, sentados en círculos (donde todos tienen la misma sensación psicológica de relevancia, misma perspectiva...). Esta propia configuración espacial de los grupos inspiraba la temática de la sesión, las redes, en las que no existen jerarquías sino unión entre los nodos de igual rango. 

Cada grupo tenía asignado un tema o propuesta para reflexionar, en mi caso fue el debate entorno a la pregunta: ¿después de una actividad de formación renovadora, que además te ha gustado mucho, cómo te sientes?

Cada miembro del grupo aportó su punto de vista escrito con pocas palabras en tres post-it cada uno. Tras explicar las razones de cada integrante estos se colocaron sobre un papel continuo por afinidad y por sentido del discurso. Había mucha sintonía en general respecto de las sensaciones: alegría, que no alergia:), motivación, incertidumbre ante la viabilidad de poder aplicar lo aprendido en el aula, sensación de crecimiento, de evolucionar profesionalmente, y sobre todo, necesidad de poder compartirlo con los compañeros.

Tras esta exposición el debate se abrió y todos coincidimos que lo difícil, el verdadero quid de la cuestión se hallaba en el día después de esa actividad motivadora o renovadora, pues la diferencia entre innovar y renovar es que la renovación implica un cambio sustancial, duradero, es, digamos, una innovación madurada, integrada, sostenida, consustancial... 

Todos coincidían en que sería necesario establecer o abrir los espacios de debate y de interacción para no sentir la soledad o la incomprensión que en muchas ocasiones se da en los centros educativos debido a posturas inmovilistas .

Posteriormente tuvimos que resumir el debate en una frase, la que aportó, por ejemplo, el profesor D. Agustín Manuel Martínez fue: "La fuerza que da la alegría por renovarse me motiva a poner en práctica cambios de los que surgen nuevos comienzos, vuelta a empezar." Y la consensuada fue: "¿Cómo contagiar nuestras ganas de volar?"

La frase vino a colación de la necesidad de sentirse libres en el ejercicio de la profesión docente y de explorar caminos que mejoren la propia práctica docente. La imagen fue la de un pájaro que sale de su jaula y conoce otros pájaros. Contagia las ganas de volar a otros pájaros enjaulados (quizá las rejas ni existan realmente y sean sólo mentales).

Posteriormente cada grupo nombró un portavoz que expuso su tema y los puntos centrales del debate. Cada grupo reflexionó sobre la posibilidad de crear redes de personas, de interrelacionarse, de lograr nuevos lazos que hagan evolucionar la profesión docente y nuestra conclusión final fue que era necesario crear espacios de reflexión pedagógica obligatorios incluso dentro del propio horario lectivo en el centro, remunerados, como una actividad más.

En el vídeo se condensan, en valenciano/catalán, las conclusiones de mi grupo de reflexión.

Redescubriendo el carnaval de los animales

Esta semana se han cumplido nueve años de la creación de este blog. ¡Cómo pasa el tiempo! Echando la vista atrás, encontramos que la primera publicación fue sobre El carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns. En aquella publicación recomendábamos una página web sobre la obra. Aunque aquella página ya no se encuentra operativa, tenemos nuevos recursos educativos sobre El carnaval de los animales. Hoy os presentaré un par de libros con CD, un vídeo y unos juegos interactivos.
En primer lugar, quiero hablaros de un libro precioso con actividades de música y movimiento sobre esta obra, escrito por Eugènia Arús y Andrés Martínez, publicado por la editorial Bellaterra Música. Esta editorial tiene multitud de libros de música para niños, incluyendo series sobre compositores, obras, intérpretes, música y valores... con textos e ilustraciones muy cuidados. Tienen dos libros sobre El carnaval de los animales: uno con textos de Daniel Coma, ilustraciones de cada pieza e incluso manualidades sobre ellas y otro de la serie "Música y movimiento". Este último captó enseguida mi atención, no solo porque esta obra me gusta especialmente, sino por la maravillosa impresión que me causó Eugènia Arús en los cursos que imparte en Barcelona sobre método Dalcroze. Es una de esas profesoras capaces de transmitir la magia de la música y entusiasmar con cada palabra y cada sonido.
Los dos libros incluyen un CD con una adaptación de la obra para quinteto instrumental (piano, clarinete/clarinete bajo, flauta, violín y violonchelo). En la web de la editorial se pueden comprar las partituras de esta adaptación, que puede venir muy bien para escuelas de música en las que no se pueda contar con todos los instrumentos de la obra original.

