Sección 5 Años “Musiquitas Viajeras” |
Propuesta del área
Explicar la importancia de la expresión musical en el nivel inicial de la escolarización de los niños es una tarea ya realizada en años anteriores que, enfatizando su importancia, pretendemos ampliar desde otros puntos de vista. Las preguntas que deben surgir en esta instancia deben ser de algún modo el hilo conductor de la propuesta pedagógica del área. Otorgarle sentido a las practicas de enseñanza implica también supuestos y representaciones básicas (y no tan básicas) que trae consigo el docente y que le otorgan personalidad y singularidad a su trabajo.
Sea cual fuese la perspectiva que adoptemos para nuestra práctica pedagógica, es muy imprescindible que la discusión epistemológica personal exista. No es posible educar musicalmente a nadie si no se tiene un fundamento que explique como se aprende lo que se enseña. Tampoco es posible enseñar música sin amara a la música.
Recuperar el placer creativo y las sensaciones que desprende la experiencia musical serán principios que marcarán la tarea del presente año. Buscaremos enfocarnos en facilitarle a los niños situaciones que permitan tener contacto con sonidos y ejemplos musicales donde ellos sean partícipes directos y hacedores de sus propios aprendizajes a través de juegos simbólicos donde se priorice la expresión fundada en una intencionalidad pedagógica definida previamente, esperando que los resultados no solo cumplan con los objetivos y expectativas planteadas sino que sean más amplios que dicha intencionalidad.
Sobre las influencias teóricas
En los siguientes párrafos retomaremos algunos tópicos esenciales de la teoría de Raymond Murray Schafer, que servirán de sustento de la propuesta pedagógica que presentamos. Antes de adentrarnos en aspectos puramente teóricos, es pertinente situar al autor dentro de los períodos de desarrollo de los métodos en educación musical del siglo XX y XXI. La Dr. Violeta Hemsy de Gainza realiza un recorrido histórico y caracteriza cada uno de estos períodos ubicando al autor que estamos trabajando en el cuarto período o período de los métodos creativos (décadas de 1970 y 1980). Los métodos desarrollados en el cuarto período ponen énfasis en el desarrollo de la creatividad, de modo tal que la creación musical es compartida tanto por el docente como por los alumnos. Así el docente no se limita a crear y seleccionar los materiales para el desarrollo de la clase sino que el alumno toma un rol preponderante creando música junto con el docente en el ámbito áulico. Este método se encuentra entre ls considerados dentro del paradigma creativo en educación musical.
Así mismo, Gainza (2003) reconoce a Schafer como un transgresor en el campo de la educación musical,
Entre los años 1973 y 1992 Schafer publica sus cinco libritos memorables, en los que sintetiza su breve pero intensa experiencia pedagógica en universidades de su país. Trasgresor arquetípico, Schafer aspira a sensibilizar la escucha y desarrollar la curiosidad sonora de los estudiantes, en los célebres seminarios y clases magistrales que dicta durante esos años en todo el mundo. (pág. 9)
A partir de esta contextualización podemos identificar que su propuesta, dentro de los métodos creativos, invita a la “creación”. Aunque pueda aludirse una redundancia sin dudas es una idea muy compleja de comprender. Para el autor la enseñanza de la música no parte del hacer música como una expresión llana y simple; sino que la acción de hacer música contempla un hecho que favorece la creatividad y parte de la necesidad de hacer música porque existió previamente un ejercicio minucioso de escucha del entorno sonoro. Justamente los conceptos de Soundscape y ecología acústica tienen gran relevancia en esta teoría pues permiten comprender y describir críticamente el medio ambiente ecológico humano que se encuentra ubicado entre el sonido y el ruido. En más, una de las ideas principales del autor le otorga gran importancia a la educación musical pues permite formar personas capaces de interactuar con su mundo sonoro y modificarlo, así lo expresa Luis Gerrero (2009) interpretando a Murray Schafer,
La importancia de enseñar música a los niños, entonces, radica en la posibilidad de formar una generación que recupere una capacidad inherente a su naturaleza como es la de reconocer y disfrutar los diversos sonidos de su entorno, los que existen y los que ella pueden producir, distinguiéndolos del ruido. Pero además, que pueda ser capaz incluso de crear música con ellos y de intervenir hasta en el diseño del paisaje acústico de su propia comunidad. Sin duda, estas capacidades le van a abrir, a la vez, la posibilidad de ser una generación con mayor capacidad para escucharse a sí misma y para conectarse con los sonidos de su propia voz o de sus pensamientos, algo que la velocidad y la polución sonora que caracteriza la vida social actual, tanto como el nivel de estrés que esto genera, permite cada vez menos. (Pág, 4)
De este modo la educación musical va más allá de una instancia de la escolaridad, más aun plantea educar para la intervención en el mundo sonoro.
Tal como el propio autor lo menciona, el termino soudscape deriva de landscape mediante el cual se hace referencia a all that you see, y de forma análoga soudscape implica all that you hear. Así el concepto de soudscape resulta complejo pues estamos hablando de unificar en un solo término todos los ruidos y sonidos que escuchamos en nuestro entorno. El principal aporte de Murray Schafer fue sin dudas proponerle a los estudiantes trabajar con el soudscape para hacer música. Este es el punto interesante y tal vez resultó de su influencia inicial como compositor musical.
