Manual de Armonía para violinistas

Hay al menos tres desafíos que debe vencer cualquier intérprete de cuerda que busque “crear”: improvisación, estilo y armonía.

El estilo es difícil de enseñar. Es como aprender una lengua extranjera, necesitamos escuchar y hablarla durante mucho tiempo, preferiblemente en compañía de personas nativas. Yo no puedo enseñarte a tener estilo, pero siempre animo a mis estudiantes a escuchar mucho, transcribir música e interactuar con la comunicad de músicos que tienen soltura en el mismo tipo de música en el que están interesados. Si hay un origen cultural del estilo en el que están interesados, lo mejor es participar en esa cultura de la que proviene dicha música.

La improvisación es sencilla y natural, como una destreza con la que hemos nacido, pero la mayoría de nosotros, a fuerza de practicar y de estar condicionados por el entorno social, nos volvemos demasiado auto-conscientes e inhibidos. Nos aterra tomar una decisión, tocar una nota errónea… Aquellos que han sido alentados desde pequeños a ser creativos con su instrumento son muy afortunados. El resto de nosotros tenemos que aprender a superar nuestros miedos y a sentirnos “cómodos” improvisando. Tenemos que aprender a ser creativos con nuestro instrumento.

La mejor manera de llegar a sentirse cómodo improvisando es simplemente improvisar mucho. Sin embargo, sentimos que  necesitamos tener una base sobre la que trabajar. Una improvisación totalmente libre puede llegar a ser abrumadora porque se nos abren demasiadas opciones. Demasiada libertad es inmanejable. Exacerba las inseguridades de la auto-consciencia. Es mejor, al empezar, definir unos límites, parámetros, una “estructura” a nuestra improvisación. Una ventaja de esto es que así la improvisación se convierte más en una tarea, como responder a una pregunta de matemáticas de los deberes, o resolver un problema doméstico, o cualquier otra cosa en la que hay que seguir unos sencillos pasos. La gente no se vuelve auto-consciente sobre los problemas concretos, pero sí que lo hacen sobre temas manifiestamente creativos, cuando sienten que han de tomar elecciones…

Las estructuras habituales incluyen melodías, progresiones de acordes, ritmos y notas pedal. Pero hay muchas otras que también podemos usar para practicar improvisación y sentirnos cada vez más cómodos improvisando. Si le pido a alguien que improvise en una octava en la tonalidad de Re mayor, con un tempo de 4/4 a 90 bpm, es mucho más fácil que si sólo le digo “toca algo libremente”.

Estoy preparando un libro aparte para abordar esta cuestión. No tenemos que conocer el estilo, la armonía, ni incluso la técnica, para improvisar. Uno sólo tiene que sentirse lo suficientemente cómodo para ser creativo, y esto debe practicarse improvisando lo más posible. Cuanto más accesibles son las estructuras con las que vamos a trabajar, más fácil será llegar a sentirnos cómodos con la improvisación.

Cuando se enfrentan a la armonía, los intérpretes de cuerda tienden a ser como el rey que iba desnudo. Nos enorgullecemos de nuestra capacidad de escuchar y comprender la música, pero rara vez reconocemos las progresiones melódicas bajo la melodía.

Muchos de nosotros, violinistas de formación clásica, pensábamos que realmente habíamos aprendido teoría y armonía en nuestros estudios clásicos, pero lo cierto es que nunca aprendimos a escuchar los acordes, a crear melodías que encajaran sobre los acordes, o incluso a cómo tocar los propios acordes en nuestro instrumento. Por otro lado, los violinistas de folk que han aprendido de oído suelen tener otro tipo de problemas. Suelen escuchar e improvisar tranquilamente mediante su intuición a partir de unos cuantos acordes simples, pero cuando los acordes se vuelven más irregulares, sus oídos no sirven porque carecen de fundamentos teóricos en los que apoyarse.

El escenario óptimo es aquel en el cual el instrumentista ha desarrollado su oído armónico y su conocimiento teórico base. Uno complementa al otro. Por ejemplo, si escuchas un acorde que tu oído no puede reconocer de forma intuitiva, puedes usar tus conocimientos teóricos para llegar a sentir cómo tratarlo. Y a la inversa, si te enfrentas a un caso teórico que no parece tener sentido, puedes ser capaz de resolverlo de oído.