Saint-Saëns compuso El carnaval de los animales en 1886. Esta "fantasía zoológica" fue concebida como una gran broma musical. Saint-Saëns creía que podía perjudicar su reputación como compositor y prohibió que se publicara durante su vida (con la única excepción del número del cisne). Sin embargo, tras su muerte, la obra fue publicada y adquirió fama universal.
Los 14 números de los que se compone esta suite son los siguientes:

1. Introducción y marcha real del león 
2. Gallinas y gallos 
3. Hemiones (animales veloces)
4. Tortugas
5. El elefante
6. Canguros
7. Acuario
8. Personajes de largas orejas
9. El cuco en el fondo del bosque
10. Pajarera
11. Pianistas
12. Fósiles
13. El cisne
14. Final

En el libro de música y movimiento de Arús y Martínez sobre El carnaval de los animales, se analizan de forma breve y amena los recursos compositivos de cada pieza de la suite y se lanzan varias propuestas didácticas dirigidas a niños de entre 2 y 7 años. Sin embargo, algunas de las ideas pueden ser aplicables a alumnos de lenguaje musical de nivel elemental, como los ejercicios de discriminación de intervalos (5ª justa en la "marcha real del león", 3ª Mayor en "El cuco"), de acordes (acordes disminuidos en "Acuario") o escalas (cromáticas, diatónicas, la escala dórica...) o el trabajo de conceptos como la forma musical, el compás o el tempo. El libro presta especial atención a la educación emocional, con un pequeño apartado para trabajar la emoción y la expresión a partir de cada pieza.
Un libro delicioso, aunque se hace muy breve, en el que se demuestra el conocimiento y sensibilidad de sus autores, siempre conscientes de las emociones que estas piezas pueden causar a los niños y niñas en las distintas edades.

Y para conmemorar estos nueve años de música y emociones, os dejo este vídeo de El carnaval de los animales realizado por Musicaeduca y una serie de juegos interactivos para realizar después de visionar el vídeo. Pincha aquí para acceder a los juegos.

Redescubriendo el carnaval de los animales

Esta semana se han cumplido nueve años de la creación de este blog. ¡Cómo pasa el tiempo! Echando la vista atrás, encontramos que la primera publicación fue sobre El carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns. En aquella publicación recomendábamos una página web sobre la obra. Aunque aquella página ya no se encuentra operativa, tenemos nuevos recursos educativos sobre El carnaval de los animales. Hoy os presentaré un par de libros con CD, un vídeo y unos juegos interactivos.
En primer lugar, quiero hablaros de un libro precioso con actividades de música y movimiento sobre esta obra, escrito por Eugènia Arús y Andrés Martínez, publicado por la editorial Bellaterra Música. Esta editorial tiene multitud de libros de música para niños, incluyendo series sobre compositores, obras, intérpretes, música y valores... con textos e ilustraciones muy cuidados. Tienen dos libros sobre El carnaval de los animales: uno con textos de Daniel Coma, ilustraciones de cada pieza e incluso manualidades sobre ellas y otro de la serie "Música y movimiento". Este último captó enseguida mi atención, no solo porque esta obra me gusta especialmente, sino por la maravillosa impresión que me causó Eugènia Arús en los cursos que imparte en Barcelona sobre método Dalcroze. Es una de esas profesoras capaces de transmitir la magia de la música y entusiasmar con cada palabra y cada sonido.
Los dos libros incluyen un CD con una adaptación de la obra para quinteto instrumental (piano, clarinete/clarinete bajo, flauta, violín y violonchelo). En la web de la editorial se pueden comprar las partituras de esta adaptación, que puede venir muy bien para escuelas de música en las que no se pueda contar con todos los instrumentos de la obra original.

Saint-Saëns compuso El carnaval de los animales en 1886. Esta "fantasía zoológica" fue concebida como una gran broma musical. Saint-Saëns creía que podía perjudicar su reputación como compositor y prohibió que se publicara durante su vida (con la única excepción del número del cisne). Sin embargo, tras su muerte, la obra fue publicada y adquirió fama universal.
Los 14 números de los que se compone esta suite son los siguientes:

1. Introducción y marcha real del león 
2. Gallinas y gallos 
3. Hemiones (animales veloces)
4. Tortugas
5. El elefante
6. Canguros
7. Acuario
8. Personajes de largas orejas
9. El cuco en el fondo del bosque
10. Pajarera
11. Pianistas
12. Fósiles
13. El cisne
14. Final

En el libro de música y movimiento de Arús y Martínez sobre El carnaval de los animales, se analizan de forma breve y amena los recursos compositivos de cada pieza de la suite y se lanzan varias propuestas didácticas dirigidas a niños de entre 2 y 7 años. Sin embargo, algunas de las ideas pueden ser aplicables a alumnos de lenguaje musical de nivel elemental, como los ejercicios de discriminación de intervalos (5ª justa en la "marcha real del león", 3ª Mayor en "El cuco"), de acordes (acordes disminuidos en "Acuario") o escalas (cromáticas, diatónicas, la escala dórica...) o el trabajo de conceptos como la forma musical, el compás o el tempo. El libro presta especial atención a la educación emocional, con un pequeño apartado para trabajar la emoción y la expresión a partir de cada pieza.
Un libro delicioso, aunque se hace muy breve, en el que se demuestra el conocimiento y sensibilidad de sus autores, siempre conscientes de las emociones que estas piezas pueden causar a los niños y niñas en las distintas edades.

Y para conmemorar estos nueve años de música y emociones, os dejo este vídeo de El carnaval de los animales realizado por Musicaeduca y una serie de juegos interactivos para realizar después de visionar el vídeo. Pincha aquí para acceder a los juegos.