El soundscape se compone de diversos sonidos que pueden ser clasificados en sonidos principales, que definen el carácter de la gente que vive en el lugar; señales sonoras son aquellas que de repente ganan el primer plano y se escuchan conscientemente; y las marcas sonoras que representan sonidos característicos de cada lugar y le otorgan particularidad. (Guerrero, 2009: 6)
Sin dudas estas concepciones parten de comprender el mundo sonoro, pero más bien educar para su comprensión y poder incidir en la reesctructuración del soundscape, o dicho de otro modo, pensar el soundcape en términos musicales. Lo que no se puede dejar de comprender y mostrar a los niños es que todos somos compositores del soundscape.
Precisamente, Murray Schafer cree que podemos aprender desde niños a manejar los sonidos con menos torpeza y a tratarlos más bien como objetos preciosos, pues «la música no es más que una colección de los sonidos más fascinantes y bellos, producidos por hombres con buenos oídos y afectuosamente recordados por la humanidad» (Guerrero, 2009: 8)
Para Guerrero existen algunos principios básicos que debe considerar la propuesta de educación musical basada en la perspectiva de Murray Schafer, a saber:
- Producir sonidos: no se entiende a la educación musical como un estudio “del pasado” es decir, de música ya realizada por otros. De este modo no sería relevante el estudio de la notación musical, de biografía de autores, sino más bien de la experimentación y la producción de sonidos de modo tal que los niños entiendan a la música como algo que se da aquí y ahora, no como un objeto del pasado.
La música es algo que suena. Si no suena, no es música. Siempre me resistí a la lectura musical en las primeras etapas de la educación, porque la lectura incita demasiado fácilmente a una desviación hacia el papel y los pizarrones, que no suenan… La notación musical convencional es un código extremadamente complicado y para dominarlo se necesitan años de adiestramiento. Mientras no se logra dominarlo es un impedimento para obtener seguridad (Murray Schafer, R., 1984:46)
- Encender la Chispa: es necesario despertar en los niños la curiosidad creativa, esa que permite movilizarlos sobre un tema, que los deje pensando, que vuelvan de sus hogares con algo nuevo que contar sobre el tema. Aquí se hace una diferencia sobre los aprendizajes exitosos y no exitosos. Dice Schafer que en muchas ocasiones lo que no resulta exitoso para el maestro de música lo es para el alumno y viceversa. Por lo tanto esta clasificación puede resultar inapropiada desde su perspectiva. Además es muy importante dar espacios para el ensayo y error, y esto muchas veces “molesta” a los maestros que no comprenden la perspectiva pues el tiempo destinado a estas actividades, que para el alumno resultan exitosas, pueden molestar a las previsiones que el sistema educativo impone a los niños y docentes. No implica descuidar estos tiempos pero antes que éstos, prevalecemos las experiencias de los niños.
- El papel del maestro: Todo docente trae consigo una posición política que se imprime directamente en su tarea. Schafer considera que todo docente trae consigo una idiosincrasia que debe ser respetada a la hora de enseñar música.
Aun más, Schafer considera que en una clase programada para la creación, el maestro debe planificar su propia extinción, es decir debe pensar preguntas pero no es posible considerar todas las respuestas posibles. La idea de generar consignas abiertas quita todo protagonismo al docente y éste debe adaptarse al devenir de la clase. No obstante, este trabajo demanda mucho rigor y esfuerzo, pues la actividad creativa no genera los productos “de la nada” sino que se debe trabajar para lograr los productos musicales que partieron de la imaginación creativa, y esto debe ser comprendido y ejercitado en la clase.
En suma, todos estos aportes resultan influencias para proponer a los niños de preescolar otra forma de aprender música. Con esto no pretendemos suprimir el aprendizaje de canciones ni la ejecución de instrumentos musicales, es decir no proponemos suprimir las influencias de otros métodos musicales como Kodaly u Orff pero sí creemos importante y muy acorde al contexto el tratamiento del soundscape y el desarrollo de la creatividad a partir de preguntas abiertas. Pretendemos hacer música con los niños dentro del aula, de este modo se observará que muchas veces se pueden “pensar” los encuentros con planificaciones donde son se pueden exponer muchos detalles a priori, porque serán los propios niños los que marcarán el ritmo de la producción musical. Con esto los tiempos de trabajo se modificarán, el ejercicio de la creatividad y de la producción musical demanda espacios de ensayo y error, de exploración guiada y libre que en ocasiones no serán igual a otras propuestas.
De este modo expusimos de forma sintetizada una pequeña parte de la propuesta de Murray Schafer, es posible ampliar sus aportes con la bibliografía consignada más abajo.
Esa es la perspectiva que propone el músico y compositor canadiense Murray Schafer para la enseñanza de la música a los niños: en primer lugar, darles la posibilidad de aprender a descubrir el paisaje sonoro del mundo y escuchar to-dos los sonidos del entorno; en segundo lugar, permitirles descubrir el potencial creativo que cada uno posee para hacer su propia música; en tercer lugar, propiciar el encuentro de la música con todas las artes, haciendo de su aprendiza-je una experiencia multisensorial que supere la clásica fragmentación que caracteriza a la educación formal. (Guerrero, 2009: 6)