Los ejercicios de los capítulos siguientes están concebidos para ayudarte a desarrollar ambas aptitudes.


“Voicings” (acordes) de tríada

Construyendo armonías efectivas.

No hay una traducción exacta del término “voicing”, que podría definirse como las distintas variaciones de un acorde, lo más parecido serían las inversiones de acordes, pero pueden estar compuestos de 2, 3 ó 4 notas. (Nota del Traductor).

 

Vamos a interiorizar tríadas simples con el violín.

(En términos de armonía, la notación anglosajona se usa mayoritariamente, así que en lo sucesivo utilizaremos dicha forma de escritura. Las notas se corresponden de esta manera: La = A | Si = B | Do = C | Re = D  | Mi = E | Fa = F | Sol = G -Nota del Traductor-).

Realiza estos rigurosos pero gratificantes ejercicios con los que aprenderás a realizar mejor todas las tríadas mayores y menores con dobles, triples y cuádruples cuerdas. Empieza con una tríada de D mayor. Nuestro objetivo debe ser encontrar todas las maneras de tocar esa tríada en el violín. La notación al final de la página corresponde con el texto subsiguiente.

Paso 1.

Notas simples.

Comienza con las notas simples del arpegio. Cada nota del arpegio de D mayor forma la tríada. En otras palabras, toca cada una de estas tres notas: D, F# o A, en cualquier lugar del mástil del violín y estarás realmente interiorizando el acorde de D mayor. ¡Ha sido fácil!

Paso 2.

Dobles cuerdas /voicings cerrados.

(Voicings cerrados son aquellos acordes cuyas notas se encuentran dentro de una octava; abiertos cuando una o varias de sus notas están a una distancia mayor de una octava (Nota del Traductor).

Ahora armoniza el arpegio tocando la siguiente nota de la tríada anterior. Por ejemplo, si comenzaste con un registro bajo, tu primera doble cuerda deberá ser la formada por las notas A y D (una cuarta exacta tocadas sobre las cuerdas de G y D). La siguiente doble cuerda es D y F# (una tercera mayor). Luego las notas F# y A (una tercera menor). Continúa subiendo (repetirás las tres primeras dobles cuerdas una octava más aguda). Como armonizas el arpegio de D mayor usando la nota inmediatamente superior, todos los intervalos serán terceras o cuartas. Las combinaciones incluyen estos pares de notas: D con F#, F# con A, y A con D.

Paso 3.

Dobles cuerdas / voicings abiertos.

Esta vez armonizarás el arpegio usando quintas y sextas, en lugar de terceras y cuartas. Comenzando en el registro grave de tu violín encontrarás los siguientes pares de notas: A con F#, D con A, y F# con D.

Paso 4.

Triples cuerdas / voicings cerrados:

Desde el registro bajo encontrarás las siguientes combinaciones: D con F# y con A (el acorde tríada raíz). F# con A con D (la primera inversión de la tríada). A con D con F# (segunda inversión de la tríada). Haz lo mismo una octava más alta.

Paso 5.

Triples cuerdas / acordes-voicings abiertos.

Las combinaciones abiertas saltan sobre notas del acorde para crear una tríada usando intervalos más amplios. Desde abajo encontrarás los siguientes: A (en la cuerda G), F# (en la cuerda D) y D (en la cuerda A). D (al aire), A (abierto) y F# (en la cuerda E) F# (en la cuerda D) D (en la cuerda A), A (en la cuerda E). Continúa una octava más alto.

Nota: En estos ejercicios no deberías doblar nunca una nota. En los ejercicios de tres cuerdas, toca siempre las tres notas que forman una tríada.

Paso seis.

Cuádruples cuerdas / acordes abiertos.

(Aquí tocarás una nota doblada) por cada tríada.

A con F# con D y con A.

D con A con F# y con D.

F# con D con A y con F# (sextas y quintas).

Paso 7.

Lo siguiente será mirar acordes disminuidos, aumentados, y comenzar a tocar la séptima y otros acordes ampliados. Después de haber descubierto las formas de la tríada en unas cuantas tonalidades (menores y mayores), empezarás a reconocer dichas formas en todas las tonalidades y eso te ayudará cuando estés componiendo, haciendo solos, arreglos, etc.,. Es una buena manera de formar tu confianza y entender la armonía. Te sugiero trabajar no más de aproximadamente 15 a 45 minutos por día en estos ejercicios, dependiendo de tu carga de trabajo.