Cómo actuar frente a los errores del alumno

¿Alguna vez has cometido errores de enseñanza? Si es así, ¿cómo te recuperaste? ¿Siguen agazapados en tu conciencia, como una mancha, o los has asimilado? ¿Aprendiste algo? ¿Seguiste adelante? ¿Y tus alumnos? ¿Alguna vez te han mal interpretado, o simplemente no te han entendido?

La importancia del error

Todos aprendemos mejor de nuestros errores. Aunque pueda ser doloroso y duro reflexionar sobre ellos, estos son los momentos en que crecemos más. De igual modo, la actitud que tomemos con los errores que cometen nuestros alumnos dirá mucho sobre nosotros como maestros. ¿Nos reímos, o lo alentamos de alguna otra manera? ¿Nos estremecemos visiblemente, haciendo gestos de incomodidad cada vez que una nota no está perfectamente ejecutada? O, como observé una vez en una clase muy eminente, ¿dejamos caer nuestra cabeza entre nuestras manos, colapsamos sobre el escritorio y murmuramos, apenas audiblemente: “¡Oh Dios mío, qué horrible – no puedo escuchar una nota más.”?

¿Debe ser todo perfecto?

Solemos decir a nuestros alumnos que preferimos que toquen de manera comprometida y comunicativa a pesar de los errores antes de que lo hagan de forma robótica, técnicamente perfecta. Y rara vez nos creen. ¿Hay algo en la cultura que están recogiendo que podríamos trabajar para eliminar? Dado que los alumnos están tomando ejemplo de cada detalle nuestros como personas y como músicos, ¿estamos mostrando que el error puede ser provechoso?. ¿O permitiendo que salga el perfeccionista que llevamos dentro?

Por supuesto, los estándares y la calidad son la clave de toda nuestra enseñanza. Y están ahí todo el tiempo, en el aire, donde la perfección clínica del estudio de grabación es la regla con la que se miden nuestros jóvenes estudiantes. Pero, ¿es la forma más saludable de guardar esos estándares? ¿Siempre luchando por, y sólo tolerando, la perfección? ¿Son los mejores músicos necesariamente los que cometen menos errores?

Profesor amable o crítico implacable

Recientemente, se ha planteado la cuestión de si los profesores son demasiado amables. Frente a ello, también se cuestiona si la crítica da lugar automáticamente a mejores intérpretes. Para mí, estos argumentos parecen sugerir que sólo hay un tipo de profesor que se adapte a todos los alumnos, y sólo un tipo de profesor es mejor en todas las etapas del desarrollo. Ambas ideas son sin duda absurdas. Aunque la alabanza inmerecida es por supuesto fatua, su opuesto puede dejar cicatrices.

Señalar el error como un problema

Hay una escuela particularmente estéril de enseñanza, que funciona así. El alumno empieza a tocar una pieza preparada en casa, y toca hasta el punto en que el maestro identifica un error. El maestro advierte al alumno: “No. Eso está mal. Debe ser X. Vuelve a intentarlo.” El alumno suspira, vuelve al principio y hace un segundo intento, esta vez consciente de la equivocación potencial y anticipándose. Entonces ocurre una de estas dos cosas:

  • El alumno pasa el punto de manera segura y continúa hasta que el siguiente problema
  • El alumno, sumido en la ansiedad, comete el error de nuevo.

Toda la energía de la lección se centra en ese punto de negatividad, y todo el fraseo se pierde. La interacción entre maestro y estudiante se deriva totalmente de esta causa central, una especie de punto de cadencia deprimente y demasiado frecuente.

El “problema” se convierte en la lección. Y a menudo no sólo está el problema en su totalidad, sino localizado en un punto en particular y en una pieza particular de repertorio. Se necesitan años de experiencia para poder aplicar una solución a este problema, y la experiencia es exactamente de lo que nuestros alumnos (en la mayoría de los casos no han vivido tanto tiempo como nosotros) carecen.

Lógicamente hablando, el fin de esta dinámica de trabajo es que el alumno toque todo el repertorio delante del profesor hasta que lo haga perfectamente, el profesor ya no sea necesario, y el alumno sea por fin libre. Eso implica un montón de tiempo de aprendizaje – largos años de hecho, y potencialmente bastante tediosos.

Reflexiona sobre tu actitud ante el error

“El ochenta por ciento de lo que enseñamos es quiénes somos”, dice Eric Booth, autor de The Music Teaching Artist’s Bible. La forma en que manejamos los errores, los nuestros y los de nuestros alumnos, es una parte importante de ese 80 por ciento. ¿Nos enfocamos en ser bueno, o en mejorar? Al luchar por la perfección, ¿estamos garantizando el fracaso? Al intentar evitar errores, ¿estamos perdiendo un montón de cosas maravillosas en el camino?”

Como músicos, somos seres humanos hablando entre nosotros a través del arte, y parte de eso, sin duda, está permitiendo que nuestra vulnerabilidad se muestre.

Traducido de la publicación The Strad

Enlace al original: http://www.thestrad.com/the-secrets-of-violinist-dorothy-delays-teaching-methods/

Fecha: 14 Noviembre 2016

Título original: Music teachers must learn to correctly respond to student mistakes

 

 

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