A continuación, te adjunto una muestra de tres páginas de partituras del Manual de Armonía para violín:

Descargar (PDF, 591KB)

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12 técnicas para tocar tango con violín

Estas técnicas o efectos son muy divertidas y a menudo es lo primero que  todo el mundo quiere aprender. La mayoría son bastante fáciles pero hay otras que requieren cierta práctica.

1. Chicharra

Para este efecto debes tocar detrás del puente, sobre el entorchado de hilo de color de la cuerda Re. Asegúrate de que has puesto resina hace poco y coloca la zona del talón sobre la cuerda. También se puede cambiar la posición de la mano, como aparece en el vídeo.

Se producirá un sonido rasposo que se usa a menudo para acompañamientos rítmicos.

2. Tambor

Este es un tipo de pizzicato en el que los dedos de la mano izquierda se colocan de forma diferente. Coloca el segundo dedo de la mano izquierda sobre la cuerda Re, donde normalmente tocarías Sol#, pero coloca el dedo de manera que el borde esté cerca de la cuerda Sol.

A continuación, pulsa la cuerda Sol de forma bastante brusca, y de manera que la cuerda rebote en el dedo, creando un sonido similar a una batería sorda.

No se debería oír ninguna nota ni armónico; debe ser un sonido totalmente seco

3. Látigo

Se trata de una especie de glisando rápido ascendente que a menudo termina en armónico.

Puede abarcar todo el diapasón, pero también se pueden hacer versiones cortas en dirección descendente, sobre las cuerdas Mi o La.

4. Sirena

Como las sirenas de aviso en las antiguas guerras. Se realiza tocando dobles cuerdas en cualquier par de cuerdas, empezando arriba y realizando un glisando lento hacia abajo. A menudo acaban en silencio,  puede ser muy efectivo usado con moderación en tangos como algunos de Piazzolla.

5. Cepillo

Se inicia con el arco sobre el diapasón y moviéndolo en 90º hacia el puente. Se produce así un sonido como de rascado o frotado, que se puede utilizar para comenzar acordes y notas rítmicas. Ramiro Gallo usaba mucho esta técnica.

6. Golpe de caja

Esta técnica se utiliza mucho en chelo y contrabajo, pero también se puede realizar con violín. Puedes percutir de muchas maneras -con el pulgar, los nudillos o la palma de la mano-. Cada una produce un sonido diferente.

7. Strapata

Esta técnica sería solo para contrabajo y chelo, ya que no funciona bien con las cuerdas más cortas del violín y la viola.

Toca las cuerdas con el arco a mucha velocidad, ya sea con las cerdas o col legno y hazlo rebotar, cerrando la mano hacia abajo sobre las cuerdas al final para crear un sonido de batería tipo redoble ¡Es genial!

8. Pizzicato de Banjo

Esto solo se hace con violín. Es un tipo de redoble de pizzicato antes de la nota real. Se pueden utilizar uno o dos dedos de la mano derecha.

9. Pizzicato de milonga

Este pizzicato se usa solo en milongas, y se realiza sobre la zona de las cuerdas detrás del puente.

10. Crujido atrás

Este efecto se produce presionando el arco en la parte posterior del instrumento, y girando la vara sobre las cerdas de un lado a otro. Suena como si algo estuviera crujiendo y rompiéndose -¡me encanta hacérselo a violinistas clásicos y ver la cara de horror que ponen!-

No produce ningún daño al instrumento, sólo unos pocos restos de resina que se pueden limpiar fácilmente.

11. Arrastres

Esta técnica se usa de forma habitual en piano y contrabajo. Básicamente es un efecto rítmico mayoritariamente usado para potenciar un efecto sincopado. Colocas el arco y los dedos más bajos que la nota final que deseas y realizas un slide con ambos creando una especie de crujido terminado con un acento. Es algo utilizado por todos los grupos de tango.

12. Chirrido brasileño

Es un sonido llamado así por su semejanza con el sonido chirriante que hace un tipo de tambor pequeño brasileño. Se realiza colocando las yemas de los dedos en la parte posterior del violín o violonchelo y moviéndolos hacia ti rápidamente a lo largo del dorso del instrumento.

Los dedos no deben estar demasiado secos o no funcionará.

12 técnicas para tocar tango con violín

Estas técnicas o efectos son muy divertidas y a menudo es lo primero que  todo el mundo quiere aprender. La mayoría son bastante fáciles pero hay otras que requieren cierta práctica.

1. Chicharra

Para este efecto debes tocar detrás del puente, sobre el entorchado de hilo de color de la cuerda Re. Asegúrate de que has puesto resina hace poco y coloca la zona del talón sobre la cuerda. También se puede cambiar la posición de la mano, como aparece en el vídeo.

Se producirá un sonido rasposo que se usa a menudo para acompañamientos rítmicos.

2. Tambor

Este es un tipo de pizzicato en el que los dedos de la mano izquierda se colocan de forma diferente. Coloca el segundo dedo de la mano izquierda sobre la cuerda Re, donde normalmente tocarías Sol#, pero coloca el dedo de manera que el borde esté cerca de la cuerda Sol.

A continuación, pulsa la cuerda Sol de forma bastante brusca, y de manera que la cuerda rebote en el dedo, creando un sonido similar a una batería sorda.

No se debería oír ninguna nota ni armónico; debe ser un sonido totalmente seco

3. Látigo

Se trata de una especie de glisando rápido ascendente que a menudo termina en armónico.

Puede abarcar todo el diapasón, pero también se pueden hacer versiones cortas en dirección descendente, sobre las cuerdas Mi o La.

4. Sirena

Como las sirenas de aviso en las antiguas guerras. Se realiza tocando dobles cuerdas en cualquier par de cuerdas, empezando arriba y realizando un glisando lento hacia abajo. A menudo acaban en silencio,  puede ser muy efectivo usado con moderación en tangos como algunos de Piazzolla.

5. Cepillo

Se inicia con el arco sobre el diapasón y moviéndolo en 90º hacia el puente. Se produce así un sonido como de rascado o frotado, que se puede utilizar para comenzar acordes y notas rítmicas. Ramiro Gallo usaba mucho esta técnica.

6. Golpe de caja

Esta técnica se utiliza mucho en chelo y contrabajo, pero también se puede realizar con violín. Puedes percutir de muchas maneras -con el pulgar, los nudillos o la palma de la mano-. Cada una produce un sonido diferente.

7. Strapata

Esta técnica sería solo para contrabajo y chelo, ya que no funciona bien con las cuerdas más cortas del violín y la viola.

Toca las cuerdas con el arco a mucha velocidad, ya sea con las cerdas o col legno y hazlo rebotar, cerrando la mano hacia abajo sobre las cuerdas al final para crear un sonido de batería tipo redoble ¡Es genial!

8. Pizzicato de Banjo

Esto solo se hace con violín. Es un tipo de redoble de pizzicato antes de la nota real. Se pueden utilizar uno o dos dedos de la mano derecha.

9. Pizzicato de milonga

Este pizzicato se usa solo en milongas, y se realiza sobre la zona de las cuerdas detrás del puente.

10. Crujido atrás

Este efecto se produce presionando el arco en la parte posterior del instrumento, y girando la vara sobre las cerdas de un lado a otro. Suena como si algo estuviera crujiendo y rompiéndose -¡me encanta hacérselo a violinistas clásicos y ver la cara de horror que ponen!-

No produce ningún daño al instrumento, sólo unos pocos restos de resina que se pueden limpiar fácilmente.

11. Arrastres

Esta técnica se usa de forma habitual en piano y contrabajo. Básicamente es un efecto rítmico mayoritariamente usado para potenciar un efecto sincopado. Colocas el arco y los dedos más bajos que la nota final que deseas y realizas un slide con ambos creando una especie de crujido terminado con un acento. Es algo utilizado por todos los grupos de tango.

12. Chirrido brasileño

Es un sonido llamado así por su semejanza con el sonido chirriante que hace un tipo de tambor pequeño brasileño. Se realiza colocando las yemas de los dedos en la parte posterior del violín o violonchelo y moviéndolos hacia ti rápidamente a lo largo del dorso del instrumento.

Los dedos no deben estar demasiado secos o no funcionará.

Perfeccionando el staccato

El Doctor Tomás Cotik hace una demostración de este golpe de arco y nos enseña algunas técnicas y ejercicios.

El Staccato -probablemente la técnica de arco más escurridiza- es a menudo erróneamente considerada como una habilidad innata, que se tiene o no se tiene. Pero, aunque se puede llegar a desarrollar una carrera de instrumentista sin él y encontrártelo sólo en unas pocas ocasiones en una partitura, aun así es muy útil y gratificante mejorar y perfeccionar tu sttacato.

He aquí algunos ejercicios y consejos:

1

Pon el arco sobre la cuerda en un punto, presiona y suelta el arco con el dedo índice (haciendo que la madera del arco se acerque a las cerdas, para después relajar la presión). El staccato consiste en una combinación de este movimiento con otro movimiento horizontal del antebrazo.

2

Presiona el arco con el indice como si mordiera la cuerda y, al soltar, deja que el arco se mueva por un instante hacia arriba.

3

Para el staccato hacia arriba, puede resultar útil tener el codo un poco más alto, y el antebrazo en pronación hacia dentro.

4.

Para el staccato hacia abajo, coloca el codo un poco más abajo y el antebrazo en pronación hacia fuera.

5.

Para el staccato empujando, mueve el arco diagonalmente con la punta apuntando lejos de tu cabeza.

6.

Lo contrario es útil para el staccato abajo.

Cuando estás tocando staccato dentro de un contexto, puedes necesitar un instante para reorganizar tu postura, llevando el brazo a la posición más beneficiosa (bajando el codo, pronando el antebrazo o cambiando el ángulo respecto al puente).

7.

Para un staccato arriba, prueba a usar el borde exterior de las cerdas del arco.

8.

Para un staccato hacia abajo, prueba a utilizar el borde interior de las cerdas.

9.

Sin arco, haz pivotar tu mano (y el antebrazo) rápidamente atrás y adelante, sintiendo el cambio de peso entre el meñique y el pulgar (el dedo medio sería el eje).

A continuación, disminuye el movimiento, pensando en que el eje está ahora en el pulgar y sintiendo el peso sólo en el meñique.

10.

Combina el movimiento anterior con el movimiento horizontal del antebrazo

11.

Junta el índice y el pulgar e imagina que estás cosiendo (los dedos hacen una especie de círculo, yendo en diagonal hacia arriba y hacia abajo). Te darás cuenta de que estás combinando los movimientos del último ejercicio: la pronación del antebrazo y el movimiento horizontal al mismo tiempo.

También puedes imaginar que estás dibujando olas con la palma extendida.

12.

Para un staccato hacia abajo, imagínate sosteniendo la aguja y cosiendo en dirección contraria (¡nadie dijo que sería fácil!).

No es necesaria una aguja de verdad para esto… sólo imagina el movimiento.

Notas:

  • Practica staccato acentuando grupos de 2, 3, 4, 5, 7 u 8 notas. Imagina también diversos ritmos y practícalos a diferentes velocidades. Usa el metrónomo para incrementar la velocidad.
  • Todos estos ejercicios pueden ser eventualmente reducidos al mínimo, considerándolos más una sugerencia para provocar una sensación kinestésica que la típica guía “Cómo hacer…”
  • Compensa en los extremos para contrarrestar cualquier crescendo o diminuendo no deseado, causado involuntariamente por el peso del arco.
  • Experimenta y escucha siempre lo que el arco te está diciendo. Cada arco se siente de forma diferente, y tenemos que aprender de él cómo hacer que suene y reaccione mejor. No olvides que éstas son sólo unas pocas ideas para experimentar con ellas y ayudarte a adquirir un sentido kinestésico, para en su caso llegar a dominar el staccato hacia arriba y hacia abajo. Después de un tiempo, una vez el movimiento ha comenzado, se tiene la sensación de que sale por sí solo, en vez de estar haciéndolo uno mismo cada simple movimiento. Sólo tendrás que supervisar el ritmo, velocidad, y tal vez pensar: “¡Guau… cómo mola!”.

Tomás Cotik interpretando el Hora Staccato de Dinicu:

Tomás Cotik interpretando la Introducción y Rondó Caprichoso de Saint Saens:

Artículo original en inglés en: The Strad

Perfeccionando el staccato

El Doctor Tomás Cotik hace una demostración de este golpe de arco y nos enseña algunas técnicas y ejercicios.

El Staccato -probablemente la técnica de arco más escurridiza- es a menudo erróneamente considerada como una habilidad innata, que se tiene o no se tiene. Pero, aunque se puede llegar a desarrollar una carrera de instrumentista sin él y encontrártelo sólo en unas pocas ocasiones en una partitura, aun así es muy útil y gratificante mejorar y perfeccionar tu sttacato.

He aquí algunos ejercicios y consejos:

1

Pon el arco sobre la cuerda en un punto, presiona y suelta el arco con el dedo índice (haciendo que la madera del arco se acerque a las cerdas, para después relajar la presión). El staccato consiste en una combinación de este movimiento con otro movimiento horizontal del antebrazo.

2

Presiona el arco con el indice como si mordiera la cuerda y, al soltar, deja que el arco se mueva por un instante hacia arriba.

3

Para el staccato hacia arriba, puede resultar útil tener el codo un poco más alto, y el antebrazo en pronación hacia dentro.

4.

Para el staccato hacia abajo, coloca el codo un poco más abajo y el antebrazo en pronación hacia fuera.

5.

Para el staccato empujando, mueve el arco diagonalmente con la punta apuntando lejos de tu cabeza.

6.

Lo contrario es útil para el staccato abajo.

Cuando estás tocando staccato dentro de un contexto, puedes necesitar un instante para reorganizar tu postura, llevando el brazo a la posición más beneficiosa (bajando el codo, pronando el antebrazo o cambiando el ángulo respecto al puente).

7.

Para un staccato arriba, prueba a usar el borde exterior de las cerdas del arco.

8.

Para un staccato hacia abajo, prueba a utilizar el borde interior de las cerdas.

9.

Sin arco, haz pivotar tu mano (y el antebrazo) rápidamente atrás y adelante, sintiendo el cambio de peso entre el meñique y el pulgar (el dedo medio sería el eje).

A continuación, disminuye el movimiento, pensando en que el eje está ahora en el pulgar y sintiendo el peso sólo en el meñique.

10.

Combina el movimiento anterior con el movimiento horizontal del antebrazo

11.

Junta el índice y el pulgar e imagina que estás cosiendo (los dedos hacen una especie de círculo, yendo en diagonal hacia arriba y hacia abajo). Te darás cuenta de que estás combinando los movimientos del último ejercicio: la pronación del antebrazo y el movimiento horizontal al mismo tiempo.

También puedes imaginar que estás dibujando olas con la palma extendida.

12.

Para un staccato hacia abajo, imagínate sosteniendo la aguja y cosiendo en dirección contraria (¡nadie dijo que sería fácil!).

No es necesaria una aguja de verdad para esto… sólo imagina el movimiento.

Notas:

  • Practica staccato acentuando grupos de 2, 3, 4, 5, 7 u 8 notas. Imagina también diversos ritmos y practícalos a diferentes velocidades. Usa el metrónomo para incrementar la velocidad.
  • Todos estos ejercicios pueden ser eventualmente reducidos al mínimo, considerándolos más una sugerencia para provocar una sensación kinestésica que la típica guía “Cómo hacer…”
  • Compensa en los extremos para contrarrestar cualquier crescendo o diminuendo no deseado, causado involuntariamente por el peso del arco.
  • Experimenta y escucha siempre lo que el arco te está diciendo. Cada arco se siente de forma diferente, y tenemos que aprender de él cómo hacer que suene y reaccione mejor. No olvides que éstas son sólo unas pocas ideas para experimentar con ellas y ayudarte a adquirir un sentido kinestésico, para en su caso llegar a dominar el staccato hacia arriba y hacia abajo. Después de un tiempo, una vez el movimiento ha comenzado, se tiene la sensación de que sale por sí solo, en vez de estar haciéndolo uno mismo cada simple movimiento. Sólo tendrás que supervisar el ritmo, velocidad, y tal vez pensar: “¡Guau… cómo mola!”.

Tomás Cotik interpretando el Hora Staccato de Dinicu:

Tomás Cotik interpretando la Introducción y Rondó Caprichoso de Saint Saens:

Artículo original en inglés en: The Strad